miércoles, 30 de abril de 2014

Imágenes pasadas, presentes y futuras

En Este Sueño Profético vi un sitio con varios hombres vestidos con ropas antiguas. Este sitio parecía un centro de reunión, y dijo uno:

   –Aquí venimos los que queremos oír la Palabra del Maestro –éste se dirigió a mí–. Aquí nos llenamos del Espíritu de Dios. Él nos prepara y nos enseña cómo curar los espíritus y como amar a Dios Padre. Nos explica cómo quedaremos cuando él vaya al Padre, las contrariedades que el hombre nos pondrá, la persecución que tendremos, pero que su Espíritu siempre irá con nosotros.

Dijo éste mismo:

   –Tú Pedro y tú Juan sois los que al Maestro estáis más entregados. Santiago, y tú también. Andrés, tú ¿cómo no?

Y así fue numerando a los Doce. Empezaron a hablar diciendo:

   –El Maestro le ha hecho a ella toda su Vida que tuvo con Materia. Le ha hecho una reproducción para que el hombre vea que ella es traída a donde sólo hay Vida de espíritu, para que el hombre piense en el final que tendrá, final elegido por el hombre.

Desperté, oí:

Cuando publiquen los Libros, verán la Grandeza de estas Comunicaciones.

Dios le presenta imágenes pasadas, presentes y futuras.

Todo es igual para Dios. Para el hombre, diferente.

Así ella podrá hablar de lo que pasó y de lo que está pasando, haciéndole ver estampas de escenas que pasarán.

Dios cuando trae Aquí su Espíritu no le guarda secretos.

No le guarda secretos por ser Lugar que Él le habla al hombre.


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Libro 1 - Meditaciones y Palabras Directas con el Padre Eterno - Tomo I - Pag. 93-94

martes, 29 de abril de 2014

Exposición de Libros en la Iglesia de la Inmaculada Concepción, La Carlota

El pasado domingo 27 de Abril, varios miembros de la Fundación, expusieron los Libros de Ana García de Cuenca en la Iglesia de la Inmaculada Concepción de la Carlota, Córdoba.

A continuación pueden ver unas imágenes y también un video de la lectura de uno de los Mensajes durante la Misa.

Asamblea General 26/04/14 - Fundación Ana García de Cuenca

Como ya les indicábamos, con motivo del Aniversario del fallecimiento de Ana García de Cuenca, el sábado 26 de Abril tuvo lugar una asamblea general en la Sede de la Fundación. Agradecemos a todos su asistencia, cada vez somos más los que tiramos de "este carro", cada uno como puede, pero todos en la misma dirección, que al fin y al cabo es lo importante.

A continuación les dejo unos imágenes del evento:


Para conocer a Dios

En Sueño Profético decían:

Para conocer a Dios, tienes que amarlo y seguirlo, y ya sabrás cómo son sus actuaciones; ya hablarás normal de su Amor, de su Mando, de su Perdón y del porqué premiar al justo. Cuando ames y sigas su Mando, no preguntarás por qué Dios tiene Elegidos, por qué Dios aparta y por qué consiente que el hombre tenga Infierno.

Dijo uno:

Conociendo cómo es Dios, no te extraña lo que Dios haga, aceptas todo lo que de Él venga y no dices: “esto debía de ser así; aquello no estuvo bien; si Dios hiciera esto que yo digo...; pues yo no acepto lo que Dios quiere que sea”.

El que ama y sigue la Gracia Divina que Dios derrama donde Él quiere, éste conoce a Dios. El Amor conoce más que los pasos: el Amor va primero, y ya lo siguen los pasos; después conoce Amor, y pasos a la noble aceptación, que es noble por venir ya del Mando de Dios. Todo esto es conocido por el que no está en contra de Dios. El que está en contra del Mando de Dios, no conocerá nada que de Dios venga porque Dios ocultará a su inteligencia los Prodigios de su Gloria, que de Aquí manda en mujer u hombre cualquiera.

Desperté, oí:

Claro se lee en este Escrito,
que su nombre es Evangelio,
que en amando, ya conoces
lo que es de Tierra o del Cielo.

¡Qué familia te compone
de su Amor, de su Mando, de Seguirlo,
del Premio al Elegido!

Del Premio al Elegido
que justo fue en Obediencia.

Y al final, a esta familia,
el Perdón para el que quiera.

Es mejor el que Lo ames,
y ya este Amor te diga:
“yo quiero seguir a Dios
para saber lo que diga”.

Porque sin querer seguirlo,
a todo diré mentira.


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Libro 11 - Te Habla el Profeta - Tomo II - Pag. 106-107-108

lunes, 28 de abril de 2014

En lo grande y en lo chico

En Sueño Profético decían:

A Dios se ve
en lo grande y en lo chico,
en el Poder y en la Fuerza,
en la corriente de agua,
que si te paras a verla,
ves a Dios mandando al agua
y el agua sigue obediencia.

Si ves los mares tranquilos,
verás que Dios los apacienta,
y cuando les ves bravura,
entonces de Dios te acuerdas.

En lo grande y en lo chico,
siempre a Dios te lo recuerdan.

Dijo uno:

Yo vi en el campo una vez
un ave tan “destrozá”,
que no podía prender vuelo,
ni yo la podía curar,
pero ni podía matarla
porque iba “acompañá”
de una fuerza que a mi mente
a Dios tenía que llamar.

¡Dios mío!, no puedo curarla,
y en el surco de la tierra
no acaba de aletear.

Antes de mirar al surco,
el ave arrancó a volar.

Yo en todos sitios decía
y contaba este pasar,
que nadie me lo contó,
que yo pude presenciar.

Yo vi a Dios en el vuelo,
en la forma de arrancar,
sin sangre ya su plumaje,
y sus patas sin doblar,
entonces, ya, avergonzado,
tuve que sin querer, llorar.

En lo grande y en lo chico
a Dios lo puedes buscar,
que Lo ves y no hay duda,
que contesta en el buscar.

Desperté, oí:

¡Qué Poder tiene este Dios,
para que el hombre Lo vea
en la bravura del mar,
en el ave casi muerta
y en la forma de volar!

Lo chico que no ve el hombre,
es donde actúa más.

Éste, que labrando estaba,
ve al ave en el surco, medio muerta,
y el auxilio tenía que ser matarla.

Piensa en Dios, mira al Cielo,
y el ave arranca el vuelo.

En lo chico y en lo grande,
siempre tiene que estar Dios,
para que el hombre se junte
y siempre hable de Dios.

El ave cayó en el surco,
para que hablaran de Dios.


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Libro 2 - Dios Comunica y Da Nombres - Tomo II - Pág. 46-47-48

domingo, 27 de abril de 2014

El Arrobo no necesita horas

En Sueño Profético decían:

El Arrobo no necesita horas; en segundos es sacado el espíritu de la carne; ha visto, ha oído y ha vuelto otra vez a la materia, pero aunque rapidez es Poder, el Poder de Dios hace muchas veces demora para que el arrobado tenga más Visión y más explicaciones para enseñar a la materia.

Dijo uno:

Visión para el espíritu no necesita las explicaciones que cuando es Visión para que otros sepan y aprendan por las explicaciones que dé el arrobado. Esto es Visión igual, pero explicación distinta. La Visión que no tienes que transmitir a otros, no manda Dios explicación tenga.

Estos Arrobos, cuando más han durado, más Enseñanza; Espíritu sin materia, es rápida su ida y más pesado su retorno a la materia; si la materia está pesada, el espíritu la despierta y va acoplando Enseñanza y acaparando materia.

Es curioso que diga el hombre “yo amo”, y que en nada de esto crea, porque si dice que cree, Aquí le dan la respuesta:

“Busca donde te digan la Verdad de Cielo o Tierra, la Verdad para tus dudas, porque la Verdad de Dios puedes verla cuando quieras”.

Con que te mires tus pies, piensa quién te los maneja. Si el espíritu te falta y de pie así te vieran, ¿quién movería tus pies, ni tus brazos, ni tu lengua?

