jueves, 31 de enero de 2013

El tiempo que dedicas a Dios, es salario que a la Gloria mandas

En Sueño Profético decían:

El hombre le llama perder el tiempo a las cosas del espíritu, a las cosas que no ves, sientes y Dios premia, sin pensar que al espíritu tienes que dedicarle el mejor tiempo.

Dijo uno:

El espíritu tiene sus deseos y te empuja a que a él le sirvas. Si el espíritu es de Dios, siempre te tendrá preparado trabajo para acarrear al Cielo. Y si el espíritu no está con Dios, siempre estará, según él, aprovechando su tiempo, un tiempo que no sirvió ni para dar un consejo. Porque para aconsejar, tú tienes que ir, primero, siempre apartando el mal, siempre enseñando del Cielo, siempre partiendo tu pan y dándolo al pordiosero, siempre el mismo caminar, por pertenecer al Cielo.

Dijo otro:

Mi padre decía que debería el hombre estudiar la carrera del buen consejo; que un consejo dado con Amor de Dios y a tiempo, enseñaba a vivir Paz, que era ir podando, y el espíritu daría brotes con el abono de tus palabras, que iban detrás de tus hechos. A esto, el que Aquí no piensa, le llama perder el tiempo.

Desperté, oí:

Todo el tiempo que ahí “pierdes”
por hacer servicio a Dios,
es salario que Aquí mandas,
que te lo administra Dios.

En cambio, el que se cree
que todo el tiempo ganó,
luego Aquí se presenta 
sin conocer lo de Dios.

Luego, ya se queda el tiempo
como castillo o muralla,
sin conocer a su dueño.

Sin importarle quién fue
el que hizo los cimientos.

El tiempo que es para Dios,
luego, Aquí entra, en la Gloria,
contando lo que pasó.

Luego se vuelve a la Tierra,
para acarrear al Cielo,
y nunca es tiempo perdido
el tiempo del buen consejo.

Si esta carrera se hiciera,
se daba valor al tiempo.


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Libro 14 - Dios Manda en Su Gloria Que Enseñen - Tomo II - Pag. 37-38

miércoles, 30 de enero de 2013

Es la Iglesia la que tendría que tener esto en sus manos

En Sueño Profético decían:

El hombre está tan lejos de Dios, como el niño cuando nace, del andar y el masticar, del accionar y coger, de sujetar y apretar. Por eso, esta Enseñanza tiene que ser presentada por la máxima jerarquía, para dejar al descubierto a los que continúan tapados, arropándose con: ¡Bueno...!, y ¿qué dice la Iglesia...?

A éstos no les agradaría, por razón de tener que abandonar muchas cosas que pertenecen a la Tierra y perjudican al Cielo, y dan tan mala enseñanza, que te llevan al Infierno.

Dijo uno:

¡Qué cierto que es la Iglesia la que tendría que tener esto en sus manos, y gritarlo a cuatro vientos sin poder nadie pararlo, por ser mandato del Cielo, y así el hombre vería que la Iglesia es Dios, y el Cielo manda a la Iglesia, y la Iglesia habla al hombre, y ya el hombre es Iglesia!

Si el hombre no tiene Amor, aunque crea que no es Iglesia porque Iglesia es Dios, sitio donde reverencias sus Palabras y a tu espíritu alimentas con el Cuerpo de Cristo, y recuerdas las Palabras que dijo a sus Discípulos: “Éste es mi Cuerpo. Al que Me quiera, Yo nunca Me negaré”

Desperté, oí:

¿Qué hubiera hecho Dios Hombre
si los Discípulos callan
y no dicen que era Dios,
y al cabo de otros siglos
cuentan otros hombres
lo que a éstos encomendó?

Dios, cuando le habla al hombre,
si Le guardara silencio,
ya sabría que no era de Él.

Esto sería saber del hombre
y engañar a Dios.

¿Cabe este pensar
en cabeza de hombre
que no sea subnormal,
que esté defendiendo un cargo
y el “don” le den al llamarlo?

El que Dios le dice:
“Ve delante”, lleva el agrado
del Amor que le ha mandado.  

Y detrás lleva Poder,
que aparta y grita la fuerza,
y no se puede esconder
lo que ya del Cielo lleva.

¡Qué cosa tan infantil sería 
que Dios te hablara a ti,
para que tú te callaras,
y después otro dijera
el mandar que Dios te daba!


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Libro 16 - Dios No Quiere, Permite - Tomo II - Pag. 79-80-81

martes, 29 de enero de 2013

El horno donde el tiempo hace cría

En Sueño Profético decían:

Tiene más fuerza querer que poder. El querer busca el poder. Cuando quieres llegar, llegas aunque sea larga la distancia. Cuando el llegar es para el servicio de Dios, ya te saldrá a tu camino alguien que te ofrezca carruaje. Esto es comparación.

Dijo uno:

El querer para seguir a Dios es el primer personaje. No hay quien siga este camino sin querer buscar el tiempo. Ya, cuando el Amor da querer de a Dios estar queriendo, entonces obliga al querer a que lo vaya siguiendo.

