sábado, 30 de abril de 2011

Es sencillo el ser bueno - Libro 8 - Dios No Quiere, Permite - Tomo I - Pag. 145-146-147


En Sueño Profético decían:

El ser bueno, quita trabajo. El ser bueno, da descanso. Esto, no tienes nada más que ir comparándolo:

Hombres buenos: la vida les da descanso. Y hombres malos: los ves con grande trabajo del mal que llevan por dentro, y viven en la agonía de su espíritu endiablado. Estos hombres son llevados siempre por un consejo interior que les empuja a que sean dañinos, bien con padres o con hijos. El ser malo arrastra un trabajo y una separación de Dios. El ser noble y darse al Prójimo, ya es ser hombre de Dios, hombre que vive con Paz, hombre que huye de los alborotos mundanos, hombre que sus palabras van envueltas en Amor de Aquí de Gloria, hombre que mira todo lo que aprecia el hombre como una cosa mentira, porque a todo lo que acaba no le va la verdad, le va la palabra mentira.

Ya pasó lo de este año, si nada has hecho para Aquí Arriba, dalo todo por borrado y di: “Todo es mentira”.

En cambio, el hombre bueno, vive vida sin trabajo, tranquilo y sin desasosiego, sin temor cuando Dios diga: “Entrada tienes en mi Reino”. Todas estas ventajas tiene el hombre que sea bueno.

Desperté, oí:

Es sencillo el ser bueno,
al revés que el hombre piensa.

Es sencillo practicar
el Amor y la Paciencia.

Esto da tranquilidad,
y te haces hombre bueno,
para al malo enseñar.

Al hombre bueno le falta
que pregunte al Elegido.

Y el Elegido lo enseña
a buscar hombres que viven
sin pensar en su conciencia.

Haciendo vida que acaba
y que Aquí nada le cuenta.

El hombre que es malo,
vive vida dura
de trabajo y de conciencia.

Aunque él crea que vive
su vida de fiesta en fiesta.

Vale más ser hombre bueno,
porque trabajo no cuesta,
y vives vida de verdad.

El malo vive mentira,
porque la vida que cree
es luz que da una cerilla.


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viernes, 29 de abril de 2011

Era difícil callar - Libro 10 - Hechos de Jesús Perdidos, Hoy Dictados en Gloria - Tomo I - Pag. 126-127


En Sueño Profético decían:

Dios habla al hombre, y el hombre no oye a Dios. El hombre no dispone de tiempo para Dios. Al hombre tienes que implorarle que oiga la Palabra del Comunicante, tienes que andarle con miedo, miedo de que a Dios ofenda.

Nosotros, cuando íbamos con el Maestro, sufríamos más que cuando íbamos solos. Cuando íbamos con Él y Lo maltrataban de palabras, no nos consentía que contestáramos a los insultos que Le decían. Fue un día Pedro a contestar, y sabiendo el Maestro las palabras que Pedro pronunciaría, dijo: “Pedro, no sólo tiene Palabras el Hijo del Hombre, tiene Palabras poderosas, lo mismo que sabe tus palabras antes de que sean pensadas y pronunciadas. Tiene Palabras para, con una sola, hacer que un espíritu salga de la materia y mandarlo al Abismo, quedando su carne muerta para que el hombre le dé sepultura. Esto es lo menos que puede hacer Dios Hombre. Pero mi Padre Me manda a enseñar, y Él es el que juzga.

Quedó Pedro con estas Palabras tan dentro, que siempre que iba a arrancarse a algún fariseo, echaba paso atrás, que saliva hacía que tragara.

Desperté, oí:

Yendo solos oíamos que Lo ofendían, pero a Él no veíamos.

Era difícil callar,
viendo su Rostro de cera
caminar y caminar,
en busca de pecadores
para que Lo ofendieran más.

Pero como Dios que era,
no quería obligar
a aquel que no Lo quería
y Él podía perdonar.


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jueves, 28 de abril de 2011

La oración del niño es puro contacto con Dios - Libro 7 - Investigaciones a La Verdad - Tomo I - Pag. 149-150-151


En Sueño Profético yo decía:

“Señor, ¡cuánto tiempo se pierde en las cosas que no son tuyas! ¡Qué lástima que no sepa esto el hombre!”.

Vi a una mujer de rodillas, y dijo uno:

“Esta mujer ruega para que busquen las Palabras que van de esta Gloria”.

Ya vi a más de rodillas, pero un grupo grande. Y dijo la misma voz:

“Éstos ruegan para ellos, pero no ruegan para Dios. Estos ruegan, cada uno, pidiendo su petición, que algunos piden calvarios, si los escuchara Dios”.

Luego ya vi a muchos niños, que los mayores les enseñaban a rogar con sus dos manitas juntas.

“Estos ruegos son unidos a los de los ángeles de Gloria, por ser espíritus sin pecado. Son ruegos para Dios. Las palabras son del mayor, y su inocencia es unida a la de los espíritus que sólo adoran a Dios y están a la orden de Dios. La oración del mayor puede ser de palabras o de espíritu. En la de palabras puede parecer que está alabando a Dios, y su espíritu estar ofendiéndolo. En la oración del niño, siempre su espíritu tiene intimidad con Dios, porque Dios no oye las palabras que el mayor le dice si no son para Gloria de Dios. La oración del niño es puro contacto con Dios”.

Desperté, oí:

Enseña al niño a pedir, para que amen a Dios.

Enséñale que a Dios quiera, y ya dice una oración.

Que ya Dios sabe otorgarle sin que haga petición.

Tan sólo con decir “Te quiero”, ya le está pidiendo todo.

No es como el mayor, cuando no ama y pide.

Ésta es la petición que el hombre a Dios le hace:

Dame, si quieres que dé palabras para que amen.

El niño da su inocencia, para que Dios se la guarde.

Y el mayor, con su maldad, a Dios cree engañarle.


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miércoles, 27 de abril de 2011

Piensa dos veces al día, que te tienes que morir - Libro 9 - Dios Habla al No Quiero del Hombre - Tomo I - Pag. 155-156-157


En Sueño Profético decían:

Nadie se para a pensar en el poco tiempo que vive ahí, para portarse tan mal. Si pensaran que esa vida termina antes que empieza, procurarían hacer el bien.

Esto lo decía mi abuela:

No hay quien ame a Dios y no haga vida buena, lo mismo que no hay reloj que no te marque la hora en la risa y en el dolor. Estas son cosas tan justas, que no tienen “sí” ni “no”. En esto, el gran talento, silencio pone. De estos refranes, a mi abuela, siempre le pedían copiados. Tenía una seguridad para guiarte en consejos, que le temían los letrados, los pocos que había en el pueblo. El consejo que te daba, tenía firmeza de roca. Decía, que cada día que amanecía, inclinaba sus rodillas y al Rey del Cielo le pedía: “Tú dispones de mi vida”. Esto lo empezó a decir cuando tenía 14 años. Su consejo era: “Piensa que te tienes que ir de esta casa –vida material–, donde todos son tus hermanos, y que en la Casa Eterna está el Padre de todos, y te pide cuentas”.

Esto ya lo dice el nieto:

“El que hace mal ahí,
es porque no sabe fijo
que Aquí tiene que venir.

¡Es pena que los Santos
tengan tanto que sufrir
para quitar pecadores
que Aquí no podían venir!”.

Desperté, oí:

Deberían poner letreros
en las esquinas y en las calles,
para que todo el que pasara
fuera leyendo estas frases:

Piensa dos veces al día,
que te tienes que morir,
pues pensando dos “na” más,
fijo te vienes Aquí.

Hay quien no piensa en la muerte,
“pa” seguir haciendo mal.

Pues pensar es de provecho,
y te quita de pecar.

Hay a quien no le hace falta,
pero nunca está de más.

Pues si piensas por Amor,
estás en la Gloria ya,
y si vas a hacer pecados,
el pensar, te quitará.

