jueves, 31 de octubre de 2013

El creer no da la Gloria

En Sueño Profético decían:

El que tiene ayuda en el sufrimiento o en el peso de la carga que lleva, ya tiene premio del Cielo, porque Dios, sin contacto, no deja premio al que recibe y al que presta la ayuda, que es lo que Dios tiene mandado.

“Hay quien no creyó en Dios Hombre y hoy está en su Gloria”. Esta frase tiene aclaración, que Aquí dictan ahora:

Éstos que no creyeron y están en la Gloria, no creyeron que era Dios, pero Lo seguían y Le ayudaban, porque Lo creían hombre único en su vivir y en seguir a los que sufrían en la Tierra. Sus Palabras siempre eran:

“Yo he venido para salvar al hombre. Yo perdono al que quiere ser perdonado. Mi Reino no está en este mundo, porque no es de este mundo, como Yo tampoco soy”.

Pues el que no creía era Dios, pero Lo siguió y Le ayudó, hoy está en la Gloria, porque acabó amando y cumpliendo lo que Él predicaba y hacía. El que creía era Dios, pero sin seguirlo y sin cumplir sus Palabras, éste no se encuentra entre los ya nombrados, por creer sin ayudar al necesitado, que necesita del hombre, aunque era Dios; necesitaba que Le ayudaran en el peso del sufrir que el hombre Le daba, en cundir su Existencia, en preparar los caminos para cuando Él llegara. Toda esta ayuda Dios Hombre la necesitó, pues igual la necesita el que Él elige.

Desperté, oí:

Cuando ya dicen
en la Gloria las Palabras:
¡Qué fácil, si amas, las comprendes!

¿Para qué quiere el Elegido que lo crean
y no lo sigan ni lo ayuden?

¡Si el creer no da la Gloria!

La da la obediencia hecha con Amor.

Amando, sigues y prestas tu ayuda
en lo que tus fuerzas puedan:

En oración, en palabras,
en hacer que a Dios Lo quieran.

Diciendo que hay otra Vida
y Elegidos que hoy lo cuentan.

Llevando la caridad
donde hambre tienen de ella.

Porque el hombre, hoy, su tiempo,
ya lo tiene dedicado
a la violencia, a la guerra.

A defender el pecado,
sin respetar las Palabras
que están en Libros Sagrados.

Cumpliendo estas Palabras,
te puedes dar por salvado.

El que Le ayudó al madero,
luego terminó amándolo.

Que cuando cogió el madero,
el Amor ya iba mandando.


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Libro 16 - Dios No Quiere, Permite - Tomo II - Pag. 18-19-20-21

miércoles, 30 de octubre de 2013

Cambiarse de malo a bueno

En Sueño Profético decían:

Hay quien no quiere conocer, por no cumplir lo que está bien hecho. Hay quien se retira del bueno, por temor a dejar de ser malo. Y hay quien no quiere ver pobreza, porque él va derrochando lo que allí sería un salario. Todos éstos son hombres que están retirados de Dios.

Dijo uno:

Un día iba un Discípulo de Jesús, y yo, al verlo, quise presentárselo a un amigo mío que yo lo tenía por hombre bueno. Se adelantó y me dejó solo hasta que llegó el Discípulo, y le dije:

   –Quería que te conociera aquel amigo mío, y se ha marchado. No sé si es que tiene algo contigo que yo desconozco.

Miró el Discípulo para el sitio, y lo conoció de espaldas, y ya tranquiliza y aclara:

   –No le digas a nadie que si quiere amistad con quien él la puede tener y la desprecia, porque tiene doble pecado. Estas Palabras las dijo el Maestro hace dos días a unos que forcejeaban a uno para que Lo conociera a Él. Se acercó el Maestro y les dijo: “Dejadlo, porque si viene conmigo sabiendo quien soy, no puede vivir pecando como vive. Un pariente suyo vive cerca de la casa que a Mí Me ven que allí vivo. Éste me busca y aprende lo que mi Padre va enseñando en Mí, y quiere que éste me conozca. Éste le ha despreciado sus palabras y huye de mi contacto, porque tiene que dejar el pecado”.  

Desperté, oí:

¡Cómo enseñaba el Maestro,
que el que amaba, comprendía!

Él iba buscando a los hombres,
y su amistad les ofrecía.

Pero el que daba desprecio,
era porque no quería
cambiarse de malo a bueno.

¿Cómo buscar al Maestro,
para luego no cumplir
las Reglas que manda el Cielo?

Horror y miedo le daba,
al que estaba haciendo vida
de la que Dios no mandaba.

El que sabía que era Dios
y sus pecados lloraba,
Lo buscaba por los montes,
por donde sabía que estaba.

Éstos ya se fueron lejos
de su vivir de pecado,
y buscaban al Maestro
porque a Dios veían andando.


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Libro 13 - Hechos de Jesús Perdidos Hoy Dictados en Gloria - Tomo II - Pág. 209-210-211

martes, 29 de octubre de 2013

A más valor le des a la enseñanza de la carne, más de Aquí te alejas

En Sueño Profético decían:

Si valoran tanto la enseñanza de la carne, que con la carne se entierra, ¿qué debía de valer la del espíritu, que ahí hace tanta falta y Aquí es Eterna?

A más valor le des, más de Aquí te alejas. Por eso, el que Aquí Dios trae y su Enseñanza ahí lleva, que no le extrañe al hombre, que todo chico y pobre lo vea. Y hasta le presente risa, aunque risa no la vean.

Dijo uno:

Esta misma frase que el hombre se deja cuando al día siguiente vuelve a su faena o a cualquier lugar que a diario fuera: “¡hasta mañana!”, y ya le contestan: “¡sí, hasta mañana! Mañana ya haremos lo que hoy ha faltado que se haga”. ¡Cuántos no volvieron porque se fue el espíritu y el cuerpo quedó muerto!

Ésta es la Enseñanza que deber ser primero.

Se vieron unos hombres de espaldas, y el Mando de Dios siguió diciendo:

Estos hombres enseñaron, Amor a Dios y vida de espíritu, lo primero. Si estos hombres hoy con cuerpo vivieran y esta Enseñanza tuvieran como Aquí se ofrece, estos hombres la pondrían la primera, porque estaban convencidos de que esta Vida está en espera y es la que tiene importancia, todo lo que de ella aprendas. Que si la coges como que baja de Gloria, tienes que decir amén, y verte tan poca cosa, que tu saber ya lo ves como niño que hace juegos con caballos de papel.

Desperté, oí:

Si pensaran los talentos valorar
estas Palabras que Dios manda
para hacer a hombres buenos,
se taparían la cara.

Y su exclamación sería:
“¡Señor, yo ante Esto, no sé nada!”.

“¿Podré, Señor, terminar de explicar
lo que cuando cerré el libro dije:
mañana toca tal página?”.

Al revés de esta Enseñanza,
que sabes que cada día
más te explica el Instrumento
y más te aclara.

Porque no hay otro que diga:
“vete, que yo vengo
porque otro Dios me habla”.

Tan sólo unas Palabras
que el que Dios manda te dé,
ya llevas la mejor cátedra.

El que Esto no lo acepte,
no cree estas Palabras.

Porque creer y aceptar,
tú ves que no sabes nada.

Hazte profesor del Cielo,
de la Enseñanza que baja.

Porque no hay ningún talento
que supere la Enseñanza que Dios manda.


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Libro 17 - Investigaciones a la Verdad - Tomo II - Pág. 170-171-172

lunes, 28 de octubre de 2013

Destrozar donde habla Dios

En Sueño Profético nombraban muchos nombres conocidos de Santos y Elegidos; nombraban fechas de antes de la Venida del Salvador.

Había uno que contaba el sufrir que cada uno tuvo por culpa del hombre, los martirios que el hombre mandaba darles cuando repetían lo que Dios ya les había dicho o les había hecho ver.

Este mismo dijo:

Todos los nombrados están en esta Gloria; los que dieron el martirio o lo mandaron dar, Aquí no se encuentran –el Perdón es para la inocencia y la ignorancia–, esto para maltratar al mismo Dios o pisotear su Palabra.

Luego está el Perdón del pecador, que peca haciendo lo que Dios no manda, desobedeciendo su Palabra, y en un momento de arrepentimiento, llama a Dios, y Dios perdona. Éstos son, a veces, pecadores por falta de Enseñanza.

