lunes, 30 de abril de 2012

El hombre abusa de la Misericordia de Dios


En Sueño Profético hablaban de Dios, del pecado y del hombre; de la forma que el hombre se retiraba de Dios y se acercaba al pecado. Hablaban cómo persigue el pecado al hombre, siendo pocas veces rechazado.

Decían:

Hay quien peca más en su casa que en la calle. Y hay quien sale a la calle con intención de hacer pecados. Hay quien confiesa el pecado de otro y al suyo le da silencio creyendo está confesado, y no sabe que para Dios ha hecho doble pecado.

Ya quedó sin palabras oír, y otra vez se oye habla:

Si este Dios el Perdón no diera, pocos, poquísimos, venían a esta Gloria. El hombre abusa de la Misericordia de Dios, que a veces, el pensar su Perdón, tú mismo te metes en el Infierno.

Dijo uno:

Si el hombre viviera sólo para agradar a Dios, rechazaba con facilidad el pecado. Si el hombre no viviera con “el qué dirán” de otro hombre, el hombre buscaba el aprender del que Aquí Dios le habla, que este hablar es para el hombre, para que el hombre viva amando a Dios, hablando de Dios y enseñando este hablar, que más que hablar es silencio, es hacer y que otro diga, es amar a todo lo de la materia, que Dios dejó su Enseñanza, y es la misma que hoy enseña.

Si el hombre no respetara “el qué dirán”,
pocos cumplían condena,
pocos vivían andando
como juguete con cuerda;
pocos dirían: ¿Habrá Dios?,
¿será verdad lo que cuentan

de los siglos que pasaron
cuando Dios bajó a la Tierra?

Si el hombre hablara de Dios
sin pensar “el que dirán”,
sabría hablar de la Gloria,
porque buscaba el Lugar.

Desperté, oí:

De no hablar el hombre de Dios,
se va quedando atrasado.

Da cultura a la materia,
y va engordando pecado.

Da libertad al espíritu
que ya vive endemoniado. 

Busca al que la cultura le haga

de Dios viva retirado.

Éstos son hombres con cuerda,
movidos por el pecado.

El hombre que ama a Dios,
no peca estando en la casa.
El hombre que ama a Dios
y se pasea en la calle,
va despidiendo pecados
como remolino el aire.

No pienses “el qué dirán”,
y busca donde Dios hable.


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Libro 8 - Dios No Quiere, Permite - Tomo I - Pag. 164-165-166

domingo, 29 de abril de 2012

La viuda de Corinto


En Sueño Profético hablaban de una mujer que había nacido en Corinto y que su tía abuela había conocido al Salvador de los pecadores. Decía esta tía mía:
 

Siempre iba olfateando donde hablaran de Dios. Cuando le hablaban del Maestro, ella repetía: “Yo digo Dios Hombre. Cuando esté a su servicio, si Él me lo dice, yo, por obedecerlo, Maestro le diré, pero me costará mi trabajo”. Pues un día, dicen que se fue al pueblo de Galilea, y que allí se buscó su vida, ya que ella no tenía que estar atenida a familia ninguna por estar viuda y no haber tenido hijos. Decía: “Toda mi familia es Dios. Yo no puedo estar en Corinto y saber que en Galilea está Dios Hombre y que se deja ver para todos”. Se colocó con un manijero e hizo tan buenas migas con la molinera, que los hijos de ésta lloraban para que los cogiera acunándolos en sus brazos. Tenía don de dulzura del Altísimo, y en aquella familia quedó para siempre. Un día, dice, que estando con los 4 niños y amasando el "salvao" para los polluelos – y estando los niños y los polluelos llenos de "salvao"–, oyó tal vocerío por aquel camino, que se lavó las manos y cogió a los niños saliendo al encuentro del que le llamaban Maestro, y ella Dios. Tuvo que esperar que pasara, había sido más rápida que el ruido. Cuando pasaban, dijo Juan:

   –Maestro, ¿no era aquí donde teníamos que detenernos?

Contestó el Maestro:

   –Juan, has hablado las Palabras que Yo te he mandado a la inteligencia.

Ella dice que el llanto le hacía la alegría cuando le dijo el Maestro:

   –El manijero hace tiempo me espera, pero Yo lo tenía que hacer cuando tú estuvieras esperándome.

Desperté, oí:

El manijero quería que el Maestro fuera para que en aquellos caseríos vieran al Maestro en su casa.

Y la viuda iba buscando su rastro.

Dejó Corinto, su familia lejana, sus amistades, y se fue a Galilea con un pequeño macuto.

Ya, cuando hacía el macuto, dice que notaba le ayudaban a poner la ropa.

Ya empezó a sentir su Presencia porque ella quería buscarlo.

Quería buscarlo, y Dios se hacía sentir en Espíritu.

Que más adelante no se haría sentir, serían los dos Espíritus uno sólo en una misma carne, carne que Dios dejaría muerta en el Arrobo.

Ama y busca donde hable Dios, y copia de la viuda que luego Dios arrobó.


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Libro 10 - Hechos de Jesús Perdidos, Hoy Dictados en Gloria - Tomo I - Pag. 120-121-122

sábado, 28 de abril de 2012

La actuación de ella es ejemplo de la Gloria de Dios


En Sueño Profético decían:

Sería de cristianos, que el que la conoce y tiene trato con ella, o lo ha tenido, le hiciera un escrito en el que expusiera sus razones para demostrar que Dios no se comunica con ella. Si este espíritu le pidiera Luz a Dios, dejaría el papel en blanco. La actuación de ella es ejemplo de la Gloria de Dios. Lo mismo que Dios la moldeó para el servicio de su Palabra, el hombre, en sufrimiento, la ha ido triturando, repitiendo lo que Dios no hubiera querido hizo en principio.

Cuando Dios elige para hablar en este Elegido, se enfrenta el que ama a Dios, y el que “dice” que Lo ama.

Desperté, oí:

Y ya, el que Lo ama pero no lo dice, sufre la misma sentencia que sufre el Profeta.

Sufrimiento del que ama: pensar que queda sin noticias de este Amado.

Sufrimiento del Profeta: no poder callar la Palabra que le encomiendan que publique, y enfrentamiento del que quiere que calle.


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Libro 7 - Investigaciones a La Verdad - Tomo I - Pag. 188-189

viernes, 27 de abril de 2012

Camino de Dios: sencillo, corto y de mucho precio


En Sueño Profético decían:

Éstas son palabras que el hombre emplea por si al final de vida con materia pudiera ver que había Dios:

“Iré a misa el domingo ¿Qué trabajo me va a costar? Ya me quito ese peso de encima”.

O le viene este pensar:

“Yo creo que si no voy,
Dios no se puede enfadar”.

Si hay otro que lo oye,
porque éste será igual,
esta respuesta le pone:

“¡Anda, que Dios bien poco me da!
Siempre que tengo alguien malo en mi casa,
el negocio no me sube en prosperar.
¡Deja la Misa a los santos,
que verás lo que se encontrarán!”.

Estas palabras retratan
la postura de no amar.

Aquí está la diferencia
del que ama y, sin hablar,
el Amor te lo demuestra:
la misa no la comenta,
¡pues le parece tan poco
dedicarle a Dios en fiesta
–en la Misa, en el Sagrario,
en donde tú a Dios lo sientas–,
esos minutos tan cortos,
que para él largos cuentan!