Ama y piensa en la muerte,
que tendrás Eternidad.


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martes, 26 de abril de 2011

6º Aniversario del Fallecimiento de Ana García de Cuenca


Ya hace seis años que Ana García de Cuenca no se encuentra físicamente entre nosotros, pero sí en Espíritu. Con motivo de poder recordarla, y gracias a la aportación de Encarnita Aguilera, una seguidora y miembro de la Fundación, podéis ahora oir la grabación de un Mensaje leído directamente por Ana.

El Mensaje fue grabado hace más de 30 años en un magnetoscopio, por tanto el sonido no es de muy buena calidad. Se ha intentado mejorar eliminando la mayor parte del ruido y amplificando la voz.

Los que la conocimos tuvimos el privilegio de poder ir a diario a su casa a oir el Mensaje del día. Los que no pudieron conocerla, tienen ahora la posibilidad de oir su Voz.

Para que puedan seguir la lectura de la grabación, a continuación tienen escrito el Mensaje al que pertenece:

Click aquí para escucharlo:


En Sueño Profético decían:

“Ésta es la Gloria. Éste es mi Padre. Y Yo soy Dios”.

Y con grande fuerza vi esta Visión:

El Padre sin Cuerpo y sin Carne, y un Hombre de Carne que era Dios.

Fue rápida la Visión, y cuando quise quedarme con esta estampa, se desapareció, y sólo hablaban. Decían:

Leyendo este Escrito y preguntando el sentir y explicación que dé el que Dios Aquí trae, ves Verdad y sientes a este Dios.

Es pena para Dios y condenación para el hombre, no querer saber de Dios.

El hombre quiere las Palabras de Dios escritas, y no oídas por Dios.

El hombre buscaba a Dios, si Dios dijera: “Tú no quieres mis Palabras, pues ten, tu condenación”.

Si Dios hiciera esto, sin dar el Perdón, todos oirían a Dios, todos temerían a Dios, todos buscaban a Dios. Pero ya sería un Dios imitando al hombre, y Dios es Dios, y se hizo Hombre para enseñar a amarse, sin castigo, sin miedo, y sí con Amor.

Dios Poderoso, Único, y dejando que el hombre Lo maltrate.

Desperté, oí:

Si Dios sabes es Dios,
¿por qué no amas?

Si Dios te da y ofrece Amor,
¿por qué no amas?

Si Dios no fuera Dios,
no te Oía cuando llamaras.

Pues si Dios es todo Amor,
¿por qué no amas?

No hay mejor Amor,
que hacer lo que Dios manda.

El que ama siempre a Dios,
de su Gloria no se extraña.

El que duda lo de Dios,
bien poco que a Dios Lo ama.

Si esta Gloria no la has visto,
no puedes hablar de Dios
puntualizando palabras.

Si de lo escrito refieres,
no es lo mismo que Dios te habla.

Oye para aprender
lo que de esta Gloria sacan.


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Mensaje del Libro 2, Pag. 23-24

lunes, 25 de abril de 2011

La inocencia del niño hace unión con Dios - Libro 4 - Te Habla El Profeta - Tomo I - Pag. 108-109


En Sueño Profético hablaban de los niños. Decían:

Si los niños crecieran, fueran hombres y se quisieran como los niños se quieren, no habría hombre que pecado hiciera.

El hombre peca porque no ama a los hombres, porque no ama a Dios. Al no amar a Dios, no puede querer al hombre. No habiendo Amor a Dios, ya vives con pecado, ya te entra el rencor, la ira y la indiferencia al que sufre.

El niño sufre cuando el mayor no está contento. Al niño le pegas el azote y es normal que admita tus caricias, cuando tú, con cariño, le digas el mal que ha hecho. El niño parte su pan, con risa de ángel, con otro niño que no sea de padres iguales, que uno es de padres cortesanos, y otro de padres humildes. Pues estos niños, como no tienen pecado, son inocentes, limpios, sin que el cortesano deje de vivir corte, ni que el humilde para Dios no sea cortesano. Para Dios, en amándose, son los dos suyos. Pues si así siguiera el hombre, habría Paz en el mundo de materia y cierre del Infierno.

Desperté, oí:

La inocencia del niño
hace unión con Dios
y retira del pecado.

La maldad te retira de Dios,
te hace egoísta,
y te separa de tus hermanos.

Dios, Padre de todos,
quiere que sus hijos se amen
con inocencia de niños.

Que sufran por el que llore,
y que partan su comida.

Unos, que sean de la corte;
otros, de humilde familia;
pero que vivan con Paz
y se junten Aquí Arriba.

Que en la Gloria manda Dios,
y es tan sólo una Familia.

También Él manda en la Tierra,
pero ahí nunca te obliga;
te deja con Libertad,
para que tú seas el que elijas.

¡Son los niños los que aman
y reparten su comida!

Si el hombre se hiciera niño,
fijo pecado no habría.


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domingo, 24 de abril de 2011

El que cree y no ama, persigue - Libro 10 - Hechos de Jesús Perdidos, Hoy Dictados en Gloria - Tomo I - Pag. 140-141-142


En Sueño Profético decían:

Persigue más el que cree y no ama, que el que no cree.

Dijo uno:

Yo oí un día al Maestro hablar enseñando a conocer al que menos Lo amaba, al que no creía que era Dios y al que rechinaba los dientes para que no fuera el Hijo del Hombre. Aquí, otra vez, refiero sus Palabras:

“Veréis que Me persigue más el que sabe que soy Dios, que el que no lo cree. El que no lo cree, lo verá en mi Resurrección. Y el que no Me ama, no querrá que resucite. También veréis a los fariseos y a los hipócritas hacer como que sienten los golpes que me da el obediente a Satanás. Conoceréis a los cobardes porque hablarán de Mí según al que tengan delante; os preguntarán por mi Reino como ladrón que se esconde. Esto, si no lo aprendéis, no sabréis conocerlo”.

Desperté, oí:


El que no cree en Dios, no persigue nada de Dios.

El que cree y no ama, hace daño.

El que se oculta para cundir la Palabra que oye de Dios, ocúltate tú de él.

Dios enseñaba para que no fueran engañados los que en Él vivían.

Estos que oían, amaban, no callaban y conocían a los que Dios les descubría.

El que cree y no ama, persigue.

Persigue, se descubre y se condena.

El que persigue la Palabra de Dios, disculpa a Dios no le llega.

Tiene más Perdón un momento de acción, que una vida de persecución.

Ama, y Dios te enseñará a que conozcas al que dice que ama.


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sábado, 23 de abril de 2011

Tres grupos - Libro 10 - Hechos de Jesús Perdidos, Hoy Dictados en Gloria - Tomo I - Pag. 69-70


En Sueño Profético vi un llano, y en aquel llano había tres grupos de gente. En el grupo del centro estaban sentados, y Dios Hijo de pie hablando; el grupo de la derecha venía hacía donde estaba Dios; y en el grupo de la izquierda estaban de espaldas.

Dijo uno señalando a los de en medio:

“Éstos son los que oyen la Palabra de Dios y Lo contemplan. Y éstos –señalando a los de la derecha–, son pecadores que vienen buscando al Salvador de los hombres. Y ya, éstos de la izquierda, son los que vuelven la espalda a Dios y luchan para que todos la vuelvan; a éstos Dios los deja un tiempo y luego es Dios el que los retira”.

“Estos es: Gloria, en medio; Purgatorio, en la derecha; y camino de la condenación, en la izquierda”.

“Dios se comunica para que sólo haya un grupo, que este grupo es el de en medio. Sus Palabras sientan en el grupo de en medio, e impide con su Amor que pasen al de la izquierda”.

Desperté, oí:

En esta Comunicación ve el hombre claro para qué quiere Dios que sea publicada su Comunicación.

Todo lo que te acerque a Dios, debe practicarse.

Pero cuando Dios habla, debe escucharse sin recelo ni maldad.