El pecador más grave es el que ve que es Dios y no quiere que sea; el que ve su Palabra dicha en otro e intenta amenazarlo, le da mal trato, prohíbe la Enseñanza y no encuentra delito; éste es pecado grave, tan grave que puede que se repitan estas Palabras: “Aquí no se encuentran”.

Todos los que mucho amaron y Dios los coge para su Servicio, sabe el hombre que es Dios el que actúa, pero el hombre se llena de ira al ver a Dios frente a él.

Si todos creen cómo es Dios, ¿por qué se meten con Dios? Aquí hay infinidad que les dieron muerte, los maltrataron y los calumniaron. Éstos, ninguno hizo mal cuando ya dijeron: “Veo a Dios”, “Dios habla en mí”, cuando practicaron la Caridad, cuando vivieron en el Prójimo, cuando tuvieron que buscar para dar el Mensaje.

Desperté, oí:

El hombre no puede decir: “maltraté porque enseñaba en tu contra”.

El hombre no puede engañar a Dios diciendo: “¿Tú qué sabes?”.

Dios se hizo Hombre,
y sin decir “Yo soy Dios”,
el hombre Lo conocía,
y el hombre Lo mató.

¿Cómo quiere aquí el hombre
que Dios le dé el Perdón?

El hombre tiene por norma
destrozar donde habla Dios.

Desmentir al que le diga
que sí, que Vivo está Dios.

Estudia este Evangelio
que en Arrobo ya Lo habló,
y después ya fue dictado
para dar confirmación.

¿Cómo quieres que perdone
en lo que tú no quieres perdón?

Dios perdona al que pecó,
aunque hiciera pecados graves,
y cuando vio que era Dios,
Le implora “pa” que lo salve.

Pero el que sabe que es Dios,
no hay perdón “pa” perdonarle.

Porque si ahí no Lo quiere,
Aquí con Él va a encontrarse.


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Libro 9 - Dios Habla al No Quiero del Hombre - Tomo I - Pag. 26-27-28

domingo, 27 de octubre de 2013

Muerte que no piensas

En Sueño Profético hablaban varios de la muerte.

Dijo uno:

Si el hombre, siempre que fuera a comer,
se acordara de la muerte,
creía en Dios el que no cree,
y amaba el que no ama,
el malo se haría bueno,
y el bueno lo practicaba.

Digo, pensara al comer,
“pa” que siempre se acordara.

Sería un buen entremés,
cuando comiera y pensara:
Puede que me quede muerto,
antes que digestión haga.

Si el hombre pensara esto,
no podría hacer nada
que fuera en contra de Dios,
pensando que Dios mandaba
en su pensar, en su persona,
y lo que va a hacer mañana.

Si piensa que no es ahora,
no puede decir mañana,
porque faltan muchas horas,
y no puedes afirmar
ni lo que haces ahora.

Si el hombre pensara en Dios
a la hora de comer,
ya veía en el alimento
que iba de Mano de Él.

Veía el agua, el sol, el oxígeno,
en el plato representando a Dios.

Si el hombre pensara en la muerte,
vivía la Paz de Dios,
pero el hombre vive vida
sin acordarse de Dios.

Desperté, oí:

Este Mensaje te habla
de la Existencia de Dios.

De la muerte que no piensas,
porque te crees vivir sin Dios.

De la independencia tuya,
sin querer contar con Dios.

De tu forma de vivir,
sin pensar que muerte llega.

Pues el que no piensa en muerte,
es difícil que a Dios vea

La muerte está en el aire,
aunque el hombre no la quiera.

Pero si piensas en muerte,
seguro que a Dios te acercas.

Cuando vayas a comer,
acuérdate del Dictado,
y casi yo te aseguro,
que sientes a Dios a tu lado.


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Libro 1 - Meditaciones y Palabras Directas con El Padre Eterno - Tomo I - Pág. 237-238

sábado, 26 de octubre de 2013

Inocente e infantil

En sueño Profético vi a muchos niños.

Dijo uno:

Los niños son espíritus limpios. Éstos tienen que ser enseñados y cuidados por espíritus que amen a Dios. El niño es secante que empapa antes el mal que el bien. El niño se debe acercar a lo Divino y hay que enseñarlo a que lo material es después de lo Eterno. Dios, cuando vivió de Hombre y Profeta, sus Palabras eran también para los niños.

Yo presencié, no sólo una vez, querer apartarlos de los mayores y estas Palabras oír todos del Maestro:

“Dejad a los niños que mis Palabras quieran oír; que el que las oiga, jamás irá en contra de mi Padre, si el mayor lo guía y le hace ver que mis Leyes son las suyas”.

Desperté, oí:

Si el mayor al niño enseñara
cómo se ama a Dios,
éste crecía amando,
y cuando fuera mayor,
no podía hacer pecados,
porque vivía con Dios.

Vivía con su inocencia,
que inocencia quiere Dios,
para entrarlos en su Gloria
y liberarlos del pecador.

Si tú al niño lo cuidas
como hijo que es de Dios,
ya te mandará el salario,
que es Gloria y Bendición.

Bendición que tú recibes
y repartes pa quien quiera
enseñar a todos los niños
que no pierdan su inocencia.

Esta inocencia del niño
sirve aunque seas mayor,
si no quieres retirarte
nunca del lado de Dios.

Dios quiere que el niño crezca,
porque tiene que ser hombre,
pero el niño puede ser niño
aunque lo vean de hombre.

Dios al hombre recomienda
que no pierda su inocencia.

Inocencia “censurá”
por quien no ama de verdad.

El que a este Dios mucho ama,
la inocencia la derrama,
la derrama sin pensar
que niño lo pueden llamar.

Si este Dios quiere que seas
inocente e infantil,
es el camino que tienes
para que llegues Aquí.


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Libro 11 - Te Habla El Profeta - Tomo II - Pág. 25-26-27

viernes, 25 de octubre de 2013

Ciego en lo Divino

En Sueño Profético decían:

A más obediencia al Profeta, más Amor a Dios.

Hay quien elige al Profeta para que sea su censura. Esto agrada a Dios.

Dios manda al Profeta para que hable a los hombres. El hombre, oyendo la Palabra dicha por el Profeta, si es malo, deja de serlo; y si ha sido malo, éste llora.

No hay quien oiga la Palabra directa de Dios y quede indiferente.

El que no cree en Dios y da con el Profeta, pronto dice: “Yo no creía en Dios”.

Peca más el que dice “soy cristiano”, y por sus obras censuran a Cristo. Por eso, la envoltura del que Dios le habla, son sus obras.

Desperté, oí:

El hombre ciego en lo Divino, no ve Esto.

Al que Dios le habla, se conoce por su temple.

Este temple, en el Profeta, es fácil; y su copia, muy difícil.

Antes de ser bueno tienes que amar a Dios.

Si dicen que eres bueno y no amas a Dios, ¿de qué te sirve este “bueno”, si estás en contra de Dios?

Si Dios quiere que seas bueno, no es por su Gloria, sino por ti.

El que ama a Dios no se cansa, ni jamás se nota satisfecho, ni un arrepentimiento habrá.

Si a Dios lo tuve a distancia,
y con llantos me acerqué,
hoy ya estoy en la Gloria,
y sólo al servicio de Él.

Hay quien dice que ama a Dios, sin creer en Dios.

El que no quiere cuentas con Dios, sabe que hay Dios.

El amar a Dios lo hay de muchas maneras, según el hombre.

Según Dios, nada más que una: amándolo y amándolo, pero sin medida.

El hombre quiere vivir sin Dios, pero sabe que tiene que llamar a Dios.

Esta llamada, a veces, es tarde.

No es tarde, cuando no se piensa llamarlo.

AGUSTÍN DE MÓNICA


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Libro 5 - Dios Comunica y Da Nombres - Tomo I

jueves, 24 de octubre de 2013

Vivir sin Dios no es vivir

En Sueño Profético decían:

Vivir sin Dios es vivir siempre oscuridad.

Vivir sin Dios es vivir siempre tristeza.

Vivir sin Dios es no vivir.

Este siglo lo demuestra el querer sin Dios vivir.

Por mucho que el hombre invente –que el invento es destruir, dejando hogares vacíos y otros quedan destruidos en el suelo, hecho escombros el edificio–, esto es hombre sin Dios, siglo de invento apartando a Dios, Creador de los dos mundos.

