miércoles, 11 de junio de 2014

Los que nacieron entre los olivos

En Sueño Profético decían:

Las cosas de Dios se ven pronto si son de Dios o es comedia del hombre.

Las cosas de Dios son pronto conocidas por el que ama a Dios. Pero si falta Amor, ¿cómo conocerlas y defenderlas? Si las conoces y no amas, te entra ira y haces daño, que esto mayoría de veces pasa.

Las cosas de Dios te dicen que son, en su sencillez y en el sufrimiento.

En su sencillez ves cosas tan grandes, dichas tan normales, para todas las escalas sociales, que pueden conversar de ellas: títulos, profesores, alumnos y hombres que han nacido entre los olivos y aún siguen entre los olivos que nacer los vieron.

Pues si a estos hombres les preguntas cómo ellos tienen el trato con Dios, en su espíritu y en su acción, entonces oirás respuestas con una filosofía libre, sin tener medida, dicha en una forma que, aunque la palabra forma no tiene, tú ya ves la forma en la explicación de estos grandes hombres.

Dijo uno:

Estos hombres, el que a Dios no ama (que cuesta trabajo encontrar a uno), no te hacen comedia cuando de Dios hablan.

Ellos se ponen tristes, y el Cielo, la Tierra y el trabajo, les hacen que piensen:

“Yo, cuando me muera, ¿cómo llego al Cielo si aquí en la Tierra no amé al Dueño de todo? Tengo que cambiar si yo no soy malo, si quiero”. Y me paro, día que amanece, en el mismo olivo que me vio nacer. “Si vive el olivo, ya vive por Él, y a mí, que me deja que vea el día amanecer”.

Desperté, oí:

Estos casos son bien pocos los que se encuentra el que tiene trato con el campesino.

Pero que estudie la manera de dejar lo mal hecho y cambiarse a vivir para Dios.

Se culpa él solo y forma diálogo con el Dueño de todo.

Le confiesa sin palabras, porque sabe que Él ya sabe el tiempo que hacía que llegaba al olivo y su Nombre nombraba.

“Señor, que yo muera y quede vivo el olivo”.

El olivo le recordaba a los padres que murieron y desde niño les oía:

“Este olivo fue tu techo cuando Dios te dio la vida, el día de tu nacimiento”.

Por eso estos Mensajes son para grandes profesores y hombres que viven manejando las herramientas de Dios:

“Tierra, Sol, agua, siembra y esperar recolección”.

El que ama a Dios conoce donde Dios pone su Amor.


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Libro 20 - La Palabra del Creador - Tomo II - Pag. 78-79-80

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