El que ama, busca a Dios,
sin mirar lo de la Tierra,
y luego ya lo demás
buen trabajito le cuesta.

Éste, todo lo que hace
es porque en la Gloria piensa,
y piensa en que hay un Dios
en el Cielo y en la Tierra,
que Ésto se hace Uno,
y en cada hombre se encuentra.

Desperté, oí:

En cada hombre se encuentra,
pero que ame su Amor.

Que el Amor que no es del hombre,
es Amor de un solo Dios.

Pero este Amor de Lumbre,
que quema su resplandor,
si te quemas, más te acercas,
y más Lo sientes a Dios.

Dicen que hay una leyenda
figurada al Amor,
que Aquí la mando que pongas:

El pecado va siguiendo
al que va en contra de Dios,
para que no llegue al Fuego
y se traiga resplandor.

El que ama ve sencillo,
corto y de mucho precio,
todo el Camino de Dios.

Sencillo, porque si amas,
nada trabajo costó.

Corto, porque la materia,
acaba antes que empezó.

Y el precio que Aquí te paga,
tan sólo lo paga Dios.

No olvides esta leyenda,
que está dictada por Dios.


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Libro 9 - Dios Habla al No Quiero del Hombre - Tomo I - Pag. 140-141-142

jueves, 26 de abril de 2012

7º Aniversario del Fallecimiento de Ana García de Cuenca



Ya hace 7 años del fallecimiento de Ana García de Cuenca. Sé que desde la Gloria vela por todos nosotros, y nos ayuda para hacer que cada día, su Obra esté más extendida por el Mundo. 

Pido a Dios para que nos dé fuerzas y no nos desviemos de su Camino. 

Gracias Anita por que aunque no estás de Cuerpo notamos tu Presencia.  



Si a todo lo aquí preguntado dices "sí"


En Sueño Profético vi unos niños que estaban medio desnudos, sus cuerpos daban tiritones. Había otros vestidos, pero con cara de hambrientos.

Se quitó esta estampa y vi a un hombre tirado en el suelo, y una mano lo levantaba. Llegó una mujer llorando y otra la abrazaba. Esta que la abrazaba decía:

   –¿Tú no quieres más pecar? Si respondes con la palabra para Dios, Dios ya te perdona.

De pronto se vio una cama con un hombre dando grandes lamentos, gritos que el dolor le producía. Llegó uno y le dijo:

   –¿Podría ayudarte en algo, para calmar tu dolor?

Rápido se puso una mujer con un niño en brazos y dos más pequeños, alargó su mano, sin sus labios dar movimiento, llegó una y puso una moneda en cada mano de los niños, y en la suya fue doble, diciéndole estas palabras:

   –Ya tienes para hoy; mañana también te las daré; yo te buscaré donde tú vives, y te las llevaré, porque si vienes, no te pago el trabajo.

Desperté, oí:

Ve leyendo caso por caso y pon: Yo, sí hago esto, ¿o no?

Niños desnudos: ¿Los vistes?, ¿sí o no?

¿Das de comer al niño hambriento?, ¿sí o no?

¿Das la mano al caído?, ¿sí o no?

¿Te compadeces del que pecó, no quiere pecar y necesita tu ayuda?, ¿sí o no?

¿Visitas enfermos, tocando su carne e invocando a Dios su curación?, ¿sí o no?

Si ves una mano pidiéndote que la socorras, ¿te detienes poniendo una moneda, y preguntando domicilio para llevarle un salario?, ¿sí o no?

Si a todo lo aquí preguntado dices “sí”, no sufras, que el que a Dios ama, sabe que te habla Dios.

Si el “sí” no lo pusieras, no tenías justificación.

Esto es lo que Dios quiere para tener Comunicación.

Esto es, amar al Prójimo, obedeciendo su Voz.

Bien fácil esto lo haces, si amas mucho a este Dios.

El que esto enseñe y cumple, no te extrañe vea a Dios.


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Libro 2 - Meditaciones y Palabras Directas con El Padre Eterno - Tomo II - Pag. 183-184-185

miércoles, 25 de abril de 2012

Reconocer la Verdad


En Sueño Profético hablaban varios de reconocer la Verdad o de a la Verdad decir mentira.

Decía uno:

Hay más que demienten la Verdad, que decir es verdad a la Verdad.

Hay más que se alegran del mal, que hacer para que tengan un bien.

Hay más que te hagan llorar, que el llanto te sequen.

Hay más que nombren a Dios, porque hablar de Dios oyen.

Hay más que no ven a Dios, porque hay menos que adoren.

Hay más que parecen buenos, porque el mal se lo esconden.

Aquí tienes ya bien claro
los pocos que esto conocen.
  
Todo lo anterior nombrado,
del Amor de Dios carece,
por eso te encuentras pocos
que la Verdad no desmienten.

El hombre coge las calles
aunque salida no tengan.

Intenta buscar apoyo,
un apoyo de la Tierra,
y cuando ya llega Aquí,
la salida se le cierra.

¿Por qué el hombre no analiza
lo que es persona buena?

¿Por qué no busca la causa
donde la Verdad se encuentra?

¿Por qué no hace un recuento,
y verá hablando a Dios
y mandando las Palabras
en espíritu del Cielo?

Desperté, oí:

Deja la fila de muchos,
y coge la de los pocos.

Hazle honor a la Verdad,
que demuestras ser valiente.

No digas allí verdad,
cuando con éstos se meten.

Éstos son de esos pocos
que Dios les habla y coge,
para si quieres oír,
Él con Amor te responde.

Él te responde en la angustia,
sufrir o tribulación.
Él te responde en momento
que crees no oye Dios.

La Verdad dices verdad,
cuando ames a este Dios.

Pues la Verdad Dios la da
sin poderle decir no.

No puedes decir mentira,
cuando mande la razón.


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Libro 4 - Te Habla El Profeta - Tomo I - Pag. 229-230-231

martes, 24 de abril de 2012

¡Cuántos pecados se hacen diciendo que no es pecar!


En Sueño Profético hablaban del pecado. Decían:

Hay quien peca sabiendo que hace pecado. Hay quien peca y hace que peque otro. Y hay quien peca y defiende el pecado.

Dijo uno:

Siempre que pecas, haces mal a alguien después de tu espíritu. El que peca, está retirado de Dios. El pecado tiene fuerza porque lo protege el “príncipe de los demonios”; lo protege cuando el espíritu, voluntario, rechaza el Amor de Dios. Aquí actúa Dios dejando Libertad.

Dijo Agustín:

Todo el que hace pecado más de dos veces, ya sabe que hace pecado y que no ama a Dios.

Cuando estás pecando, te agrada oír que otro peca. Aquí es cuando sabes no estás con Dios. Pero si llamas a Dios, en un “¡Dios mío!” profundo, fijo que sientes a Dios. Y cuando el pecho te duela, porque ya has sentido el Perdón, no te importa que oigan gritos haciendo tú confesión, que esta confesión te sirve para entrar en el Reino de Dios.

Yo sí puedo asegurar que aquél que quiere Perdón, Perdón Dios fijo le da.

Desperté, oí:

¡Cuántos pecados hace el hombre
por querer, sin Dios, pasar!

¡Cuántos pecados se hacen
diciendo que no es pecar!

¡Cuántos pecados se callan
por querer aparentar!

¡Cuantos dicen: “no es pecado”,
“pa” seguir pecando más!

Yo, Agustín, siempre diré,
que el que ama, ya no peca,
porque a Dios siempre Lo ve.