Dijo un espíritu que Dios le da Mando para que el hombre vea que su Gloria es para el hombre que Gloria quiera, que su Gloria es Amor que Él pone al hombre, y ya forma escalera para subir al Cielo el espíritu:

“Pero el responder del hombre, en su actuación, desprecia, desmiente o persigue a este Dios Poderoso, inmenso en Caridad y sin límite en el Perdón, como Dios Único”.

Desperté, oí:

Vivir sin Dios
no es vivir.

No es vivir ni el que manda
ni el que es mandado.

Ni el que tiene de sobra,
ni el que va mendigando.

Vivir sin Dios
es coche sin caballos,
noche sin día.

Pájaro en árbol que cae herido
y no está muerto ni está volando.

Vivir sin Dios
es lo que quiere el adelanto.

Si piensas esto, ya ves fracaso,
porque sin Dios no es adelanto.


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Libro 20 - La Palabra del Creador - Tomo II - Pág. 41-42

miércoles, 23 de octubre de 2013

Tiene que haber uno que dé la explicación

En Sueño Profético decían:

Estas Comunicaciones son para Enseñanza. Si así no fueran, serían Apariciones, Visiones u otras muchas justificaciones que Dios manda del Cielo al hombre.

Estas Enseñanzas te hacen vivir la Paz y que odies el pecado. Y siempre darás las gracias a Dios por haberte presentado esta Claridad Divina para conocer: esto es bueno y esto es malo.

Dijo uno:

Todo lo que es para enseñanza, tiene que haber uno que dé la explicación, para que aprenda el que oiga, ejerza y enseñe.

Se van a poner ejemplos ahí, en lo material:

Si el que aprende oficio o carrera lo hiciera todo en secreto y lo dejara escondido hasta que él muriera, y luego, el que no lo sabe hacer ni lo ha visto hacer, una explicación diera, ¿cree el hombre que podría nadie aprender ni practicar aquello que hecho viera?

Un edificio que uno solo lo hiciera, lo tapara y con secreto, y cuando ya él muriera se dejara al descubierto. Seguro que para hacerlo igual tendrías que echarlo abajo, hasta buscar la raíz de cómo lo había empezado.

Un inventor –que el hombre inventor lo llama, que esto es Iluminación– esconde el invento y jamás de él habla: es juguete en manos de niño, que no sirve para nada.

Un cirujano –que sus manos son movidas por el Poder Divino– opera escondido, y él solo, sin que nadie lo oiga ni lo vea. Y cuando muere se encuentran todo lo que sus manos recibían de Dios escrito. ¿Cree el hombre que esto podía servir para enseñar igual? Habría más matados que muertos. Y puede que el que operara no quisiera matar, pero unas veces cortaría poco y otras veces cortaría de más.

¡Pues figúrate en todas las ramas del hombre: aprender y esconder sin enseñar hasta que, el que sabe, muera!

Desperté, oí:

Estos Dictados en Gloria
son Enseñazas.

Pero si el que las recibe
las da en vida a conocer,
el hombre coge más Enseñanza.

No es lo mismo decir pasó,
que está pasando.

Se va a acabar el Mensaje
con estas cortas Palabras:

Si Dios bajara
otra vez con Cuerpo a la Tierra,
¿sería justificar no acudir, diciendo:
¡Ya qué más va a decir!
Si yo oigo su Evangelio?

Si esto lo piensas,
tú no vas por el Camino del Cielo.

Su Camino es acudir donde dijo,
y no dar la espalda
donde hoy está diciendo.


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Libro 19 - Dios Manda en Su Gloria que Enseñen - Tomo III - Pag. 215-216-217

martes, 22 de octubre de 2013

Si este “Ve” lo desprecian, a Dios están despreciando

En Sueño Profético decían:

Siguiendo los Pasos de Dios, conocerás sus caminos.

Dios manda a la lengua que Lo alaben, o permite que Lo ofendan. Pero donde ofenden a Él, Él ya no hace Presencia.

Dios no puede permitir que desprecien o que ofendan al que a diario Él manda con Mensajes de esta Gloria. Dios retira o aparta, o pone grande muralla aunque muralla no haya.

Dijo uno:

Es ya premio grande, decir: «Viene a mi casa el que Dios tiene Elegido para darle las Palabras y que él las presente al hombre diciendo: ‘Dios me manda’».

Si el hombre pensara esto, nada ya le interesaba que ahí le llamaran premio.

¿Qué premio puede subir ni igualarse a este Premio?

La persona que Dios trae y le da entrada en su Reino, ¿qué debía de pagar si a esto pusieran precio?

Aquí puede la verdad, persiguiendo al sufrimiento. Si el sufrimiento es grande, más Gloria le manda el Cielo.

Desperté, oí:

Es tu presencia el “Ve”
que en la Gloria ya te han dado.

Si este “Ve” lo desprecian,
a Dios están despreciando.

¿Quién despreciaría visita
de una persona importante
ofreciéndote un seguro
sin tener que pagar nada
y luego coger tú el fruto?

Esto le darán valor
cuando quieran ver de cerca
lo que muy cercan tenían
y no le echaban cuentas.

El que alabe estos Escritos,
Aquí tendrá preferencia.

Y el que les volvió la espalda,
sus súplicas Aquí no llegan.

Dios le da al ciego
vista a su espíritu.

Y ya está a Dios viendo,
porque el ciego quiere verlo.

Pero el que persigue a Dios,
aunque no lo vean ciego,
ciego es ahí
para las cosas de Dios.

Al que ahí Dios deja ciego,
Aquí jamás la vista recupera.

Dios deja ciego al que persigue
y desprecia sus Palabras.

Y da vista
al que pecó y Lo llama.


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Libro 18 - Dios No Quiere, Permite - Tomo III - Pag. 87-88-89

lunes, 21 de octubre de 2013

Templo de Santas Palabras

En Sueño Profético hablaban del recuerdo y del olvido.

Dijo uno:

Estas dos palabras son las que actúan en tus obras. El que está viviendo el olvido de Dios, ignora dónde hace falta lo que él tiene en desprecio. El que recuerda las Palabras de Dios dichas por Dios Hombre o dichas en los Profetas, no está lejos de Dios, ni vive su pasado. El que vive recuerdo, siente su Presencia, y de su Presencia siempre estará hablando.

Ya dijo otro:

La tapia del corralón donde yo vivía, separaba otro corralón que vivía esta familia que aquí, yo ahora, cuento su vivir de cuando vivíamos con materia. Esta familia adoraba un rincón del corralón, porque contaban que sus abuelos allí recibieron a cuatro de los Discípulos del Maestro un día que por allí iban caminando, que hicieron un saludo de humildad con gesto de cansancio, y que les obligó, sin exigencia, a que allí hicieran un rato de descanso. Allí les sacaron asientos, y al cobijo de la sombra de un gran árbol, almorzaron; mitad que ellos llevaban, mitad que sus abuelos les sacaron y ofrecieron. Pues esta familia tenía este rincón, en el que ellos estuvieron, acotado para todo lo que no era oración ni hablar de sus obras. Una muralla pusieron y puerta, a la altura del tronco del árbol, y todos los días allí se entraban a hablar algo de lo que ocurrió en aquel tiempo. Era recuerdo de Amor, que Amor estaban viviendo. Era hablar del Maestro, de lo que ellos dijeron.

Desperté, oí:

Nunca estaba solo el sitio en el que aquel día tanto se habló del Maestro.

La calle entera acudía para pedir a Dios Padre que no falten los recuerdos.

Que no falten los recuerdos del Dios Hijo, que fue el que conoció el pueblo.

Ya no fue sólo la calle que visitaban, el sitio para llamar a Dios Padre.

Fueron las doce o las quince que componían el pueblo.

Una puerta en la muralla, abren los primeros dueños.

Y estos nietos, aumentaron aquel empiezo: recuerdo.

Si hay olvido, no hay Amor.

“Templo de Santas Palabras”, se llamó aquel rincón.

El olvido y el recuerdo, te dicen, sin que preguntes, si vives olvido o recuerdo.


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Libro 13 - Hechos de Jesús Perdidos, Hoy Dictados en Gloria - Tomo II - Pág. 131-132-133

domingo, 20 de octubre de 2013

La Tierra se hace dueña de tu dinero y tu cuerpo

En Sueño Profético decían:

La Tierra tiene tanta fuerza porque su abono es el pecado.

La Tierra tira del hombre por el hombre a Dios no amarlo.

La Tierra tira del hombre por los cuatro garabatos que no sirven para Dios; que sirven para incordiarte y hacerte que tú los sirvas, y ya no hay tiempo para a Dios amarlo.