El que dice: “Dios habla en mí”, ya te dice: “yo no soy”.

Esta palabra “no soy”, lleva un sello de humildad.

Cuando las palabras son del hombre, si puedes, las robas.

Las robas y desprecias al dueño diciendo que son tuyas.

Las Palabras de Dios, el que las comunica reverencia al Dueño de estas Palabras y sube al patíbulo diciendo: “Son Palabras no mías, son Palabras de Dios dichas por mí”.

Al que Dios le habla, no le deja que éste diga: “hablo yo”.

Dios ama al hombre, pero Dios no deja que el hombre haga de Dios.


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viernes, 22 de abril de 2011

¿Cómo se llega a amar? - Libro 5 - Dios Comunica y Da Nombres - Tomo I - Pag. 215-216


En Sueño Profético decían:

Yo vi un día preguntar a una
cómo se llegaba a amar,
y oí tal respuesta,
que a mí me hizo amar.
Fue Teresa la que dio
la respuesta sin pensar,
sin pensar “pa” el que la oyó,
que así la pudo juzgar.

Yo ya la oí otras veces,
y la buscaba donde sabía
que la podía oír hablar.
Luego tenía yo historia
para poder divulgar
cómo hablaba esta Teresa,
que dejaba a más “callás”,
que respuesta a ella le dieran.

Esta fue la respuesta
que de Teresa salió:
¿Qué cómo se llega a amar…?

Ya estás tomando la clase
porque la estás preguntando:
primero, querer saber cómo amar,
y aprender a querer en risa y llanto.

Pues si el llanto es de Dios,
no puedes llamarle llanto.
Y si la risa es sin Dios,
entonces llámale llanto.

Ama con Fuego de Dios,
que el Fuego lo trae el llanto,
y el llanto a veces es
de querer a este Dios tanto.

Poco tienes que aprender
si dispuesta estás a amarlo.

Yo creo que este Amor
se descubre hasta en los pasos,
porque ven que andando tú,
hay alguien que va empujando.

Ya sabes lo que es amar,
cuando tú estabas amando.

Desperté, oí:

Cuando ya me preguntó
cómo tenía que amar,
fue cuando sintió el Amor,
que Dios ya le hizo amar.

Primero, quiere amar.
Amando, sientes Amor.
Y luego buscas ansioso
donde te hablen de Dios,
te hablen de algún Sueño,
éxtasis o Revelación,
alguien que te diga amando:
“yo veo la Gloria de Dios”.

Este gran Amor se enseña,
practicando ya el Amor
en alegrías y penas.

Yo, de tanto como amo,
lo mismo amo riendo,
que amo viéndome el llanto.
¡Ay secreto del Amor,
que junto es risa y llanto!

TERESA DE ÁVILA


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jueves, 21 de abril de 2011

Una mujer amaba, la otra creía pero no amaba - Libro 3 - La Palabra del Creador - Tomo I - Pag. 162-163-164


En Sueño Profético decían:

El que cree y no ama, cerca está de condenarse.

El que cree en la Existencia de Dios, es primero lo de Dios, si ama.

El que sabe que Dios espera, sabe que a Dios no le va el engaño, y hace las cosas sin Dios.

Dijo uno:

–Mal camino es que crean y no amen.

–Sigue hablando tú, Santiago –dijo el que habló anteriormente.

Ya empezó Santiago:

–Voy a contar un pasaje que yo y seis Discípulos más presenciamos:

– Estando un día llenándonos de la Palabras del Maestro, llegaron dos mujeres y una dijo con las palabras y la mirada para el Maestro:

–Venimos discutiendo las dos y queremos que Tú nos saques de esa razón que las dos creemos tener.

Dijo el Maestro:

–Yo os voy a decir lo que queréis preguntar, y ya entre vosotras tendrá desprecio la sinrazón. Tú amas y nunca dices: “Yo creo que Jesús, el de Nazaret, es el Hijo de Dios hecho Hombre”. Tú amas, y ya vives amando a lo que mi Padre quiere que todos amen: al Único Dios.
El que cree sin amar, no puede ser bueno, porque nunca obedecerá las Palabras que Dios enseña, porque la obediencia es sobra del Amor.


Se miraron estas dos mujeres, y una se inclinó de rodillas y dijo:

–Yo soy la que desprecio la sinrazón. Yo creía que Tú eras el Hijo de Dios, pero yo nunca he tenido obediencia a tus Palabras. Ahora mándame, porque siento Amor, y ya he olvidado el “creo”.

Un momento en silencio quedaron Maestro y Discípulos, y otra vez las Palabras del Maestro todos oímos:

–Seca tu llanto y no pronuncies Perdón. Levántate, que ya estás perdonada, porque has reverenciado a mi Padre, aunque a Mí me estés viendo.

Desperté, oí:

Estas dos mujeres llevaban una fuerte discusión.

Una decía: “Yo amo y hago todo
lo que el Maestro va enseñando”.

La otra no estaba de acuerdo,
y la voz subía diciendo:

Yo creo que es Dios,
y que no es sólo el Maestro,
pero ¿por qué voy yo a hacer
todo lo que Él va diciendo?

La respuesta ya era fuerte,
antes de ver al Maestro.

Le dijo que el no obedecer,
tendría parte de Infierno.

Esto ya le hizo pensar
y querer ver al Maestro.

Para poder preguntar
si es lo mismo obedecer
por amar o creer,
que vivir sin obedecerlo,
Dios acampó en el sitio,
donde ellas pudieran verlo.

Cuando Dios dijo el pensar,
ella tuvo que quererlo.

Pues creer no dice nada,
y si amas estás creyendo.

A la que ama la metió
en que dejara el “creyendo”.


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miércoles, 20 de abril de 2011

Vela que escondida llevaba - Libro 6 - Dios Manda en Su Gloria que Enseñen - Tomo I - Pag. 192-193-194


En Sueño Profético vi un anciano y un niño. El niño iba. El anciano regresaba. Paró el anciano al niño, y con grande amor le dijo:

–Te voy a dar un consejo que quisiera que lo guardaras, pero a la vez te pido que lo enseñes.

Dijo uno:

Esta visión yo la tuve en mi vida con materia, y esto que yo cuento, el niño me lo contó a mí:

Este niño tenía nueve años, y en su casa era el que echaba al enemigo con sus oraciones, ya que sus padres tenían un choque diario por no querer a Dios. El niño siempre vivía asustado por las amenazas que en sus padres oía. Él, cuartos que cogía, vela que compraba y llevaba a una ermita que había en aquella cortijada y que casi nunca estaba sola. Se cundió que un niño encendía una vela que escondida llevaba.

Yo le pregunté:

–¿Qué te ha dicho el viejo?

No pudo contestar de momento, y ya, cuando se fue tranquilizando, me dijo:

–Cuando me puso la mano en el hombro, sentí frío y como si no pisara tierra, y oí: “Yo soy uno de los Profetas que Dios habló en mí al hombre. Hoy Dios me manda que me comunique contigo, trayéndote Paz para que sea por ti repartida. Dios te da el privilegio de apacentar a los espíritus y de que huyan los demonios. Siempre que llegues donde haya un hombre, impregnarás la Paz. Guarda esta Paz, enséñala, y donde vayas, la dejas para ir cerrando puertas al mal, y Dios allí viva”.

Desperté, oí:

Este hombre lo creyó todo,
por no ver donde se metió el anciano.

Este hombre lo creyó,
por el temblor de las manos
que al niño le notó.

Pálido, pero contento,
el niño le contestó:
“Hoy no lo he visto irse,
no lo oí decirme adiós”.

Otros días, en la ermita,
lo veía en un rincón,
cuando la vela encendía.

Este Escrito da pensar,
al que pensar no quería.

Iba, encendía la vela,
y a Dios, la Paz le pedía.

¡Lo que puede la oración!:
la ermita llena de gente,
y a su casa Paz llevó.