Pues leyendo estas frases que Aquí dictan, ves lo que es vida y lo que es carne muerta, que siendo el mismo hombre, respiración y vaho no deja.

Desperté, oí:

Si al nacer, Dios da vida
sin que nadie vida diera,
¿qué más puedes tener duda
de todo lo que Dios hiciera?

Si la muerte no se detiene
cuando su minuto llega,
¿qué más puedes pedir ver
para creer lo que hiciera?  

Las dudas que pone el hombre,
siempre estarán mal puestas.

Porque si amas te olvidas,
cuando la actuación es perfecta.

El que duda y no busca Verdad,
no quiere saberla.

Y el que cree estos Dictados,
es Vida oír a ella.

Porque sabe que Dios habla
dando Vida al que quiera.

Si sus Palabras abrigas,
ya vives la Gloria en Tierra.


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Libro 11 - Te Habla el Profeta - Tomo II - Pag. 10-11-12

sábado, 26 de abril de 2014

Asamblea General

Saludos a todos los lectores/as.

Les informo de que con motivo del Aniversario del fallecimiento de Ana García de Cuenca, tendrá lugar hoy sábado 26 de Abril a las 19:00 horas, una Asamblea General en la Sede de la Fundación.

A ella puede asistir todo el que esté interesado en esta Obra y quiera conocer las distintas acciones en las que se está trabajando y otras que se llevarán a cabo.

La sede se encuentra en la Plaza Gonzalo de Ayora, nº 6, Bajo (Plaza de España), Córdoba.


¡¡Les esperamos!!

Este pecador pecaba, y pecado no quería

En Sueño Profético decía Agustín de Mónica:

Hay pecadores pensando qué harían para no pecar, y hay quien está pecando y sufriendo por querer que pequen más. Éstos son los pecadores de los que te debes de apartar. Pero antes de apartarte, es un deber el probar a que dejen el pecado. Es peligroso llegar, si no llegas a Dios llamando, que este llamar te sirve, si tú no puedes quitarlos, que ellos de ti no tiren.

Yo en mi vida con materia vi hacer tantos pecados, que cuando ya no pequé, horror me daba el pensarlos.

¡Cuánto sufrir da el hombre a Dios, por Dios no dejar de amarlo!

Aquí cuento yo una escena de dos que estaban pecando, pecados con envoltura, que no guardaban pecados porque la misma envoltura los iba escandalizando. Yo quise llegar al sitio donde vivía el pecado, y cuando iba a llegar, algo me hacía pensar, y en vez de pararme seguía andando. Hice oración a Dios con súplica de quitarlo. Ya una noche, no muy tarde, cuando aún cerrojos no habían echado, oí unos pasos lentos que a mí me hicieron pararme. Cuando ya llego al sitio, los dos callados, sin hablarnos, estaba el Amor de Dios que los dos habíamos llamado. Mi nombre fue lo primero que con eco se oyó en la calle: “Agustín, ¡cuánto pedía a Dios que de noche yo te viera! No quiero seguir pecando, pero no me veo con fuerzas para ponerme delante de Dios, y cuando llega la noche parece que me empujan a que te busque y tú me presentes a Dios”. Yo quedé como la piedra fría, pero fuerte como roca.

Desperté, oí:

Antes de a él contestarle,
contesté a Dios del Cielo
con unas “gracias”, llorando
con llanto que queda dentro.

Varios días intenté
ir al sitio del pecado
para verme allí con él.

Pero temía el decir
del que pecado no hacía.

Y cuando fuera a buscarme
para quitar de pecar,
la duda atormentarle.

Este pecador pecaba,
y pecado no quería.

Cuando de Agustín le hablaron,
a Dios llamó noche y día.

Es la fuerza del Amor
la que el pecado te quita,
pero tienes que querer
sin pensar a lo que digan.

Yo pensé sólo el quitar
a aquel que pecado hacía.

Mi nombre lo pronunció
el que pecar no quería.

Luego me nombraban otros,
pero ya yo no lo oía.

Dios respondió a sus palabras
porque era Al que ofendían.

AGUSTÍN DE MÓNICA

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Libro 12 - Dios Comunica y Da Nombres - Tomo II -Pág. 22-23-24

viernes, 25 de abril de 2014

La carrera de la vida

En Sueño Profético decían:

Hasta que el hombre no vea esa vida
sabiendo que está de paso,
no hará nada bien hecho.
Y se verá fracasado
cuando se niegue su cuerpo
a que lo vean andando.

El hombre vive la vida
como si en ella mandara,
y él mismo se pone altura
que no sirve para nada.

Vive en una ansiedad
de querer lo que se acaba,
y en un desprecio total
a lo que del Cielo baja.
Desprecio a los zapatos
y llanto a la corbata.

Si el hombre él no se frena
quitándose la importancia,
acabará su cultura
como moda cuando pasa.

¿Cómo llamarle cultura
a ponerle todo el tiempo
a aquello que se termina
y abandonar el espíritu?

Por eso, a hombres del campo
¡les oyes cada consejo...!,
que esto sería cultura
puesta antes que el progreso.

El progreso, el adelanto y la ansiedad,
tienen al hombre retirado
de que al día piense una vez:

“Señor, yo vivo engañado”

“¿A mí qué me da esta vida
si de Ti estoy apartado?”.

“Señor, quítame esta lucha
que me manda y me exige
como látigo al caballo”.

“Señor, dame Luz,
que vivo necio y equivocado”.

Desperté, oí:

La carrera de la vida
tú no tienes que empujarle,
porque aprisa se termina.

Se termina,
y después de correr tanto,
no puede llegar Arriba.

Que Arriba es Cielo,
que es Gloria,
es el Sitio donde habitan
los Tres en Uno.

Aquí te abren las puertas
porque tú quieres la entrada.

Pero jamás te dirán:
“¿de cultura cómo andas?”.

Ya ha llegado el parte
de que a Dios seguías y amabas.

Y que ponías primero
lo que en la Gloria esperaba.

Hoy ha sido el Arrobo
a la prisa de la vida,
que no sirve para nada.

Si la prisa no la pones
en que la vida se acaba.


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Libro 20 - La Palabra del Creador - Tomo II - Pág. 12-13-14

jueves, 24 de abril de 2014

Todo es por falta de Amor a Dios

En Sueño Profético hablaban de la grandeza y la pobreza; de la humildad y la vanidad; de la calma y la violencia; de llamar a Dios adorándolo en los ruegos o llamarlo presentando ira, soberbia y exigiéndole, pidiéndole cuentas.

Dijo uno:

El dolor de la carne te exige y te empuja a culpar a Dios, y en el culparlo Lo llamas en el sufrimiento del espíritu. Te retiras de Él si no estás lleno de su Amor. Si estás lleno, este Amor te hace de centinela y te hace fuerte, y recompensa esperas. Te hace fuerte en no admitir palabras que a Dios nombren dando lástima de ti. De estos consejos huye como liebre al cazador.

La grandeza poco conoce a Dios y la violencia es desafío a Dios. La pobreza bien llevada ves en momentos a Dios. La humildad sirve de muro para poder conversar de los pobres y de los ricos. Y puedes hacer que el rico, un día, abra la puerta a todo el mal que hizo y su conciencia le diga: “Todo esto aquí lo dejas, ¡cuántas alegrías pudo haber dado a la materia que la azotaba el hambre, el frío y la miseria!”.

Desperté, oí:

Todo lo que se ha nombrado es por falta de Amor a Dios.

El Amor a Dios te ayuda en el sufrimiento y no deja que llegue la desesperación.

En el dolor de la carne, si Lo amas, se achica en vez de agrandarse.

Todo es pensar que el camino de la vida material es corto, que los años tienen vuelo, pero nunca para atrás.

Esta Enseñanza es siempre al espíritu, que es lo que nunca muere.

El espíritu, motor del cuerpo, es el que le manda a la acción y a la palabra.

Si el espíritu lo anulas sin darle Enseñanza de Dios, irá el mundo como va: viviendo en grande pecado.

Aunque el hombre lo titula con progreso y adelanto.