La Tierra te roba el tiempo que provecho podría darte.

La Tierra te hace diálogo en el pensar que tú haces, y te pone las razones, y tú mismo te disculpas y ya te pones también razones:

¡El tiempo me viene corto!

¡El dinero, si lo doy, puede que algún día me haga falta!

¡Y si falta no me hace, para el día que me muera, que la herencia sea grande!

Yo no ofendo a Dios con esto.

¿Qué culpa tengo yo de que haya pobres?

Voy a vivir los cuatro días sin que me hablen de penas. Yo busco las alegrías.

Tengo prisa, voy a vender, voy a comprar cosas que mejor tenía.

Voy a correr el mundo y aprovechar esta vida.

Desperté, oí:

¡Tierra, Tierra engañosa,
que si no miras al Cielo,
Tierra te roba la Gloria!

¡Que cierto que el hombre acude
antes a Tierra que a Cielo!

Y le preocupa el querer tener
cosas que el hombre valore:
“¡Esto vale un gran dinero!”.

¡Dale desprecio a la Tierra
y valora lo del Cielo!

Que la Tierra se hace dueña
de tu dinero y tu cuerpo.


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Libro 17 - Investigaciones a la Verdad - Tomo II - Pág. 232-233

sábado, 19 de octubre de 2013

La obediencia es la llave del Amor Divino

En Sueño Profético decían:

La persona que tiene contacto con el que viene Aquí, bien puede decir que ahí ya vive Gloria; Gloria, porque se la lleva el que Dios ahí arroba; que lo arroba no “pa” él, que lo arroba “pa” el que quiera vivir con éste la Gloria; esto, si al “Arrobao” lo tienes en sitio puesto como Dios que haya “bajao”. Si a este Lugar tú lo tienes como una cosa más que ahí en la Tierra prefieres, no digas yo amo a Dios, porque así Dios no te quiere.

¿Qué sentido ve aquí el hombre, que Dios hable y él viva al mando que le dé el hombre? Si no se ocupa el hacer lo que Dios tiene mandado, difícil será tener intimidad donde Dios continuamente está hablando, que lo que más recomienda es obediencia a su Mando.

Dijo uno:

La obediencia es la llave del Amor Divino. Sin esta obediencia no hay Amor de espíritu. Puede haber Amor material, pero no espiritual. El espiritual no florece como no haya obediencia.

Estas Palabras eran del Maestro para enseñar al hombre: “Más vale que mis Palabras no oiga el que no Me vaya a obedecer, así siempre tendrá disculpa”.

Desperté, oí:

El que oía al Maestro, si amaba, obedecía; y si obedecía, amaba.

Dios Hombre decía: “Si el hombre obedece a otro hombre, puede obedecer y no amar. Pero al Hijo del Hombre no puede amarlo y no obedecerlo”.

El hombre obliga, y Dios te deja en Libertad.

La obligación del hombre hace que tú obedezcas. Y la Libertad que Dios da, hace que desobedezcas.

No puede tener intimidad, el espíritu de Tierra, con el espiritual.

El que vive las dos vidas, obediencia guardaba ya, antes que Dios lo trajera a este Reino Celestial.

El que visite Lugar que habla Dios, que recuerde estas Palabras que Él dijo cuando enseñó:

“Más vale que mis Palabras no oiga el que no Me vaya a obedecer. El que oye, ya obedece”.


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Libro 9 - Dios Habla al No Quiero del Hombre - Tomo I - Pág. 168-169-170

viernes, 18 de octubre de 2013

Si amas mucho a Dios, tienes que querer a la Virgen

En este Sueño Profético decían:

Ella llamaba a Dios Hijo, pero rogaba a la Madre que viera bien la preferencia hacia el Hijo. Los rosarios a la Madre hacían más frecuentes las Comunicaciones del Hijo. Ella sentía predilección por Dios, y esto alababa a la Madre. Su confianza en el Hijo le hacía apartar a todo espíritu que adorara a Dios. Dios le mandaba Luz de Él directa. Dios mandaría su Espíritu a su carne cuando tuviera que comunicarse al hombre. Esta Comunicación, sólo la sabría el Padre, y el Hijo se comunicaría con el Espíritu del Padre. Lo que el Padre hace no lo saben ni los espíritus de su Gloria. Los espíritus de su Gloria saben cuando Dios los manda con el mismo Espíritu de Dios y con las Palabras de Dios, pero siendo reconocidos por lo que fueron cuando vivieron con materia. Esto es Dios actuando en los espíritus que viven con Dios.

Desperté, oí:

Esta Comunicación confirmará que al amar mucho a Dios, tienes que querer a la Virgen.

Dios no puede comunicarse donde tengan desprecio a la Madre.

Y si prefieres al Hijo, alabas a la Madre.

El Padre mandó al Hijo para que Lo amaran, y amándo a Él, todo sería amado.

Él sería la Cúspide del Amor de Dios Padre.

Luego ya amarías a todo lo que viniera de Dios.

Si dices “Amo a Dios”, no digas más nombres, porque en Dios está la Gloria.

Y mayor Gloria no hay.


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Libro 1 - Meditaciones y Palabras Directas con el Padre Eterno - Tomo I - Pag. 65-66

jueves, 17 de octubre de 2013

Su grande Amor noche y día

En Sueño Profético decían:

Es más fácil recordar que olvidar.
Olvidar amando a Dios,
no existe olvido,
a más tiempo pasa,
lo recuerdas todo vivo.

Unas veces lo dices con palabras,
otras veces con tu vivir ya lo has dicho.

Dijo uno:

El grande Amor
manda Amor
más que palabras.

El grande Amor
no puede dar olvido
a lo que Dios manda.

El grande Amor
es Comunicación constante,
es lejanía que sientes,
y no estorban murallas,
ni mares, ni grandes montes.

El grande Amor
que por Dios sientes,
es anillo y es coraza,
es según como lo sientes.

A veces te sientes fuerte
porque el pecado lo vences.
A veces el sufrimiento
es suave y transparente,
que va sirviendo de ejemplo
y enseñando para el que quiere.

Dijo otro:

Yo tuve trato con Teresa de Ávila por mediación de una hermana mía, que fue novicia y su grave enfermedad la quitó del convento y la mandó a este Cielo. Pues quien oía a Teresa, no podía quedar indiferente a querer saber de Dios. Era un Amor con tal fuerza, cuando contaba sus Visiones y su Sentir, que tú tenías que amar a lo que ella amaba. Cuando le decían: “¿cómo te acuerdas todavía de aquella Visión?”, ya te daba la respuesta, que tú veías que era Dios:

Olvidar amando a Dios,
no existe olvido.
Sufrir sintiendo la Gloria,
es nombre siempre mal dicho,
y locura a este Amor,
no puede ser mejor dicho.

Desperté, oí:

Este Escrito te da Paz
y, ¿por qué no?,
ganas de ser hombre bueno.

Son casi todas las frases,
dichos de aquella Teresa
que tanto la persiguieron.

Fue perseguida por gente
que Amor a Dios no tenía.

Fue interpretación que hizo
el que no quería oírla.

Las frases Dios se las daba,
y cuando ella las decía,
el grande Amor las cortaba,
o más grandes las ponía.

Dios usa de su Lenguaje
en el Sitio que Él diga.

En el Sitio que no falta
su grande Amor noche y día.


***


Libro 11 - Te Habla el Profeta - Tomo II - Pag. 30-31-32

miércoles, 16 de octubre de 2013

Mi Dios de Compañero

En Sueño Profético hablaba Teresa de Ávila. Contaba hechos a ella ocurridos:

Un día, cuando iba por la calle acongojada y contenta, al pasar por una esquina, se asomaron a la puerta de una casa un grupo de cerca de 50, entre mujeres y niños. Yo perdí allí la cuenta. Había bastantes hombres, maridos de las mujeres aquellas. Sabían que era mi hora, que ya pasé varios días. Tenía que hacer gestiones con gentes de gran abolengo, que ya a mí me conocían y necesitaba de ellos más que la noche el día. Dentro de mi gran sufrir, me ayudaban a todo lo que podían. Fue uno de aquel grupo el que dijo de repente:

   ―¿Qué dirías tú, Teresa, si fueran a encarcelarte?

   ―¿Qué respuesta te daría que a mi Dios no Lo enfadara?

Si la cárcel es para la carne,
y mi carne no sabe nada,
ni hace bien, ni hace mal,
ni puede ir a la Gloria,
ni de la Gloria mandar.