Lo ve cuando ve a otro
que pecaba como él,
y Dios lo entra en su Gloria,
y tú le ruegas a él.

Si has hecho grandes pecados
y arrepentimiento tienes,
no dudes que oyes la Voz
del que esta Gloria mantiene.

Mucho se habla de Agustín,
de lo mucho que pecó,
pero mucho más se habla
que está en la Gloria con Dios.

AGUSTÍN DE MÓNICA


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Libro 5 - Dios Comunica y Da Nombres - Tomo I - Pag. 84-85

lunes, 23 de abril de 2012

"NO ES EL PERDÓN PARA EL QUE YA QUIERA PECAR Y NO PUEDA, ES PARA EL QUE NO QUIERA PECAR"


En Sueño Profético hablaban de un hecho de la Vida de Dios Hombre.

Dijo uno:

Yo, uno de sus Discípulos, estando parado con el Maestro, porque Pedro quería en su Amor avisar al Maestro de unos que querían hacerle unas preguntas mal intencionadas, llegaron éstos, y aquí va la pregunta, y la respuesta de este Dios Único en Saber y Poder. Esta es la pregunta:

–¿Si no cumplen la Palabra que manda tu Padre, no son perdonados? ¿Y si la cumplieron y después no la siguieron, no son perdonados? Y ya, última pregunta: ¿Si...?

Aquí el Maestro le sale al paso con estas Palabras:

–No actúa mi Padre en Mí muchas veces como aquí está actuando, dejando que el fariseo tenga en silencio a Dios, pero Yo, que soy mi Padre, quiero que vean en Mí, mis Discípulos, distintas formas de Enseñanza.

–Tu última pregunta Yo la voy a contestar sin que éstos oigan tu pregunta. Sólo oirán la respuesta, porque la pregunta ya la saben y la traen en su mente. Tú quieres preguntarme, que si al morir tu carne y tu espíritu, si llamas a mi Padre, sólo muere tu carne.

–Mi Padre te está contestando a ti, aunque tú no oigas a mi Padre.

–No sirven las muletas para todos los cojos, ni todos los cojos andan porque te pidan muletas. El cojo quiere probar, aunque sepa que no pueda, pero ve a otros andar, sin pensar el mal que tengan. ¿A que es esto lo que querías saber? No es el Perdón para el que ya quiera pecar y no pueda, es para el que no quiera pecar.


Desperté, oí:

Bien enterados quedaron los fariseos del Perdón que dan de Aquí del Cielo.

Sólo hacían mirarse cuando Dios les fue diciendo las palabras discutidas que habían tenido entre ellos.

Unos decían: ¿Qué perdón puedes llamar, que haciendo graves pecados, te llega el perdón igual como el que nunca ha pecado?

¿Quién es Él para perdonar?

Todo esto lo cambiaron cuando les dijo el Maestro lo que tenían preparado.

Iban con mala intención: a pillarlo, para juzgarlo.

Si saben que era Dios, no interrogan preguntando.

Si preguntan es para oír al Padre en el Hijo hablando.


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Libro 3 - La Palabra del Creador - Tomo I - Pag. 112-113-114

domingo, 22 de abril de 2012

Confianza de Poderoso


En Sueño Profético decían:

No hay cosa que te haga vivir mejor, que la Confianza en Dios.

Dijo uno:

Es que ya es vivir con Él. Yo vi siempre a mi padre, en la pena y en la risa, dirigirse hacia Él. Dejaré esto dicho claro por quedar en el papel: “Mi padre, todo parece que le salía de su agrado, y me contaba él siempre, antes de recibir la mejora que a Dios le había pedido, que se metía en su alcoba y le decía: “Señor, yo te lo pido por bueno. Si así Tú no lo ves, haz que yo lo vea y que no tome berrinche”. Y si tenía un sufrimiento, también iba en busca de su Dios y le decía: “Primero vengo en tu busca. Luego buscaré al hombre. Si me lo quitas, dame fuerzas que el sufrimiento supere”. Salía de su diálogo con Dios y repartía Paz. Ya nos hacía ver todo como a Dios le gustaba: sin violencia, con Amor y con Paz. A mi padre lo buscaban desde lo más lejos del pueblo, para hablarle y consultar. Le llamaban Blas –éste era su nombre–, el que las penas aceptaba y las alegrías iba a consultar. Mi madre, algunas veces le decía: “Si esto es un bien, ¿por qué puede ser un mal?”. Y mi padre respondía: “Porque tú sabes el paladar de lo que comes, pero no la digestión. Yo todo el bien y todo el mal lo acepto porque estoy con Dios”.

Desperté, oí:

La palabra “Confianza” no son todos los que la practican.

Hay quien dice: “Yo tengo Confianza en Dios”, y siempre está con estas palabras en la boca: “¡Yo ya estoy cansado de pedir! ¡Ahora tengo el santo de espaldas!”.

Justificación que tú sólo te afirmas del poco Amor y Confianza que a Dios tienes.

A Dios pídele mucho, que cuando tú creas que no te da, puede que sea cuando más te dé.

Hay cosas que Dios da, que tú las ves cuando ya han pasado.

Píde a Dios con la Confianza de Poderoso, y nunca le mandes.


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Libro 6 - Dios Manda En Su Gloria Que Enseñen - Tomo I - Pag. 89-90

sábado, 21 de abril de 2012

El desnudismo te separa de Dios


En Sueño Profético hablaban del pecado. Decían:

Hay quien no sabe lo que es pecar porque no ama. El que ama sabe lo que le gusta al Amado.

El desnudismo te separa de Dios. El desnudismo no deja que a Dios te acerques, no deja que a Dios te acerques porque Dios te lo prohíbe. Desnudismo y Dios no es posible unirlos. Dios aparta a este gran pecador. El que de este pecado haga uso, no sólo es el pecado suyo el que a Dios ofende, es a tantos como haya hecho que a Dios ofendan.

Hay pecados que sólo tú pecas. La exhibición de la carne es querer presentarle a Dios demonios. Dios los aparta sin permitir que a Él lleguen. Los espíritus de Dios no puede comunicarse donde no haya recato. Esto es lo imprescindible para Dios elegir.

Dijo una mujer:

Puedes ser una grande pecadora, pero si tu arrepentimiento te lleva a que domines tu carne en acción y en presencia, ya se hace amigo tuyo el recato, y Dios te puede elegir. El recato y el pudor son los cerrojos que te abren las puertas de esta Gloria.

Yo vivía en Samaria,
y mucho, mucho pequé,
hasta el día que en un camino
con el Maestro me encontré.

No puedo decir su Mirada
lo que me hizo comprender.
Me hizo una o dos preguntas,
y yo antes de responder,
eché la mirada al suelo
y de pudor me llené.
Tenía mi cuerpo cubierto,
como le gustaba a Él.

Desperté, oí:

Lo que no podía quitarme
era lo que había pecado.

Cuando ya me encontré lejos de Él,
fue cuando más cerca de Él me sentía,
me sentía más
que cuando delante de mí Lo tenía.

Fui contando a todo el que veía,
aquel encuentro de Gloria,
que sólo Él y yo sabía.

Querían que les explicara
cómo tenía su Rostro,
cómo fueron sus Palabras.

Yo me sentía más torpe
al pronunciar mis palabras,
porque yo lo que sentía
era dentro de mi alma.

