domingo, 3 de marzo de 2013

Caminos distintos

En Sueño Profético decían:

Van a hablar dos hombres
que van por caminos distintos,
que los dos se van viendo,
por pasar por el mismo sitio,
que lo que tiene diferencia
es cuando llegan al sitio.

Los dos han tenido que ver
lo que había en el otro camino,
por ser camino para todos,
y coger tú el elegido.

Estos dos hombres andaban
por el camino distinto,
teniendo que caminar
los dos por el mismo sitio.

El mismo, era la vida,
que siempre es el mismo camino:
nacer, alegría, sufrir,
el final de la materia,
muerte que viene a la carne,
que con extrañeza el hombre espera;
no hacer nada de pecado
sabiendo que a Dios ofenda.

Dos hombres iban andando
por el camino distinto;
dos hombres que llegarían
al final al mismo sitio.

Ya se emparejan hablando,
cada uno por su sitio;
Uno le dice riendo:
Tú llevas mi mismo camino,
el final será morir
sin haberte divertido.

¿No estás viendo que la vida
es siempre el mismo camino?

Yo vi morir a mi abuelo,
siempre hartándose de vino,
y hacer los pecados grandes,
e iba por ese camino.

Éste que pecar no hacía,
se paró y ya le dijo:

“Si tu abuelo hizo pecados,
y el pecado era su amigo,
él tenía que caminar
por un camino distinto,
y hoy está en otro final”.

Desperté, oí:

El camino de vivir,
siempre es el mismo camino.

Y el que no quiere pecar,
es porque espera ver
a Dios, en el camino final.

Estos dos caminos juntos,
iban al mismo final.

Esto le simbolizaba
la mentira y la Verdad.

Los dos podían ser santos,
los dos podían pecar.

Los dos tenían de Dios
recibida Libertad.

El camino simboliza,
que para todos es igual,
pero Dios te deja a ti
que elijas, sin obligar,
el sitio de las tinieblas
o este Reino que Él te da.

Estos dos hombres andaban
por el camino distinto,
teniendo que caminar
los dos por el mismo sitio.


***

Libro 2 - Meditaciones y Palabras Directas con El Padre Eterno - Tomo II - Pág. 260-261-262

1 comentario:

  1. Dios nos enseña el final de cada camino y nos da libertad. Si escogemos la ruta menos recomendada, no culpemos a Dios al llegar a nuestro destino.

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