Mi espíritu ya está en prisión,
en prisión que el centinela
quisiera que me quedara
en esa Prisión Eterna.
Pero por lo mucho que ama,
me deja que vaya y venga.

Yo sé que al verme el juez
que sentenciara mi causa,
vería a Dios en la Cruz,
aunque mirara mi cara.
Y mis palabras serían
cuchillos en su garganta,
porque serían palabras
desde la Gloria mandadas.

¡No amaría a Dios
el que a mí me encarcelara!

Yo voy y vengo al convento,
yo subo por la montaña,
yo me paro en una esquina
cuando de mi Dios me hablan.

Si esto es cometer delito,
de este delito no me apartan.

Desperté, oí:

¡Qué pena me daba oír
que me callara mi boca!

¡Qué pena me daba oír
que me trataran de loca!

Esta pena que sentía,
por mí no era el sentir,
era por el que decía:
“Teresa, ahora di
que tu espíritu lo arrobo
y vive conmigo Aquí,
y quiero que ame el hombre,
sin decir: Yo estoy Aquí”.


¡Qué pena que se equivoque
el hombre porque no ame!
¡Qué pena que él no quiera,
y manda encarcelarte!

Si mi carne me la encierran,
mi espíritu sale,
y abre los cerrojos de la cárcel
sin alborotar a nadie.
Y luego entraría,
quitando cerrojos y llaves,
sin temor al centinela.
Y luego las mismas llaves
le sirven al centinela
para encerrar a aquel que hable.

Si el hombre estuviera fijo
del grande Poder de Dios,
no Le daría martirio
cuando saliera la Voz
diciendo: “Me dicen. No digo”.

Yo tenía de Compañero
a mi Dios y a mi martirio.
Mi martirio sin mi Dios,
entonces sería martirio.
Y mi Dios de Compañero,
se me olvida el martirio.

TERESA DE ÁVILA


***

Libro 12 - Dios Comunica y Da Nombres - Tomo II - Pág. 121-122-123

martes, 15 de octubre de 2013

Mundo y hombre

En Sueño Profético decían:

Si tu sufrimiento se viera en altura, como se ve al gigante, ¡cuántos pedirían Perdón a Dios por el sufrir no quitarte!

Dijo uno:

El sufrir es veleta que mueve el aire, que cuando menos piensas, sufrir sale.

El sufrimiento del cuerpo, a todos tiene que llegarle, y entonces buscan refugio donde ellos no dijeron: “vamos a sufrir quitarle”.

Es trabajo, con gran peso, ir siempre mendigando para que quieran a Dios y vean que aquí está hablando.

¡Cuántos mueren en el mundo que este Caso les hubiera servido de medicina para sus espíritus, y de Paz para los que quedan vivos que pierden al ser querido y se retiran de Dios!

Estos Mensajes tienen Fuerza, para que pueda el espíritu dominar las tentaciones y acciones que están en contra de la Ley Divina.

Morir es Ley de Dios, y nacer.

Morir no puedes evitar; hacer que por ti no nazcan, sí, pero sin convertirte en criminal.

Es sufrimiento grande que el mundo no vea normal lo del cuerpo y lo del espíritu: que el cuerpo no viva sin espíritu, y que el espíritu continúe vivo sin cuerpo.

Esto, para el que tiene que cundirlo, es sufrimiento grande.

Desperté, oí:

Si el hombre amara a Dios,
¡qué sencillo que sería
el divulgar estos Mensajes!

Si el hombre pensara:
“es que Dios quiere que no se calle”,
¡cómo iba a vivir tranquilo
sin nombrar estos Mensajes!

¡Si esto es para el mundo,
y el mundo el hombre compone!

Mundo y hombre es lo mismo.

Pero el mundo es más fuerte
y puede durar más siglos.

¿Cuántos? Eso Dios lo sabe.

Como cuando hizo el mundo,
que Él no contó con nadie.

Esto sí lo cree el hombre,
porque era Dios sin hombres.

Pero a pesar de creerlo,
el hombre quiere poner al mono
que vivió antes que el hombre.


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Libro 20 - La Palabra del Creador - Tomo II - Pág. 16-17-18

lunes, 14 de octubre de 2013

El jardinero

En Sueño Profético hablaban de la Actuación de Dios.

Dijo uno:

Dios actúa aunque el hombre no Lo vea por falta de Amor. Yo siempre vi a Dios actuar conmigo. Siempre me gané la vida de jardín en jardín, por ser de profesión jardinero. Pues no había cosa que me molestara más, que cuando en el jardín se dirigían a cualquier enredadera, rosal o varas de nardos –que éstos estaban por cuadros, casi a la misma altura, y todos con su mismo perfume–, y dijeran estas palabras:

¡Qué buen jardinero eres!
¡Cómo tienes el jardín!
¡Qué colorido, qué aroma,
qué varas, qué recorte de violetas!
¡Y esa yedra encaramada!
¡Y ese limonero dulce,
con el verde y amarillo,
cómo en el jardín destaca!

Y ya, para terminar sus alabanzas,
que a mí me hacían sufrir
porque a Dios no Lo nombraban,
decían este decir:

¡Premio debían de darte
por tener este jardín!

Más de una vez miré al Cielo
y el Perdón quise pedir
por el que a Dios no Lo viera
por no quererlo sentir.

¿Cómo era mi trabajo
comparado con el del Cielo?

Yo quitaba los matojos
y les echaba el estiércol.
Eso tan sólo era mío,
por dejarme Él movimiento.
Pero, ¿quién ponía las varas
casi al mismo crecimiento?,
¿y las violetas gritando
el martirio que Le dieron,
con su color morado?,
¿y la valentía a la yedra,
buscando por las paredes
a su Dios como defensa
que no le corten su tallo,
por ser Dueño de la yedra?
Y ¿cómo dejo de nombrar al limonero,
cargado con sus limones en dulce,
sin haber nadie endulzando?
¿De quién era este cuido
y este Divino trabajo?

Yo creo que hubo rosal
que se secó con su llanto.

Las rosas fueron capullos
sin dar a la rosa paso.

Yo vivía más feliz
cuando algo había secado
este Dios que tiene el hombre,
sin que actúe en ningún lado.

Desperté, oí:

Este jardinero sufre
cuando le dicen halagos.

Este jardinero sufre
por el hombre no nombrarlo,
al Dios que actúa en la Tierra,
con el hombre trabajando.

¡Cómo te hace pensar,
si deletreas este Dictado!

Se nombra el deletrear,
para que leas despacio
el Amor del jardinero,
que sufre por los halagos.

¡Cómo te va comparando
lo que no hace el jardinero!

Él no quería los halagos,
porque sólo echaba estiércol,
y Dios, perfume le daba.

Si el hombre le nombra a Dios,
al jardinero halagan
por estar lleno de Dios.

El Amor le hacía que viera
cómo allí actuaba Dios.

Estas actuaciones raras,
a veces las ve
el que sabe todo.


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Libro 14 - Dios Manda en su Gloria Que Enseñen - Tomo II - Pag. 82-83-84

domingo, 13 de octubre de 2013

El hombre no alcanza este Premio

En Sueño Profético decían:

¡Qué sencillo es buscar el camino
que no te lleve al pecado!

¡Qué sencillo es amar a Dios,
si a Dios quieres amarlo!

¡Y qué sencillo es ofrecerte a Dios
para que por Él seas mandado!

Él siempre te mandará
lo que no puedas negarle.

Pero si no crees en Dios,
tú tratarás de engañarle.

Dijo uno:

El amarlo te quita la pereza,
te da fuerzas
y tú ya le pides Mando.

Y en el Mando que te da,
Él su Amor te está mandando.

Luego, te viene el pensar: 
“¡Gracias, Señor,
que yo servicio te hago!”.

Que este servicio es un Premio
que muchos no han alcanzado.

Desperté, oí:

El hombre no alcanza este Premio
porque se niega al Mando de Dios.

Se niega porque Lo tiene
como un hombre que vivió,
que fue bueno.

Pero no que sigue Vivo
y que en todos tus actos y movimientos
te está viendo.

Sabe lo que te reserva
tu acción y tu pensamiento.

Sabe lo que es un cumplido
o alegría por dentro.

Él tiene libre su Mando,
sin obligar a quererlo.

Él obliga cuando Él quiere
y tú no quieres hacerlo.
Entonces haces servicio
sin puntuación en el Cielo.