Si pecaste poco o mucho,
y a Dios arrepentido llamas,
presenta tu cuerpo con ropa,
y el pudor sea tu capa.


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Libro 8 - Dios No Quiere, Permite - Tomo I - Pag. 185-186

viernes, 20 de abril de 2012

Lo malo siempre termina como las fieras del campo


En Sueño Profético decían:

No tienen justificación humana para decir que Esto no es cierto. Este “no querer del hombre” hace a Dios con su Poder, que aquellos que ponen la resistencia en su Mando y su Habla, no se entiendan.

Dijo uno:

Esto que aquí cuento fue oído al Maestro:

Una tarde, estando descansando a la salida de un puente, un poco recostados había unos en la muralla que formaba parte del puente. Dijo uno de sus Discípulos:

–Maestro, se están juntando hombres de varios gremios para presentar denuncia de tu predicación y de tu vivir, y ayer discutían porque unos querían venir a buscarte y otros no estaban de acuerdo.

Ya habló el Maestro:

–Los que están en contra de mi Venida, están en contra unos de otros, porque mi Padre dejará que no se entiendan. El mal no respeta a su amigo. El mal va haciendo mal hasta llegar al destrozo, y ya todos lo conocen. Este es el sello del que está en contra de Mí. El sello del Amor a mi Padre es la Obediencia, e ir dejando el bien sin diferencia de clases. El que no creyó en mi Padre, me persigue a Mí, y el final será como fieras del campo, como animal sin espíritu guiado por los demonios, nombre que ya puso mi Padre antes de bajar de Hombre a la Tierra.

Desperté, oí:

Silencio quedó en el puente
sin ninguno contestar.

Las Palabras que decía,
nadie las podía igualar.

Era Dios Padre en Dios Hijo,
Espíritu de Dios Padre,
Nombre: Santísima Trinidad.

Era el Creador del mundo,
pudiendo el mundo acabar.

Era el que sabía
dónde comprarían los clavos
que Lo iban a clavar.

Y el que martilleó al fuego
aquel inocente metal.

¡Qué Palabras nos dejó!,
que sin voz nosotros después repetíamos:

El mal no respeta a su amigo,
el mal va haciendo mal
hasta llegar al destrozo.

Como animal sin espíritu
guiado por los demonios.

Dios guía a los palomos,
a los corderos
y a todo animal que es manso.

Lo malo siempre termina
como las fieras del campo.


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Libro 10 - Hechos De Jesús Perdidos, Hoy Dictados en Gloria - Tomo I - Pag. 196-197-198

jueves, 19 de abril de 2012

El hombre no puede corregir al Profeta


En Sueño Profético me explicaban cuando Dios elige a un espíritu para que enseñe y publique de su Gloria:

Este espíritu jamás puede hacer nada que el hombre le corrija. Dios deja en Libertad a los que conviven con ella o a tantos pudieran quitar los stop que le pusieran. Pero al que elige, a éste le tiene la voluntad arrobada, para que no aceptar la voluntad del mal. La Palabra de Dios y su Acción, no tienen rectificación. Dios elige, no sólo para Portavoz. Dios quiere que Lo honres en presencia y en actuación. Los Evangelios no son para Dios. A Dios no puede hacerle mal, Dios. Y si el Mensaje es Dios, y Profeta es Dios, ¿cómo vamos a corregir a Dios?

Desperté, oí:

Cuando están pensando lo que te van a preguntar, ya sabe Dios lo que van a pensar de la respuesta que Dios les va a dar.


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Libro 7 - Investigaciones a La Verdad - Tomo I - Pag. 47-48

miércoles, 18 de abril de 2012

La Carrera de “Amar al Prójimo”


En Sueño Profético decían:

Debía de estudiarse la Carrera de “Amar al Prójimo”, ya que se tiene de Profesor a Dios Omnipotente. Este Profesor te da las siguientes asignaturas:
Caridad, Amor, Humildad y Paciencia.

Este Título debía de ser imprescindible para estudiar cualquier carrera de las que el hombre tanto precio les da. La primera carrera que necesita, antes que ninguna, es ésta espiritual. La Medicina, en muchos casos, curaría a través del Amor a Dios, y espíritus, muy pocos se perderían. El Representante de Dios debía tener con el médico la misma unión que el botón con la camisa: el médico, para la carne; el Representante, para la curación del espíritu. Y para el espíritu que estuviera sano, sería gozo continuo. Las Ciencias Naturales, serían de gran provecho, primero teniendo ésta: la de Amor al Prójimo. Para la Arquitectura sería un pie a su honradez. En la carrera de la Economía, proporcionaba la Paz. La Química haría prodigios. En la Carrera de Amor al Prójimo, Dios te examina y Dios te da las notas.

Desperté, oí:

¡Qué alegría de esta Carrera,
que Él te examina y Él te aprueba!

¡Si dan ganas de estudiar,
porque sabes que es amar!

Esta Carrera te sirve
ahí y en la Eternidad.
Esta Carrera te sirve
para que enseñes a amar.

Y estos que luego aprendan,
seguirán dando las clases
"pa" que hagan su carrera.

Y ya se dirá normal:
“¿Tú no tienes la Carrera
que Dios quiere que se haga
antes que empieces cualquiera?”.

El que pueda disfrutar
de tener esta Carrera,
no tendrá preocupación
de que a esta Gloria no venga.


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Libro 9 - Dios Habla al No Quiero del Hombre - Tomo I - Pag. 7-8-9

martes, 17 de abril de 2012

Dones mandados por el Espíritu de Dios


En Sueño Profético hablaban de los Dones que saca el espíritu a la materia:

El espíritu es invisible a la vista del espíritu que vive con materia, y no ve a otro espíritu, ni su espíritu puede verlo otro hombre; ve la actuación de la materia, y aquí ya puedes ver el grado de Amor que a Dios tiene.

El espíritu se encarga de que la materia diga cómo es este espíritu.

Los espíritus de Dios tienen su Sello: Caridad con Amor y alegría; paciencia con humildad; constancia con ansiedad; y fuerza para parar el pecado.
Estos Dones son mandados por el Espíritu de Dios. Quien estos Dones, vea
el hombre, que una materia administra, dé por fijo que habla Dios; que viendo materia en medio de estos Dones, ya debe de oír la Voz de Dios.
Si el que practica estos Dones te dice, “yo veo a Dios”, no te debe de extrañar, porque estos Dones son el Espíritu invisible haciendo su actuación.

El hombre no puede preguntarle al espíritu, que le dé contestación de verdad o de mentira, porque el espíritu es Aliento de Dios; Aliento con Libertad, para si tú quieres, perteneces al Cuerpo de Dios; y si tú no quieres, vives sin este Aliento, Aliento de Vida sin fin.

El que vive sin este Aliento, no puede Dios comunicarse, porque no hay vida sin Aliento, ni Aliento que no tenga fin.

Todos estos Dones tienen que verse en la materia del que Dios trae Aquí.

El espíritu presenta a la carne transparente, para ayuda de lo que el hombre puede ver; la presenta con actuación difícil y fácil el verla hacer.

Desperté, oí:

Con estas aclaraciones ves claro lo que no quisieras ver.

Con estas aclaraciones no te puedes confundir, porque la razón la oyes.

¡Bien que describe al espíritu, que se deja ver y se esconde!

Se deja ver el Amor, y se esconde Libertad.

Le manda el Don al espíritu, para que el hombre, al pensar, vea Amor actuando, y escondiendo Libertad.

