domingo, 5 de agosto de 2012

Si Dios dejara la Gloria con mando del hombre, todo sería Infierno

En Sueño Profético decían:

Debía el hombre de recopilar todo lo que hay escrito de Elegidos por Dios, y comparar con estas Comunicaciones; es el mismo Lenguaje de Dios, pero no esta abundancia.

Estas Comunicaciones son como el día y la noche: todos los días hay día, y todas las noches hay noche. Esto, hasta que Dios quiera, estará ocurriendo. El que quiera, que lo busque, y verá que es de Aquí. Y el que lo persiga, ¿cómo crees cristiano, que pueda estar con Dios? Perseguir estos Escritos es perseguir la Gloria. Perseguir estas Palabras dictadas por Dios, es condenar la inocencia de un niño, que fue lo que Le hicieron a Dios. Estos Dictados son Comunicación de vidas sin materia, que habitan con Dios y Dios manda que enseñen para que tengan continuidad de vida con materia y pasen a Vida sólo de espíritu. Esto, sin esta Enseñanza que Dios siempre tiene –aunque no en esta abundancia–, acabaría el hombre por negar la Existencia de este Dios Único. Estos Libros, leas por donde leas, ves a Dios hablando. Censurar estos Dictados es estar lejos de Dios, es no tener idea del Poder de Dios, es vivir engañando y querer engañar a Dios. Estos Libros descubren la ira, inutilizan al “no quiero”, y se abrazan los que aman.

Dios arroba con puertas cerradas, con guardias que pusieran y con el “no quiero” del hombre. Dios tiene Gloria, por no mandar el hombre. Si Dios dejara la Gloria con mando del hombre, como lo deja en la Tierra, todo sería Infierno, porque el que más poder tuviera, mandaba destruir la Gloria.

Desperté, oí:

Poco dice Dios en Gloria
para el que tanto persigue.

¡Qué firmeza de Poder
manda "pa" que lea el hombre!

Si el hombre mandara en Gloria,
la Gloria no existiría.

Existiría el Infierno,
y doble Infierno se haría.

El hombre, si cree en Dios,
acepta lo que Dios diga.

Lo que no puede creer,
es diciendo: “todo es mentira”.


***

Libro 9 - Dios Habla al No Quiero del Hombre - Tomo I - Pag. 132-133-134

1 comentario:

  1. Nos engañamos por temor a que la Evidencia nos comprometa,sin darnos cuenta de que ese Compromiso nos hace libres y eternos.

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