Aquí cuenta una mujer un vivir que ella vivió cuando vivió el Maestro. Ya empezó diciendo:

A mí me enseñó a querer poder una mujer que tenía un horno y vivía al lado de mi casa. Esta mujer tenía cuatro hijos, y a todos los enseñó a querer tener tiempo. Decía, que para querer a Dios, tenías que querer mandarle al tiempo, que el tiempo a veces te quitaba el queriendo; pero que queriendo tú, engañabas al tiempo. Todos los días, ella y yo, salíamos al encuentro del Maestro. Amasaban el pan bien temprano, y amasijo siempre de más quedaba hecho. Un día, fue llegar el Maestro al sitio que Lo esperaban, y hubo varios que querían disculparse con el tiempo. Estábamos las dos, y tres hijos suyos –ya mayores–, un poco más atrás que los primeros, y el Maestro llamó a esta mujer y la puso de ejemplo. Estas cortas Palabras todos oímos: 
   
   –Di aquí, en voz alta, lo que Yo sé que tú haces por querer mandarle al tiempo.     

   –Yo, Señor, creo que es cumplir, pero me falta un contento. Quisiera poder traer a todos para que tu Palabra oyeran. Yo, cuando me voy de oír lo que me da el alimento, quiero que todos me oigan, a los que les falta tiempo pero no Te ven a Ti.

Y ya Le preguntó como chiquillo contento:     

   –Maestro, ¿qué oración haría yo para que todos vinieran a mí, que me sobra el tiempo?

Puso la Mano en el hombro este Dios sin ser Maestro, cuando todos vieron Sol y había nubes en el momento:

   –Tú pones el Amor, y yo hago parada al tiempo.

Desperté, oí:

Cuando el Sol tapó la nube,
se vio en ese momento
un Dios bajando del Cielo.

Aunque no faltó el Maestro,
era Él mismo, y veías
mandarle a la oscuridad.

Aunque sean pocas palabras,
voy aquí algo a dictar:

Esta mujer era viuda,
y siempre iba a buscarlo
después que el pan lo cocía.

Cuando llegaba a su casa
quería decir lo que oía,
y la mitad se quedaba
porque olvidar Dios lo hacía.

Las que iban a comprar,
la esperaban muchos días
sin tener obligaciones,
pero querer, no querían.

Les faltaba el Amor
y buscarlo no querían.

El horno lo conocieron:
“donde el tiempo hace cría”.


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Libro 13 - Hechos de Jesús Perdidos, Hoy Dictados en Gloria - Tomo II - Pag. 86-87-88

lunes, 28 de enero de 2013

“Si os ocultáis del que Yo mando, os ocultáis de Mí, y ya estáis pecando”

En Sueño Profético vi una calle, y un lado de la calle era muralla. En lo que daba al frente de la muralla había casas con ventanas pequeñas de aspecto humilde. Llegaron dos hombres con unas cabras, que las entraron por una puerta pequeña que había al lado de la casa, y una tapia alargaba la casa, que nombraban “el corral”.

Dijo uno:

De estas casas salían unas mujeres cuando pasaban los Discípulos; y los paraban haciéndoles preguntas, pero con reserva, porque ellas consultaban luego con otros y allí daban razón. Y a los Discípulos no enteraban de las razones que, los que tenían por inteligentes, les daban. Tenían a los Discípulos en segunda escala. 

Pues aquí oí yo al Maestro estas Palabras un día que salieron sin que supieran que Él iba, porque de Él más se ocultaban:

“Estáis premiadas por mi Padre y no reconocéis Premio, porque el Amor os ha abandonado, porque no sois limpias de espíritu”.

“Si os ocultáis del que Yo mando, os ocultáis de Mí, y ya estáis pecando”.

“Yo os premio con decirles a mis Discípulos que pasen por vuestra calle. Que este Premio es a vuestros hijos. Pero vosotras no tenéis Amor ni a ellos”.

“Tantas veces os ocultéis de ellos, y lo que ellos os respondan lo llevéis a otro sitio transformándolo, pensad que estáis pecando contra la confianza de que Yo soy Dios, que es el peor de los pecados”.


Desperté, oí:

Estas mujeres oían hablar del Maestro y se asomaban a la puerta por el griterío que los hijos formaban cogiéndose a las piernas de los Discípulos.

Esto hacían los chicos, y los grandes detrás de ellos se iban.

Engañaban a las madres porque recibían riña.

El Maestro les sacó secretos que ellas creían que no podía saberlos.

¡Pálidas quedaron las caras y lágrimas en el suelo, con la cabeza agachada!

Habían ofendido mucho con la desconfianza y transformado Palabras que a otros perjudicaban.


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Libro 17 - Investigaciones a la Verdad - Tomo II - Pag. 204-205-206

domingo, 27 de enero de 2013

El hombre obedece al hombre y desobedece a Dios

En Sueño Profético decían:

En lo material no te extraña nada de lo que el hombre exige. Todo lo que el hombre quiere, tiene que hacerlo el hombre.

En lo espiritual todo se hace pesado, tan pesado, que muy pocos lo cumplen.

Haremos unas cuantas comparaciones:

¿Qué malo sería en un colegio de niños, que exigen uniforme, que dos o tres no lo llevaran? Pronto diría el profesor: “que el niño quede en casa hasta que se presente como todos”. Esto es aceptado, y viéndolo normal.

¿Qué más daría ser más alto o más bajo, año más o menos, para ingresar en el ejército, o ir vestido de distinto color? ¿O en la estación de invierno llevar zapatos blancos de lona, aquel señor que tuviera un cargo importante? ¿Y la reina, que su corona diera a su servidumbre, haciendo ella el servicio que ésta le hacía a ella? Aquí no sería permitido que la reina sirviera a su servidumbre. Esto no es malo, pero el hombre no permite, el hombre obedece y hace todo lo que el hombre quiere. El hombre es esclavo del hombre e insubordinado de Dios. Hacer lo que a Dios agrada cuesta trabajo. Hacer lo que el hombre quiere, agrada.