¡Que fácil sería para Dios
que hablara espíritu nada más!
Pero sería ya un Dios,
un Dios sin la Libertad,
y sobraría el Infierno,
y faltaría el Amar.

Si más se pide el Perdón,
es porque da Libertad,
porque Dios más lloraría
si a la fuerza hiciera amar.

El Amor Lo da a cargas,
“pa” el que Lo quiera buscar,
y Él lo trae a su Gloria,
pero ya con Libertad.

Es fácil ver la mentira,
y más fácil ver verdad.


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Libro 2 - Meditaciones y Palabras Directas con El Padre Eterno - Tomo II - Pag. 114-115-116

lunes, 16 de abril de 2012

Obliga a tus oídos


En Sueño Profético decían:

Dios no te pide, Dios enseña, y si tú Lo amas, tú aprendes; aprendes y enseñas; enseñas a amar, y cuando éstos amen, ya no pueden ver que otros pequen y no amen; y sí disfrutarás cuando veas que aman los que pecaron, porque puedes haber pecado y hoy amar, pero no estar pecando y decir que ayer amaste.

Si enseñas a que el espíritu ame, no dejará que peque la carne. Para enseñar al espíritu tienes que entregarte al que Dios se comunica. Si en lo material quieres curar la carne, te sometes al médico; y si quieres hacer una carrera, obedeces al profesor.

Desperté, oí:

Y si no quieres que te encarcelen, respetas a las autoridades.

Pues si te hablan Palabras que Dios está diciendo, obliga a tus oídos a que oigan este “diciendo”.

Evangelio con tal fuerza, que destapa a este silencio.

Y silencio que no calla, por ser Dios el Pregonero.


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Libro 4 - Te Habla El Profeta - Tomo I - Pag. 136

domingo, 15 de abril de 2012

El teólogo que ame la Teología, busca esta Teología


En Sueño Profético hablaban de Teología, diciendo:

El teólogo que ame la Teología, busca esta Teología.

La Teología que aprendes del hombre no puede ser comparada con la que aprendes del Profeta; la del hombre es dicha por Dios; la del Profeta no es “dicha”, es “Dios hablando”; agua que te llevan de la fuente, y agua que tú bebes en la fuente. El agua que te llevan tiene medida; la que tú bebes en la fuente es sin tasar. Y si tú tienes la fuente en tus manos teniendo sed, ¿cómo despreciar esta fuente y suplicar que te den la gota? Si oyeran, hablarían; y si hablaran, enseñaban; y el que aprendiera, no callaba. Este hablar Aquí, emborracha ahí.

Desperté, oí:

Reverencia lo que Dios dijo, y besa lo que está diciendo.

Dios nunca hablará para que el hombre lo calle.

TOMÁS DE AQUINO

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Libro 5 - Dios Comunica y Da Nombres - Tomo I - Pag. 14-15

sábado, 14 de abril de 2012

Tener y no querer, no admite lamento


En Sueño Profético decían:

Tener y no querer, no admite lamento.

Hay quien tiene y no quiere, y cuando le falta este “tiene”, entonces le ven lamento.

Dijo Felipe, el Discípulo del Maestro:

Íbamos un día con el Maestro y se acercaron dos mujeres, e hicieron al Maestro estas preguntas:

–Maestro, nosotras sabemos de Ti por uno que mucho Te oye, ¿esto es cumplir lo que tu Padre tiene mandado, o hay que oírte a Ti?

Dijo Dios, aunque veían a un Hombre:

–Venidse con nosotros, y a unos metros os daré la explicación con la Palabra y el hecho.

Ya, Maestro, Discípulos y mujeres continuaron andando. Los paró el pasar por una tubería que parecía de teja, y por un pequeño roto que tenía, había unos hombres bebiendo agua: esperaba uno, terminaba el otro con ansiedad, ya que la filtración era chica y sin fuerza.

Dijo el Maestro:

–Seguidme, y con pocas Palabras me comprenderéis.

Fuimos otra vez camino atrás, y un poco más abajo de donde nos pararon las mujeres, había una hermosa fuente con un gran brazo de agua, que sin sed te hacía que bebieras.

Dijo el Maestro cuando vio la exclamación que dieron, –esto al ver la fuente y haber estado en aquella gota, cuando a unos metros teníamos la abundancia–:

–Esta fuente es mi Palabra, y la gota es la Palabra en otros. Si estos caminantes saben que está aquí la fuente, no se agachan para aplacar su sed gota a gota, una vez que la fuente la tenían tan cerca. Éstos son los que cumplen la Palabra de mi Padre, pero si pasan por la fuente y no beben, y se paran a beber la gota, poca sed tenían. Esta parábola está comparada con no oír mi Palabra y oír al que Me oye, cuando éste pueda oírme a Mí.

Desperté, oí:

Dios Hijo les hace comprender, la diferencia que hay de la fuente y la gota.

Si estos mismos, antes pasan por la fuente, no beben y buscan la gota, no tienen sed.

Estas mujeres podían oír hablar al Maestro, pero se llenaban con las palabras de otros.

Esto no admitía el oírle el lamento de: ¡ya no tengo lo que quiero!

Éstas, después llorarían
por perder lo que tenían.

El que pudo ver a Dios,
y no quiso Ver ni Oír,
mal sitio le espera Aquí.

Y ya el que dice que ama,
y persigue su Palabra,
es peor que beber gota
y dejar fuente que caiga.

Las Palabras de Dios
son puro Amor y Enseñanza.


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Libro 3 - La Palabra del Creador - Tomo I - Pag. 74-75-76

viernes, 13 de abril de 2012

El mayor es el que tiene que enseñar al chico


En Sueño Profético hablaban de la enseñanza de los niños. Decían:

El mayor es el que tiene que enseñar al chico.

Dijo uno:

Yo, siempre recordé
y no olvidé la enseñanza
que a mí me dieron;
nunca vi ira en mis padres;
siempre estaban contentos,
y no porque faltaran a montones
los sufrimientos.

Trabajaban sin descanso:
mi madre cogía la azada,
porque mi padre había enfermado,
y yo siempre vi a mi madre
hacer los trabajos más forzados.

Mis dos hermanos mayores
se encargaban de la leña,
y yo, que era el menor,
me coloqué en un granero,
que el dueño del caserío
quiso llevarme con ellos.

Me ganaba la comida
y algo llevaba para ellos.
Yo tenía unos diez años
de esto que estoy diciendo,
pero les hacía su apaño
con el celemín y el peso.

Pero llegaba a mi casa,
y mis padres los primeros
que se ponían de rodillas
y llamaban: ¡Juanico, Antoñíco, Pedro!,
y todos con voz bien fuerte,
rezábamos siguiendo a ellos:

¡Gracias por todo, Señor,
gracias por el día de hoy!

Esto lo repetíamos unas cuantas veces.
Pues mi madre, su alegría
era librarnos del pecado.

Tendría yo unos tres años,
y no dejaba de decir esta oración,
acompañado de mis hermanos:

“Señor, ven conmigo,
quiero crecer a tu lado,
porque soy niño”.

Esto no se olvida nunca,
lo que aprendes de niño.

Desperté, oí:

El mayor tiene que moldear al chico, a que haga todo lo que a Dios agrada.

Si los mayores no hicieran nada mal hecho, el niño no lo aprendía.

Aprendes de lo que ves o te enseñan.

Siembra el árbol y procura que el tronco no se tuerza.

