viernes, 31 de octubre de 2014

Aceptar todo el sufrimiento que te llegue

En Sueño Profético decían:

Aceptar todo el sufrimiento que te llegue, la respuesta es acercar a Dios.

Dijo uno:

Hay quien lleva el sufrimiento a empujones y a tirones, y no hace falta que diga: “Este sufrimiento tengo”.

Y hay quien lleva uno más grande y sólo lo sabe el Cielo, que es el que puede quitarlo. Éste sí es sufrimiento aceptado.

Esto son Enseñanzas que deberías aprender cuando razón te acompaña. Y así, llegaría sufrimiento, y según éste llegara, tú harías el recibimiento.

Hay quien busca a Dios cuando el hombre le ha fracasado, cuando la carne se enferma, cuando perdieron la hacienda, cuando vivían apurados. Entonces de Dios se acuerdan, y mayoría pidiéndole a Dios cuentas. Que sería mejor que siguieran olvidados como antes del sufrir que les viniera, aunque vivieran la vida del animal.

Desperté, oí:

Es mejor seguir a Dios
cuando sufrir no  ha llegado.

Y cuando llegue sufrir,
el Amor ha superado.

Y ya no puedes decir:
“Esto, ¿por qué me ha pasado?”.

¡Esto, sí es Amor a Dios!

Y saber que el cuerpo,
mientras viva,
sufrir tiene que tener.

Si no sufres por tu cuerpo,
sufres por otro que quieras,
que Dios permitió
que del tuyo saliera.

O de la carne que Dios
une a tu mismo cuerpo.

Y si ya vas al Prójimo
y tu ayuda quieres darle,
cuenta con un sufrimiento,
¡pero sufrimiento grande!

¡Ves como mundo y carne
son los que hacen sufrir
para que de Dios te apartes!


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Libro 17 - Investigaciones a La Verdad - Tomo II - C8

jueves, 30 de octubre de 2014

Para las tres horas falta tiempo

En Sueño Profético decían:

Te llega más sufrir porque quisieras que todos los que oyen estos Mensajes vieran que Esto no es dicho en la Tierra, que es dicho en la Gloria con el Mando de Dios.

Pues al ser dicho por Dios, el que diga mis palabras ya tiene que nombrar a Dios. La Palabra Dios no se quita de mi pensamiento, porque es lo único que tengo para presentarlo cuando puedan los Libros presentarse.

Desperté, oí:

Mandan que se diga cómo se veía la Visión:

Estaba en su despacho con su cuerpo y traje normal, como cuando copiaba los Mensajes. Su mirada era la misma que cuando vivía su cuerpo, era mirada para quitar sufrimiento. Ya dijo:

     - Ana cuídate, cuídate, que tu espíritu necesita a tu cuerpo. Esto lo dicen en mi espíritu espíritus de la Gloria. Esto es para que tengas fuerzas para la Obra que, durante tanto tiempo, estás haciendo en el Prójimo.

En las horas de sueño su dormir, pocas noches, llega a tres horas. Va a poner las que duerme: “Para las tres horas falta tiempo”.

El sueño tardaba y mi pensar era éste:

     - Señor, que yo no me ponga mala.


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Libro 65 - Dios Habla al No Quiero del Hombre - Tomo V

miércoles, 29 de octubre de 2014

A los niños les enseñaron a amar

En Sueño Profético hablaban de la incomprensión que existe entre el que mucho ama y poco ama.

Dijo uno:

Veníamos un día con el Maestro de predicar por caminos que nunca habíamos pasado. Se levantaron unos que sentados estaban en el suelo y se dirigieron al Maestro haciéndole esta pregunta:

   –¿Tú eres Dios?

Contestó el Maestro:

   –Son pocos los que dicen el Nombre de mi Padre viéndome a Mí como Hombre. Tú tienes que amar mucho para conocerme sin que haga prodigios. Me ha conocido tu espíritu sin necesidad de tus ojos.

Seguimos caminando y vimos a dos que se apartaron del camino, y al paso se pusieron a habar mal del Maestro, pero en tono que nadie oiría. Se desvió el Maestro de nosotros y acercándose a ellos le dijo a uno:

   –Tú estás hablando mal de Mí porque crees que no voy en este grupo. Te voy a repetir lo que el espíritu del mal te ha dicho que digas: “Éstos son amigos de ese que dice que es el Dios del Cielo y que su Reino no es de este mundo. ¡Ve a ver quién es…! Tú Me insultas porque no amas ni quieres.

Quedaron sin dar paso cuando vieron que el Maestro les dijo lo que los demás no habían oído por decir palabras demasiado apagadas.

A lo largo de nuestro caminar, al pasar por una plaza, vimos a unos niños que despreciando sus juegos, corrieron, apartando a todos, y se cogieron a las Piernas del Maestro gritando:

   –¡Maestro, enséñame los ángeles que dice mi madre que tienes!

Y señalando a todos los niños, hizo que se vieran con alas, y dijo estas Palabras para sus oídos:

   –Como habéis amado, habéis conocido al Hijo, y mi Padre os traído su Gloria.

Desperté, oí:

El primero conoció porque amaba.

El segundo no ama e insulta dudando de quién era.

Y ya los terceros, como no llegan al cuello, Le abrazan sus adoradas Piernas, y el Amor le hace que sientan.

A los niños les enseñaron a amar, y a Dios conocieron al pasar.

Para Dios ángeles eran, y Dios quiso que se vieran.

No conoce la edad, conoce el Amor.

El niño no tenía un metro, y a Dios puso bien contento.

Copia del niño que amó, y las Piernas abrazó.


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Libro 1 - Meditaciones y Palabras Directas con el Padre Eterno - Tomo I - C4

martes, 28 de octubre de 2014

El Amor de Dios tiene brotes

En Sueño Profético decían:

El Amor de Dios tiene brotes, hace tallo y enreda, enreda para que otros también se vean con este brote de Amor.

Dijo uno:

No hay Amor que a Dios sienta y quiera que este sentir sea para él sólo. Al que tenga este sentir, ya lo obliga Dios a que lo enseñe. Por eso no hay a quien enseñen Aquí y luego quiera tener para él sólo esta Enseñanza o se la dé con preferencia a otro. El que su Saber es enseñado por espíritus de esta Gloria, no manda en su Saber, ni puede negar su Enseñanza cuando el hombre quiera saber. Ha habido, de Profetas, más que supieron de ellos los de más lejos, que los de más cerca. El Profeta no prefirió a los de cerca, admitió a los de lejos que amaban y lo buscaban; que amaban a Dios y querían oír su “Palabra Diciendo”. Dios habla en el hombre, pero la fuerza de su Palabra hace que vean que es Dios el que dice y manda. El “dice” y el “mando” del hombre tienen tal diferencia de los de Dios, que nadie podría tener engaño diciendo: “Dios me lleva a su Gloria y me enseña para que yo enseñe”. Esto de no ser verdad nadie lo diría, y el hombre sabe fijo que él lo descubriría.