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Libro 18 - Dios No Quiere, Permite - Tomo III - Pág. 137-138

sábado, 12 de octubre de 2013

Comprender el caminar y la actuación de Dios

En Sueño Profético hablaban de comprender el caminar y la actuación de Dios. Decían:

Es que, el comprender, te lo da cuando tú digas es Dios, y ya el comprender no falta.

Pero si dudas, no comprenderás Palabras que transmita el Elegido.

Dios hace las cosas con sencillez para el que en Él confía y coge cualquier camino que tú jamás pensarías.

Mandó a la Madre de Dios, conocida por la Virgen, a que pidiera posada por unas noches y unos días; a que le dieran un sitio con caridad y alegría.

En unas casas, no hay sitio; y en otras, no abren la puerta.

¿Tiene esto comprensión para el que en Dios no creyera?

Pues si lees lo de Dios –que escrito está, como esto queda–, si no piensas “esto es Dios”, la comprensión no te llega.

Desperté, oí:

¿Cómo puedes comprender
que Dios bajara a la Tierra
y le implorara a los hombres
que Le dejaran vivienda?

Y el que no quiso, no abrió.
Y se marchara la Virgen
sin Él emplear su Fuerza.

¡Cuando Él se hizo Hombre
de pura Naturaleza,
engendrado de Dios Padre,
único en Poder, Sabiduría,
y con Palabras de Fuerza!

Que con sus Palabras hizo la luz,
hizo los mares y dejó Tierra.

Para que el hombre, después,
sus pisadas no quisiera.

¿Se puede comprender esto,
si dudas que Dios lo fuera?

Todo es igual,
lo de Dios,
cuando tú todo lo creas.


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Libro 15 - Hechos de Jesús Perdidos, Hoy Dictados en la Gloria - Tomo III - Pág. 25-26-27

viernes, 11 de octubre de 2013

Humildad bien encajada

En Sueño Profético decían:

Lo que viene de Dios,
trae antorcha encendida.

Si tú sigues la antorcha,
ves la Verdad
y no albergas la mentira.

Que se puede meter
en todo lo que pienses,
y te amarga la vida.

Y puede tirar de ti,
y de Dios te retira.

No hay quien tenga obediencia
a aquello que tú sabes que es mentira.

Pues si dicen palabras,
la acción no sigue y se retira.

La acción, siempre con Amor,
tiene que venir de Arriba,
porque si no, no es de Dios.

El que se acerque a la antorcha,
siempre verá luz del día,
que es el consejo que da
el que Dios le da
la Enseñanza Aquí Arriba.

Si no crees estas Palabras,
a todo lo que sea de Dios
le dirás mentira.

Porque Dios Aquí presenta
su grande Sabiduría,
que no puede ser del hombre.

Dijo uno:

El hombre tiene su tope para aprender y enseñar. En cambio, los que Dios elige, el tope es saber cada día más del espíritu y la carne.

Esto es Teología gigante, Literatura movida en prosa o poesía. ¿Qué teólogo o literato puede comparar un escrito que él haga, igual a Éstos? Si alguno dijera “yo”, sería hombre soberbio. Que es uno de los defectos que hacen perder el Cielo. El soberbio se dispara, y siempre en contra del Cielo. Porque soberbio con Dios, ni amas ni das ejemplo.

Desperté, oí:

El que Dios manda,
no admite soberbia,
y sí valentía
al Escrito que presenta.

Si presentara humildad
y guardara valentía,
ya no sería Verdad.

El hombre entiende poco
dónde tiene que poner
la palabra “humildad”.

Si un hombre mide dos metros
y su medida no niega
porque todos están viendo,
¿cómo tener humildad
diciendo: “yo mido un metro”?

Si pesara los 100 kilos
y publicara su peso,
¿cómo iba a ser humilde
diciendo: “yo peso menos”?

Capitán que manda el barco
y quieres que sea humilde
diciendo: “yo no lo mando”.

Pon la palabra “humildad”
donde todo el que la lea
vea está bien encajada.

Hazte humilde
delante del que no tenga
comida, ropa, ni hogar.

Y comparte lo que tengas,
que si con Amor lo haces,
ten seguro que Dios premia.

Lo mismo que quita Mando
si Aquí humildad demuestras.

Dios no usó la Humildad
para decir que Dios no era.


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Libro 17 - Investigaciones a la Verdad - Tomo II - Pág. 201-202-203-204

jueves, 10 de octubre de 2013

Éxtasis es comunicación sólo del espíritu

En Sueño Profético hablaban del Éxtasis. Decían:

Son muy pocos los que se puede hablar con ellos de estos Hechos por Dios mismo. Son muy pocos, por ser pocos, poquísimos, los que a Dios aman. Hombres cultos de la Tierra se les ha oído y se les oye grandes barbaridades.

Éxtasis es comunicación sólo del espíritu: veces de sentir la carne; veces de no darse cuenta la carne de lo que está ocurriendo. Este Éxtasis, puede Dios y hace en varias formas. Ya, cuando el espíritu está enseñado, apercibe rápido el Mando de Dios, dejando a la materia sin mando, sin actividad para rechazar lo que Dios está mandando. Éstos son Éxtasis de elevada Enseñanza. Este espíritu, en el Arrobo, queda convivencia normal a los que Aquí viven, pero con Mando de Dios para mandar a la materia. Ya, en este espíritu, Dios suena sus Palabras, para comunicación con el hombre, y ya llega la máxima Enseñanza: Dios hablando en la carne del hombre; nombre puesto por Dios Padre: Profeta; máxima Palabra: Dios hablando para que la Enseñanza no quede dicha, sino “diciendo”. Después del Profeta, vino el Éxtasis y el contemplativo. Después del Profeta, vino Dios hecho Hombre.

Dios Padre enseñó a que recibieran su Palabra, pero para aprender tenían que oír, y si amaban, enseñarían.

Desperté, oí:

¡Es pena que el hombre no pueda hablar de esta Gloria porque no quiera!

¡Es pena que hable y que por falta de Enseñanza líe esta Grandeza que es Dios!    

Se debía exigir al hombre, antes de hacerse culto, saber hablar con seguridad de Aquí.

Dios deja la Libertad para amar o despreciar este Amor.

Y el hombre debía exigir a que hablaran los cultos, con seguridad de Aquí.

¡Cuántos chicos no disfrutan de esta Gloria, por el culto poner veda!

Debía el hombre pensar en el hombre de la Tierra, que Tierra tiene final.

Pregunta al que Dios trae, para que sepas hablar.


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Libro 9 - Dios Habla al No Quiero del Hombre - Tomo I - Pág. 24-25-26

miércoles, 9 de octubre de 2013

La Fe no puedes tenerla, y luego la Fe perder

En Sueño Profético decían:

Esto es corriente oír decir:
“Yo tuve Fe y la perdí.
Me pasó tal o cual cosa,
y yo ya no tengo Fe”.

Esto es Fe con defecto, con falta;
bien dicho: no hubo Fe.

La moneda es la que puedes
perder o no perder,
depende que moneda 
tuviste o creíste tener.

Pero la Fe es vivir
en la Fe y confianza
de que todo viene de Él.

Que como Padre del Cielo
y de la Tierra también,
lo aceptarás como Hijo,
sin ofenderlo a Él.

Aceptarás sin preguntas
que a otro puedas hacer,
porque éste te diría:
¡Yo está claro que no sé!
Y puede que te haga daño,
cuando tú al comprender
las cuentas que has ajustado,
a Dios no le vengan bien.

La Fe no puedes tenerla,
y luego la Fe perder,
si la Fe es confiarte
en el que todo lo ve,
en el que todo lo puede
porque todo suyo es.

Y ¿cómo aconsejarles,
a los que creen mal o bien,
si ya si viene de Dios,
el mal puede ser un bien,
y el bien que tú pedías
es cosa sin ver nacer?

La Fe es una ramita
que Dios te deja crecer,
que cuando dejas la carne,
la ramita, tronco es.

Que el tronco lo formó
tu Confianza y tu Fe.

Desperté, oí:

No digas, yo tuve Fe,
y con sufrir la perdí.

Pues la vida de materia
es un tiempo que hay ahí,
que Aquí llaman, subir cuesta.

Esa cuesta sube bien,
aquel que a Dios mucho ama.

La Fe, cuando ya la tienes,
la Fe jamás ya te falta.

La Fe es sentir a Dios,
y este sentir no se acaba.