Dios le da a la inteligencia
el título de la Paz,
y al espíritu le ordena
cómo tiene que enseñar.

Pero le mandó un Profeta,
que pudo justificar,
cuando lo vieron de materia,
y vieron que no era “na”.


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martes, 19 de abril de 2011

Camino de Amor - Libro 8 - Dios No Quiere, Permite - Tomo I - Pag. 192-193-194


En Sueño Profético decían:

Hay quien dice que busca a Dios, y tú ves el camino tan contrario, que ya ves que no es persona de Dios.

Hay quien se coloca en postura tan falsa, que Dios no lo deja que se ponga el disfraz.

Dijo uno:

Cuando se busca a Dios, no terminas el camino para llegar a Él, porque Él sale a tu encuentro.

El hombre dice que Dios tiene muchos caminos. Esto lo dice el hombre equivocado.

Dios sí tiene muchos caminos que el hombre ignora, pero para buscar a Dios, sólo hay uno, y es el Amor.

Donde no hay Amor, no hay camino de Dios. Donde no hay Amor, te cansarán todos los caminos y no encontrarás el que Dios sale a tu encuentro, justamente con su medida de Amor. Ya, cuando Él te espera, siempre Lo llevarás por todos los caminos que el hombre ignora, por todos los que la vida material sus penas llora; ya te llevará por el camino de la Caridad, donde a Él llaman, donde a Él esperan, donde el ¡Dios mío! se oye como el tic-tac del reloj cuando no falta la cuerda, cuando las ansias de Dios ya esperan en la puerta, cuando no mueves un pie sin que Dios te dé respuesta.

Éste es el camino
que pocos encuentran.
Aquí se presenta Dios
en mujer u hombre cualquiera.

Este camino lo pasas,
y en éste, todo lo encuentras:
las fatigas de la vida,
que lo social Aquí no cuenta,
son fatigas que se pasan
hasta soltar la materia.

Desperté, oí:

No hay un sólo arrobo
que no lleve su Enseñanza.

Es corriente oír al hombre
el decir estas palabras:

“Por todos los caminos
se llega a Dios”.

Tan sólo hay un camino
donde Dios espera al hombre.

Este camino es Amor,
que andando este camino,
en la mitad espera Dios.

Ya, Él, te manda por los muchos,
pero ya vais los dos.

No digas muchos caminos,
los que te llevan a Dios,
porque estás perdiendo el tiempo,
si no es camino de Amor.


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lunes, 18 de abril de 2011

Consolar al afligido - Libro 10 - Hechos de Jesús Perdidos, Hoy Dictados en Gloria - Tomo I - Pag. 159-160


En Sueño Profético decían:

No hay tiempo mejor empleado que el tiempo que gastas en consolar al afligido y quitar que hagan pecados. Estos dos servicios son sólo para el espíritu, y luego ya recibe el bien la materia.

Un día Le oí al Maestro decir:

“Si evitas que uno peque, puede que no pequen muchos. Y si consoláis al afligido, también podréis evitar que peque. El consuelo de palabras, te hace que sientas a mi Padre, y ya huye el mal espíritu. El espíritu del mal procura hacerse amigo del que el sufrimiento lo atormenta, para ofrecerle las palabras y acción que el hombre hace en contra de mi Padre. Pero Yo que soy el mismo Dios Padre, quiero enseñaros a que conozcáis el vivir de vuestro espíritu, para que no seáis atormentados. Esta Enseñanza de hoy, sea cundida diciendo que ha sido oída de Mí”.

Esto lo dijo el Maestro porque al pasar por una calle que era de poco paso, se oyó a un hombre con unos lamentos ya sin fuerza pero con pena. Mandó el Maestro a uno que le preguntara y que se quedara a consolarlo, ya que el Maestro sabía su sufrir. El que mandó el Maestro le dijo: “Maestro, prefiero seguir contigo para aprender y luego buscar al pecador. Después de esto habló el Maestro, y ya todos pidieron Perdón.

Desperté, oí:

Ya quedaron enterados de que un afligido puede ofender a Dios, tan sólo con pensar en el sufrir o en el dolor.

Si no estaba amando
cuando el dolor le llegó,
fácil hace los pecados.

Y ya le viene al pensar
lo que nunca había pensado.

Ya se acuerda de buscar
lo que tuvo despreciado.

Y se encarga Satanás
de que tires para el lado
del que te pueda decir:
¿qué importa vivir pecado?

Dios enseña al que no peca,
que aprenda y vaya enseñando
que amando mucho a este Cielo,
nunca pensarás pecados.


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domingo, 17 de abril de 2011

No ensucies el agua - Libro 7 - Investigaciones a La Verdad - Tomo I - Pag. 130-131


En Sueño Profético yo decía:

Señor, ¿por qué me da tanta alegría que me llamen para que les hable de Ti?

Dijeron:

Porque al escuchar, pueden oír; y al oír, hablar; y al hablar, otros pueden oír; y estos otros, no callar. Esto es la Voluntad del Padre. Él manda al Hijo para que el hombre no sólo escuche: primero, escuche; y cuando escuche, oiga. Hay quien no escucha porque no quiere oír, que este oír es a Dios. Siempre que habla Dios, el hombre intenta callarlo.

Desperté, oí:

Si Lo amas, Lo oyes. Y si dices que Lo amas, tú no mandas que calle este Eco que de su Voz viene.

El que manda que calle Dios, ¿cómo va a creer en Dios?

Ya, aunque no Lo ame, si creyera en su Poder, miedo tendría a ponerle silencio.

Es normalísimo que, si tú no tienes sed y no quieres que beba otro, ensucies el agua.

Si tú no quieres saber de Dios, remedias algo dejando que otros sepan.

Como si no tienes sed, no ensucies el agua.

Da sólo tus cuentas y no quieras dar las de otros.


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sábado, 16 de abril de 2011

El que ama a Dios, defiende a Dios, y el que no, Lo condena - Libro 9 - Dios Habla al No Quiero del Hombre - Tomo I - Pag. 96-97-98


En Sueño Profético decían:

El peor mal del hombre es creerse que a Dios le hace falta; creerse que sin él, Dios no podría actuar; creerse preciso a Dios; querer dar a Dios consejo y querer anular a Dios.

El hombre alardea de desmentir a Dios; el hombre juega con la Palabra de Dios y no respeta sus Palabras, que dejó dichas y que siempre estará repitiendo para que no tenga final su Enseñanza, para que el hombre no haga de dios con sus falsedades, para que se amen como Él nos amó.

Dijo Catalina de Siena:

El que ama a Dios, defiende a Dios; y el que no Lo ama, Lo condena cuando condena al que Él elige. Grandes Elegidos tiene la Historia de Dios, y grandes huellas tiene el hombre, del mal que Le hizo a Dios. Todos los que Dios habló en ellos, fueron “Dios actuando”; éstos dejaron una Enseñanza que es la que le sirve al hombre para saber de Aquí.

Ya debería el hombre no repetir más atropellos con el que Dios enseña para que enseñe. Que compare el hombre, la actuación del Elegido, con la actuación del daño que le hace al Elegido y las trabas que le ha puesto el hombre. Y ya como final del arrobo, que diga el hombre si el Elegido aprendió del hombre. Pues si esto es así, que pida Perdón el hombre.

Desperté, oí:

¡Qué palabras tan seguras
quedan escritas Aquí
por Catalina de Siena!:

“El que ama a Dios,
defiende a Dios,
y el que no Lo ama,
Lo condena”.

La Historia te dice claro
el mal que siempre hizo el hombre:

Encarceló y mató a grandes hombres,
y a mujeres y a niños degolló.

El hombre coge el martirio
como dando agrado a Dios.

A sabiendas que está haciendo
lo que Dios no le mandó.

Este mal que tiene el hombre
de vestirse con el “yo”,
es el que hace cuadrillas
que van en contra de Dios.