Otro dijo:

El hombre, cuando quiere ver Verdad en las Apariciones, en los Místicos y en los Profetas, verá que éstos quieren comunicar Visiones, Apariciones y Mandatos que les den, pero si aquí no hay Verdad, no pueden seguir.

Desperté, oí:

El hombre siempre sabe la Verdad,
y la verdad es que no quisiera
que la Verdad fuera.

Al revés del que Aquí traen,
que quisiera que este Amor,
todo hombre lo sintiera.

Y que de este Amor tan grande,
fábulas el hombre hiciera.

Que si eran con Amor,
Dios no se enfada siquiera.

Porque el gran Amor se pasa
las reglas de la frontera
que pone aquel que no ama.

El Amor puede decirte
que no es alta la muralla.

El Amor, cuanto más Amor,
te salen versos o fábulas.

Pero viniendo de Dios,
¡qué importan ya las Palabras!

Con tu Amor Dios ya te da
que tú administres Palabras.

Que estas Palabras son Gloria
en mil formas pronunciadas.


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Libro 11 - Te Habla el Profeta - Tomo II - C4

lunes, 27 de octubre de 2014

Juan hablaba Caridad

En Sueño Profético hablaban de la Caridad y de las formas que se puede hacer Caridad, pero Caridad cristiana:

La Caridad cristiana no te cansas de hacerla porque Dios es el que allí espera.

Dijo uno:

La Caridad, muchos la empiezan y pocos la siguen. La Caridad está en las obras, y la firman las palabras. Hay quien da caridad en palabras y no la puede sellar con obras. Esta caridad es más corriente.

Dijo uno:

Yo vi muchas veces a Juan de Dios ir buscando donde la Caridad llevar. Lo acompañe varias veces, y era difícil contar la Caridad que él hacía. Retira tanto la enfermedad, el mal olor y la miseria, que si no vas lleno de Dios, no puedes…

Voy a dejar esta estampa que yo presencié y la refería cuando oía hablar de Juan. Si hablaban bien, no podía callar y refería esto que aquí queda escrito. Y si hablaban con ira y con desprecio, los callaba la Justicia de Dios:

“Me llevó a una vivienda donde había un matrimonio con un hijo de 15 años paralítico en un camastro. Al padre hacía meses que lo atormentaban unas fiebres que le tenían la boca llena de costras que le habían dejado las vejigas. La mujer, flacucha, apenas podía con unos canastos de verdura que ellos sembraban en aquella poca tierra que rodeaba la casa. Fue llegar, y abrazarlo el padre –cuando Juan llegó a la cama–, y a la vez abrazaba al paralítico, por estar los dos camastros juntos. Sacó Juan un medicamento que era alimento curativo, y con gran Amor se lo dio alzándole la cabeza. Y se fue al sitio del hijo, lo incorporó, lo vistió, le dio unas muletas, y una pierna que arrastraba le hacía caminar con su paciencia. Pues esto lo hacía, más de medio año, a diario. Ya que se marchaba, dejó en la mesa unas monedas, y se marchó diciendo: ¡hasta mañana!

Desperté, oí:

¿Quién hace esta Caridad,
si no lleva a Dios consigo?

¿Quién puede decir “no es Dios”,
si visitas estos sitios?

El se acercaba al enfermo,
porque Dios en él vivía.

Y no pensaba en el mal
que un contagio le daría.

Juan hablaba Caridad,
y sus obras sellarían.

El que la haga sin Dios,
antes que empiece, termina.


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Libro 12 - Dios Comunica y Da Nombres - Tomo II - C4

domingo, 26 de octubre de 2014

Ama primero, y deja el cumplir en plano tercero

En Sueño Profético decían:

El que más ama a Dios, más sabe de Dios.

Al que más ama a Dios, más sencillas le resultan las Palabras de Dios.

El Amor te hace quitar las dificultades que el que no ama ve.

Para el que ama, la montaña, llano es.

No hay cosa con más fuerza, que en Dios pongas tu querer.

Para éste, cada día que pasa, la Renta mayor es.

Ha habido quien con esta Renta ha juntado un Capital, que le sirve para esa Tierra, y luego en la Eternidad.

Dijo uno:

Siempre que hablaba el Maestro, recomendaba el Amor.

Yendo un día con el Maestro, y al pasar al lado de dos hombres que guardaban ganado, uno se adelantó y le dijo:

   –No voy a preguntarte quién eres, porque ya te conozco. Lo que sí quiero preguntarte es que, si no se ama, ¿se puede hacer lo que Tú vas predicando?

Dijo el Maestro:

   –Es tan difícil hacerlo, que no lo harás tú, ni nadie. Lo que Yo predico es amar y luego hacer. Si no amas, no haces, porque primero está el amar, como antes de andar están los pies, como el beber viene después de la sed. Mis Palabras, al que las cumple, le obliga el Amor, por estar primero.

Desperté, oí:

¡Qué Palabras oyeron del Maestro!

Estos pastores querían cumplir las Palabras de Dios Hombre, aunque no amaran.

Y Dios sabía que ni las cumplían, ni amaban.

Si no amaban, que es lo primero, ¿cómo iban a hacer lo último?

Si la Grandeza en cumplir las Palabras de Dios, es la Libertad y el Amor.

Si falta este Amor, ya actúa la Libertad, y ya es cumplir sin Dios.

Ama primero, y deja el cumplir en plano tercero.

Porque en amando, ya no preguntas, ya estás orando.


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Libro 3 - La Palabra del Creador - Tomo I - C2

sábado, 25 de octubre de 2014

Invierte capital de Dios, y Él te manda ganancias

En Sueño Profético hablaban de la fuerza del espíritu del mal cuando actúa en espíritus que hacen el bien, pero que no están enseñados a cómo hay que actuar cuando el espíritu que no es de Dios se presenta haciéndote comprender que lo de él es lo verdadero y lo de Dios el engaño. Decían:

Te hace ver que lo dulce estaba amargo, y que un bien que te venía era un engaño. Te azota con las palabras donde tú el bien has dejado. Todo esto y mucho más hace el espíritu malo, para que tú ya no sigas y te sientas fracasado.

Si tienes esta Enseñanza, pones fuerza en el bien que vas a hacer. Y si ves una maraña, pronto ves de quién es, y Dios el Premio te manda.

Dijo un espíritu de Dios:

Haciendo el bien, dando al necesitado o quitando sufrimientos, piensa que inviertes capital de Dios, y Él te manda ganancias. Que éstas ya van creciendo con el bien que tú hagas.