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Libro 19 - Dios Manda en Su Gloria Que Enseñen - Tomo III - Pág. 7-8-9

miércoles, 23 de abril de 2014

Administrador de Dios

En Sueño Profético decían:

A más tengas en la Tierra, más responsable en el Cielo, como no pienses:

“Yo administro lo de Dios, pero yo no soy dueño. Esto me lo deja Dios mientras me vea con cuerpo. ¡Nadie es dueño de la Tierra! Por eso le va mejor esta palabra: “Administrador de Dios”. Luego, a Él Le entrego las cuentas, como todo el que administra algo que dueño no sea”.

Dijo uno:

Esto le hace falta al hombre pensar y poner en practica. Y cumpliría la Ley que Dios a todos los hombres les manda.

Pero la cumplen tan pocos, que para citar a uno tienes que pasar por muchos. Y estos muchos no te dejan como no vieran castigo mientras vivían en la Tierra.

El hombre no es dueño de nada, ya se ha repetido varias veces en estas Enseñanzas. Es tan sólo dueño de su espíritu. Este Dios se lo da a la carne para que administre al cuerpo, pero él es dueño. Es dueño porque Dios quiere que el hombre vea que Él quiere al hombre, pero no obliga a que a Él Lo quieran.

Si Dios obligara al hombre, ya no existía el Infierno. Pero, ¿qué Gloria sería si entraran los que a Dios no querían?

Gloria es Amor y voluntad que tú le impones al cuerpo para seguir despreciando lo que te lleva al Infierno.

Desperté, oí:

Hasta las letras,
cuando escribes este nombre,
sienten frío y descontento
de saber que es el sitio
que a Dios Le dieron desprecio.

La Gloria se llena de gozo
cuando llega un pecador
con grande arrepentimiento.

Una vez que a Dios llama
cuando vivía con cuerpo.

Aquí no administrabas,
aquí es que eras dueño.

Piensa: “Soy administrador
y grandes poderes tengo”.

“Pero el Dueño es Dios”.

“Que si bien administré,
la entrada tengo en su Reino”.


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Libro 18 - Dios No Quiere, Permite - Tomo III - Pag. 7-8-9

martes, 22 de abril de 2014

“Cuando mi Brazo levanto”

En Sueño Profético vi un Brazo. Lo veía de lado, y una voz dijo:

“De frente, es detener”.

Este Brazo estaba hacia arriba, y la palma de la Mano tenía rectitud para el Cielo, aunque en el Cielo estaban el Brazo y el espíritu que hoy escribe el Dictado.

Dijo uno de sus Discípulos:

Un día, dijo el Maestro, cuando salíamos de un pueblecito de Israel:

“El que se aparte de Mí, puede, si se arrepiente, pedir el Perdón a mi Padre y mi Padre lo da en Mí. Pero el que vea mi Brazo hacia arriba y mi Mano de frente, mi Padre ya no oye en Mí, si el Perdón por miedo pidiera”.

“Pensad, que Yo cuando aparto, no es por el momento del mal que Me están haciendo, es que sé que siempre que puedan tendrán el momento de hacer mal a mis Palabras y perseguir al que a Mí Me está creyendo”.

“Cuando mi Brazo levanto es: detener, apartar, muro que Gloria forma con Infierno. Son pocas las veces que mi Brazo levanto, siendo todos pecadores
.

Y siguió diciendo:

“Yo estaré en la Tierra hasta enseñar cómo tiene que vivir el hombre. El que mi Enseñanza persiga, Yo lo aparto. El que pecó y se arrodille mirando al Cielo, tendrá el Perdón y Poder para perdonar. Pero no al que ya vio mi Brazo en alto, porque sólo hay un Dios en Cielo y Tierra. Aunque Allí está sólo en Espíritu, y aquí vive con mi Carne, ya es Dios Hijo y Dios Padre”.

Desperté, oí:

Aquel día la Enseñanza iba al Perdón.

“Perdonad como Yo os perdono. Y al que Yo aparto, huid de él”.

“El que intente perdonar al que Yo aparto, es porque no Me tiene por Único Dios”.

“Y ya, Yo, también a él aparto”.


Todos guardamos silencio,
y sólo se oían pasos.

Que aunque íbamos aprisa,
su oír parecía lento.

¡Es el pensar que nos vino
del espíritu hacia el cuerpo!

¡Que de no explicarlo Él,
nadie podría saberlo!


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Libro 15 - Hechos de Jesús Perdidos, Hoy Dictados en Gloria - Tomo III - Pág. 99-100-101

lunes, 21 de abril de 2014

Un Arrobo no puede inventarse

En Sueño Profético decían:

Di con fuerza –aunque no grites, que el grito ya va en la fuerza–, que la Enseñanza de esta Gloria hoy no puede nadie decir: “a mí igual me enseñan”.

Apariciones hay muchas. Unas son publicadas; otras quedarán ocultas. Ver a Dios, cuando quiera verlo, Lo ve el que quiere, aunque su Imagen Dios no presente. Pero traer a diario a un espíritu que Dios saca del cuerpo y la materia obedece y admite, como materia que nace cuando Dios manda la vida, esto, hoy no hay quien le pase. Y al no pasarle, nadie explica. Porque en lo material puedes inventar, agrandar o achicar cualquier decir que a ti te pase; y según interese, así hacer. Pero un Arrobo no puede inventarse, porque quedas muerto y después ya naces en tu mismo cuerpo. Esto es Arrobo que enseña a la carne que compone un cuerpo.

Esto hay que cundirlo diciendo que es cierto. Y que hagan preguntas sin que sean examinando a Dios, que sean para estudio de un Mundo que el hombre lo duda y no está seguro que Aquí espera Dios.

Este Lugar explica y responde a sensaciones sentidas con espíritu y cuerpo, y con espíritu sólo. Te habla de Dios: Tres Dioses, pero sólo Uno. Te dice la Visión de Dios Padre sin Cuerpo y luego, Dios Padre en Dios Hijo con Cuerpo.

Todo esto mandó lo Dios que fuera publicado. Y publicado está, sin nadie poder decir: “es profanar” o “no es del Cielo”.

Desperté, oí:

Tiene el mundo que saber
lo que ningún hombre sabe
y lo que ningún hombre ve.

El hombre,
lo de la Tierra no lo desmiente
aunque verdad no lo sea.

Lo valora y lo acepta.

Pero las cosas de Dios,
a más estudio tenga el hombre,
más pronto presenta el “no”.

Aquí ha dado con la Roca Divina,
y él se ha convertido
en pájaro volando a poca altura.

¡Cómo no verán los hombres
a Dios en estos Mensajes!

Ningún saber de la Tierra
va detrás de los hombres
para que su saber quieran.

Al contrario, que se esconde
para que otro no aprenda
como bien no se lo pague.


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Libro 17 - Investigacines a La Verdad - Tomo II - Pág. 153-154-155

domingo, 20 de abril de 2014

No quisieron Resurrección

En Sueño Profético decían:

No quisieron Resurrección los que más Calvario pusieron, pero Dios deja Calvario y Resurrección hace luego, cuando el hombre ve Calvario, que él mismo lo va poniendo.

Dijo uno:

Puede el hombre pensar que a pesar de que él le ponga Calvario Dios lo sube y Dios no puede quitarlo. Hombres necios de la Tierra que quieren vivir sin Dios, cada uno a su manera. Hombres que viven sin Luz, abrazados a las Tinieblas, a cuatro hilos que rompes antes de que manos aprietes. Hombres que ponen Calvario y les sirve como fiesta, como trompeta que oyes que ni mal ni bien te llega. Hombres que pueden quitar del Calvario alguna piedra y se llenan los bolsillos con otras más grandes que encuentran para hacer aún mayor el sufrimiento que lleva.

Desperté, oí:

Dios deja poner Calvario para que la Resurrección luego Le sirva de escándalo.

Cómo comprender el hombre que Dios permita sufrir y luego Calvario deje.

Él da la Resurrección en contra de todo hombre que no quiera su perdón.

Pero que piensen los hombres en el mal que hacen a Dios queriendo poner Calvario y no querer Resurrección.