Desperté, oí:

El hombre obedece al hombre, y cuida su materia como objeto eterno.

El hombre desobedece a Dios, y se cuadra ante el hombre.

Dios habla, y no es oído. El hombre manda, y es cumplido.

Dios quisiera que Lo oyeran; y lo que oyeran, con Amor lo cumplieran.

Dios sufre más cuando no Lo quieren oír, que cuando no Lo oyeron.

Si no quieres oír a Dios, no Lo llames para que Él te oiga.


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Libro 9 - Dios Habla al No Quiero del Hombre - Tomo I - Pag. 56-57-58

viernes, 25 de enero de 2013

Callar esto es querer contar las gotas de agua que tiene el mar

En Sueño Profético yo decía:

Señor, ¿no hablaré de Ti lo suficiente como para que sepan de esta Gloria? Yo Señor no estoy contenta, porque son muy pocos a los que entero a diario. Yo quisiera que se pusieran, los muchos que no lo saben, como los pocos que me oyen. Yo Señor estaré contenta cuando el mundo entero hable de estas Comunicaciones.

Dijo uno:

El hombre a esto le llama vanidad. Esta palabra es de el que no conoce el Amor de Dios. El que siente el Amor de Dios no dice vanidad, éste dice: “Señor, callas tanto porque eres Tú el que actúas. Humanamente no se podría callar”. ¿Cómo puede callar aquel que vea tu Rostro, Pies y Manos, dándole Tú tus Palabras para que haga uso de ellas?

Desperté, oí:

Callar esto es querer contar las gotas de agua que tiene el mar.

Querer que el fuego no queme.

Querer que el Sol y la Luna sean sólo para ti.

Querer que tu caudal compre la Gloria.

Querer que tu materia sea eterna.

Querer que tu carne no sienta el dolor.

Querer que Dios no dé el Perdón.

Querer que Dios le tema al hombre.


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Libro 1 - Meditaciones y Palabras Directas con El Padre Eterno - Tomo I - Pag. 127-128

Paga Eterna

En Sueño Profético decían:

El que busca a Dios por Amor, Dios le responde amando. El que se confía en Él, Dios siempre sale a su paso. Estas Palabras son ciertas.

Dijo uno:

Yo viví siempre haciendo lo que Dios enseñó en la Tierra, y puse toda la confianza en Él. Yo hacía lo que Él mandaba, y Él me pagaba, pero con una renta que todavía estoy cobrándola. La cobro y de mi renta puedo dar pagas desde esta Gloria de Dios, que Dios es el que me manda. Pero, ¿quién diría mandar, a la Voz de sus Palabras? Pero, ¿quién diría, yo sirvo a Dios cuando me manda? El hombre muere y se queda sin disfrutar de esta Gloria por querer tanto a la Tierra. 

Pensad: el perder lo Eterno por darles la preferencia a hombres de grandes talentos, hombres que se creían vivos y aún se siguen creyendo... Aquellos no se pararon a valorar esto Eterno; siguieron dando enseñanza para un corto tiempo enfermo. Si el hombre amara a Dios, pondría primero lo Eterno, buscaría con Confianza, llamaría a Dios del Cielo, viviría la Caridad, y Dios ya le mandaría el Premio.

Desperté, oí:

¡Qué hermosa es la Confianza 
que en Dios deposita el hombre!

Esta misma Confianza, 
luego enseña a otros hombres. 

Este que habla en la Gloria, 
buen servicio le hace a Dios, 
y qué buena paga cobra.

Cuando vivió con materia, 
vivió la vida de Dios: 
Amor, Caridad y Paciencia.

Caridad: llevando Amor 
a su sufrir y sus penas.

Y Paciencia para quitar 
al hombre de la violencia 
antes de que pueda pecar 
un pecado de condena.

Si estos Servicios practicas, 
ya tienes la paga Eterna.


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Libro 11 - Te Habla El Profeta - Tomo II - Pag. capitulo 1

jueves, 24 de enero de 2013

Vida de juguete

En Sueño Profético decían:

La vida de la materia es dura y trabajosa el vivirla, cuando la vives sin pensar que es tiempo breve, cuando te crees seguro de que no mueres, cuando no digas con calma: “ésta es vida de juguete, que aquí estamos de prueba”. Una prueba que te sirve para presentarte a Ésta.

Dijo uno:

Yo siempre iba detrás, cuando viví con materia, del que vivía vida trabajosa por no pensar en los otros que vivieron como él y que el mundo lo dejaron y no dispusieron de tiempo para dar algún encargo; encargo para cuidar algo que él había guardado, de la noche, de los aires, de la lluvia de verano, cuando sin esperar lluvia, estropea lo segado. Este cuido puede ser a un pájaro enjaulado, pero este cuido lo dan a las riquezas de Tierra, a conservar a un cacharro, cuidándolo y poniéndolo con el brillo necesario. También, a veces, conservan de tal manera los pecados, que los heredan familias. 

Ahora piensa en el que vive sabiendo que está de paso, adorando sólo a Dios, siguiendo siempre sus Pasos, diciendo: “¿Quién será el dueño de esto en lo que yo no mando y el hombre me ve de dueño y yo como dueño mando? ¿Qué harán de las buenas costumbres que mis padres me enseñaron? Quiero que hasta el respirar tenga adoración al Cielo, que es el vivir de verdad”

Desperté, oí:

Este último vivir 
de adoración a esta Gloria, 
te hará vivir ahí sin trabajos, 
sin pecar y con contacto de Gloria.