Desperté, oí:

¡Que palabras más corrientes dice el hombre cuando no tiene en su espíritu
el Amor de Dios anclado!:

“Yo hice bien y recibí mal pago”.

“Cada uno que cargue con su cruz”.

“Si hizo mal, que no lo hubiera hecho”.

“Que Dios lo ampare”.

Y sigue andando con su risa por fuera y por dentro.

Éstos no Le sirven a Dios, porque con facilidad entran y salen en su cuerpo espíritus con mando en contra del Mando de Dios.

El bien, hecho con el bien, queriendo que llegue para contentar a Dios, lleva tal fuerza este bien, que lo deja todo sucio, aquello que de Dios no es.

El espíritu del mal, si quieres bien conocerlo, ponte al servicio de Dios en la alegría y en el sufrimiento.

Y ya andarás seguro en el bien que vayas haciendo.


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Libro 19 - Dios Manda en su Gloria que Enseñen - Tomo III - C6

viernes, 24 de octubre de 2014

Pídele a Dios que te mande Luz

En Sueño Profético decían:

Pídele a Dios que te mande Luz
de la que el hombre no puede darte.
Que la luz que va del hombre
no sirve para salvarte.

Pídele que te ilumine
lo que te aparta del Cielo,
porque lo oscuro y lo triste
no te lleva a sitio bueno.

Dijo uno:

La tristeza viene siempre
de vivir oscuridad,
de no pensar en un Dios
que no te abandonará.

Pero tienes que seguirlo
y en el sufrimiento amarlo más.

Todo el que tenga sufrir,
que haga este pensar.

Este consejo es de Gloria.

El consejo de la Tierra
es que debes de pecar;
que no te acuerdes de Dios
porque Dios nada te da;
y al que a Dios no sigue,
buena vida le verás.

Esto es consejo
de hombre venenoso,
de hombre animal,
de los que Dios dice:
“Apártate Satanás”.

Apártate debe decir el cristiano
cuando le llegue consejo
para llevarlo a pecar.

Desperté, oí:

Si Dios te manda Luz,
ni tropiezas ni puedes caerte.

Si Dios te manda Luz,
se retira el que oscuridad vive
y oscuridad quiere.

Si Dios te manda Luz,
ya tristeza tú no tienes,
porque tristeza es pensar:
“esto remedio no tiene”.

Cuando Luz de Dios no falta,
siempre verás un camino
que de la tristeza te aparte.

El dolor y el sufrimiento,
si no te falta esta Luz,
al final te llega Premio.

Esta Luz, al que le llega,
edifica y destruye.


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Libro 18 - Dios No Quiere, Permite - Tomo III - Pag. 53-54-55

jueves, 23 de octubre de 2014

El hombre no quiere la Gloria

En Sueño Profético decían:

El hombre no quiere la Gloria. Y el que la quiere, la quiere sin hacer lo que Dios manda. Aprendiz que hace mal lo que el maestro le manda, porque así él lo cree bien. Pero no es de la enseñanza que el maestro o profesor le enseñaba. Pero éste, puede ser que al maestro le saque ventaja, aunque no pueda ejercer. Pero a la Enseñanza de Dios, haciendo lo que Dios manda, ¿quién enseñará mejor que Dios, con lo que hay escrito igual a esto o con Palabras que en arrobo reveló para dejar en escrito estas Palabras? Pues aquel que quiera la Gloria, tiene que cumplir sus Palabras.

Dijo uno:

Al hombre le cuesta trabajo aceptar el Amor que Dios le ofrece. Le cuesta trabajo, porque tiene que vivir vida de Amor al Prójimo y pensar en Dios en todos sus actos; vivir convencido de que Dios no tiene sitio, de que todo está en Él. Que el pecado es el personaje que se enfrenta con sus Palabras y su Enseñanza, para que el hombre pierda la Gloria, que todo es Pureza, Amor y arrepentimiento.

Desperté, oí:

¡Qué palabras,
que las tres te dicen
tres Dioses: Uno!

Pureza: el Padre.

Amor: el Espíritu que engendra al Hijo.

Y arrepentimiento: Dios Padre,
que se hace Hombre pero es Hijo.

Que se hace hombre
para llevar a la Gloria
al arrepentido que a Él Lo quiera.

El hombre le ve trabajo,
a amar a Dios en la Tierra.

Y no piensa que este Amor
es riqueza, pero Eterna.

¡Si este Amor,
todo es castillo,
pero de arena!

Juego que los hombres forman,
cada uno a su manera.

Si quieres ir a la Gloria,
¡despégate de la Tierra!

Pero no digas: “la quiero”,
sin que cumplas su Obediencia.


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Libro 15 - Hechos de Jesús Perdidos, Hoy Dictados en Gloria - Tomo III - C2

miércoles, 22 de octubre de 2014

El espíritu del mal tiene dominado al mundo

En Sueño Profético decían:

Si no conoces a los espíritus, no conoces a las personas.

Los espíritus que no están en la Gloria de Dios son espíritus malos y hacen servicio a Satanás. Éstos actúan en la persona y, a veces, parece normal su actuación, dando razones de engaño que convencen al que no piensa:

“¿Quién me estará aconsejando, si esto que voy a hacer o estoy haciendo, a Dios no puede alabarlo porque va en contra de sus Mandamientos?”.

Dijo uno:

El espíritu del mal tiene dominado al mundo, porque el hombre abre puertas al mal y las cierra al bien.

Si al mal se persiguiera cumpliendo las Palabras que Dios enseñó y manda enseñar, nadie aprendería a ser malo, porque a nadie le verías actuación de pecado.

El espíritu cuando no está con Dios, tiene puertas abiertas a acción de pecado.

El hombre pone su saber pensando y diciendo: “A mí no me hables tanto de pecado. ¡Eso, a los niños de poquitos años!”.

Si el hombre supiera que está perseguido por espíritus malos, vería en momentos al mismo diablo.

Pero si tú aprendes a conocer la materia cuando él la está mandando, pronto dices: “Satanás, vete de mi vista, que conmigo has fracasado”.

Desperté, oí:

Si quiere el hombre saber
si existe el espíritu del mal,
donde haya un Elegido,
que siga su caminar.

Y verá cómo lo tratan
y los golpes que le dan.

Pocos, muy pocos,
defienden el Lugar.

Ahora piensa despacio:

“¡Si el consejo que me da
es que yo viva la vida
pensando en el Más Allá!”.

“¡Pensando que soy cerilla,
que mi vida antes se puede apagar
que el durar de una cerilla!”.

Estas son las Enseñanzas que te da
el que Dios hace que viva
Vida de Gloria sin cuerpo.

Porque Aquí,
el cuerpo no tiene vida.

Si no tienes esta Enseñanza,
jamás puedes comprenderlo.