Cuando Dios deja Calvario más, luego, le ves el Dios.

Y los que por Él sufrieron más premio les mandó Dios.


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Libro 65 - Dios Habla al No Quiero del Hombre - Tomo V - Pag. 49-50

sábado, 19 de abril de 2014

Los insultos al Señor

En Sueño Profético decían:

Cierto que tiene su camino no querer oír los insultos que le dieron al Señor. Cuando tú ames y siempre Lo tengas presente en tu vida de materia no te va el hablar de Dios muerto cuando sabes que está Vivo. En cambio, si el hombre se aparta de Dios debe oír los insultos y hacer meditación pensando  que siguen igual los insultos al Señor. Seguro que hay más calvarios y más cruces preparadas para ponerlas en sus Hombros.

¿Ves, cristiano, cómo no se han terminado los insultos al Señor y se habla del pasado como moda que pasó?

Dijo uno:

Hoy el hombre empieza el día dando martirio a Dios en su forma de actuar, según sea su profesión. Pongamos educadores que no nombran al Señor y, por consiguiente, no enseñan. Ya va este insulto al Señor: si no enseñan de niños todo lo que a Dios hicieron, luego llegan estos días (días de Semana Santa) y los que sufren y oyen son los que a Dios están queriendo. Por eso, está bien dicho no querer oír los insultos que a Él le dijeron. Estos insultos debe oírlos antes el que vive ofendiendo a Dios, que esta meditación le vuelva hombre bueno y si siempre fue hombre malo que viva con susto y con miedo.

Desperté, oí:

Qué aclaraciones dan en la Gloria a la inteligencia.

Cuando tú quieres (de querer a Dios) no quieres oír los insultos que Dios oyó, ni los que hoy está oyendo.

Que esto es tu sufrir y tu pena.

Deberían oír el sufrir que Dios tuvo y hoy le llega aquél que pasa los días  y de Dios jamás se acuerda.

Puede que le hiciera pensar “no se acabaron los martirios, porque mis pecados a Él le llegan y por mí llorando está”.

Si de este Dios más se hablara más miedo daría el pecar.

Y acabarían los hombres viviendo vida de Santos en la Tierra.

Que esto sería bien fácil si de niño se aprendiera que santidad es cumplir las Leyes del Cielo y las leyes de la Tierra.

Pues si cumples las del Cielo te librarán de aquellas que de Dios te alejan.


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Libro 65 - Dios Habla al No Quiero del Hombre - Tomo V

viernes, 18 de abril de 2014

Ella no Lo ve como el hombre Lo saca en las procesiones

En Sueño Profético se vieron unas Imágenes de la Semana Santa por las calles donde Dios tiene al Elegido para que enseñe de su Gloria, porque Dios trae su espíritu y le da Palabras y Visión que no son de la Tierra.

Aquí se ve la diferencia del que ve a Dios en su Reino, hablando y vestido con su Túnica. Unas veces solo y otras con sus Discípulos, contando cuando estaban en la mesa escuchando al Maestro o cuando les mandaba para que dijeran sus Palabras.

La Imagen de Dios, el Elegido la ha visto cuando Dios tuvo Cuerpo en la Tierra y ahora, cuando Dios le da Mando. Pues en estos momentos Le ve con Cuerpo, andando y hablando. No Lo ve como el hombre Lo saca en las procesiones, que al ver esta Imagen al Elegido le llegan sufrimientos, porque sabe que Dios está con Cuerpo y diciendo estas palabras:

“Tu presencia no puede estar donde ponen mi Cuerpo para retirar de mi Gloria, porque esta Enseñanza ni la dio mi Padre ni Yo puedo darla. Sigue con las fuerzas que mis Palabras te dejan cuando ves mi Presencia”.

Quedó silencio y un espíritu de la Gloria dijo:

¡Cómo decir las palabras que Dios le ha dicho a este Elegido! Que han sido dichas porque Dios sabe el sufrimiento que le llega a este Elegido cuando ve cómo presenta el hombre el Cuerpo de Dios Hijo.

Si los hombres cogieran la Enseñanza de este Elegido como el día coge al Sol, y la noche la Luna, ya ninguno podría vivir sin esta Enseñanza.

Desperté, oí:

Es pena que el hombre viva despreciando esta Enseñanza del Cielo y busque la de la Tierra.

Si el hombre escuchara las Palabras que Dios le ha dicho a este Elegido, ya no podría tener duda de que Dios está con Vida y con Cuerpo en la Gloria.

No se puede decir cómo sientes sus Palabras, porque tu espíritu quisiera dar las fuerzas que tú sientes cuando ves su Imagen y oyes sus Palabras, que quisieras abrazarlas y que señal te dejaran.

El Mensaje es largo, pero han quedado muchas palabras de las que dicen en el Arrobo sin dictar.


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Libro 78 - Dios Manda en Su Gloria que Enseñen - Tomo XI - Pag. 35-36-37

jueves, 17 de abril de 2014

Para eso Dios elige

En Sueño Profético decían:

Vamos a decir Palabras
y el hombre que dé respuestas;
si no las da por escrito,
que las dé con su conciencia.

Habrá quien quiera la Gloria
y no quiera saber de ella.

Debía el hombre decir,
el mal que puede llegarle
cuando le hablen de Aquí.

No hay ninguno que ame a Dios
y no quiera sus noticias.

No hay quien piense en la muerte
(que con tanto horror se habla ahí,
cuando Aquí Dios Lo dispone),
y ni por miedo pregunte:

¿Es verdad que Dios arroba?
¿Es verdad que vive Dios?
¿Es verdad lo de la Historia,
que vivió aquí de Carne
y luego se fue a su Gloria?
¿Es verdad que Lo mataron?

Pues todo lo ya nombrado
te lo dice el que Lo arroba,
que para eso es el Sueño,
para refrescar la Historia,
para no dejar el mal
que deje sola la Gloria.

Para eso Dios elige
y tiene Misericordia.

Pero tú, al no querer
que te cuenten “na” de esta Gloria,
al decir, “yo creo en Dios”,
estas palabras te sobran.

No puedes decir Amor,
rechazando las Palabras
que a diario manda Dios.

Desperté, oí:

El hombre sabe tan poco,
que de tan poco que sabe,
a Dios lo quiere engañar.

El hombre quiere hacer ver
que cuando Dios se presenta,
tiene él que dar mal trato,
y Dios verá la manera
para que digan: “Es un Santo”.

Aquí ya falta el creer,
y el Amor no hay que nombrarlo,
porque donde hay Amor,
a Dios tienes que buscarlo.

No puedes hablar de Dios,
rechazando al Arrobado,
porque Dios arroba ahí
“pa” que tú seas enseñado.

Todo lo que hay escrito,
tuvo que ser dicho Aquí.

Muy poco dicho en Dios cuando Hombre,
comparado con todo lo que dice desde Aquí.

Cuando Dios se hizo Hombre,
también Lo mandó a decir:

El que ama busca el Eco,
que no es difícil oír.


Busca y no digas que amas,
porque buscar es amar,
y en buscando ya te metes
en la Gloria Celestial.


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Libro 2 - Meditaciones y Palabras Directas con El Padre Eterno - Tomo II - Pág. 68-69-70

miércoles, 16 de abril de 2014

Vivir la vida

En Sueño Profético hablaban del Amor de Dios. Decían:

Vivir sin este Amor,
el que así viva,
que no le llame vivir.

En faltando este sentir,
eres casa vacía,
casa de esas casas grandes
que de nada falta allí,
pero le falta el vivirla
con vida que sea de Aquí.

Si vida no hay en la casa,
ya sobra lo que hay allí,
por valor que todo tenga,
como alguien no viva allí.

Cuando abras tú la puerta,
oirás los muebles crujir,
como protesta que hacen
a que alguien viva allí.

Que esto te hace que pienses:
“lo mismo me pasa a mí,
que vivo rodeado de todo,
y para qué quiero vivir”.

Esto es falta de Amor,
de este Amor que siempre está
queriendo vivir en ti,
pero tú tienes vivienda
que no se puede vivir,
por más que metas riquezas,
no se puede estar allí.