Si torcedura tuviera después de tú cuidarlo, Dios hará que el fruto sea bueno.

Enseña al niño a que ame a Dios, y Dios te dará el premio.


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Libro 6 - Dios Manda En Su Gloria Que Enseñen - Tomo I - Pag. 102-103-104

jueves, 12 de abril de 2012

No hay peor vivir, que vivir sabiendo que tú eres culpable


En Sueño Profético decían:

No hay peor vivir,
que vivir sabiendo
que tú eres culpable.

Hay cosas en la vida,
que no las sabe nadie,
pero en sabiéndolas tú,
basta "pa" mortificarte.

Hay cosas que mal hiciste,
que no se favoreció nadie,
ni le ganaste dinero,
y en el Infierno te entraste.

Esto ocurre muchas veces
por el mando que el hombre coge,
por el poderío que le da el hombre.

Los cargos de ahí de la Tierra,
debían de sortearse
para el hombre que a Dios quisiera,
pero que este sorteo
fuera dentro de los que menos
tienen apego a la Tierra.

Entonces sería el hombre
cumplidor de estas sentencias:
“A Dios lo que es de Dios,
y al César lo que es del César”.
Pero el hombre coge el cargo
y olvida estas sentencias.

Dijo uno:

Un amigo mío murió,
y murió lleno de pena,
que nadie supo el sufrir
hasta que dejó materia.

Uno que sabía más que él,
de ese saber de la Tierra,
le hizo un documento
que lo suyo, ya no era.
Esto pasó en propiedad
del que le hizo firmar
al revés de la sentencia:
“pa” el César fue lo de Dios,
y “pa” Dios fue lo del César.

Yo fui el único que supe
cuando en gravedad entró.
Luego, cuando ya fue muerto,
nadie jamás lo vio.
Pero lo veía el único
que la sentencia cambió.

Desperté, oí:

Este que cambió sentencia,
siempre lo tenía delante.

Estaba con los amigos
en los salones de juego,
y la cara le cambiaba,
y su vista iba al suelo.

Había hecho una injusticia,
sabiendo que Dios del Cielo
le mandaría castigo,
estando siempre a éste viendo.

Él sabía este castigo,
porque cuando ya muriendo,
dice que en su casa oyó:

Muerto quedaré para el hombre,
y vivo siempre con Dios,
que Dios manda que te diga
que siempre oirás mi voz.

Estas palabras Dios manda,
que te diga,
que siempre oirás mi voz.

Fueron las que publicaron
lo que sabían los dos.

No es vivir haciendo mal,
aunque dispongas de mando,
que puede que el muerto ahí,
Dios, vivo ahí te lo esté mandando.

Porque en la Gloria de Dios,
nunca se acaban los mandos.


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Libro 8 - Dios No Quiere, Permite - Tomo I - Pag. 159-160-161-162

miércoles, 11 de abril de 2012

Actuación comprendida por muy pocos


En Sueño Profético decían:

El que vive ahí y Aquí, su actuación es comprendida por muy pocos, es un pequeño número el que la alaba.

El contraste de esta Vida Eterna, con ese paso por ésa –ligero–, hace que vea el hombre que su actuación no está bien hecha. Esto es abrigar y desabrigar; hacer bien, no comprender, y creer hizo mal; sufrir por el que el sufrimiento le toca, que esto lo sufre mucho después; juzgar al Comunicante fue inoportuno; querer que transforme este Instrumento de Dios sus costumbres por las del hombre, por ser éstas mejores.

Yo presencié unas versiones, hacia José y María, a familiares de la Madre de Dios y Virgen.

Dijo este pariente lejano, que el Hijo nunca fue por los padres detenido –a quienes conocían como padres–. Su Misión venía del Altísimo, que era Hijo y Dios. Todos los juicios dados por el hombre, eran no creer era Dios.

Desperté, oí:

¿Cómo podían comprender que fuera Dios y Él mismo se labrara su Vida para ser crucificado?

Sí, lo comprendía el que mucho amaba.

El que veía las Palabras de Dios Hombre en Boca de Dios Niño, éste ya veía todo hecho, con aceptación.

Para comprender Palabras y Hechos de Dios, tienes primero que amar mucho.

Si amas mucho, el Amor te lo explica prescindiendo de Palabras.

Sustituyen las Palabras la Presencia de Dios.

Ama, y Dios se hará presente.


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Libro 10 - Hechos de Jesús Perdidos, Hoy Dictados en Gloria - Tomo I - Pag. 174-175-176

martes, 10 de abril de 2012

Con Amor puedes hacer que a Dios conozcan


En Sueño Profético yo decía:

“Señor, que todos hagan lo que yo digo, que es lo que Tú quieres. Cuando lean todo lo que yo he escrito, que Tú me lo has dictado, verán esta Gloria. Yo quisiera que la hubieran visto en un principio, para que hubieran muchos siguiendo tu Mensaje”.

Dijo uno:

Mensaje comunicado, ni oído ni escuchado, nunca digas: “Yo, a Dios he amado”.

El que tiene cerca el Lugar donde Dios habla al hombre, éste no tiene palabras para decir disculpas que él no quedará culpable de no oír al Comunicante. Dios sabe el porqué de no oírlo. Esto ocurrió siempre: oyó el que amó, nunca seguía al Maestro el que no Lo amaba. Primero tenían que amarlo, y luego buscarlo, y una vez que Lo encuentras, Él te da su cometido, cometido duro si no amaras. Por eso Él recomendaba mucho estas Palabras: “Amaos como Yo os he amado”. Estas Palabras recomendaba, porque si no había Amor, no sufrían por los pecadores. Él había venido porque mucho amaba y quería que no se perdiera ningún hombre.

Desperté, oí:

Con Amor puedes hacer que a Dios conozcan.

Con Amor puedes hacer que ya no pequen.

Con Amor puedes llevar al pecador a que a Dios le suplique su Perdón.

Con Amor sufres cuando ves que a Dios no buscan y buscan donde hacer pecados.

Con Amor esperas con paciencia lo que en otro sería desesperación.

El Amor es la vestidura del espíritu, uniforme de Dios.

Dios enseñó a amar sabiendo que muy pocos amarían.

Él enseñaba cómo vivía en su Gloria.

Si el hombre Gloria no quería, a amar nunca aprendería.


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Libro 7 - Investigaciones a La Verdad - Tomo I - Pag. 147-148-149

lunes, 9 de abril de 2012

No desafíes a Dios cuando digan: “Dios me habla”


En Sueño Profético decían:

Debía estudiar el hombre los beneficios que tiene en la Tierra el que habla Dios en él. Este estudio, del que dice “Dios me habla”, debía el hombre de hacerlo obligatorio por el mismo hombre.

Dios nunca puede aceptar disculpa del que maltrató al que Él se manifestó para Salvación del hombre. Dios no dará nunca el Perdón para el que juzgó sin querer saber cómo tenía que juzgarlo. Dios no puede oír la súplica del que persigue su Palabra. Dios no puede ser amigo del que el bien quiere decir que es mal.

El que Dios habla en él, éste tiene que ser a la vista del hombre: perfección de presentación, y actuación irrevocable, por ir diciendo: “He visto a Dios y me habla Dios”.

Dios Padre se dejó ver a través del Hijo, pero era el mismo Dios. Y el Profeta es, a través del Instrumento, oír la Palabra de Dios que Dios habla al hombre, siendo la Palabra de Dios.