Te hará que veas la vida, 
larga, suave y contenta.

Amanecerá el día 
y pensarás estas palabras 
cuando despierto te veas:

¿Podré despedir al día 
por vivir hasta la noche?

Si vivo, mándame fuerzas 
para estas peticiones.

Que al pecado lo desprecie 
como verdugo que viera 
“preparao” para mi muerte.

Y que las cosas de este mundo 
no me quiten de mi mente 
el pensar que estoy de paso.

Que sigo al que estuvo aquí,
y me voy porque viene 
el que tiene que cumplir 
otro poco de tiempo, breve.

Que esto es nacer y morir.

Que el nacer queda en la Tierra.

Y el morir no existe Aquí.

Si de esa vida te despegas, 
ya empiezas Gloria a vivir.


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Libro 11 - Te Habla El Profeta - Tomo II - Pag. 99-100-101

miércoles, 23 de enero de 2013

Salario que ningún hombre te podría pagar

En Sueño Profético decían:

Si ella no hiciera Caridad, sería admitido dudar de la Revelación. La Caridad que ella vive es directa de Dios, es Caridad con alegría, Caridad sin descanso, Caridad que ella quisiera que todos practicaran. La Caridad es un deber que todos tienen. Éstos son los que para Dios no tienen deber, o sea, no son responsables –y vi a muchos niños, y el mayor tendría unos 10 años.

Dijo uno:

Estos niños deben ser enseñados a tener Caridad y a que la practiquen, pero estos niños no pueden ser responsables. Son responsables cuando tienen edad de ganar un salario, cuando ya no son niños, cuando ya son hombres. Entonces son responsables si faltan a la Caridad.

Si acudes a donde de ti necesitan, ya estás visitando a Dios, y Dios te lo paga.

Desperté, oí:

Te lo paga con el salario que ningún hombre te podría pagar, y es dándote sitio en su Gloria.

Si a Dios amas, tú en Dios confías. Si Lo amas, buscas donde esté. Y si en Él confías, cuéntate como uno más en su Gloria.

Si acudes al necesitado y acudes por Dios, a Dios sentirás.

Porque peso te quita y palabras que confortan te dará.

Yo, a veces, cogía en brazos 
a quien mis brazos no podían, 
y no puedo decir cómo, 
pero en mis brazos seguía.

Seguía yo caminando, 
caminando noche y día, 
hasta llegar a dejarlo 
en la cama y con comida.

E iba en busca de otro, 
y más fuerza ya tenía.

¿Qué duda puede tener,
que no era Dios 
aquel que a mí me venía?

Pues se cundió y se cundió, 
que no era Juan, 
que era Dios.

JUAN DE DIOS


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Libro 12 - Dios Comunica y Da Nombres - Tomo II - Pag. 100-101-102

martes, 22 de enero de 2013

Mayoría de lo que desea el hombre, te hace perder la Gloria


En Sueño Profético hablaban de los muertos que están vivos y de los vivos que están muertos. Decían:

Hay vidas de sufrimiento, que este sufrimiento les sirvió para estar vivos siempre con Dios en la Gloria. Y hay vidas tan cómodas, vividas con abundancia de todo, empezando por las fiestas que te retiran de Dios, que éstos, aunque los vean vivos, están muertos para Dios.

El sufrimiento, muchas veces, es báscula que te pesa el peso que tú aguantas; que en esto, a veces, hay engaño.

Hay quien cree que aguantaría peso, porque nada le ha pasado. Éstos no sirven de ejemplo, porque no pueden decir: “yo aguanto tanto peso”. 

Hay quien saca las uñas refiriendo el sufrimiento de otro.

Desperté, oí:

En vida de fiestas mundanas y sufrimiento sin estar preparado para el sufrir de la materia, puedes estar muerto aunque te vean vivo.

El hombre busca el vivir, el tiempo que está en la Tierra, donde haya más pecado, que lo alimentan el dinero y las fiestas.

De éstos, pocos ganan la Gloria; tan pocos, porque el hombre esto desea.

Sufrimiento recibido diciendo: “Señor, que este sufrir me dé renta para ir enseñando al que también sufrir tenga”.

Al hombre, el sufrimiento, 
por chico que sea, le pesa.

Y no sabe que el sufrir 
vive siempre en la materia.

Pero si en ti vive Dios, 
el sufrimiento se aleja.

Se aleja del espíritu, 
aunque quede en la materia.

Mayoría de lo que desea el hombre,
te hace perder la Gloria.


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Libro 20 - La Palabra del Creador - Tomo II - Pag. 117-118

lunes, 21 de enero de 2013

Chatarra sin valor


En Sueño Profético decían:

Hay quien se cree eterno y que nadie le hace falta. Esto, el que nunca tuvo enfermedad y dinero le sobró.

Dijo uno:

Yo tuve trato con un hombre que así, como se ha dicho, vivía, y me contó qué le hizo cambiar un día que visitó la tienda de un anticuario. Allí, dice que vio objetos que contaban siglos y siglos de años. Dice que le hizo pensar en lo poco que su vida duraba, comparando con una palangana de loza que allí tenían para vender. Y ya, más le sorprendió, un caldero y un ánfora, que el dueño le aseguraba que eran del tiempo que vivió Dios Hombre. Viendo el dueño su extrañeza y sus seguidas preguntas para saber los años de aquellos cacharros, le sacó unas tenazas de antes del Nacimiento de Jesús, que dice le dijo que el nombre que entonces le daban los más humildes era el de “atizonadora”. Su aspecto era el de no desearla, y su valor superaba todo lo que allí tenían, según este dueño le dijo. Ya sintió vergüenza a su vanidad, pensar que cuando pasaran treinta años, ¿cómo estaría él?, y el desprecio que el hombre le daría. Pero fue mucho peor pensar, cuando vio que el dueño no se ponía de pie por tener sus piernas sin fuerzas de la enfermedad que en él vivía.