La riqueza de las cosas
la adorna el Amor de Aquí,
y ya no cambia la casa,
porque el vivir de ahí
no hay quien decore por precio.

A esto llámalo vivir,
pero vivir sin amar
a todo lo que es de Aquí.

No uses esta palabra:
“vivo la vida,
todo se rinde hacia mí,
pero sí, algo yo siento
que me canso de vivir”.

Estas palabras te vienen
cuando vivas sin vivir.

Vivir la vida se vive
cuando es la Vida sin fin,
cuando por dentro te sientes
un vivir como el de Aquí.

Desperté, oí:

¡Qué cierto que el caserón,
como no lo viva nadie,
entras y quieres salirte
de algo que quiere echarte!

Es el protestar del bien,
que el mismo bien quiere echarte.

Ahora piensa en una vivienda humilde,
pero que vivan a Dios,
y puedas decir: “yo vivo,
y de sobra tengo to”.

Esta vivienda está abierta,
y allí te encuentras de más
para lo que necesitas
en tu vida material.

La vivienda la haces tú,
y quiera el hombre o no quiera,
es vivir, vivir la vida
cuando Amor de Dios tú sientas.


***

Libro 11 - Te Habla el Profeta - Tomo II - Pag. 93-94

martes, 15 de abril de 2014

Hay quien llama a Dios en su último remedio

En Sueño Profético decían:

Hay quien llama a Dios
en su último remedio,
y hay quien dice: “Señor ven
en la Paz y en el silencio”,
sin querer tan sólo amar.

Éstas son dos maneras
distintas de comparar.

Hay quien piensa:
“Tengo que buscar a Dios,
pero tengo gran temor,
si no me perdonará”.

Aquí sigue Magdalena:

A mí me vino esté pensar
después de que me presenté al Maestro,
pero en mi grande ansiedad
de quitarle el sufrimiento
al que me iba a perdonar.

No pensé en los pecados
que hice en mi vida atrás.
En cambio, cuando me dio su Perdón,
y un Perdón sin preguntar,
fue cuando pensé el valor
tan grande que da el amar;
fue cuando sentí vergüenza
sin poderla sujetar,
fue cuando salían de mis ojos
lágrimas con ansiedad.

Yo creo que fue su Amor
y la forma de perdonar,
lo que a mí me hizo sentir
el valor de ir al Maestro a buscar.

Si yo antes pienso,
como después fue el pensar,
seguro que no me encuentro
en la Gloria “perdoná”.

Desperté, oí:

Son dos formas diferentes
de pecar y buscar a Dios.

Si el Amor va rebosando,
sabes que alcanzas Perdón.

Si te dejas los pecados
y después buscas a Dios,
ya Dios hará que tus fuerzas
sólo piensen en el Perdón.

Si empiezas a pensar
todo lo que hiciste a Dios,
te vendrá lucha de espíritu,
de un sí y muchos “nos”.

Si a Dios no Le hiciste mal,
te presenta la oración
y tu forma de actuar.

Y si fuiste pecador
como fue la Magdalena,
si pides un grande Amor,
Dios fijo que a Gloria te lleva.

Después te vendrá el llorar,
como llegó a Magdalena.

MAGDALENA


***

Libro 12 - Dios Comunica y Da Nombres - Tomo II - Pág. 63-64-65

lunes, 14 de abril de 2014

“Que Me ves, dilo, publícalo”

En Sueño Profético decían:

“Que Me ves, dilo, publícalo”.

Son Palabras de tal Fuerza, que el hombre no pudo llegar. Y hoy tendría grave respuesta el que quisiera aquí el silencio dar.

“Que Me ves, dilo”, ya es un premio que Dios da. Que este premio son muy pocos los que ahí disfrutándolo están. Por eso mandan Aquí que su cundir sea cada día más.

Que Esto no haga el hombre como con la comida: que unos tiren comida y otros mueran por no tener este alimento que el cuerpo sin él no puede pasar.

Pues ¿cuántos, cuando llega a ellos una Verdad Divina, diciendo: “pasando está”, cambian de ritmo de vida y a Dios se van a buscar?

Si el hombre pensara esto, miedo le daría cuando notara en su cuerpo algún poco de malestar.

Desperté, oí:

“Que Me ves, dilo”,
no pudo el Instrumento callar.

Luego empezaría calvario,
y calvario hay que pasar.

No porque Dios ponga el calvario,
esto lo pone el no amar.

Y ya empieza la guerra
de querer destrozar aquello
a lo que no hay quien llegue
por ser de Dios el Mandar.

Que Me ves, dilo, publícalo”,
es la obediencia
tirando del sufrimiento.

Pero este Mando de Dios
hace impotente al hombre
que quisiera decir “no”.

“No es verdad”, jamás lo dice
con pruebas a presentar.

“Que Me ves, dilo”,
es un Aval Celestial.


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Libro 20 - La Palabra del Creador - Tomo II - Pág. 103-104-105

domingo, 13 de abril de 2014

La rama de Dios

En Sueño Profético decían:

Se habla mucho de Dios y se sabe poco de esta Gloria. Se habla mucho de los Elegidos y no se cree que Dios elija. Se habla mucho de los Profetas, pero sin querer aceptar que verdad sea. ¡Cuánto se ha dicho: “No preguntes, el árbol lo conocerás por sus frutos”!

Otro dijo:

Esto yo oía cuando mi vida con materia viví, a los tres siglos de dejar de vivir de Hombre Dios, pues ya mucho se decían estas palabras: “Donde haya dos hablando en mi Nombre, Yo estoy allí”.

El hombre habla de Dios sin saber y sin responsabilidad. Decía mi abuelo que mucho amaba a Dios:

“Hombre valiente en la Tierra, hombre cobarde para las cosas de Dios; que el hombre afirmaba todo lo que no había visto ni sabía, que dijera el hombre; pero que de la Gloria de Dios, todo lo dudaba”.

Uno dijo:

Debía el hombre de prohibir, dar maltrato al que Aquí viene; debía, antes de negar, hacer lo que éste refiere, y así podía juzgar el que sabe la Verdad desmiente.

¡Con qué frialdad coge el hombre lo que sale de esta Gloria!

¡Cuánto impedimento pone al que Dios trae y arroba!

Desperté, oí:

¿No será el impedimento,
por falta de Amor a Dios?

¿No será la frialdad,
por no oír hablar de Dios?

El que ama, quiere saber,
y el que sabe, ama.

El que sabe de Dios
es porque busca la rama.

La rama de Dios se ve
en que no falta la sabia.

Y los brotes va sembrando,
para que vean más ramas.

Siempre que quiera el hombre saber
si Dios es verdad que habla,
que piense en los que anunciaron
cuando a la Tierra bajaba.

Estos fueron los Profetas
que el Padre en ellos hablaba.

Y a la Virgen le llevó
el Arcángel sus Palabras.

Ya empezó el Padre a hablar,
antes que el Hijo bajara.


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Libro 6 - Dios Manda en Su Gloria que Enseñen - Tomo I - Pag. 87-88

sábado, 12 de abril de 2014

El ruego por el pecador

En Sueño Profético decían:

Es cumplir una obediencia el rogar por los pecadores y quitarlos del pecado.

Si vives amando a Dios, tú ya irás buscando para quitar de pecar.

Dijo uno que ya Dios le deja el Mando:

El que ama a Dios, sufre por el que está pecando, porque ve que sufre Dios.

Si esto lo cogiera el hombre como el médico coge la enfermedad de la carne, ¡cuántos verían el pecado como la lepra y el cáncer, o cuando el cerebro dice: “por aquí no pasa la sangre”!

El médico cura al hombre sin conocerlo y sin quererlo. Mayoría de las veces, si el médico curara al que quisiera por cariño, se morían los pacientes. El médico que es de Dios, cura con el “Sí” que Dios le manda.

Pues el que quite de pecar –aunque al pecador no quiera–, Dios ya le dará buena renta. Porque la otra curación, ¿qué importancia tiene a ésta?, y Dios se la está mandando de segundo en segundo para no quedar la carne muerta.