El espíritu presenta
de varias maneras al cuerpo.

Y si no entiendes acción,
no sabes cómo es por dentro.

Este Arrobo ha hecho escenas
como si viviera cuerpo.

Que sirve para conocer,
el mal o el bien,
el Instrumento.


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Libro 17 - Investigaciones a La Verdad - Tomo II - Pag. 102-103-104-105

martes, 21 de octubre de 2014

Éste lleva la estela y al Prójimo va sellando

En Sueño Profético decían:

El que dice “yo tengo Comunicaciones de Dios” puede mentir, pero el que no acepta también puede equivocarse.

El que no acepta tiene más ventajas para saber si es verdad (si quiere saber Verdad) que el que miente. El que miente, si lo sigues, pronto verás que Dios lo descubre, porque su acción no es igual a las palabras que dice, y será cobarde ante un examen que le hicieran de esta Gloria. Su fingir se iría acortando y no podría sellar su decir en el Prójimo por ser el Sello que Dios mandó con sus Discípulos.

Dijo uno:

Todos en los que Dios se comunique, tienen que vivir en el Prójimo para tener contacto con Dios en Comunicación y en Acción. Dios que manda Aquí, en el Cielo, y Dios que espera ahí, en la Tierra, pero todo está unido a Dios.

El que Aquí no es mandado para que ahí cuente y diga no puede actuar siempre igual, con el mismo Amor, con la misma fuerza y con la misma Paz que para el que quiera deja, porque de Aquí la lleva ya.

El que no quiere aceptar, si quiere, Verdad le llega. Y cuando se ponga a hablar, en vez de desmentir, que diga: “No quiero saber Verdad, y a sabiendas es Verdad. Yo digo Esto es mentira sin Evangelios mirar”.


Desperté, oí:

Tiene más en contra de Dios el que no acepta que el que dice mentira.

El que no acepta sin investigar y cerrando los ojos poco interés demuestra, y puede que pierda la Gloria por su falta de interés de que le hablen de esta Gloria.

El que quisiera decir mandatos, sin ser mandatos, como no era de Dios pronto acabó tapado, y no le importa perder la Gloria si es del Infierno mandado.

El que Dios trae a su Reino y le manda que lleve algún Mandato del Cielo, éste lleva la estela y al Prójimo va sellando.


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Libro 65 - Dios Habla al No Quiero del Hombre - Tomo V

lunes, 20 de octubre de 2014

Ojos abiertos

En Sueño Profético decían:

El ciego puede ver lo que no ve el que vista tiene.

Hay cosas tan verdaderas, que la vista no hace falta.

Comparemos una de ellas:

Para amar a Dios del Cielo,
los ojos cierras primero.

Si quieres saber por saber,
ver por ver,
e investigar por investigar,
ten por seguro
que vista y saber
no te sirven para “na”.

El ciego puede ver
lo que tú con vista no ves.

El ciego, con su palito,
puede el peligro ver,
que tú teniendo vista,
caíste más de una vez.

El ciego puede ver
lo que tú con vista no ves.

El ciego ya ve la Gloria,
¿“pa” qué más vista tener?

Decía un ciego ya santo,
que si hubiera tenido vista
sin hacer servicio a Dios,
mil veces vivir y ser ciego,
y luego verse con Dios.

¿Para qué quieres la vista,
si no sientes el Amor,
y por más que veas claro,
no ves la Huella de Dios?

Yo, con mis ojos sin ver,
cierro y veo resplandor,
y sé donde Dios elige,
porque éste antes amó
al Prójimo y al humilde,
porque allí estaba Dios.

Yo veía esto sin ver,
por llegar su Resplandor.

Tener vista, ya es un premio,
premio que viene de Dios,
pero ensuciando este premio,
ciego te quedas “pa” Dios.

Desperté, oí:

Este santo, que era santo,
antes de quedarse ciego,
era santo para hablarle
a todo el que él veía viendo.

Porque él veía a aquel
que hablaba de Aquí del Cielo.

Si tienes ojos abiertos
y dices que vista tienes,
¿cómo no ves que Dios habla
en el Lugar que Él quiere?

Hay más ciegos que con vista
la Voz de Dios desconocen.

Pues si dices que no ves,
cuando Dios dice que veas,
no te tengas porque ves,
y a Dios pídele que veas.

Dios, cuando se deja Ver,
da el Ver a la inteligencia,
que le da un Ver tan claro,
que supera la Vivencia.


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Libro 2 - Meditaciones y Palabras Directas con el Padre Eterno - Tomo II - C5

domingo, 19 de octubre de 2014

“Yo creo, pero no creo”

En sueño Profético decían:

El que Dios elige, antes amó. Dios lo premia y el hombre lo maltrata, lo maltrata e insulta a Dios, lo insulta y le pide cuentas. Esta es la reacción del hombre que sabe que existe Dios.

El que en Él no cree, vuelve la espalda y no da palabras. El que Lo ama, bendice el momento en el que oyó Palabras directas en el Instrumento de esta Gloria, confirmó sus ansias de saber qué hacer para tener a Dios contento, y se quitó su pesadilla: el pensar que Dios no habla en estos tiempos que se vive sin Amor, contando y refiriendo lo que a otros les pasó.

Este que ama y que antes amó, pidió que Dios en la Tierra hiciera una Aparición. No la pedía para él, la pedía para el mundo, para achicar los pecados que el que peca no los ve. Éste busca las Palabras que lleva el que Aquí traen, pero no queda en silencio, camina, allí las dice, allí las lleva. Éste, jamás pondrá duda, porque duda con entrega no existe. Ésta es la reacción de devolver Amor a Dios del Cielo, de admitir una creencia en la que tú decías: “yo creo”.

Desperté, oí:

¡Es el hombre el que enmienda
el Amor de Dios del Cielo!

¡Es el hombre el que dice:
“yo creo, pero no creo”!

Ésta es contradicción
que no le va a hombres buenos.

El que cree, antes amó,
y ya acepta lo que Dios hace
con aquel que Él quiere.

Nunca se verá enfadado
por creer que a aquél prefiere.

Él alberga este pensar:
“Dios lo hace porque Él quiere”.

“Algo verá allí mejor,
aunque no lo vean los hombres”.


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Libro 11 - Te Habla el Profeta - Tomo II - C5

sábado, 18 de octubre de 2014

Yo me vestía de novia

En Sueño Profético hablaba Teresa de Ávila. Decía:

¡Qué poco se ocupa el hombre
de saber cómo habla Dios!

¡Qué pocos sienten el ansia
de que les hablen de Dios!

¡Qué pocos buscan su Eco,
para saber cómo es Dios!

Yo, más veces iba diciendo
lo que me estaba pasando,
que ya el que lo sabía,
me llamaba preguntando.