Ya le dijo este anticuario:

   –Mi enfermedad me ha hecho poner este “vivir”, ya que mi capital perdí y mi salud. Hoy no puedo estar de pie, y tengo que valerme de otro para quitar y poner. Y cualquier desecho de estos cacharros, el hombre pagará lo que el cacharro quiera, obligando al hombre a que lo adore y lo mime y lo presente como fantasía apreciada por el hombre.

Desperté, oí:

¡Cómo va dando la vida vueltas
y parándose en los puntos 
que Dios manda!    
       
Este hombre, un buen día,
deseó comprar chatarra.

Chatarra sin el valor
que el hombre más valor daba.

Cuando vio que toda tenía
una vida, pero larga,
se vio la suya tan corta,
que al Cielo fue su mirada.

El dueño le fue contando
como calcar que señalas.

La tienda del anticuario
lo despojó de sus faltas.

Y se salio de la tienda,
los dos con llanto y sin habla.


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Libro 14 - Dios Manda En Su Gloria Que Enseñen - Tomo II - Pag. 50-51-52

domingo, 20 de enero de 2013

Ceniza o polvo queda


En Sueño Profético hablaban del espíritu y de la materia, del cuido a la carne y del olvido a lo Eterno. Decían:

El sufrimiento de Dios es el desprecio del hombre a su Gloria y las ansias de vivir para la Tierra, sin pensar que en Tierra queda, y al darte sepultura, ya eres pienso de tierra; y cuando escarbe otra carne y quiera ver tu materia, se encontrará que no hay nada; si acaso unos pobres huesos que los despreció la tierra, y cuando pase más tiempo, ceniza o polvo queda.

Dijo uno:

Se va a comparar un algo del espíritu y materia. Hagamos esta visión –y se vio una sepultura de haber sacado la tierra para ver si en el fondo quedaba algo de materia. Nada se podía ver, tan sólo veías tierra–. Ya se vio una mujer de espaldas, con estilo de otra época, que el hombre llama pasado, y la voz del Mando dijo:

Esta es la misma mujer que el hombre enterró su cuerpo, pero el espíritu está donde no existen los muertos. Este espíritu hace visión como si tuviera cuerpo, porque el espíritu es Vida y la carne cementerio, sitio que el hombre no piensa que allí ya queda en deshecho.

Desperté, oí:

Más de un siglo
ya llevaba esta mujer
en la Gloria con los Vivos.

Igual veías su espíritu
que antes de verla muerta.

Porque muerta no existía,
aunque no tenía materia.

Que era lo que vivía,
lo que el hombre ahí desprecia.

Dios deja la sepultura
para que el hombre vea
que de dos juntos que hay,
como espíritu y materia,
el espíritu no muere.

Éste pasa a Vida Eterna,
donde Dios le pone traje
cuando Él visión la quiera.

Este estudio el hombre olvida,
y Dios manda den recuerdo.

Recuerdo, al recordar
que la carne has de enterrar
y el espíritu es eterno.

Pero cuida de que vaya 
donde no existen los muertos.

Que los que no están con Dios,
viven en un cementerio.

Éste, puesto ya por Dios.

Por el hombre antes quererlo.


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Libro 16 - Dios No Quiere, Permite - Tomo II - Pag. 9-10-11

sábado, 19 de enero de 2013

“El que quiera oírme como él, también Yo lo llamo”.


En Sueño Profético vi unas murallas. Se entraba dentro de las murallas y había un sitio como un palacio o patio, de gente de títulos. Parecía una iglesia pero no tenía Santos. Los asientos eran de piedra. Allí no había nadie ni nada, pero algo había, había el Mando de Dios mandando a las murallas que quedaran en Visión y el espíritu se enterara. Había personas hablando, y allí no veías nada.

Ya dijo una voz sin cuerpo, porque cuerpo no hacía falta:

En este mismo sitio dio el Maestro grandes Enseñanzas. Ya, el hombre tiene estos arcos en otros sitios de pedazos y piedras que se han llevado, y según sea el que roza los arcos, puede tener contacto de sentir de Gloria, si hace vida de su mandar, que el Mando lleva impregnado en las piedras de la muralla y los arcos. Pues en esta Visión que Aquí en Gloria se ha dado, un día quisieron echar a uno, por señalarlo de pecador sin merecer lo digno de oír a Jesús. Viendo Dios Hombre y Maestro el movimiento de empujones y palabras cortadas, que mitad salían fuera y mitad quedaban dentro de la boca, dijo señalando a uno de sus Discípulos:

   –Ve por en medio de todos abriendo paso, y dile que venga, y ya él viene dándome a Mí la cara y a ellos la espalda, y luego Le diré que mire a ellos, para que el que quiera oírme como él, también Yo lo llamo.

Cuando llegó el pecador al sitio, se arrodilla y Le dice: 

   –Señor y Maestro, llevan razón, no debí haber entrado con la vida que hice hasta conocerte a Ti un día que me lo dijo uno del campo, que en su campo estaba yo con él. Ibas Tú con muchos, de espaldas, y tus telas yo vi que a mí me iban hablando. Se venían como para mí. Me puse de rodillas y aunque había otros mirándome, no me contuve mi llanto, y pecado desprecié.