Desperté, oí:

El hombre,
en vez de pedir por el pecador,
lo maldice y se aparta,
y esto ya no es de Dios.

Si Dios apartara al que pecó
o al que está para pecar,
a muy pocos verían con Él.

El ruego por el pecador
debía de hacerlo el hombre
como la comida que come.

Como un trabajo que obliga
el dueño que está pagando.

Es un deber de pedir a Dios
por los pecadores.

Y maldecir los espíritus
que en contra de Dios los ponen.

Los demonios tienen fuerza
porque no aman los hombres.


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Libro 16 - Dios No Quiere, Permite - Tomo II - Pág. 168-169-170

viernes, 11 de abril de 2014

La calle del Salvador

En Sueño Profético vi una calle que su suelo era terrizo y sus casas daban lamentos de sollozos al llanto que había dentro.

Ya dijo uno:

Esta calle no está como en esta estampa. Esta calle ya está arreglada por las manos del hombre. Esta calle la pasó Jesús cuando vivió entre el hombre que no quería que fuera Dios, cuando ya tenía que discutirse para una eternidad: “¿Es Dios el que bajó a la Tierra? ¿Es Dios el que dejará su Fosa vacía a la vista del mismo que Le dio sepultura?”. Esta calle –y se vio otra vez la calle– la pasó el Maestro con grande griterío del que pedía su Crucifixión, y con grande silencio del que Lo amaba porque su trato Amor daba, porque su trato te hacía pensar no volver al pecado. Esta calle hubo quien después de que Lo mataron, no la pasaban calzados. Decían que querían sentir el dolor que su Divino Cuerpo sentiría cuando Lo azotaban. Muchos se encontraron en esta calle, cuando subían descalzos, a algunos de los que no creyeron quien era hasta verlo cuando expiró. Éstos tenían que retirarse cogiendo otros caminos y con la mirada al suelo.

Desperté, oí:

¡Que Sueño, Visión y Enseñanza dejan escrita dictando!

Esta calle debió el hombre de acotar y respetar.

Respetar, el que no amara. Y el que amara, venerar.

Y pedir permiso a Dios por si deja Él orar.

Todo aquel que fue culpable, tenía que mirar al suelo.

El Cielo no los dejaba vivir sin el sufrimiento de siempre tener la estampa: “yo di martirio queriendo”.

El Cielo no consentía pedir arrepentimiento cuando Maestro no había.

Todos los que Lo mataron con clavos o con espinas, tuvieron vista en el suelo; luego, condena continua.

La calle del Salvador, el que ama, le decía.

Luego tenía más nombres, que éstos oír no podían.


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Libro 13 - Hechos de Jesús Perdidos, Hoy Dictados en Gloria - Tomo II - Pag. 62-63-64

jueves, 10 de abril de 2014

Escalera de Dios

En Sueño Profético decían:

No hay en ningún archivo quien pueda presentar esta cantidad de Temas y esta Enseñanza, que a los Libros llega virgen por ser Dios el que la dicta y manda que así se haga.

No hay quien pueda tener un diálogo con el Instrumento y no firme diciendo: “Esto no es de la Tierra”. Porque sus Palabras tienen Corona y Bóveda del Cielo.

No hay hombre que razone y, después de leer u oír estos Ejemplos, no piense en ser más bueno o no ser malo. Hacer un alto en su camino y pensar:

“¡Cómo he vivido!
Si todo es un puro engaño,
si todo llega a acabarse
porque lo roban los años
y nunca vuelve la fecha
que te dieron malos ratos,
que tú te creías buenos,
que hoy ves el engaño”.

Dijo uno:

Sacando sólo las Parábolas, se hacían grandes Libros para frenar a los hombres de grande literatura, que no tuvieran a Dios en el olvido como demuestran que tienen al no coger estos Libros y darles la preferencia por estar virgen su contenido, por llevar olor Divino y Palabras que apacientan de ver que es Dios el que manda su Mensaje a la Tierra; que no te pide que Le des, que pide que no te pierdas.

Esta fuente de Enseñanza
es fácil el comprenderla
si piensas que vives vida
que dueño no eres de ella.

Desperté, oí:

Dios pone los escalones
y va formando escalera.

Y el que ama va subiendo,
sin trabajo y de manera,
que cuando llega final,
dice: “¡Bendito Dios sea!”.

“Que si no me ayuda Él,
no subo esta escalera”.

“Que me presenta la Gloria,
donde no entran las penas,
ni la maldad, ni el pecado”.

Esta escalera de Dios
al hombre está esperando.

Si subes un escalón
y te costara trabajo,
llama en silencio a Dios
y olvídate del pasado.

Y ya llegas al final,
contento y no cansado.

¡Qué lástima que los hombres
Esto lo tengan callado!
Los que más cerca lo tienen.


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Libro 17 - Investigaciones a La Verdad - Tomo II - Pag. 60-61-62

miércoles, 9 de abril de 2014

Exposición de los Libros en la Ermita de Ntra. Sra. de Araceli (Lucena)

Siguiendo con la labor de llevar a las Iglesias la Obra de Ana García de Cuenca, os traemos imágenes de la Ermita de Ntra. Sra. de Araceli, en Lucena, donde fueron expuestos los Libros el pasado domingo 6-04-14.

Gracias a todos los miembros de la Fundación que lo han hecho posible.



Hay más enfermos de espíritu, que enfermos de carne

En Sueño Profético decían:

El hombre tiene su espíritu abandonado; el hombre no alimenta su espíritu con la Palabra de Dios; el espíritu tiene que recibir la Palabra de Dios, alimentarse y ejercer con las obras que Dios tiene mandado se cumplan. Si todo hombre alimentara su espíritu con Palabras de Aquí, Dios vivía en todo hombre; mayoría de los hombres tienen su espíritu enfermo; el espíritu, cuando no tiene este Alimento, raras veces no enferma: unas enfermedades son benignas, y otras incurables. Hay quien quiere sanar su carne antes que enfermedad tenga, olvidándose de su espíritu, que ahí cuidando, tiene Vida Eterna. Tenía el hombre que formar una Clínica ahí, Eterna, que esta misma fuera para todas las generaciones que su espíritu quisieran sanarlo; aquí los profesores tienen que ser hombres de espíritu sano, que son los hombres de Dios, hombres que su Amor a Dios hace que conozcan las enfermedades del espíritu. Hay más enfermos de espíritu, que enfermos de carne, pero el hombre abandona la curación del espíritu, por falta de Amor a Dios, que por falta de este Amor, le enferma. Estas enfermedades casi todas son confundidas por el médico de la materia, mandando medicamento que al espíritu no puede llegar.

Desperté, oí:

Al espíritu enfermo no puede llegarle medicamento material.

La materia tiene su medicamento material, que antes pasa por la frontera del espíritu.

Pero el medicamento del espíritu no tiene fronteras, que es Acción de Dios, Invisible y Poderoso.

A este espíritu enfermo lo puede curar lo que nadie ve: otros espíritus.

Espíritus que viven sólo para Dios, espíritus que sufren cuando ven que un espíritu va a enfermar.

Que esta enfermedad entra cuando te despreocupas de la Palabra de Dios.

Cuando haces exhibición de tu carne, cuando vives agradando al enemigo de Dios.

Cuando te retiras de Dios por despreciarle su Gloria.

Cuando te enorgulleces de ser fariseo.

Cuando tu vida lleva a otros a que pequen, entonces es cuando tu espíritu está enfermo porque tú lo has enfermado.

Éste es consejo de Gloria, el que hoy Aquí dictamos.

Que el hombre ponga la Clínica con profesores amando, y ya el medicamento Dios lo manda con amarlos.

Es mejor que no lo enfermes y no tengas que curarlo, porque luego llorarás cuando veas a Dios esperando.