Estudiar sin acaloro
lo que sufre este que habla,
te da un resumen justo,
sin que suenen sus palabras.

Esto lo dicta Teresa,
que es la misma que hablaba
en el Sueño sin materia,
porque Dios es el que manda.

A mí me dieron sufrir
para que no hablara y callara,
pero yo oía el decir,
y mis palabras sonaban
con ese Eco de Aquí,
que resuena donde Él habla,
y ya no me importaba a mí
que nadie me preguntara.

Yo me vestía de novia
cada vez que Dios me hablaba.
Yo me vestía de novia
porque el Amado esperaba,
que antes Lo esperaba yo,
cuando en éxtasis me dejaba.

Yo llamo vestir de novia
al estar enamorada
de este Amor que no comprende
aquel que el Amor lo tasa
con el amor de la Tierra,
que es corto y pronto pasa.

El Amor que es puro Amor,
este Amor nunca se acaba.
Cuando se termina ahí,
Aquí en la Gloria se agranda.

Desperté, oí:

Yo me vestía de novia
porque mi Dios me esperaba.

Yo me vestía de novia
porque a Él tan sólo amaba.

Esta vestimenta era
la vestimenta del alma.

¡Ay traje que me ponía,
que todos podían ver!

¡Ay traje que me servía
para hacerme padecer.

Este traje es de novia
del Espíritu de Dios.

Este traje, el que lo use,
se ve en la Gloria con Dios.

Este traje es de Amor,
de Pureza y Confianza.

Este traje se lo pone
aquel que mucho a Dios ama.

Amando mucho a este Dios,
te puedes vestir de novia
con el traje del Amor.

TERESA DE ÁVILA


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Libro 12 - Dios Comunica y Da Nombres - Tomo II - C5

viernes, 17 de octubre de 2014

La Tierra es el enemigo del Cielo

En Sueño Profético decían:

Dios da para el espíritu y para el cuerpo. Y el bien que Él da, ya sirve para lo Eterno.

Pero cuesta grande trabajo llegar esto a comprenderlo.

Todo lo que hagas por Dios, Él te dobla el bien que has hecho. Que este bien puede ser al espíritu o a mantener el cuerpo.

Dijo un espíritu con Mando de Dios:

Si el Elegido manda y exige, no manda y exige él. En este mandar y exigir, ya pone su sufrimiento.

Sufrimiento que debería quitarle a muchos el sueño. Sufrimiento que, si piensas, es para dar fruto a otro; es querer que sepa el mundo lo que Dios dice en el Cielo; es querer que no se pierda ningún espíritu que tenga cuerpo; es querer de avaricia, para acarrear al Cielo; es un querer no comprendido como no te desprendas del suelo, como no veas que la Tierra es el enemigo del Cielo, presentando cosas falsas, nunca con deseo de querer saber del Cielo.
 

Desperté, oí:

La Tierra le da importancia
a aquello que dice el hombre:
“esto, hoy, no hay quien lo haga”.

Porque aquél que lo hizo,
de su cuerpo ya no hay nada.

Y si no hay cuerpo,
entonces le da importancia.

Pero que esta importancia,
de la Tierra no pasa.

La importancia hay que darla
a aquello que no se acaba.

Al que ahí hizo el bien
con el Mando que Dios manda.

Y Aquí Dios le sigue mandando
para que siga Enseñanza.

La enseñanza de la Tierra,
el hombre la abraza, la reverencia
y la paga a grande precio.

En la Enseñanza del Cielo,
el hombre hace sufrir
y la paga con desprecio.


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Libro 20 - La Palabra del Creador - Tomo II - C7

jueves, 16 de octubre de 2014

Si Dios habla, es normal

En Sueño Profético decían:

Lo normal es normal por la normalidad que tiene. No hay cosa normal, que haciendo su actuación, normalidad se esconda. Todo lo que el hombre haga normal, se avala solo.

Apareció una mujer amamantando a un niño, tan normal, que dijo el que explicando estaba: “¿a quién le extrañaría esta escena de esta madre enamorada de su hijo? Y sin verle una falta, ángel del Cielo le dice, y fijo que Dios no se enfada. Porque no se enfada Dios por lo normal que le habla. Cien veces que la observarás, la verías siempre mirándolo, y por ninguno lo cambia. No tendrías que preguntarle si es hijo de sus entrañas. Esta pregunta haría, sus ojos llenos de lágrimas. Y un marido enamorado de una mujer muy santa, que con su Amor a la Gloria, los pecadores quitara, ¿no sería esto normal, que este hombre la amara? Que no amaba a la mujer, que amaba al que ella amaba. ¿Quién aquí preguntaría: “tú a tu mujer la amas”? Viendo esto tan normal, la pregunta no hace falta.

Aquí cuento yo una estampa que yo y otro observamos un día cuando íbamos por el campo:

Iban unos zagalillos
con unas cabras pastando,
también un hombre con ellos.

Pues a los tres los observamos,
y normal fueron pasando.

Los zagalillos corrían
como pájaros volando,
hasta hacían canturreo
con el aire de sus brazos.

Las cabras,
con su cabeza por el suelo,
y su hocico rebuscando,
mientras el cabrero, lento,
su vara iba pelando.
Las cortezas de la vara,
sus lentos pasos pisando.

¡Qué normalidad hacía
esta estampa en el sembrado!

Desperté, oí:

A todo lo que es normal,
normal tienes que nombrarlo.

Esto no sería normal:
si al cabrero ves saltando,
las cabras sin hocicar,
y los chiquillos llorando
sin fuerzas para jugar.

Estudia lo que es normal,
y verás normal hablando
a Dios en cualquier lugar,
que ya no verás normal
a la persona actuando.

Es normal lo que es normal,
porque Dios está actuando.

Si Dios habla, es normal.

Lo que no es normal
es que el hombre dude
después de llamar.


***

Libro 14 - Dios Manda en su Gloria que Enseñen - Tomo II - C1

miércoles, 15 de octubre de 2014

Dios: Amor, Libertad y Perdón

En Sueño Profético decían:

Creer en Dios y pensar en la muerte, te retira de muchas cosas que ibas a hacer, y este pensar te detiene.

No puedes pensar en Dios, diciendo: “¿por qué esto consiente?”. Porque si esto lo piensas es porque no tienes presente lo que a Él Le hizo el hombre y Él se lo permitió. Se lo permitió y se lo sigue permitiendo, porque el Permitir de Dios es porque sólo hay un Dios, una Gloria y un Infierno; una vida corta para el cuerpo y una eterna para el espíritu.