El que mucho ama a Dios,
no pronuncia estas palabras:

“Yo tuve Fe y la perdí”.
Esto no lo dice nadie
que sienta a Dios desde ahí.


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Libro 2 - Meditaciones y Palabras Directas con el Padre Eterno - Tomo II

martes, 8 de octubre de 2013

Faltando la Presencia de Dios, todo será fracaso

En Sueño Profético decían:

El que quiere amar, ama. Y el que ama, ya aprende.

Es más fácil aprender queriendo aprender, que siendo otro el que quiera que tú aprendas.

Dijo uno:

Yo creo que amando, el mismo Amor se encarga de que todo lo hagas amando, contento y sin sacrificio.

Faltando la Presencia de Dios,
todo será fracaso,
todo será sin ajuste,
y en lo llano tropezando;
siempre estarás con los golpes
de tu ira golpeando,
que sin que nadie los oiga,
tú mismo te estás matando.

Esto es vivir,
vivir una vida retirado,
sin tener contacto Aquí.

Dijo otro:

El que Dios trae a su Gloria, va poniendo en contacto a todo el que quiera querer vivir este contacto y practicar este Mando que ahí Dios manda. Si el hombre juntara queriendo su querer y su acción, enseñar a vivir la Presencia de Dios, quedaba en el mundo el sufrimiento como una motita de lana, sería sufrir chico y sin peso, sería una familia sin conocer sufrimiento.

Desperté, oí:

¡Es el Amor el que lleva
a las puertas de la Gloria!

Por eso, el que Aquí traen,
fue su Amor el que lo quiso.

Porque Amor vivió primero.

Y luego quiso llevar
este Amor de Aquí del Cielo.

Que lo saca sin pensar,
y luego, el sufrimiento,
el hombre peso le da.

Pero más puede el Amor,
que no se cansa de buscar.

No se cansa porque busca
a Gloria hombres llevar.

No se cansa porque es Fuerza
la Enseñanza que Aquí dan.

Esta Fuerza es de todos,
el que quiere y quiere amar.

Es Dios el que espera al hombre,
antes de Tierra dejar.


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Libro 11 - Te Habla El Profeta - Tomo II - Pág. 28-29-30

lunes, 7 de octubre de 2013

Morir, antes que pecar

En Sueño Profético hablaban del Amor del Cielo, del Amor que te alimenta sirviéndote de sustento.

Sigue Teresa de Ávila:

Este Amor cría raíces,
y árbol sigue creciendo,
y ya llega a la altura,
y ramas entran en el Cielo,
que para nombrarlo en Tierra,
se dice: yo arrobos tengo.
Y ya, todos se retiran
sin poder comprenderlo,
y haciendo varios juicios,
y es pena, ninguno bueno.

¡Con lo fácil que es pensar
que Dios mande desde el Cielo
un espíritu arrobar!

¡Si esto es muerte con un Mando
diciéndole a la materia
que no toquen esa carne,
que es muerta con obediencia!

Es separación de espíritu,
que éste abre la puerta
a la Llamada de Dios
para abandonar la Tierra.

Esto tiene sí y no,
esto tiene tal quimera,
que es lucha con este Cielo,
obligando a que desmientas,
obligando a que digas
lo que diga el que no crea.

Nadie puede desmentir,
cuando abandone la Tierra
dejando el cuerpo ahí
como criado que espera
para poder puerta abrir.

Desperté, oí:

Tenía que caer lluvia
obligando a respetar
al que después del arrobo
quiere enseñarte a amar.

Este Amor tiene su sello,
de constancia, de alegría,
de palabras de consuelo.

De querer que todos quieran
al que oye desde el Cielo
los martirios que da el hombre
por no creer en su Reino.

Por no hacerse árbol chico,
y luego pedir creciendo
hasta que ramas con fuerza
hagan servicios al Cielo.

Si el hombre tuviera Amor,
no dudaba de este Cielo,
buscaba con ansiedad,
para luego ir diciendo:
morir, antes que pecar.

TERESA DE ÁVILA


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Libro 12 - Dios Comunica y Da Nombres - Tomo II - Pag. 177-178-179

domingo, 6 de octubre de 2013

Cambiar sus trazos

En Sueño Profético decían:

El hombre no quiere aceptar la Comunicación de Dios, porque ya tiene que cambiar sus trazos si vive despreocupado del hambriento y el desnudo. Si tiene algo de más, tiene que ir a buscarlo. Si vive con unas leyes no de Dios, aunque a Dios Lo siga nombrando, tiene que cambiar sus trazos y volver a los Mandamientos que Dios mandó desde el Cielo, antes de vivir de Hombre, que escribieran en la Piedra.

Se hace Hombre para enseñar a vivir espíritu y cuerpo unidos, sin llegar a pecado. Y dos cuerpos en una misma carne. Esta unión puesta por Dios Hombre. Aceptar otra, ya es de Dios apartarte.

Por eso el hombre no acepta la Comunicación de Dios. Y le molesta que Dios siga hablando.

Desperté, oí:

¡Qué cierto que al oír la Palabra de Dios,
dicha o diciendo,
el hombre tiene que cambiar sus trazos,
pero conforme y contento!

Pero piden más en Gloria
que cundas este Evangelio.

Que sigas paso por paso
lo que Dios dicta en el Cielo.

El hombre, si piensa en Dios,
nunca se notará solo.

Pues Dios le manda al espíritu
y el espíritu al cuerpo.

Si Dios le manda al espíritu,
nada puede ser mal hecho.

Si de Dios vives aparte,
ya todo será mal hecho.

Si tus trazos son de Dios,
tu vivir lo irá diciendo.


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Libro 20 - La Palabra del Creador - Tomo II

sábado, 5 de octubre de 2013

Intranquilidad del hombre

En Sueño Profético decían:

Toda la intranquilidad del hombre, el fracaso y las guerras, es por no creer que haya Vida donde no existe la Tierra.

Igual que escarba en la mina hasta que el mineral encuentra, ¿por qué no busca y acude donde le digan que Dios allí se manifiesta?

El hombre cuenta con tiempo para hacer y recibir. Y no piensa que el tiempo, a él no obedece, que el tiempo ya lleva Mando de Aquí.

Dijo uno:

El tiempo encarcela al hombre
y lo cambia en su forma de vivir,
echando cuentas sin números,
que nunca pueden salir.

La intranquilidad la da
aquello que no es de Aquí.
Lo de Aquí te da el pensar:
“fui necio cuando viví
aquel tiempo en desatino,
queriendo apartar de mí
lo Eterno y lo Divino”.

Desperté, oí:

Si tú buscas lo Eterno,
ya conoces lo Divino.

Y cambias vida del cuerpo.

El cuerpo es el culpable
de que el hombre pierda el Cielo
por la intranquilidad
que la Tierra le da al cuerpo.

Coge con mando tu espíritu,
con la Palabra del Cielo,
y tu cuerpo actuará ya
como pastor y corderos.

Si este actuar no lo vieras,
tu mando ya no es del Cielo.


***

Libro 19 - Dios Manda En Su Gloria Que Enseñen - Tomo III

viernes, 4 de octubre de 2013

Hoy, en esta fecha, Dios hace la primera manifestación

En Sueño Profético hablaban del sufrimiento que el hombre le ha puesto al Elegido para que no siga el Mando de Dios, sin saber que Dios elige al que Lo ama y al que lo deja todo por Él. Que no se cansa de seguirlo, y a más persecución, más fuerza coge su espíritu y más constancia le ven.

Dijo uno:

Consigue la Fe y la constancia, más que la fuerza de la Tierra.

Esta fecha que hoy señala el empiezo del Mensaje, ¿quién diría, hace 25 años, que en el mismo día Dios haría el Mando abriendo puertas al “no” del hombre?

¡Dios, que hace prodigios, dando movimiento de carne donde no puede ser, ni nadie puede verlo, nada más que el espíritu que Dios va a coger por vivienda tantas veces como Le sea necesario!

El hombre no ama y no comprende el Camino de Dios. Dios deja al hombre que Lo persiga, hasta que Dios levanta el Brazo y lo deja inmóvil.

¿Cómo puede pensar el hombre, que Dios se haga visible, para que él atropelle el Lugar, lo desmienta, y el triunfo sea del hombre? Estos que piensen así, que se olviden de la Gloria.

Hoy, en esta fecha, Dios hace la primera manifestación, y hoy manda Dios, Esto entre en Roma.