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Libro 9 - Dios Habla al No Quiero del Hombre - Tomo I - Pag. 240-241-242

martes, 8 de abril de 2014

Si no hay caridad, no puede haber compasión

En Sueño Profético decían:

El que quiere a Dios, le hace servicios a Dios. Hay tantas formas de servir a Dios, que el que no Lo sirva, no tiene disculpa. A Dios puedes servirlo enseñando a amar a Él; A Dios puedes hacer servicio, evitando que peque el que iba a pecar; y ya es el mayor servicio, la caridad hecha con Amor, sin diferencia de clase, dando la caridad al humilde, y dando caridad al poderoso.

Dijo uno:

Hay quien cree que el poderoso no necesita la caridad; muchos de éstos la necesitan para quitar el mal que mayor pudiera venir, para que con tu caridad los libres de la condenación, para que tu caridad rompa el muro del mal que estén haciendo; que nadie le hace ver sus ofensas a Dios, como éste que caridad les tiene.

No hay más caridad, que hacer que caridad tenga el que caridad no tiene. La caridad, el hombre la emplea poco. La caridad es desconocida por muchos, y conocida por pocos.

Desperté, oí:

Quien tenga caridad,
no tiene que decir,
yo amo a Dios.

Quien tenga caridad,
éste, buenos servicios
le hace a Dios.

Conocer la caridad,
es un Don que Dios te da.

Pero, ¿por qué te lo da?,
porque primero hubo Amor.

El Amor te enseña todo
lo que vaya de este Dios.

Te enseña a que olfatees
a aquel que visita Dios.

Te enseña a vivir Paz,
que fue lo que Dios mandó.

Y te enseña a que no puedas
vivir sin amar a Dios.

Todo te enseña si quieres,
pero sin obligar Dios.

Teniendo tú caridad,
ya estás sirviendo a Dios.

Porque si no hay caridad,
no puede haber compasión.


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Libro 2 - Meditaciones y Palabras Directas con el Padre Eterno - Tomo II - Pag. 175-176

lunes, 7 de abril de 2014

Nunca digas pierdo el tiempo, en el tiempo que a Dios le sirvas

En sueño Profético decían:

El tiempo que dedicas a Dios, a sus Santos y a sus pobres, Dios hará que el día para ti sea más grande; más grande, con más contento y con grande satisfacción de espíritu.

Dijo una mujer:

Yo vivía lejos de una mujer que enseñaba a practicar las Palabras que Dios enseñó cuando vivió de Hombre; a tres generaciones dice que fue enseñando de unos a otros; los primeros vivieron con Jesús, el Dios de Hombre, y fueron de unos a otros haciendo el bien día por día, su oración y buscar al enfermo; Esto, en el día, siempre les daba tiempo; ya cuando llegaba la noche, todo les había venido justo y algún tiempo les sobraba para disfrutar de sus hechos refiriendo.

Pues con todo lo lejos que yo vivía –no es que fuera tan lejos, era lejos para vivir su contacto y su ejemplo–, el día que se hacía noche y con ella yo no iba, algo hacía de su Enseñanza. Y cuando amanecía el día, mi marido me preparaba la bestia, metía los cántaros, y mi chiquilla era mi justa compaña; cerca de su casa teníamos unos terrenillos, que más no nos hacía falta; mi marido con el mulo –que el cuido miradas daba–, rezando los dos delante, él con la chiquilla abrazada y yo detrás deseando llegar a aquella casa.

Ella tenía dos hijos más que yo; el mayor ya al padre le ayudaba. Casi siempre estabamos juntos a pesar de la distancia; los hombres más se querían, de vernos aquella Paz producida por los hechos.

Siempre conocía a un hambriento,
siempre acudía a un pordiosero,
siempre había en su casa
alguien que salía contento,
porque de Dios le había hablado
y notó arrepentimiento.

Yo, de allí me traía el agua,
¡y me traía un contento...!,
y el día era tan largo
que a Dios notaba en mi cuerpo.

Desperté, oí:

La casa de esta mujer
fue por muchos conocida.

Aquel que entraba una vez,
perdición de Amor sentía.

Éstas eran las palabras
que al salir muchos decían:

Ésta es gran perdición,
perdición de esta alegría,
que si pasas y no entras,
qué largo se te hace el día.

Largo, con grande ansiedad
de que ya venga otro día.

Dios hacía el día largo
para el que a Él servía.

Y hacía que fuera largo
para el que a aprender iba.

Siendo largos los días,
para unos son largos, contentos;
para otros son largos, sufriendo
y esperando nuevo día.

Si a Dios le sirves amando,
más largos serán los días.

Nunca digas pierdo el tiempo,
en el tiempo que a Él le sirvas.


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Libro 11 - Te Habla El Profeta - Tomo II - Pág. 18-19-20-21

domingo, 6 de abril de 2014

El Amor Divino es fuego que quema y este quemar cura

En Sueño Profético decían:

Hay quien ve que cuando la materia muere, cree que ya para qué quiere a Dios. Aquí se puede ver la falta de enseñaza que tienen de espíritu.

Mientras el espíritu está con materia, los ruegos son para la materia. Y cuando muere esta materia, ya el espiritu, no ven que necesite a Dios. ¡Si pensaran que el traje del espíritu tiene Aquí una poquísima importancia, tan poquísima, que no se necesita! Dios es Espíritu.

Estando en el Sueño, yo decía: “Señor, me pesa haberte ofendido, y sé que jamás pecaré, ¡claro, si Tú quieres, sí pecaré! Pero por mí sé que no peco”. Esto lo decía yo con mucha seguridad.

Desperté, oí:

Cuando se ama, no se puede pecar.

Tú pecas en el momento que te retiras de Dios.

Si con Dios estás, el pecado para ti no existe.

Antes de pecar, piensa en Dios, y en este pensar no pecas ya.

Porque en este pensar, amas. Y en este amar, piensas.

El Amor Divino es fuego que quema y este quemar cura.

Queman estas llamas y cura su rescoldo.

Si no sabes de este fuego, no sabes de Dios.

AGUSTÍN DE MÓNICA


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Libro 12 - Dios Comunica y Da Nombres - Tomo II - Pág. 35-36

sábado, 5 de abril de 2014

“Yo soy Dios del que pecó, pero no del que no ama”

En Sueño Profético hablaban de creer, amar, poder hacer y no hacer.

Este engaño es para el hombre, pero no para Dios.

Dios, muchas veces, deja al descubierto aquello que hace falta, para que otros vean la reacción del que puede tapar aquella falta y sufrimientos achicar.

Dijo un espíritu con Mando de Dios:

No puede el hombre vivir a Dios, y vivir indiferente a su Mando.

¿Cómo el hombre puede oír: “Dios está hablando”, y no acudir?

Este Caso, si no vive Verdad, no llega donde ha llegado.

Si no sale del Instrumento, no es de Dios.

El Instrumento es árbol en vendaval, que no puede quedar quieto.

¡Hombres con grandes estudios, que no pasan a comprenderlo porque no viven Amor de Dios y olvidan el cementerio!

Cementerio: casa por un poco tiempo para el cuerpo. Cuerpo que aparta de Dios con las leyes y los inventos, con la cultura y el motor, con reformar los Mandamientos.

Desperté, oí:

Creer, amar a Dios
y pensar en el cementerio,
tienes que ir donde digan:
“allí habla Dios para que el hombre
hable de Dios sin tiempos”.

¡Y tener muletas guardadas,
sabiendo que hay cojos
que no tienen para comprarlas!

No llames a Dios en tus momentos,
que ofendes y no te sirve de nada.

El que Esto pueda cundirlo
y tenga en silencio,
tan sólo días y semanas,
cuando diga “¡Dios mío!”,
puede oír estas Palabras:

“Yo soy Dios del que pecó,
pero no del que no ama”.


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Libro 20 - La Palabra del Creador - Tomo II - Pág. 148-149

viernes, 4 de abril de 2014

El profesor

En Sueño Profético decían:

La mala enseñanza hace que el mal practique el que está aprendiendo.

La mala enseñanza va criando raíces y va alborotando al que tiene presente lo bueno, y lo malo, dice: “esto no es de Dios y yo no lo hago”.

La mala enseñanza va contaminando.