Dios deja la Libertad para que en esa vida breve el hombre piense dónde, después, vivir quiere. Menos los niños, que si no llegan a hombres, ellos a la Gloria vuelven. Por eso, Dios Hombre dejó dicho que el hombre se hiciera hombre sin dejar de ser niño; que no viviera maldad, como les pasa a los niños; que practicaran el Amor al Prójimo, y ya tendrían sitio en su Reino. Al que Lo quiere, no se lo niega. Pero no obliga a que su Reino quieran.

Desperté, oí:

Dios: Amor, Libertad y Perdón.

¡Qué hermoso el que,
de estas tres cosas,
dos desprecie y una coja!

No es que desprecie el Perdón.
¡Pero qué alegría más grande
el que nunca ofendió
a sabiendas de que a Dios
sufrir podía llegarle!

Muchos vivieron pecado
hasta que Perdón pidieron
y ya se convirtieron en santos.

La Libertad es la que te empuja
a que te olvides de Dios.

Te pone escenas y estampas
que te llevan a la distracción,
haciendo lo que Dios no manda.

Todo es, el pensar poco
que esa vida es corta.
Pero si no amas a Dios,
se hará larga y pesada.

Es el Amor puesto Aquí
el que te hace pensar
que, sin Dios,
no puedes llevar la carga.


***

Libro 18 - Dios No Quiere, Permite - Tomo III - C1

martes, 14 de octubre de 2014

“Tú entras, y tú no pasas”

En Sueño Profético contaban un Hecho de gran Enseñanza que el Maestro hizo en casa de unos de alto relieve. Éstos, sí hacían lo que el Maestro mandaba, pero unos de los amigos de estos dueños no estaban muy de acuerdo con los que buscaban al Maestro y habían sido grandes pecadores, ni con los que iban con aspecto humilde por sus vestimentas. Allí se juntaron para oír al Maestro. Pero el Maestro sabía que en la calle habían quedado los que darían todo a cambio de que el Maestro les mandara algo para ellos decir: “vamos cumpliendo su Mando”, como oían a sus Discípulos.

Pues fue llegar a la casa y les negaron la entrada, diciendo que ya salía el Maestro. Esto lo dijeron a sabiendas de que tardaría más de una hora, por corta que fuera su Enseñanza.

Sabiendo el Maestro todo, tarda aún más, para dar mejor luego en la calle, la Enseñanza a los que esperaban fuera. Les hace sentir Amor con llamas, y a más tardar en salir, más ruegos hacen al Padre. Unos, en pedir Perdón y dar gracias al Padre porque el dueño de la casa los dejó esperar sabiendo que habían sido grandes pecadores. Y los pobres de ropas daban gracias a Dios porque aquellos que llevaban telas de seda, tuvieron grande diálogo con ellos y les ofrecieron sus casas para socorrerlos en sus necesidades. Ya se oyó abrir aquellas grandes puertas y la Presencia del Maestro.

Sigue el Dictado el mismo que vivió el Hecho:

Quedamos avergonzados todos los que íbamos saliendo, cuando vimos aquella gente tan humilde, y un contento que sus cabezas quedaron a la altura de nuestros codos por estar todos de rodillas. Se paró el Maestro y les hizo que se pusieran de pie para Él hablar. Éstas fueron las primeras Palabras:

“Seguidme, como vosotros habéis elegido. Éstos que están antes que vosotros, que sigan antes a mi lado. Y vosotros quedad atrás, como estáis saliendo. Si lo hubierais hecho como agrada a mi Padre, los hubieseis entrado y les hubieseis dado el mejor sitio, y vosotros os hubierais quedado los últimos, y ahora estarías los primeros. Nadie puede juzgar al hombre ni darle el perdón obligando a mi Padre, porque Mi Padre y Yo, somos un solo Dios para juzgar y perdonar”.

Desperté, oí:

Si estudias esta Enseñanza,
ves a Dios más Dios todavía.

Si estudias al que pecó,
al humilde y al que bueno se creía,
no puedes el dar razón.

Porque Dios es enseñar
a que quites del pecado,
y que comida y ropa
le des al necesitado.

Perdón Le pidió al Maestro
el que les negó la entrada
a pecadores y mal puestos.

Mal puestos de ropas viejas,
pero espíritus contentos.

La alegría se la daba,
sin saber ir los primeros.

¡Buena Enseñanza recoge el dueño,
por permitir a uno que a Dios no ama,
que se pusiera en la puerta:
tú entras, y tú no pasas!


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Libro 13 - Hechos de Jesús Perdidos, Hoy Dictados en Gloria - Tomo II - C6

lunes, 13 de octubre de 2014

Tu tiempo sea para que oigan esta Enseñanza

En Sueño Profético decían:

Hoy va la Enseñanza para el Portavoz y para que quede escrito el Mando que Dios da en su Reino.

Si otro recibiera Enseñanza como tú, en espíritu, que es la máxima, oye y conversa. Y ya, en un acuerdo con este Mando que Dios diera, unidse, porque es la misma Fuerza.

Pero del que habla de los libros o de lo que otro hombre hubiera enseñado, aparta palabras y habla lo que Aquí te dan, que no es de libros ni dicho de otro hombre, que es dicho por el mismo Dios.

Tu tiempo sea para que oigan esta Enseñanza y para buscar al pecador, que esto fue lo que Dios hizo cuando pisó la Tierra.

Dios no se hizo Hombre para oír lo que otros dioses dijeran, una vez que sólo hay un Dios y Ése era Él: el mismo que hoy hay en el Cielo y en la Tierra.

Dijo uno:

Poco hay que aclarar para el que aclaración quiera. Que, ¿cómo ir los Discípulos con el Mando del Maestro y oír otras palabras que quitan y ponen a su Enseñanza?

Esto es guardar oro falso y tirar el auténtico; no estar seguro del brillante y no intentar venderlo por no saber el valor y el alto precio, y aceptar lo que te ofrecieran. En cambio, el que está seguro de que es un buen brillante, no admiten que le den precio.

Pues, ¿cómo a un espíritu le van a enseñar en Gloria para que enseñen sus Libros, y va a oír enseñanza que quitó lo que Dios dijo, lo que quedó para la eternidad de los siglos, siglos y siglos, amén?   

Desperté, oí:

Tu tiempo sea para que oigan estas Palabras.

Pero no para oír al que de Dios quiera hablarte con la reforma que el hombre le ha dado por falta de estar seguro de esta Existencia.

El gran teólogo, si ama a Dios, debe coger el tiempo para oírte a ti, no para que tú oigas al teólogo.

Una vez que Teología es Dios, Lenguaje de Dios para el hombre.

Pues, ¿qué teólogo puede enseñar a un espíritu que tiene arrobo a diario e Iluminación constante?

El que no comprenda este Dictado, toma aposento en él la vanidad.

¿Quién le va a hablar, al pez, del agua?

¿Ni al que haya pasado el desierto, de la sed?