Que compare lo que hace
el que Dios siempre le habló,
y que repase la cuenta
del martirio que le dio.

Los que tuvieron martirio,
hoy están Aquí con Dios;
y los que lo permitieron,
juntos con el que lo dio.

No hace falta saber mucho
para poder entender
que no puede estar en Gloria
el que martirio a Dios dé.


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viernes, 15 de abril de 2011

El que Lo busca por verlo, es el que primero Lo ve - Libro 1 - Meditaciones y Palabras Directas con El Padre Eterno - Tomo I - Pag. 167-168


En Sueño Profético decían:

Hay quien busca a Dios por el sufrimiento; otros, por la alegría; y otros, por verlo. El que Lo busca por verlo, es el que primero Lo ve.

Éste se olvidó del sufrimiento y del bienestar, pero no se olvidó de amarlo, tanto, tanto, que Lo sigue hasta verlo.

Si mucho Lo amaba sin verlo, a qué grado llegará este Amor cuando Lo vea y Dios, el Único Omnipotente, diga:

“Yo Soy el Dios de todos los hombres. Yo Soy el Dios que Amo al hombre y dejo que el hombre no Me ame. Yo Soy el Dios de Israel. Yo Soy el Dios de Abraham. Yo Soy el Dios de Moisés. Yo Soy el Dios de todos los Profetas. Yo Soy el Único Dios que separa el espíritu de la carne. Yo Soy el Único que resucito a los muertos”.

Cuando este hombre oiga y sienta estas Palabras, dichas con la Fuerza de esta Gloria, no habrá quien pare este Grito, que aunque calle, alborota.

La alegría de la cara de este Elegido, irá hablando de esta Gloria, y si tienes un sufrimiento y el trato le das a ella –porque ella quiere tu trato, pero quiere que tú quieras–, ya verás el sufrimiento como una cosa cualquiera, porque este sufrimiento no sigue, que ahí se queda.

Desperté, oí:

El sufrimiento de ahí, muchas veces tú lo sufres porque no piensas Aquí.

Si crees en la Eternidad, y piensas en esta Gloria, desecharás sufrimientos que el que no cree ni piensa, alberga.

La Paz, la Alegría y la Esperanza son la Bóveda de Dios.

La ira, la intranquilidad y la esperanza pérdida son el Abismo.


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jueves, 14 de abril de 2011

Al amor no le va la distancia - Libro 4 - Te Habla El Profeta - Tomo I - Pag. 123-124


En Sueño Profético decían:

Esto es para enseñar del espíritu y educarlo a la Paz:

Si no tienes paciencia y no conoces la humildad, no te consideres amigo de Dios.

El amor tiene sus exigencias cuando es material. Pero cuando es espiritual, es caminar y caminar siempre con dulzura, viendo el camino corto y llano; llano porque Dios no tiene obstáculos ni fronteras.

Hay quien cuando ve algo fácil le da orientaciones a Dios.

El bien que se hace al inmerecido es uno de los caminos por los que se va a la Gloria.

El bien que se hace al que corresponde es empate.

Al amor no le va la distancia ni la quiere.

La distancia que es irremediable es el símbolo del odio.

Donde hay amor no existe separación.

Cuando el amor es grande sobra la incomprensión.

Las manos cogidas son símbolo de unión. Y si esta unión puedes practicarla, no puedes materialmente hacerla a distancia.

Desperté, oí:

Su Venida fue para enseñarnos a amar y para la Salvación del espíritu.

Esta Enseñanza, si te llena de Dios, es fácil. Pero si no te llena, es dura.

Fácil porque la unión con Dios quita los obstáculos.

El que cree en Dios, todo lo ve fácil.

A Dios Le agrada que tú te fíes de Él.

Dios es Único y actúa sin consejero.

La poca inteligencia del hombre le hace darle consejos a Dios.

El hombre ha olvidado las Palabras de Dios y ha querido hacer unas nuevas.

Éstas nuevas son sin espíritu, y por consiguiente éstas terminan.

La Palabra de Dios es Espíritu y quedará por los siglos de los siglos sin fin.


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miércoles, 13 de abril de 2011

Mensajera del Altísimo del Cielo - Libro 5 - Dios Comunica y Da Nombres - Tomo I - Pag. 166-167-168


En Sueño Profético hablaban Tomás de Aquino y Agustín de Mónica.

Decía Tomás:

A todo lo que sea de parte de Dios, el hombre le pone más resistencia.

Dios quiere que se publique, y el hombre quiere ocultar esta Comunicación de Aquí a ahí.

Dios, siempre que le ha hablado al hombre, es para que por este hombre sepan, los demás hombres, de Aquí.

El hombre ama tan poco a Dios, que no tiene interés en saber de Él.

Son muy pocos los que Dios habló en ellos y el hombre no martirizó. A infinidad les dieron muerte. Éstos, siempre dicen lo que Dios dice en ellos. Esto es Dios actuar en forma de ejemplo para el hombre censurar. Esto es compartir con el Prójimo el sufrimiento, que esto es lo que hace este Lugar que Dios coge para hablar en él al hombre. No aceptar esto es censurar a Dios.

Elegido es objeto que tú coges para que te haga tus servicios. Elegido puede ser persona que tú coges para que en tu nombre vaya y transmita aquello que tú quieres realizar, vasallo que tú tienes a tu servicio y que debe ser respetado por quien toma el mensaje que lleva o noticia que el superior le ha mandado.

Ahora soy yo, Tomás, el que sigo este diálogo, para que el hombre comprenda que si ahí, en lo material, no respetaran al centinela, no habría cuartel general, ni partes ahí darían. Pero como es material, al centinela respetan y le hacen un buen saludo, para que éste allí lo devuelva.

Desperté, oí:

Cuando recibes el parte
que el centinela te lleva,
o te dice aquí no hay paso,
por estrellas que éste vea,
tiene que ser respetado
como si el general fuera.

Si el general te da el mandato,
tú ya no eres centinela,
tú cumples un cometido
de un superior que te ordena.

¿Qué diría el general
si ofendieran al centinela?

¿Y al cartero le pegaran
por no ser noticias buenas?

Todo esto es respetado,
respetado y por las buenas.

Pero cuando es Mensajera
del Altísimo del Cielo,
no respetan la Palabra
de Éste que todo está viendo.

El hombre no puede rezar:
“creo en Dios, creo en el Cielo”.

Porque si callado ofende,
así más sigue ofendiendo.

TOMÁS DE AQUINO y AGUSTÍN DE MÓNICA


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martes, 12 de abril de 2011

Cruz y Calvario - Libro 3 - La Palabra del Creador - Tomo I - Pag. 259-260


En Sueño Profético vi a dos hombres peleándose y dándose golpes. Llegó Juan y para separarlos empujó a cada uno para un lado, quedando Juan como en cruz. Apareció Jesús y dijo:

–Mi Padre me manda para que os dé Paz, y Yo mi Paz os dejo, pero os aseguro que vosotros crucificaréis al Hijo del Hombre y quedará en la misma estampa que Juan. Si vosotros amáis a mi Padre, no podéis golpearse, porque el dolor llega a mi Padre. Si tú amas, no golpeas a este amado.

Siguieron caminando juntos el Maestro y Juan, y vieron a unas mujeres, y apartándose Juan del Maestro, les dijo estas palabras:

–Mi cuerpo no puede más caminar. Yo he oído que el Maestro será crucificado, y me ha hecho que yo haga su Estampa.

Oyendo estas palabras, y no oyéndolas por achicar sufrimiento, sacaron estas mujeres los pañuelos y caminaron acompañadas de sus lágrimas. A todo el que amaba al Maestro, lo enteraban de su Gran Dolor.

Desperté, oí:

Dios hizo que Juan se pusiera en cruz en el momento que Dios se presentó.

Juan sabía que era obra del Maestro.

Juan vivía porque vivía su Maestro. Juan ya no viviría cuando no tuviera Maestro.