Si el hombre estudiara el Lugar, no veía Lugar, veía a Dios en los Mensajes dichos por el Lugar. El hombre, todo cuanto ofenda, no va para el Lugar, va para Dios.

El hombre se enfrenta con Dios. El hombre hace uso de la Libertad que Dios le deja ahí.

Este Mensaje que lo estudie el que a Dios no quiera oír.

Desperté, oí:

No hablemos del Lugar y hablemos de las Palabras.

No juzguemos al Lugar, que el Lugar es, que en él Dios publica sus Palabras.

No desafíes a Dios cuando digan: “Dios me habla”.

Es noble, honrado y justo, estudiar primero causa, y luego poner condena, o libertad si Dios manda.

El que Dios trae a su Reino, y luego al hombre manda, le aplastan los sufrimientos que el mismo hombre le manda.

Le manda el que quisiera que Dios a nadie le hablara.

El que Dios habla en él, el hombre juzga y sentencia sin quererlo conocer.

Porque no piensa en la muerte, que lo juzgarán a él.

No puedes poner condena sin saber el proceder, que Dios manda su Palabra para el que quiera creer.


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Libro 9 - Dios Habla al No Quiero del Hombre - Tomo I - Pag. 248-249-250

domingo, 8 de abril de 2012

No es sufrir cuando las fuerzas te las mandan desde Aquí


En Sueño Profético decían:

No es sufrir igual, sufrir amando,
que no amando, y sufrir.

No es sufrir si Dios te dice:
“Corderos venid Aquí”.

No es sufrir cuando te digan:
“Los muertos no entran Aquí”.

No es sufrir cuando las fuerzas
te las mandan desde Aquí.

Que a veces te mandan fuerzas,
que tienes “pa” repartir,
aunque estas fuerzas se vuelvan
amarguras para ti.

Estas fuerzas las entiende
el que tenga Amor Aquí,
que sabe que dan las fuerzas
para evitar el sufrir.

Todos los que Dios los trajo
a vivir la Gloria Aquí,
sufrían lo de la Tierra,
con el consuelo de Aquí,
que a veces este consuelo
les desbarata el sufrir.

Dios les deja sufrimiento
para que vean ahí,
que si sufren, a Dios aman,
porque Dios todo es sufrir,
y el que ama reverencia
todo lo que va de Aquí,
que sabe es pura Gloria,
para dar ejemplo ahí.

Despierta, oí:

Todos los que son de Dios,
tienen sufrimiento ahí.

Un sufrimiento con Paz,
que Dios se lo hace sentir.


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Libro 2 - Meditaciones y Palabras Directas con El Padre Eterno - Tomo II - Pag. 271-272

sábado, 7 de abril de 2012

La duda te aparta de Dios y del Profeta


En Sueño Profético decían:

Si buscas, ya quieres. Y si quieres, ¿por qué no buscas?

El que ama la verdad, rechaza la mentira, aunque ésta sea presentada en estuche.

Hay quien cree que engaña a Dios cuando dice que Lo ama.

La duda te aparta del Profeta y, por consiguiente, te aparta de Dios.

Cuando se ama, no hay duda.

Desperté, oí:

El Amor de Dios es tan fuerte, que lo imposible lo ves fácil.

La duda debe ser empleada ante el peligro.

La amistad del Profeta es recoger un fruto del árbol que han apaleado.


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Libro 4 - Te Habla El Profeta - Tomo I - Pag. 263

viernes, 6 de abril de 2012

Si amáis como yo, no os dan risa mis palabras


En Sueño Profético hablaba Teresa de Ávila, del Amor. Decía:

Estando aún en el convento, un día, al entrar en la capilla, se le ocurrió a una decir:

“Yo creo que se puede querer y no decirlo tanto. ¡Parece que sólo hay tú que a Dios lo estés adorando...! Todas las que aquí vamos, Lo queremos como tú, y día y noche estamos rezando para tener obediencia a todo lo que en el convento hay mandado”.

Yo también cumplo las leyes
que el convento me ha "ordenao",
pero si me habla mi Dios,
ya no mando en mi cuerpo,
que se me queda "parao",
y mis ojos ven jardines,
aunque no haya nada "sembrao".

Hay veces que oigo ruido,
y ruido "exagerao",
y quiero levantar la voz,
y el eco queda "callao".

Anoche, cuando la campana
el silencio nos ponía,
yo estaba viendo a Jesús,
pero de niño, y corría
por un camino de cruces,
de cruces que Le ponían,
y me decía con pena:
"Al que Me ama y Me sigue,
el hombre le pondrá cruces".


Unas cuantas se oyeron con risa fuera de sitio. Entonces habló Teresa, y quedaron todas calladas:

Ahora me confirmáis
cómo es vuestra forma de amar.
Si amáis con la locura
que se ama a Dios del Cielo,
no dan risa mis palabras,
porque yo no las estoy diciendo.

Yo os he "contao"
un pedazo de mi sueño.
Si a quien le ocurra esto
le puede guardar silencio,
no le funciona la lengua
y no habla Dios del Cielo.

Desperté, oí:

Ellas quería que callara
lo que mi Dios en mí hablaba.

Les extrañaba el verme
siempre hablando: “que me habló”.

Aquí les faltaba Amor
o se veía la ignorancia
de aquél que nunca escuchó
al que este Dios le manda.

Nunca quieren preguntar
al que Dios Aquí lo trae;
nunca dicen: “es verdad,
él amó, y un Amor incomparable”.
Pues para que te hable Dios,
has tenido que quererlo,
con un querer como nadie.

Si ellas aman como yo,
la risa queda por dentro,
que esto es risa de Amor.

No puedes a Dios amar
y recibir sus Palabras
a risas y a carcajadas.

¡Ay Dios, que nadie cree
que Tú, Vida Aquí tengas.
¡Ay Dios, que al que le hablas,
le desprecian su presencia!

Si el Amor que ellos dicen,
fuera Amor de verdad,
te lloverían las preguntas,
para saber ellos amar.

No te rías cuando digan:
¡yo veo a Dios de verdad!

TERESA DE ÁVILA


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Libro 5 - Dios Comunica y Da Nombres - Tomo I - Pag. 246-247-248

jueves, 5 de abril de 2012

Poder de Dios. Poder de Dueño Poderoso


En Sueño Profético vi un río y un montón muy grande de arena. Y dijo uno:

Al lado de este río y montón de arena nos habló un día el Maestro. Nos dijo:

–Si el hombre tuviera Fe, no vería extraño que este río y este montón de arena obedecieran al Mando de mi Padre, cuando le dijera al río: “Haz que tu agua suba para arriba y se mantenga en forma de montaña”. Y al montón de arena le mandara corriera por el mismo cauce que el río. Y esta serpiente fuera dominada por este pajarillo.

Y vi a la grande serpiente, que le mandaba un pájaro del tamaño de un gorrión, haciéndole ir de un lado para otro, y como punto final, se puso el pájaro delante, quedando la serpiente muerta.

Habiendo ya dado esta explicación y visión, nos dijo:

–Pues con la misma facilidad haría el Hijo del Hombre que el aire parara, no un minuto, lo dejaría sin su movimiento en una eternidad.

Desperté, oí:

El Poder de Dios es sin fuerza ni palabras, es Poder de Espíritu, Poder de Único y de Eterno.

Poder de Dueño Poderoso.