Sólo dijo el Maestro estas Palabras, que sirvieron para que se quedara el que ya no iba más a pecar:

Desperté, oí:

“El que quiera oírme como él, 
también Yo lo llamo”.


Estas Palabras sirvieron 
para que se conocieran 
a los que no dejaran pecado.

Este pecador Lo busca 
cuando no hace pecados.

Y Le sirve al Maestro 
para dejarlos callados.

Muchos iban a oírlo 
con sus pecados guardados.

Él, cuando ya se presenta, 
iba libre de pecado.

Esperaba su Perdón, 
si podía ser alcanzado.

Él nunca hubiera dicho: 
“Maestro, éste ha pecado”.


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Libro 13 - Hechos de Jesús Perdidos, Hoy Dictados en Gloria - Tomo II - Pag. 56-57-58

viernes, 18 de enero de 2013

Mensaje de miedo


En Sueño Profético decían:

Si hicieran un pensar, el que está en contra de Dios viviría cubierto en miedo cuando viera este seguir que Dios manda desde el Cielo.

¿Quién puede subir estos Escritos donde los han subido, sin poderoso de la Tierra decir: “yo puedo subirlos por el Poder que Dios a mi cuerpo deja”?

Esto, el Elegido no se lo ha oído a ninguno. Él va dando reverencia a los grandes de la Tierra y a los chicos. Él recibe el mal trato por decir que Dios existe, y que lo lleva a su Gloria, donde materia no existe.

Si el hombre pensara esto, vería que era Dios el que a Ella la lleva.

¿Quién puede nadar donde grande corriente hubiera, que arrastrara toneladas? Pues más difícil es llegar donde estos Escritos llegan y no los pueden parar.

Si el hombre pensara esto, miedo le daba el pensar: “Si todo lo que yo tengo, me lo tengo que dejar y presentarme sin cuerpo Al que no hay ser con vida que engaño Le puedan dar”.

Si el hombre pensara esto, echaría el paso atrás, aunque Aquí ya no sirviera.

Dijo uno:

Este Arrobo no dicta lo que el hombre no quiere Dios que lo sepa.

Este Arrobo, haces números, y te da justa la cuenta, cuando pienses a los sitios que han llegado estas Sentencias.

Desperté, oí:

Es el Mensaje de miedo,
cuando pienses en la muerte,
que la muerte es a tu cuerpo.

Al espíritu no lo mata,
porque es uno que flota,
que no llegan las balas.

¡Qué cierto que dan mal trato,
y se enfrenta indiferencia,
el que más puede en la Tierra
cundir estas Palabras,
que las llevan sin materia!
  
Éstos creen que sus cargos
después de muertos les sirven.

Y no saben que el espíritu
deja muerte y él vive.

El hombre cree que es algo,
y no sabe que si no ama a Dios,
no sirve.

¡Qué miedo le llegará 
al que vea que esto sigue!


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Libro 17 - Investigaciones a la Verdad - Tomo II - Pag. 71-72-73

jueves, 17 de enero de 2013

Tronco inmortal de ramificaciones Divinas


En Sueño Profético decían:

El Mensaje, Comunicación, Arrobo e Iluminación constantes, es Dios. Todo sale de Dios: Tronco inmortal de ramificaciones Divinas; Tronco que hizo al Hijo e Hijo que vive en el Tronco. Este Tronco, su savia, es Sabiduría; Dios que quiere dar al hombre participación de su Reino; Reino que compone el Padre, el Hijo, haciendo Tres el Espíritu que Dios envía a que dé Testimonio de cómo es el Reino de Dios.

Dijo uno:

Yo llevé el Mensaje del día 4-4-1972, en el que Dios quiere que el hombre piense en su Poder e imite la Obediencia de los mares. 

Los mares siguen su bravura porque Dios así los tiene. El Sol y el aire los siguen porque Dios así lo quiere. Si el hombre pensara esto que Dios para cuando quiere, el hombre no haría pecados, porque pensaría en la muerte, y ya quedaría para Dios como espíritu rebelde. 

Yo, siempre, en mi Mensaje, recomiendo el Amor. Pues si amas como Él quiere, loca te llamarán “tos”.

Yo, aunque no diga mi nombre, lo sabrás cuando el Mensaje te diga que yo no quiero que haga pecados nadie.

Yo, a la Orden le diría, que día que se va el Sol, no vuelve más ese día. Yo soy Domingo, y hablo en el nombre de los de Aquí, que hoy están en la Gloria y fueron Dominicos ahí.

Si yo no digo quién soy, tú mi nombre lo sabrás cuando te diga que amo la Teología sin igual, y que yo te certifico que no pueden comparar con nada de lo que hay escrito, dejando esto en segundo lugar. Yo Tomás te certifico que ocupa el primer lugar, que esto son Palabras que salen de este Reino Celestial.    
          
Desperté, oí:

Para que tenga la fuerza como Palabra de Dios, te hablan los de esta Gloria con Literatura de Dios.

¿Cuándo verá y dirá el hombre que esto es Palabra de Dios?

Pues si coges los Escritos, piensas en la Gloria ya, y ves a este Dios triste por culpa de la Humanidad.

Que no le tienen Obediencia, porque tenía que mandar con el Poder que Dios tiene, dejándose el Dios atrás.


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Libro 9 - Dios Habla al No Quiero del Hombre - Tomo I - Pag. 3-4

miércoles, 16 de enero de 2013

“ES MI ESPÍRITU EL QUE INUTILIZA AL DEL HOMBRE”


En Sueño Profético yo decía:

Señor, qué será, que Tú te entras en mí, o a mí me entras en Ti.