Hay cosas con tanto ajuste, que ajuste no podría ser el querer poner en lo que no da la vuelta, porque quedó en una pieza lo que ajustó antes que esté viniera.

Diciendo: “Dios me lo ha dicho” di amén y lee los Libros.


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Libro 17 - Investigaciones a La Verdad - Tomo II - C3

domingo, 12 de octubre de 2014

Preocupación de Dios, preocupación del hombre

En Sueño Profético hablaban y a todas las palabras le ponían comparación, o sea, hechos del espíritu con hechos de la carne.

Y uno dijo:

Este Mensaje se puede titular “Preocupación de Dios, preocupación del hombre”. La preocupación de Dios, el espíritu; la preocupación del hombre, la carne. Sufrimiento de Dios, la desobediencia (teniendo el Poder infinito); sufrimiento del hombre, no poder hacer más fuerte la violencia.

El hombre no vive para servirse de la carne, el hombre vive para ir detrás de ella. Para ser servidor de grados muy por debajo del espíritu, general que deja que mal le obedezca el soldado porque su mando él desconoce.

¿Cuántos hombres tienen veinte años y no saben las Leyes de Dios por falta de no haberlas enseñado o por no hablar de ellas? No hay ningún hombre que tenga veinte años y no sepa que tiene que presentarse al servicio de la patria, como el hombre tiene mandado. Ya puedes tener un hijo sólo que siempre estuviste cuidando, pero tu mismo le dices “tú tienes que ser soldado”, con qué respeto le hablas, sin gritos y sin escándalo. Desde bien chiquillo ya haces que vaya pensando para que vea normal la enseñanza que le has dado “no robes, que los guardias lo ven todo y te meten en la cárcel”.

Todos quieren ser talentos temporales. A veces, sin terminar aquello que creen tan grande, reciben la Luz del Cielo para que cambien caminos, porque aquellos no sirvieron. Si se hizo abogado sufría perdiendo pleitos y si quería ganarlos estaba en contra del Cielo.

Estas son las enseñanzas que al hombre tienen sin sueño.

Desperté, oí:

En todas estas enseñanzas no se enseña la de Dios.

El hombre nace y muere oyendo: “Quiero que sea grande talento, voy a dejarle tal o cual herencia”.

“Cuando sea mayor quiero que sea...”, ya están hablando en la cuna nombres de algunas carreras.

Pero Dios oye sufrir, porque su Nombre no lo nombran.

Al espíritu lo dejan abandonado y sin ropa. Que la ropa es la Enseñanza de que no olvide la Gloria para que pueda volver, al siglo o a la hora.

Al siglo es él el responsable y a la hora son los padres si no pensaron en la Gloria.

Que aunque aquí tenga el retorno quedan los padres en deuda.

Este Mensaje su nombre es “Preocupación de Dios, preocupación del hombre”.

Preocupación de Dios: el espíritu.

Preocupación del hombre: la carne.

Afina inteligencia y valora lo que vale.


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Libro 65 - Dios Habla al No Quiero del Hombre - Tomo V - Pag. 22-23-24-25

sábado, 11 de octubre de 2014

Si sabes amar, no sabes pecar

En Sueño Profético decían:

Si sabes amar, no sabes pecar. Y si ya has pecado, poco has amado. Y si ya no pecas más, es cuando amas de verdad.

Dijo uno:

Tú, Agustín, siempre hablas del pecado con ganas de quitar a más y más de pecar, y de que pudieran hacer daño a espíritus que ahí viven sin querer hacer pecados.

Este fue siempre mi afán,
el decir: Señor, no peco más,
y te prometo silencio
al tener que contestar,
cuando digan: Tú Agustín,
¿por santo quieres pasar?,
¿ya no recuerdas las veces
que has pecado
sin tener por qué pecar?

¡No me vengas con palabras
que risa me puedan dar!
Pues, pregúntale a las madres,
si podrían aguantar
lo que Mónica ha sufrido
por tanto a su hijo amar!

Esto lo decían al paso,
cuando yo iba a pasar,
y me aguantaba palabras
que podía contestar,
pero ya había prometido
silencio y no pecar más,
y dedicaba el silencio
para esta Gloria alabar.

¿Tú sabes lo que es pecar
y dejar ya de pecar,
y saber que Dios te tiene
en su Gran Intimidad?

Porque Aquí no tienes duda
cuando Lo oyes hablar,
y notas que tienes cuerpo,
pero tú allí no estás.

Esto es lo más difícil:
si tuviera que contar
que con cuerpo o sin cuerpo
Aquí vienes y ahí vas.

Desperté, oí:

Yo no podía olvidar
que fui grande pecador
y a Dios llamé de verdad.

Fui pecador y no amé
a este Dios que amo tanto,
que antes me amaba Él.

Tuve Perdón antes que Gloria,
pues la Gloria no pedía
porque a Él dentro tenía.

Si la Gloria no me da,
no Lo dejo yo de amar.

AGUSTÍN DE MÓNICA


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Libro 1 - Meditaciones y Palabras Directas con El Padre Eterno - Tomo I - C8

viernes, 10 de octubre de 2014

El día pensar

En Sueño Profético hacían preguntas y contestaban respuestas:

¿Quién diría con seguridad: “mi carne nunca será muerta”?

En cambio, sí es seguro pensar y afirmar en la Vida del espíritu, que no es sólo que nunca muere, sino que jamás se pondrá enfermo.

Uno contesta:

La Vida de tu espíritu la fortalecen hechos con Amor, con los que tú a tu espíritu lo alimentas, y cada vez notarás más fuerza. El cansancio de tu carne, muchas veces es producido por el espíritu, y muchas veces te atormenta, te atormenta en la amenaza del matarte tu materia. Hay quien cree que la carne le hace falta al espíritu para que el espíritu viva. Aquí doy la respuesta:

El espíritu que es de Dios no necesita materia; la materia es la que debe ir siempre obedeciendo al espíritu, por mandar espíritu en materia, y ya vive esta carne sin peso para todo lo de la Tierra.

Seguían preguntando y no pillaba respuesta, y las preguntas que hacían, muy pocos hay que las entiendan.

¡Tiene el hombre tan lejos, tan lejos el día que a todos llega...! Y sabiéndolo el hombre, nunca este día esperan. Si lo esperara, sería siempre como el centinela, que no abandona la puerta porque el capitán espera.

Desperté, oí:

Es justo este comparar,
si el hombre el día esperara
de la Tierra abandonar.

Imitaría al centinela,
apartándose del sueño
y de sus pasos parar.

El que espíritu prefiere,
el día lo piensa ya.

Lo piensa sin acordarse,
porque nada hace mal,
y su contacto en el bien,
el día le hace olvidar.

Es un olvido de Amor
el no tener que pensar
en el día que Dios diga:
“este día llegó ya”.