Cuando corrió la noticia, ésta ya dicha varias veces por el mismo Maestro, entró grande silencio entre los Discípulos.

En sus rostros se reflejaba Cruz y Calvario.

Cuando amas se clavan en ti los golpes que le dan al Amado.


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lunes, 11 de abril de 2011

El arroyo - Libro 6 - Dios Manda en Su Gloria que Enseñen - Tomo I - Pag.177-178


En Sueño Profético vi un arroyo, y el agua bajaba con mucho ruido.

Dijo uno:

En este arroyo no corría agua. Este arroyo despertó, su ruido, a todos los campesinos en el momento de nacer el Mesías. Por donde pasó el agua, despertó. Unos buscaron el ruido, y ya oyeron el tropel de gente que iba a reunirse al sitio del Nacimiento. Y a otros, a la vez del ruido del agua, el ganado se les empitonó y golpeaba en el retablo, dando cabezadas donde hacían más ruido, para que todos alborotaran la calma del silencio de la noche.

Este Nacimiento hizo vibrar todo lo que nace y muere, y también mandó salirse al agua para que fuera al secano, donde tiempo atrás las mujeres iban a lavar la ropa. Esto dio gran alegría, al ver otra vez las piedras, y a las mujeres, de rodillas, golpeando y amasando para dejar esclarecida la ropa que habían sudado de transportar la aceituna. Estas mujeres lavaban mientras las cabras bebían.

Desperté, oí:

Que el que nació era Dios,
se lo dijo en el arroyo,
y en el ganado que trompeó
y el silencio lo quitó.

El testuz no les dolía
porque Dios se lo decía.

Les diría: “Golpead,
que mi Hijo va del Cielo,
para enseñar a los hombres
que el Amor sea lo primero”.


Amando, ya será todo
como correr arroyuelo,
con fuerza que lleva el agua
de la Palabra del Cielo.

El hombre no cree en Dios,
no por falta de argumentos.
El hombre no cree en Dios,
porque Amor no lleva dentro.


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domingo, 10 de abril de 2011

Enseñaban a conocer al espíritu del mal - Libro 8 - Dios No Quiere, Permite - Tomo I - Pag.112-113-114


En Sueño Profético enseñaban a conocer al espíritu del mal, demonio, conocido por el hombre:

Este espíritu siempre está buscando cabida para tomar aposento. Este espíritu engaña al que no conoce el Amor de Dios. Al que lo conoce, a éste, intenta atribularlo, desechando estas atribulaciones tus buenas obras, dándose el caso de querer que la obra no quede lucida para Dios.

El espíritu del mal te pone el bien donde es el mal para Dios. Esto es conocido por el espíritu que Aquí Dios trae; es conocido por éste, y es difícil que otro acepte razones que éste pueda dar para que aprenda él también.

Los espíritus malignos son espíritus que hicieron pecado cuando estuvieron con materia, comportamiento que tuvieron según el respeto al hombre, pecados que vio o no vio el hombre, pero que Dios veía.

La derrota del demonio le va de los que aman mucho a Dios; éstos, siempre que sufren, es con triunfo.

Para que no te sigan espíritus de fuera de la Gloria, tienes que no practicar el pecado y procurar que en tu espíritu haya Paz. La Paz te traerá la calma, y esta calma te hará ver si esto es del agrado de Dios y si esto no es para ir a su Reino.

El progreso del hombre tienes que tomarlo en dosis pequeñas. Para estar siempre dispuesto a cortar esta dosis, tienes que vivir vida de espíritu.

Desperté, oí:

El que ahí vive vida espiritual, no pierde esta Gloria jamás.

Si ahí vives como quieres, no digas que la Gloria prefieres.

Dios no te puede pasar adonde tu no quieres entrar.

Si Aquí no quieres venir, dilo a voces desde ahí.

Si voces no quieres dar y a Dios no quieres amar, tú pecas así mucho más.

Pecas más, y das ejemplo de querer a Dios engañar; de engañarlo, de no amarlo, y de querer crucificarlo.

Aprende a no hacer pecados, y a este Dios contentarás.


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sábado, 9 de abril de 2011

“El que quiera como él quiere, que se agregue a mis Discípulos”. - Libro 10 - Hechos de Jesús Perdidos, Hoy Dictados en Gloria - Tomo I - Pag.180-181-182


En Sueño Profético decían:

Una tarde de verano, cuando la tarde aún no había llegado, íbamos con el Maestro cansados por el peso de los rayos del Sol que aún nos seguían. Se acercaron unos hombres y uno sólo habló. Ya dijo éste dirigiéndose al Maestro:

–Sé que seré comprendido, aunque mi explicación no salga clara. Lo que no sé es si yo llevó la razón.

Ya dijo el Maestro:

–Todo el que Me ama lleva la razón, porque el Amor a mis Palabras le hará que no sea engañado. Tú quieres que tu mujer y tus hijos vengan en mi busca y oigan como tú me estás oyendo, pero a ellos aún les falta ese Amor que tú sientes por oír lo que mi Padre en Mí está diciendo.

Quedó este hombre de piedra, y mirada echó al suelo. Otra vez dijo el Maestro:

–Ellos te dirán que aman y que ya Me conocieron y que llaman a mi Padre. Esto no es Amor a mi Reino. El que a mi Reino ama, busca siempre sediento las Palabras que de mi Padre ahora estás oyendo. Puedes agregarte a mis Discípulos, y no pienses en el sustento.

Desperté, oí:


Este hombre ama al Maestro porque antes amaba al Padre.

Él quería seguirlo, pero le faltaban ingresos.

Con el dueño que trabajaba tiene amistad el Maestro.

Era gente de dinero, y daba varios sustentos a los viejos, y a los niños siempre los ponía primero.

Cuando el Maestro les dijo: “El que quiera como él quiere, que se agregue a mis Discípulos”.

Un ¡sí Maestro! se oyó, de Amor que tenían por dentro.

Siempre querían darle algo, pero algo bueno. Él siempre respondía igual:

“Dejadlo para el momento”.

“Que ya mandará mi Padre, y ése será el momento”.


Cuando ya volvió a su casa, ya lo vieron bien cambiado.

Con buenos modos les dijo: “yo no estaba equivocado”.

El que ama busca a Dios, y nunca lo verás cansado, porque Dios hará de Dios en que más puedas buscarlo.

El que se canse de Dios, no ama y está cansado.


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viernes, 8 de abril de 2011

Alegría falsa - Libro 7 - Investigaciones a la Verdad - Tomo I - Pag. 183-184-185


En Sueño Profético yo decía:

“Señor, ¿por qué personas que son buenas, a veces se les pone ese genio y se sofocan por nada?”.

El demonio no quiere estar pasivo. Éste, quiere la actividad. ¡Y ya se encargará él de tener bastantes clientes!

Tu Enseñanza es para esto: La materia es impulsiva y, por consiguiente, se va al mando de estos espíritus diabólicos. La ira es la mercancía que más reparte el demonio. Pero si tú aprendes a despreciar esta ira, Dios te manda toneladas de bondad, dejando a la ira en un lugar aplastante. La ira, la venganza y el odio son los armamentos del demonio. El Amor, la humildad y el perdón, son el Sello auténtico de Dios. Si tú practicas esto, ya vas enseñando cómo amar a Dios. El espíritu de Dios tiene que estar siempre contento. Ésta es la forma de ahuyentar a los espíritus diabólicos.

Desperté, oí:

Pero este contento tiene que ser Divino, no pagano.

Hay quien quiere buscar la alegría en el pecado. Esta alegría es falsa, corta y retira de Dios.

Esto no es alegría, esto es Infierno o Purgatorio, pero sin Gloria.

No pueden ser engañados
los espíritus que Dios coge
para quitar el pecado,
porque entonces se vería
a Dios con endemoniado.

Y Dios se hizo Materia
para enseñar a apartarlos.