Apareció el Señor, y yo ya no me veía. Desapareció Dios Hijo, y ya me veía yo, y ya no veía a Él. Esto me lo hizo cuatro o cinco veces, pero muy rápido. Ya sin verlo dijo:

   –Es mi Espíritu el que habla, pero sin mi Materia ni Imagen. Es mi Espíritu el que inutiliza al del hombre. En el momento de hablarle al hombre, el espíritu del hombre queda sin acción ni voluntad. A todos los Lugares que Yo cogí para que me conociera el hombre, dejé su espíritu sin actividad. Es mi Espíritu el que entra en la materia, carne conocida por el hombre.

Desperté costándome mucho trabajo. Oí:

Nuestros ruegos y peticiones alaban a Dios Padre.

Y suplicamos al Hijo, sea nuestro espíritu al servicio de esta Gloria.

Nuestro gozo es llevar la Palabra de Dios con el Espíritu de Dios.

Si tú amas a Dios, tu gozo es traer a esta Gloria.

El espíritu que amó a Dios ahí, hoy está Aquí.

Ahí Lo amó y Aquí Lo contempla.


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Libro 1 - Meditaciones y Palabras Directas con El Padre Eterno - Tomo I - Pag. 24-25

Generosa aportación de roscones de reyes por parte del hotel Wellington

Nuestro agradecimiento al personal del hotel Wellington de Madrid que tan generosamente ha ayudado para que la amargura de la gente que vive en la calle por unos momentos se vuelva dulce. Con la aportación de este gran surtido de roscones de Reyes, miembros de la Fundación Ana García de Cuenca han llevado a cabo su reparto a los más necesitados.




martes, 15 de enero de 2013

La muralla

En Sueño Profético vi una muralla como vieja, pero estaba nueva. Y uno dijo:

Esta muralla conserva piedras de Amor, conserva piedras de misterio y conserva piedras de dolor. Por esta muralla habrá quien pase y sienta Amor del Cielo, y ya es misterio; habrá quien note algo sin poder comprenderlo, algo de presencia de Dios, y ya es el misterio; habrá quien lleve su andar de sufrir, con pasos algo lentos, con pasos que si tú vas detrás, notas que algo lleva dentro, algo que tendrá que parar a esos pasos que ves lentos y la muralla rozar. Ya le vendrá fortaleza para poder caminar el sufrir que lleva dentro, que el roce de la muralla, sufrir le ha quitado ya. Éste es el grande misterio que esta muralla tendrá para todo aquel que pase y a Dios lleve en su pensar. Aquí, en esta muralla, hay piedras que aún lloran, humedeciéndose cuando llega el día, que en ella fue Dios Hombre parado con sus Discípulos, oyendo los insultos que un fariseo Le hacía. En esta muralla las piedras hacen de Palabra de Dios.

Desperté, oí:

Aquí te dice bien claro, 
en el Dictado de hoy, 
que Dios no precisa del hombre 
para que el hombre Lo sienta.

El deseo de tu Amor, 
Él se hace que tú sientas. 

Esta muralla sirvió sus piedras,
muchas que tiene, 
de personajes de Dios.

Allí, contaron Milagros, 
Discípulos y Maestro.

Allí se habló muchas veces: 
¡Cuando nos falte el Maestro...!

Era muralla de cita, 
por estar fuera del pueblo.

Siempre decía Dios Hombre: 
Estas piedras dan sentir 
en espíritu y en cuerpo.  

Luego el hombre dirá: 

“Cuando pasé la muralla, 
ya no me pude aguantar. 
Tuve que pedir Perdón. 
No sé qué pasó al pasar”. 

Será misterio del Cielo, 

por la Tierra Yo pisar.

Todo esto dijo Dios 
en uno de sus Sermones.

Ya nos dejó preparados 
para saber contestar 
al habla de la muralla.

El misterio lo notaba 
el que con Amor pasaba.


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Libro 11 - Te Habla El Profeta - Tomo II - Pag. 15-16

lunes, 14 de enero de 2013

Los quitaba de pecar


En Sueño Profético decían:

Es atrevido hablar de Amor sin amar ni practicarlo, y poner duda en el que ama y practica este Amor. Yo creo que esta duda hay que oírla sin palabras y sin voz, y ya, como punto final, no prestarle atención. ¿Qué atención prestaría un general a un corneta? ¿Y un rey a su vasallo cuando éste dijera: “Aquí no entras porque tú no eres el rey y yo mando en esta puerta”? ¿Y aquel dueño de la hacienda que necesitara trigo y pidiera una fanega y el administrador no lo escuchara y además se la negara? La reacción del general, del rey y del de la hacienda, sería: dos en la cárcel y a uno echarlo fuera. Nada de esto ocurre estando con la materia. Pero en lo espiritual, todo, todito lo niegan.

Ya salió Agustín con sus pecados y sus penas:

Se debería hablar de Aquí, pero vestido de etiqueta, e interrogar al que viene, con máxima delicadeza, y cada palabra que dijera iría acompañada de ésta: “¡Perdone si le molesta!”. Ésta sería otra palabra: “¡Qué alegría conocerla! Esto no tiene precio, tú sufres y a mí me enseñas a que conozca la Gloria antes de ir a Ella”. 