Desperté, oí:

¡Años pasados,
que son testigos de pedir
e ir ofreciendo este Misterio Divino!

¡Y recibiendo injusticias
por hombres que no quisieron,
ni quieren que nadie diga:
“Yo veo a Dios, y me habla,
y me dice que lo cunda”!

Es misterio para el hombre,
todo lo que baja de Dios.

El que abrace este Misterio,
sin pedir explicación,
ya se une a la Virgen,
María, Madre de Dios.


***


Libro 16 - Dios No Quiere, Permite - Tomo II - Pag. 120-121-122

jueves, 3 de octubre de 2013

Entre las cabras y los corderos

En Sueño Profético vi el campo, y al pasar por un camino había una casa con aspecto más para vivienda de animales que de personas. Eran tapias bajas y largas –corralón grande–, y chica la casa. Pero en la casa cabían todos los que llegaran preguntando:

“Queremos que nos digan algo de Jesús de Galilea. Pues nos han dicho que aquí Lo vieron sentado, y que con su Brazo izquierdo tenía a un chiquillo abrazado, y mientras, con el derecho, llamaba a los que atrás se quedaron. ¿Es cierto esto que han dicho?”.

Ya se oyó a una mujer estas palabras:

“Estando yo un día amasando para mis hijos y mi marido y algún pastor con zagales que estaban guardando el ganado, que casi siempre yo les sacaba el pan, para que se fueran cenados, con algo dentro. Y como el corralón era grande, había días malos que mi marido les hacía que se fueran con sus mujeres y dejaran el ganado. Si llevaban algún chiquillo, otro más no se notaba y se quedaban con los míos. Mi marido les hablaba del Maestro y los ponía tranquilos. Yo le decía: “¿qué le has hecho a los chiquillos?”, de lo quietos que quedaban. Él contestaba con risa y a los chiquillos abrazaba: “que quiero que siempre tengan las Palabras del Maestro en los oídos y la lengua, para cundir su Presencia”.

Desperté, oí:

Esta familia, su casa,
era para el pastor
que le pillaba la noche
y lejos tenía su casa.

Las ovejas y las cabras
había sitio para dejarlas,
como igual que los chiquillos,
que con los suyos quedaban.

Ya se iban ellos solos,
y solos se presentaban
al amanecer el día.

El Maestro, después de esto,
pasa y se sienta en las sillas
que Caridad daban, y descanso
al que al Maestro quería.

Al Maestro lo vio
esta mujer llegar un día,
mientras amasaba el pan,
con un tropel de chiquillos.

Sus hijos iban primero,
señalándole la casa.

Con el Brazo izquierdo
abrazaba a uno,
y con el derecho llamaba
a los que atrás se quedaban.

Esto se cundió
en “los cerca” y en “los lejos”,
y acudían a caravanas.

Dios Hijo quiso que se enteraran
donde sus Palabras practicaran.

Entre las cabras y los corderos,
la Palabra del Maestro siempre estaba.

Eran humildes de aspecto,
y grande riqueza guardaban:

Cumplir con Amor
lo que enseñaba el Maestro.

Caridad en el Prójimo,
seguir a Él
y buscar lo Eterno.


***

Libro 15 - Hechos de Jesús Perdidos, Hoy Dictados en Gloria - Tomo III - Pág. 211-212-213

miércoles, 2 de octubre de 2013

Perseguir al que Dios elige, no tiene perdón

En Sueño Profético hablaban del pecado y del pecador; del interés al Prójimo y de la indiferencia al que puedes ayudarle, aunque tú creas que no te pertenece. Decían:

El pecado, siendo pecado, hay pecados de Perdón y pecados que no alcanzan el Perdón.

Reservar tu ayuda –donde puedas ayudar– o negarla, tiene poco Perdón.

Perseguir al que Dios elige, no tiene poco Perdón, es que no será perdonado, cuando persiga a sabiendas de que persigue al Amor al Prójimo; que en este Amor testifica: “Dios me manda”.

Perseguir este Mandar es el peor de los pecados. Usar indiferencia y reservarte la ayuda, ya estás pecando.

Dijo Agustín de Mónica:

Cuando yo dejé el pecado
y Dios no me castigó
y premio mandó a mi llanto,
fue cuando comprendí
que al Prójimo hay que buscarlo
y ayudarle a quitarlo del vivir
que él cree que no es tan malo.

La ayuda pensando en Dios,
si puedes y no la haces,
cuéntate ya pecador.
Porque por falta de ayuda,
el hombre ofende a Dios.

Es más pecado de escándalo,
hacer lo que hice yo.
Pero Dios supo mi vida,
y a Él lo tuve en olvido
hasta hacer mi confesión.

Desperté, oí:

Tuve pecado de fiera,
sin freno de compasión
para que el pecar muriera.

Luego me compadecía
del que estaba pecando
y de Dios lejos vivía.

Recordaba mi vivir
hasta que llegó ese día,
porque yo a Dios pedí Perdón,
si me lo merecía.

Aunque yo sabía que no,
pero quería contár
a Dios como confesión.

¡Aunque Él ya lo sabía,
pero no con palabras que me oía!

La primera vez que mi espíritu
dejó sin movimiento a mi cuerpo,
ya no podía dar gracias
ni humedecer el pañuelo.

Ni ponerme de rodillas,
ni comprender de momento
si era muerte, si era vida.

Sentía fuerza sin cuerpo.

Sentía llanto con ira,
sin poder dar remedio
al agua que al suelo tiras.

Luego, pensaba:
¡Si es Dios
el que me sale al camino,
y mi espíritu lo saca
de la prisión que ha tenido!

Yo pecaba
por tener a Dios en olvido,
por no abrazar sus Palabras.

Pero nunca desmentí ni perseguí
al que sus Palabras dijo.

Un día oí, sin cuerpo,
que buscará al pecador
y que no diera silencio
al Perdón que me mandó.

AGUSTÍN DE MÓNICA


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Libro 17 - Investigaciones a La Verdad - Tomo II - Pág. 105-106-107-108

martes, 1 de octubre de 2013

La detención del Mensaje

En Sueño Profético hablaban de la detención del Mensaje. Decían:

El hombre detiene porque no ama. El hombre detiene porque se ve ridículo ante esta Grandeza. Al hombre le cuesta trabajo decir: “yo no sé esto”. Le cuesta trabajo al que no ama.

Dijo uno:

Todos los que Dios habló en ellos, fueron perseguidos y calumniados por los que no amaron.

La Palabra de Dios no hace daño, pero el hombre la señala como si fuera veneno. La Palabra de Dios, al que no la quiera, no le hace daño ahí en la Tierra; Aquí sólo la Palabra retira espíritu.

El hombre, que publique aunque a Dios no ame; así su disculpa será sólo estas palabras: “Señor, yo no te quise”. Estas palabras son del que a Dios no ama, palabras de entrada en el Infierno. Pero aún es peor decir éstas: “Yo no te quise y prohibí hablar de Ti para que tu Mensaje no llegara al justo ni al pecador; yo evité conversaciones; yo fomenté el odio al que Tú le decías: “Ve y di en mi Nombre lo que en mi Gloria te hablan”. Estas Palabras serán dichas a la vez que Dios pondrá su Brazo en alto y su Mano detendrá al enemigo apartándolo. Dios lo juzgará con la Presencia de Dios Hijo, humillándolos a ser arrastrados al abismo, sitio de condenación.

Desperté, oí:

Todos los que a Dios no quisieron, hoy están en el sitio que eligieron.

No hay disculpa en no publicar cuando tú puedas comprobar.

Cuando todo lo que escribas sea alabando a este Reino.

Cuando estudien Escritos y vean los mismos trazos que Dios Hombre dejó dichos.

Cuando comprueben la acción con los Escritos de Dios.

Cuando tenga la obediencia a las cosas de la Tierra.

Cuando no le exija al pobre, y del rico nada tome.

Cuando Dios dicta un Dictado, tiene que ser publicado.

No hay quien estudie carrera guardando el título en cofre, y luego venga un pariente ejerciendo sin carrera.

Mucha más barbaridad es querer que calle aquel que Dios tiene de Lugar.

No hay palabra con razón que prohíba el publicar.

Aunque no quieras a Dios, deja la Publicación.

Que las Palabras de Dios son pura Gloria de Dios, porque la Gloria lo es por la Presencia de Dios.


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Libro 9 - Dios Habla al No Quiero del Hombre - Tomo I - Pág. 262-263-264