Dios no puede ser amigo
del que vive con pecado.

Porque el pecado destruye
el camino de los Santos.


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jueves, 7 de abril de 2011

Formas de sufrir - Libro 9 - Dios Habla al No Quiero del Hombre - Tomo I - Pag. 199-200-201


En Sueño Profético hablaban de las formas que hay de sufrir. Decían:

Hay quien sufre porque ha elegido sufrir, y acapara sufrir que no es sufrimiento. Hay más sufrimiento por cuidar el sufrir, que por el sufrir llegado. Hay quien piensa en el sufrir, y sufrir ya está albergando, y cuando llega sufrir, de un sufrir más bien buscado, entonces viene el sufrir.

Dijo uno:

El sufrimiento del hombre es, mayoría de veces, dado por el mismo hombre. Si el hombre en vez de buscar sufrir, buscara a Dios, no se acordaría del sufrir. Pero se acuerdan de Dios cuando han buscado el sufrir. El sufrimiento de la materia es llama en papel de seda. En cambio, el gran sufrir, de ese que buscan en la Tierra, luego sí es sufrir Aquí, cuando sin Gloria se quedan; pero a este sufrir, nadie ahí le echa cuentas. Debería empezar el hombre haciendo ya vida nueva, y darle el mayor cuido al espíritu, para que éste se ocupe de frenarle la materia, que este freno es pensar: “Esta carne llega a vieja, y ya nadie mirará, y el espíritu lo deja con el Mando que Dios da; esto si llegas a viejo. Pues también puedes quedar con la actividad del viejo, aunque cuentes poca edad. El sufrir debería ser, tan sólo la enfermedad, y si sentías a Dios, sufrir no puedes llamar. El día que el hombre cambie, el sufrir se acabará.

Desperté, oí:

Buen silencio pone el hombre
a estas formas de sufrir.

Es culpable la materia,
del sufrir que hay ahí.

El hombre vive la vida
sin ocuparse de Aquí.

El hombre busca a otro hombre,
para hacer a Dios sufrir.

Y éstos ya buscan a más,
para poder desmentir
de lo Eterno de este Dios,
que todo está viendo Aquí.

Todo el sufrir de la Tierra,
no debería existir.

Acércate mucho a Dios
y olvídate del sufrir.

Que los que Dios trae a su Gloria,
son como ya ha dicho Aquí.


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miércoles, 6 de abril de 2011

El que pega, a Mí me está pegando - Libro 2 - Meditaciones y Palabras Directas con El Padre Eterno - Tomo II - Pag.230-231-232


En Sueño Profético decían:

La injusticia hace que Dios premie la justicia.

La humildad destrona a la fantasía.

La tempestad y el alboroto le empujan a que se presente la calma.

La lluvia le quita bríos a la polvareda.

Dijo uno:

Hay quien se busca sufrir, por hacer que sufra otro.

Y hay quien dice quién es, sin que lo descubra aquel que sabe que está mintiendo.

Todas estas palabras tienen compañero, pues todas vienen del sitio que el Amor no conocieron.

La humildad y la calma son Dios en cualquier persona.

No podrás ver actuación de Dios en la injusticia.

Cualquier persona que tenga calma, temple y Palabras de Dios, dará Paz su presencia, porque esta presencia viene de Dios.

Dijo el Salvador de los hombres:

No podrá usar mi Paz el que vaya en mi contra. Al que sea mío, lo odiará la injusticia, porque la injusticia es la que roba mi Paz. Conservad la Paz y derrotaréis a la injusticia, porque mi Padre todo lo verá desde el Cielo cuando Yo ya no lo esté viendo. No es más valiente el que pega, que el que no devuelve el golpe. El que pega, a Mí me está pegando. Y el que no devuelve el golpe, a mi Padre está llamando. Ya responderá mi Padre a la hora de juzgarlo.

Desperté, oí:


La Paz y la calma,
descubren a la injusticia.

Dios Hombre dijo Palabras,
que no hace el hombre uso de ellas.

Dios despreció a la injusticia,
y la justicia avalaba.

Apartaba a endemoniados,
por la Paz no practicarla.

Descubrió a fariseos,
que se tapaban con capa.

Y premió a la justicia
que el hombre atropellaba.

Todo lo bueno es de Dios,
porque te da mucha calma.

Todo lo bueno es de Dios,
por la Paz que no se acaba.

Dios manda a la actuación
el nombre de las Palabras:

Donde se viva con Paz,
es mi Padre el que manda.

Porque la Paz no se queda,
donde la injusticia manda.



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martes, 5 de abril de 2011

No hay despedida mayor - Libro 4 - Te Habla el Profeta - Tomo I - Pag. 211-212


En Sueño Profético hablaban de la muerte. Decían:

Si la muerte no existiera, no habría hombre bueno. La muerte es la que recuerda Gloria o Infierno. La muerte es la que te avisa –muerte que ya ves en otro–. Entonces es cuando piensas: La muerte viene para todos; la muerte no tiene hora. Esta muerte es la de la materia; esta muerte es por la que todo hombre se preocupa, sin pensar en Muerte Eterna, que ésta es la Muerte que para Dios es Muerte, no la muerte de la Tierra. Esto no lo valora el que tiene su materia creyendo que él es el dueño de lo que luego se entierra. Si no fuera por la muerte, siempre estaría el hombre en guerra.

Dijo uno:

El que tiene confianza en Dios, ya cuenta con Vida Eterna, y la muerte de la materia le sirve de enseñanza para buscarla, para buscar la Vida Eterna.

No hay cosa que dé más Paz,
que hacer las obras buenas,
y cuando llegue la muerte,
llorarás por el que queda.

No hay despedida mayor,
que abandonar la Tierra
en un contacto con Dios.

Desperté, oí:

¡Con qué naturalidad te hablan de las dos muertes!

Te hablan de las dos muertes y te hacen que razones.

¡Qué Palabras más del Cielo, estas que otra vez dictamos!:

No hay cosa que dé más Paz,
que hacer las obras buenas,
y cuando llegue la muerte,
llorarás por el que queda.

No hay despedida mayor,
que abandonar la Tierra
en un contacto con Dios.


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lunes, 4 de abril de 2011

HEMEROTECA: 15ª Parte

Talento vanidoso - Libro 5 - Dios Comunica y Da Nombres - Tomo I - Pag. 69-70-71


En Sueño Profético hablaban de Dios, del hombre, del mundo espiritual y del mundo material. Decían:

El hombre quiere investigar y saber lo que no ve, pero no quiere saber de Dios. Nota al saber del hombre: cero.

El hombre saca su saber ante otro hombre, pero ante Dios queda suspenso.

Grandes talentos dio a conocer la Historia, pero si estos talentos a Dios no amaron, hoy Aquí no son conocidos, por ser su talento vanidoso, talento sabiendo que ahí se acaba. Estos talentos desafían a Dios, no aceptando la Sabiduría que Dios manda de Aquí, siendo esta Sabiduría eterna, y la que permite que ahí tenga el hombre la que no sabe administrar. Dios sencillez, fuente inagotable de Sabiduría, deja su Poder dormir ante la maldad del hombre.

El hombre que es de Dios, busca a Dios por Amor y por cobijo.

El Amor a Dios hace que tú te hagas niño, preguntando a un Mundo del que tu saber no puede saber nada.

Este es el hombre de Saber: el hombre que busca la Palabra de Dios.

Dijo Agustín de Mónica:

¡Cuántos fracasos tiene el hombre que no busca a la persona que Dios trae Aquí, a su Gloria!

Son menos los que confiesan diciendo: “Perdón Dios mío, mi saber es de la Tierra, y el tuyo es Saber de Gloria”. Son menos los que se inclinan con las manos en la cara pidiendo misericordia.

Desperté, oí:

Son menos los que confiesan
las ofensas que a Dios hacen.

So menos, porque son pocos
los que adoran a este Cielo.

Son menos, porque el saber
los aparta de este Cielo.