Yo quitaba de pecar a todo el que me oía cuando contaba un Arrobo, que algunos no comprendían porque nunca habían vivido con el que Aquí lo traían. Se quedaban tan parados, que cuando les explicaba que mi cuerpo había quedado para enterrar, como un muerto, decían esto con frecuencia: “¡Mira el vello cómo lo tengo!”. 

Desperté, oí:

Los quitaba de pecar, 
más fácil que saludarlos.

Hay veces que se hacen pecados 
por no estar bien enseñados.

Si enseñas a no pecar,
di que estás enseñando a amar

Al no querer ya pecar,
es fácil querer amar.

Al que mucho haya pecado, 
yo le diría si llora: “No llores, 
porque Dios te ha perdonado”.

Te ha perdonado 
con Perdón de Aquí,
de esta Gloria Eterna. 
Te ha perdonado sin pedirte 
que Le des claras las cuentas.

Yo le quise dar mis cuentas, 
y Dios no me las tomó 
porque sabía las que eran, 
y así aun me perdonó.

AGUSTÍN DE MÓNICA


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Libro 12 - Dios Comunica y Da Nombres - Tomo II - Pag. 17-18

domingo, 13 de enero de 2013

Es más pena conocer y perder, que no conocer


En Sueño Profético decían:

Es más pena conocer y perder, que no conocer. Pues esto ocurrirá, y en sitios ya está ocurriendo, que se están quedando atrás los que fueron los primeros.

Esto es viaje que haces sin parada y sin regreso. Que el Amor a Dios es el equipaje de grande valor que nunca te pesa ni le das olvido. Al revés, que vas vigilando. Y si a alguien vieras que fuera a quitártelo, pronto tú dirías que era aquello tuyo.

Pues, ¡cómo dejar tu sitio primero, que lo coja el último!

Por eso aquí van estas Frases que dictan en Gloria: “Es más pena conocer y perder, que no conocer”.

Dijo uno:

El Instrumento de Dios siempre lo verás sin cambio. Y a todos les va llevando el mismo premio que Dios ya le ha dado. El llevarlo es sin cambio. El que recibe es culpable si no le pone el Amor como del Cielo bajado.

Dios Arroba y da Mensaje para Enseñanza de los buenos y los malos. Los buenos, para que ejerzan lo que Dios tiene mandado. Y los que viven lejos de Dios, a este ejercer ya se irán acercando.

Tú ejerce lo que es de Dios y espera recibir pago.

Desperté, oí:

Es la misión del que recibe en Gloria, 
dar en todos sitios el mismo parte.

Sin preferencia al repartir.

Pero los hombres no hacen 
a Dios el mismo recibir.

El Amor de Dios 
lo lleva el Elegido 
de medicamento para el espíritu.

De lanza, como el guerrero, 
para ahuyentar los espíritus 
que trabajan en contra del Cielo.

Apúntate a este viaje 
sin parada y sin regreso.

Que la estación de la Gloria 
nunca te dará desprecio.

No hay alegría mayor, 
que hacer servicio a este Cielo.


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Libro 20 - La Palabra del Creador - Tomo II - Pag. 28-29-30

sábado, 12 de enero de 2013

Camino de cieno y fango


En Sueño Profético vi un camino. Era fango o cieno. Costaba trabajo ir sacando un pie y el otro avanzando.

Pues este camino iba yo pasando y algo me cogía cuando yo creía que ya no podía más seguir andando. No es que no quisiera, es que, más que yo, podía aquel fango.

Cuando ya me vi más normal andando, quise, de rodillas, dar gracias a Dios, pero no encontré dureza ni firme que allí mis rodillas quietas se quedaran.

Ya dijo una voz:

¡Mundo de fango, mundo de cieno, mundo de pecado, mundo de envidia, mundo de engaño!

Todo esto que has visto es camino que te ponen los espíritus contrarios.

Éstos se llenan de ira cuando los espíritus de Dios van con estos Mensajes avanzando. Pero por mucho que inventen y mucho cieno te pongan, tus pies no llegarán al suelo aunque ruido se oiga.

Igual que las Palabras tampoco puedes entregarlas y que las reformen o las desprecien, pues igual derrotas a los espíritus diabólicos que a tu Mando se enfrentan.

Dijo otro espíritu con el mismo Mando de Dios:

Es peor oír al que Dios trae a su Gloria y reformarle lo dicho, que alejarse y no oírlo.

Desperté, oí:

El camino que se ha visto en espíritu es el “no” del hombre al “sí” sin remedio que tiene que dar cuando Dios dice “Sí”.

Cieno y fango: 
suciedad del hombre 
que no quiere que Esto sea verdad.

Pero Dios manda su Poder
y el cieno queda atrás.

El fango se arruga o se endurece,
y al espíritu de Dios,
Dios le manda caminar.

Es sentido de algodón
el hombre que haga pensar
que Esto quede en silencio.

El espíritu del mal
le manda los sufrimientos
y quisiera sepultar
sus Palabras y sus hechos.

Sin querer saber 
que las Palabras son Dios,
dichas en un Pregonero.

Y los hechos son Amor
que antes tuvo a Dios el Pregonero.

El día que la materia –cuerpo–
llore cuando se vaya el espíritu,
tienen que pedir Perdón
por el mal comportamiento
que dieron al Elegido.

Los espíritus de Dios se notan
porque abren los caminos.

Y cuadrado o redondo,
siempre ven bien
lo que dice el Elegido.

Si esto tú no lo sientes,
pídele a Dios 
que Él te ayude a sentirlo.


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Libro 19 - Dios Manda en Su Gloria que Enseñen - Tomo III - Pag. 5-6-7