Dijo uno:

Yo tuve un profesor que sus primeras palabras iban al tema de Dios. Eran temas diferentes, pero Dios no faltaba allí como la claridad al día y la oscuridad a la noche.

Te nombraba a Dios sin decir su Nombre, pero tú tenías que pensar: “esto es Dios”.

Repetía mucho:

“Tened compasión al Prójimo y no utilicéis la ira. De lo que no seáis dueños, respetadlo; que el respeto os dará buen sitio. Si miráis primero al Cielo y después a la Tierra, ya en la mirada lleváis cosecha. Que esta cosecha puede luego serviros para dar la Paz y retirar la violencia”.

Por último se levantaba con estas palabras:

“Inteligencia sin esta Enseñanza, todo lo que aprendéis de la Tierra no pasa. Reforzad la inteligencia con estas cortas palabras”.

Desperté, oí:

Este hombre amaba a Dios
y quería que todos
Lo amaran o creyeran.

Pero quería no oír:
“Otra vez el Cielo
aquí en la Tierra”.

Quería dar la comida,
no para traer protesta,
era para dar la vida.

Decía que tenía que haber castigo
para el que el bien no enseñara.

No pienses qué es el bien,
si vives de la enseñanza.

El bien es enseñar al niño
que la vida ahí no acaba.

Enseña a que sepa el niño
que alumno y profesor
tienen que vivir practicando
los Mandamientos de Dios.


***

Libro 19 - Dios Manda En Su Gloria, Que Enseñen - Tomo III - Pág. 226-227

jueves, 3 de abril de 2014

Es difícil vivir Paz pisando tierra

En Sueño Profético decían:

Es tan fácil saber dónde Dios se comunica, que el hombre lo pone imposible por temor a que verdad fuera.

Es tan fácil seguir esta Verdad, que el que quiere desmentirla, se aleja.

Dijo uno:

Es difícil el vivir Paz pisando tierra, porque ya se encargará de ti el que quiera la guerra. En cambio, el que Dios se comunica, te va dejando una Paz, que cambias de dentro a fuera; y si desprecias esta Paz, tú verás que esto es verdad por la intranquilidad que te dejó.

Esto es desmentir el agua navegando en alta mar; decir tambor a la trompeta cuando sonido te da. Desmentir al Elegido, es querer trueno callar en una grande tormenta, que el día, noche te hará.

¡Hombres que viven buscando la ciencia en la humanidad, y dejan esta Grandeza por no quererse enfrentar con el que el vivir les deja!

Desperté, oí:

¿Quién llevaría este peso
si Dios ayuda no diera?

¿Quién repartiría Paz
sin que buen pago le dieran?

El que no recibe pago
en las cosas de la Tierra,
a medias deja el trabajo.

En cambio, Mando de Dios,
no necesita descanso,
y sería gran sufrir
el no recibir el Mando.

Se ve que lleva verdad,
en la constancia y el trato
que reparte sin dejar
días de invierno o verano.

Si haces este pensar,
retiras indiferencia,
soberbia, o piensas:
¿Estaré yo endemoniado?

Estas tres razones te obligan
a que seas más bueno y menos malo.

Porque si bueno lo eres,
no vives sin oír este Mando.

¡Sigue los pasos del Elegido,
de rodillas y rezando!

El que haga este “Diciendo”
se lo hace a este Mando.

Lo mismo que el Padre Nuestro,
cuando se reza a los Santos,
no es para ellos el rezo.

Lo acunan y lo presentan
a Dios Padre en su Reino.

Los Santos hacen milagros
cuando Dios ya te los ha hecho.

Eso es, el Elegido decir
lo que han dicho en ellos.


***

Libro 16 - Dios No Quiere, Permite - Tomo II - Pág. 50-51-52-53

miércoles, 2 de abril de 2014

La actitud del que Dios manda

En Sueño Profético decían:

Más que esta Enseñanza, ni igual, no hay quien pueda darla.

Publicando todo lo dictado por Dios, dará que pensar y no vivirán tranquilas muchas conciencias.

Los responsables de esta indiferencia a la Palabra de Dios, dicha al espíritu y dictada a la materia, no tendrán palabras de disculpa.

Aquí tienen para aprender y enseñar, sin que el hombre quite ni ponga. El quitar, Dios no permite. Y el poner, no hay saber humano que estos Escritos pueda mejorarlos.

Estos Escritos se están diciendo casi a diario, por eso, el Instrumento obedece a este Mando. Y si le dicen “no”, el “no” es sagrado. Y si le dicen “sí”, contento es cumplido y el “sí” va llevando.

El Instrumento no puede aprender nada del espíritu que le digan o esté escrito, porque día a día Dios habla a su espíritu.

Si en esta Enseñanza obedeciera al hombre, Dios, de momento le retiraba Mando y Poder, que Él le da para Mando y Enseñanza.

Dijo uno:

Dios Hombre, cuando mandaba a los Discípulos, les advertía:

“Id hablando de Mí, de lo que Yo os enseño. Pero no deteneos cuando os hablen de Mí para enseñaros. Si esto hicierais, es que no creéis que Yo soy Dios, y entonces vais pecando”.

Desperté, oí:

¡Qué claridad dan en Gloria
y con tan pocas Palabras!

Estudiando este Mensaje
ves claro la actitud
del que Dios mande.

Piensa:
¡Los Discípulos oyendo a uno
hablándoles del Maestro
para que de él aprendieran!

Pues piensa:
¡El que Dios elige
para cundir a los hombres
que Dios existe,
que premia, juzga y aparta,
que son dos vidas en una!

Vida de cuerpo,
vida de espíritu;
¡que ésta no tiene entierro!

Tiene un sitio sin Dios,
y al no estar su Presencia,
nombre de Infierno le dio
el Creador del espíritu y el cuerpo.

Este Dios único
es el que manda al Instrumento,
con el “sí” o con el “no”.

Ya no puede oír Enseñanza
que venga de otro sitio,
porque no hay otro Dios.


***

Libro 15 - Hechos de Jesús Perdidos, Hoy Dictados en Glroia - Tomo III - Pág. 191-192-193

martes, 1 de abril de 2014

Sufrir sintiendo a Dios

En Sueño Profético decían:

Dios no elige sin que tú lo hayas seguido viviendo un sufrimiento. Y en medio del sufrimiento nunca Le digas: “¡Dios mío!, ¿yo a Ti qué malo te he hecho?”; y Le pidas que te dé cuentas por el sufrimiento.

Los que esto no lo piensen y les moleste el que otro se lo diga, no hay duda de que Dios los coge y Le sirven de Recaderos. Unas veces de palabras, y otras sin ellos saberlo.

Dijo uno:

El sufrimiento mayor es sufrir
y a Dios no sentir a tu lado.

Pues en el sufrir sintiendo a Dios,
ya todo lo ves cambiado.

Y no muere la ilusión
de ver sufrimiento acabado.

Estas palabras eran dichas de mi madre:

Lleva el sufrimiento bien,
y el sufrir irá enseñando.

Y en vez de apartar de Dios,
tu sufrir irá acercando.

¡Si este camino es de pinchos,
y lágrimas van regándolo!

Lo que tienes es que saber andar
y también saber enjugar tu llanto.

¡Y ya Le sirves a Dios!

Desperté, oí:

¡Qué razones dan en Gloria
para el que quiera
aprender y practicarlas!

¡Cómo te hablan del sufrimiento,
que tú lo achicas o lo agrandas!

Si lo achicas, vas enseñando.

Si lo agrandas, de Dios apartas.

Te hace pensar el Mensaje
que Elegido con protesta
hace pero no enseña.

¿Has pensado dar consuelo
o razones con soberbia
y ofendiendo a Dios del Cielo?

Piensa que, carne y espíritu
siempre tienen sufrimiento.

Pero tú pisa con fuerza
el camino del sufrimiento,
y que quede tu pañuelo mojado
y para Dios, seco.

Estas Enseñanzas sirven
para al malo hacerlo bueno.

Y el bueno, que cada día
haga más servicio al Cielo.


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Libro 17 - Investigaciones a La Verdad - Tomo II - Pág. 139-140-141