Poder de poder hacer y no querer hacer. Y siendo tan Poderoso, el hombre no ve el Poder, por ser Dios, Grande en Amor, Grande en esperar al hombre, y más Grande en su Perdón.

El hombre no debía de dudar de todo lo que Dios hiciera, si creía que había Dios.


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Libro 3 - La Palabra del Creador - Tomo I - Pag. 83

miércoles, 4 de abril de 2012

El letrado y el campesino


En Sueño Profético hablaban de comprender lo Divino.

Dijo uno:

Yo vi una vez un letrado hablar con un campesino. El letrado le ponía comparaciones justas –de su mundo, en su talento–, para hacerle ver al campesino que la existencia de Dios era una fábula. Iba a hablar el bracero y le salía el letrado, hasta que éste del campo pidió la ayuda a este Cielo, que en su corta inteligencia amaba a Dios, y Dios da el premio.

Empezó con comparaciones a las mismas que él había puesto cuando lo dejó callado antes de mirar al Cielo.

Esto fue lo primero que el letrado le dijo:

–El no tener amistad –¡Y que tampoco la quiero! – con el Dios que tú dices que hay, me tiene a mí de señor, y por los sitios que voy no tengo que abrir las puertas; mis padres lo mismo eran, y mis hijos ya me siguen. Tú estas con el arado y naciste entre la tierra.

Se paró éste del campo y contestaba con sentencias que ya iban de este Cielo y las recogía su lengua:

–Con todo lo que me ha dicho, ha hecho que me dé pena. ¿Quién mejor podría cundir la existencia de Dios y que nos espera Allí, si yo, labrando y sembrando, a Dios del Cielo siempre Lo estoy nombrando? Con esto me pasa a mí como tú antes has contado: mis abuelos a mis padres –así fueron enseñados–, y mis padres a mí. Esta herencia ya la tienen mis hijos.

Desperté, oí:

Aquí midieron las fuerzas
el Amor y la cultura.

La cultura, sin Amor,
resulta palabra fría.

El Amor, sin la cultura,
Cultura Dios te la envía.

Si el hombre quiere pensar
un momento en esta frase,
puede coger el Amor,
y a la Cultura acercarse.

Coge el Camino de Dios,
que ésto Cultura te abre.

La cultura que no sigue,
éste, poco Saber sabe.

Hizo más servicio a Dios
el que nació entre la tierra,
y siempre hablando de Dios.

Dios también está en el culto,
cuando éste ame a Dios.


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Libro 6 - Dios Manda En Su Gloria Que Enseñen - Tomo I - Pag. 234-235-236

martes, 3 de abril de 2012

Con tu buen ejemplo


En Sueño Profético decían:

Para tener trato con el que está pecando, tienes que estar muy lleno de Amor de Dios, y tu trato lo lleva a que él ame, y lo quitas del pecado. Pero si tú no estás bien acorazado, ten seguro que tú pecas también. Si tú no vas con intención de quitarlo, ya estás tú en el sitio del que está pecando: postura en contra de Dios.

Acercarse al que no hace lo que Dios tiene mandado, es reforzar el mal. Tú tienes el deber de quitar al que está pecando del pecado; sólo con tu buen ejemplo, lo retiras de que peque. El que está con Dios, no puede ver pecar y quedar indiferente, porque siente el mal que a Dios Le están haciendo.

Cuando Dios Hijo veía que no hacían lo que el Padre mandaba, Él cogía otro camino, camino que Lo llevaría a sitio que había pecadores y donde Él se presentaría como Dios. Pero si no era su Palabra oída y puesta en práctica, una vez que ya sabían quién era, también abandonaría aquel sitio que no daban gracias al Padre por haber mandado al Salvador de los pecadores.

Desperté, oí:

Salvador de los pecadores, Consuelo de los afligidos y Bálsamo de los que sufren por Él.

Bálsamo que cura la llaga que producen las ofensas del que no ama, al que ama.

El que no ama se sienta en la mesa del que ama.

Pero el que a Dios ama, no llega a la mesa del que no ama.

Si buscas al que está pecando, mide primero el Amor que a Dios tú Le tienes.

Si tu medida no da el máximo, pide y ruega a Dios por él, pero no te acerques.


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Libro 8 - Dios No Quiere, Permite - Tomo I - Pag. 177-178-179

lunes, 2 de abril de 2012

Hay quien cree que Dios, todo no puede estar viendo


En Sueño Profético decían:

Hay quien cree que Dios
sólo habita en el Cielo.

Hay quien cree que Dios,
todo no puede estar viendo.

Hay quien le manda a Dios,
creyéndose ser hombre bueno,
creyendo que él más siente
aquél o cual sufrimiento,
creyendo que Dios ignora
un bien que tú no estás viendo.

Hay quien cerrando la puerta,
ya cree guardar el secreto.

Dijo uno:

Yo siempre creí, cuando viví con materia, que las cosas que hacía el hombre en contra de Dios, a más ocultas, más las estaba viendo Dios; a más secreto, más ofendías su Existencia y más dudabas de su Poder.

Siempre oí de mis padres estos consejos:

Nunca hagas nada mal hecho
amparándote en que nadie te está viendo,
que por cerrojos que eches,
Dios se te queda por dentro.

En cambio, hazle secreto al recato
y guárdate tu pudor,
y evitarás los pecados,
los pecados de aquél otro
que pecados va buscando”.

Desperté, oí:

Dice este Mensaje palabras que todos los hombres ya saben.

Pero no aman a Dios, y hacen pecados graves.

¡Cuántos creen que ocultando pecado que no ve nadie, a Dios tienen engañado!

Qué palabra más corriente, ésta que mandar dictamos:

“Esto que yo estoy diciendo, no lo puede saber nadie”.

Esto lo dice el pecado con el mismo hombre hablándole.

Es mejor tener secreto con el pudor y el recato.

Y ya echas el cerrojo sabiendo que está Dios delante.


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Libro 10 - Hechos de Jesús Perdidos, Hoy Dictados en Gloria - Tomo I - Pag. 228-229-230

domingo, 1 de abril de 2012

“DONDE HAY UN ENFERMO O POBRE, ALLÍ ESTOY YO”


En Sueño Profético decían:

Para saber si Dios habla, estudia primero el temple. Este temple es único, sin alteraciones. Este temple saca de sitio al espíritu contrario. Su trato es bullicioso y siempre contento; contento que va traspasando el obstáculo de la carne y humillando a ésta a que quede el espíritu de dueño y señor, dándose grandes transformaciones en el que sigue al Profeta.

El que a Dios se acercaba, de Dios se llevaba. A Dios desprecia el que no Lo necesita; no Lo necesita el que en lo material todo le sobra; y todo le sobra porque no conoce al Prójimo; y no conoce al Prójimo porque no conoce a Dios. Dios es Prójimo, y Prójimo es Dios. Hay quien busca a Dios sin ocuparse del Prójimo. Aquí se esconde Dios. Y sí se te aparece, cuando buscas al Prójimo sin acordarte de Dios. Este dogma tiene clausura. Él dejó a la Madre y se ocupó del Prójimo. Esto era la Voluntad del Padre. Por eso dicho está: “Donde hay un enfermo o pobre, allí estoy Yo”. Hay quien buscaría a Dios si este Dios no le pidiera cuentas.

Desperté, oí:

Si el hombre pensara que su mecanismo está todo en un Sí de Dios o en un No, vería lo poco que sabe.


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Libro 7 - Investigaciones a La Verdad - Tomo I - Pag. 247-248