Yo, cuando oía palabras
que de este Cielo me llegaban,
mil veces pedía perdón, diciendo:
“Tú sabes que no sé nada”.

Aprende a saber de Aquí,
para que escrito lo dejes,
que luego el mismo Saber
le sirva a aquel que quiere.

AGUSTÍN DE MÓNICA


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domingo, 3 de abril de 2011

Valor de arrepentimiento - Libro 3 - La Palabra del Creador - Tomo I - Pag.61-62


En Sueño Profético decían:

Estando un día reunidos con el Maestro, llegó uno y preguntó:

–¿Todos sois Discípulos de Dios Hombre? –pues a Dios Hijo no conocía–.

Contestó el Maestro:

–Todos menos uno. Ellos me obedecen a Mí, y Yo a mi Padre.

Intentó este visitante besar la Túnica del Maestro, y más rápido le dijo:

–El beso lo ven todos, pero lo más hermoso es a lo que vienes, y esto tan sólo lo sé Yo. Vienes a unirte a éstos, para tú también decir: “Soy Discípulo del Maestro”.

–Sí, a eso vengo, y a nadie he dicho nada. No sabía si con lo que pequé, ellos querrían aceptarme.

–Ellos aceptan, porque Yo les he enseñado que busquen a pecadores que quieran ser perdonados. Y si tú vienes a unirte, ya te olvidas del pecado y buscas a pecadores que quieran ser perdonados.

Mientras tuvo este diálogo, quedamos todos en silencio. ¡Qué Palabras se oían, dichas por este Maestro! Recibíamos una clase en cualquier sitio o momento. Explicaba con Palabras, y amaba con su Gesto.

Desperté, oí:

No dejó que le besara,
la Túnica, este Maestro.

Era un valor muy chico,
para el valor que tenía dentro.

Dentro llevaba el valor,
valor de arrepentimiento.

Cuando regresó a su casa,
ya no importaba decir,
vengo de pedir perdón
a ese Dios que por ahí
va salvando a pecadores,
como me ha salvado a mí.

Si te sientes pecador
y valor llevas por dentro,
este valor ya te sirve
para que busques al Maestro.

¡Qué alegría y qué contento,
cuando te vengas Aquí
y puedas decir, Maestro,
antes Te busqué yo allí.


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sábado, 2 de abril de 2011

Con Amor a Dios, nada tendrá trabajo - Libro 6 - Dios Manda en Su Gloria Que Enseñen - Tomo I - Pag. 131-132-133


En Sueño Profético hablaban del Amor a Dios. Decían:

Este Amor te hace
que lo trabajoso sea descanso.

Este Amor te quita peso
del camino tan pesado.

Este Amor para sentirlo
tienes que Amor desearlo.

Dijo uno:

Yo vi un día a unas zagalas cogiendo flores en el campo y haciendo manojos grandes. Les pregunté:

–¿Qué hacéis con tanto volver a agacharse? ¿No os duele la cintura? Y luego las flores son de poco durar para trabajo tan grande.

Este fue el contestar:

–Son para la Virgen. Y cada vez que corto una, la veo sonreír. Y cómo me gusta verla, por eso tantas veces me agacho y no me canso. ¿Cree que esto es trabajo?

A lo largo de mi camino –porque para llegar al sitio que yo iba tenía que andar un camino largo–, al pasar por una finca que le decían “El Chaparro”, había un Cristo hecho, que dicen que fue un ofrecimiento de uno que bañándose estuvo cerca de matarse con una gran piedra que había en la orilla del río. Este hombre –contaba la leyenda–, no sabía trabajar nada que fuera de esta profesión. Él siempre fue aceitunero –que esto sí se le daba bastante bien–. Pues en aquel Divino Crucifijo –hecho por él– veías a Dios Vivo. Había unas mujeres que venían caminando del pueblo más inmediato para rezar al Cristo de cerca, con sus brazos puestos en cruz. Estaban contentas y esto lo hacían con mucha frecuencia. Yo me paré y me avergoncé. Sus caras estaban contentas y llenas de Luz. También les pregunté:

–¿Y vienen de tan lejos como el manijero me ha dicho?

–¡Ay!, eso no es lejos para lo que nos llevamos de aquí. Yo, hay veces que llamo a mi marido porque se aparece este Cristo en la pared de mi cocina cuando estoy encendiendo la lumbre, y muchas mañanas lo ve; otras, no. ¿A que ya no es lejos el venir?

Al día siguiente vi a un hombre enfermo en una casa, que más era vivienda de cerdos que de personas humanas. Oí lamentos, me paré, y había un hombre de buena posición lavando a este hombre, que de no ser por Dios, repugnancia daba. Quedé un poco parado queriendo ayudar, pero sin saber el manejo que este hombre, con tanto Amor, le daba.

–¡Pase! –me dijo– Hace unos días pasé en el caballo y a sus fuertes gritos me paré; le auxilié en lo que quiso y me fui a contarlo a mi casa; desde ese día no se encuentra solo: viene un hermano mío o el cuadrero. He querido llevarlo al hospital, pero me ha llorado tanto que quiere morir donde sus padres... Le he traído médico, y dice que el remedio no está en el hospital; es caso sin solución, y su mejor medicamento es Amor del hombre que nada pide porque nada necesita, y yo me he encargado de ello.

Desperté, oí:

Con Amor a Dios, nada tendrá trabajo.

Con Amor a Dios, descanso te dará el quitar sufrir a otro.

No es trabajo, cuando amas, ni sufrir, cuando Dios llama.

Pues si sufres a Dios sirviendo, a Dios no Lo estás sintiendo.

En este hombre vi, que el Amor le podía al trabajo, por estar presente Dios.


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viernes, 1 de abril de 2011

Por falta de Amor a Dios - Libro 8 - Dios No Quiere, Permite - Tomo I - Pag. 205-206


En Sueño Profético decían:

Por falta de Amor, no se vive como a Dios agrada. Por falta de Amor, se vive retirado de Dios, y este vivir te hace que peques. El Amor a Dios, el mismo Amor te pone sus Leyes, que son distintas a las del hombre que vive sin amarlo. La falta de Amor, hace que se viva fiesta la Crucifixión y Muerte del Salvador de los hombres; se hace la fiesta hablando de sus Martirios, y se representa el hecho en distintas escenas. Hay escenas, a las que el hombre les pone valores fabulosos, quedando Dios en descontento. Hay escenas en las que Dios sirve al hombre que a Dios no ama. Otros representan la escena sin creer en Dios, y ya el que ama, sufre por el sufrir de Dios, y pide a Dios el Perdón para los ignorantes, para los que viven la vida sin buscar a Dios, para los que dejan a Dios después del hombre, para los hombres que no saben lo que hacen por no tener seguridad de que otra Vida espera, otra Vida que Dios es el único que te lleva a Ella con Él; o te deja en sitio que Él no está, porque así ellos quisieron, los que allí viven sin Él.

Si el hombre se vistiera con el traje del Amor de Dios, todo lo haría como Amor que manda, como Amor que sufre cuando desprecian su Amor.

Dijo uno:

Si piensas en los azotes que recibió Dios de la mano del hombre, no haces fiesta.

Desperté, oí:

Este Mundo sin materia,
te dice sólo verdades.

Este Mundo sin materia,
te enseña a que pensando,
puede que veas verdad
en lo que no habías pensado.

¡Cuánto se habla de Dios,
de Dios el Crucificado!

¡Y cuánto desmiente el hombre
cuando de Dios Vivo dicen:
“Yo Lo veo y a mí me coge
para decir en la Tierra
el mal que Le hacen los hombres”.

“Para llevar a la Tierra
el Vivir que vive Gloria”.

“Para que el hombre se olvide
de que muertos no hay en su Gloria”.

“Que todos viven la Vida
y ruegan para el que quiera
seguir viviendo ya Vivo
cuando suelte la materia”.


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