El que a Dios no obedece,
debe el día pensar.


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Libro 11 - Te Habla el Profeta - Tomo II - Pag. 59-60-61

jueves, 9 de octubre de 2014

Si practicas el bien, el bien escolta te hará

En Sueño Profético decían:

Si practicas el bien,
no sabes hacer el mal.
Si practicas el bien,
el bien escolta te hará.

El bien es agradecido,
y buen sitio te pondrá
para que quede bien claro
Dios, Amor y Caridad.

Todo aquel que esto viva,
se quedarán muy atrás
las palabras del que quiera
decir mentira a verdad,
porque lo que se ha nombrado
es puro Mando actuar,
es pura Doctrina Cristiana,
que hablan sin practicar.

Dijo uno:

Decía Teresa de Ávila unas frases con una rima tan bien dada, que aquel que la oía, ya ganas le daban de hacer el bien:

¡Ay Señor, que muera antes
de que no siga tus pasos!
Que en cogiendo otro camino,
por fuerza te haces malo.

Esto, se lo oías a Teresa saliendo de sus labios, y bueno te hacías por fuerza. No se paraba una vez esta mujer, cuando iba por la calle, que no te hablara de Dios. Llevaba siempre un rebose, que pegaba lo Divino. Querías hablar de algo que no fuera su camino, y su Dios iba delante. A mi familia llegaba y ya todos hacían rueda, y varias voces se oían: “¡Teresa, hoy sí te quedas aquí!”. De allí se llevaba siempre para ella repartir. Si el convento le decía “hace falta allá o aquí”, siempre tenía dinero y ayudaba a su sufrir. Decía, que con dinero, más lejos podía ir, más cundiría sus noches, que estando en oración, Dios bajaba de su Cielo, y sin ella puerta abrir, ni en la entrada ni en la ida, oía el techo crujir, y ya desaparecía la Gloria que estaba allí.

Desperté, oí:

Aunque no habla Teresa,
hablan lo que oyeron de ella.

Esta familia tenía
capital de buena herencia,
y siempre estaban dando
a la Santa de Teresa.

Santa, como le decía
el que sabía lo que era.

El que sabía que iba
por calles, por carreteras,
siempre con el mismo fin:
de que a Dios Lo conocieran.

Siempre practicando el bien,
para que Dios no sufriera.

Siempre contando sus éxtasis,
aunque al final loca fuera.

Que era loca para aquel
que en Dios no creía, ni en Gloria.


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Libro 12 - Dios Comunica y Da Nombres - Tomo II - Pag. 208-209-210

miércoles, 8 de octubre de 2014

Este Lugar respira Obediencia al Todopoderoso

En Sueño Profético hablaban del Elegido que Dios coge para enseñar. Decían:

Palabras y reacciones son de Aquí. Si así no fuera, triunfarían los espíritus del mal, que están siempre persiguiendo a este Lugar que Dios coge, para romper Enseñanza.

Este Lugar respira Obediencia al Todopoderoso, que habita en el Cielo y tiene su Presencia en la Tierra.

El que más dudas aquí ponga, menos cree en esta Gloria.

Los espíritus que Aquí no están con Dios, que ahí tuvieron cuerpo, persiguen estas Palabras.

Y los que aún tienen cuerpo, pero que Aquí no vienen, serían capaces de hacer lo que no pueden, para dar silencio a las Palabras que hoy Dios manda del Cielo a la Tierra.

Dios, Poder único, coge fruto donde no hay siembra.

Dios hace que al camello no se vea y que veas a la hormiga que anda por la pradera.

Dios, que entrega Sabiduría donde sabe que allí no queda y que dicen: “no es mía”.

Dios, que deja al descubierto lo que el hombre cree que entierra.

Dios, que a su Mando sale el espíritu del cuerpo y el cuerpo a la Vida espera.

Dios, que el hombre, si quiere, Lo ve en todo lo que él no llega: en la Fuerza de su Mando, en la altura que mantienen las estrellas, en las nubes cuando bajan a beber para después echar el agua a la Tierra.

Desperté, oí:

No ha nombrado nada el Cielo
de tanto de lo que para comparar tiene
que el hombre no puede llegar.

Ni puede, ni obedece el Cielo
al grito necio que a veces da el hombre.

Pide la muerte sin Dios,
y ya pide el Infierno,
que es el sitio al que su espíritu sirvió.

Hablaban de las nubes:
Naturaleza con fuerza.

Comparaban el agua:
lágrimas que nubes echan,
que en defensa de su Dios
cambian agua por piedra.

Y esto sería poco caer
del Cielo a la Tierra.

Donde está el Mando de todo,
por ser Dios con Palabra “Naturaleza”.


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Libro 20 - La Palabra del Creador - Tomo II - C6

martes, 7 de octubre de 2014

La tristeza acaba con la persona

En Sueño Profético hablaban de las dos vidas: temporal y Eterna. Hablaban de la cultura, de la Paz, de la tristeza. Decían:

La tristeza necesita la Paz. Pero la Paz no quiere la tristeza. La tristeza es polilla que entra en buena madera, que si no la matas, ella acaba con la madera por buena que sea.

La tristeza acaba con la persona, hasta dejarla como madeja que mojas. La tristeza y la maldad quieren que desconfíes de esta Gloria.

El sufrimiento con Paz, el que lo viva se nota que éstas son asignaturas de cultura de la Gloria.

Dijo uno:

No hay día que sea más largo que un día con tristeza, dejándole al día entero que te presente escenas, casi siempre de mal gusto, para aumentar la tristeza.

La tristeza no resiste al que a Dios vive de cerca. Pero, ¡qué pocos destacan la pena y la tristeza!

De pena no se muere nadie, si a Dios buscas en tu pena. Si la pena está en la Tierra, Él te manda fortaleza. Y si en la Tierra no está, es que Dios está con ella. Y no es pena, llámale conformidad de un tiempo que se ha cumplido de este paso por la Tierra.

Desperté, oí:

Estudia esta asignatura:
“que la tristeza no es de Dios”,
y la Paz se te retira.

En cambio, el sufrimiento,
poniendo a Dios delante,
te trae a tu memoria
todo lo que a Dios Le hicieron.

Sufre echando la tristeza,
y más vives este Cielo.

Y ya, Él te irá mandado alegría,
que son fuerzas al sufrimiento.

La tristeza quita a Dios
de que viva en tu pensamiento.


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Libro 19 - Dios Manda en su Gloria que Enseñen - Tomo III - C7

lunes, 6 de octubre de 2014

Aprende a servir a Dios dejando sacrificio a un lado

En Sueño Profético hablaban del hombre para el hombre, y del hombre no para Dios:

El hombre a Dios no Le da nada, y si Le da algo, siempre es con cambio o diciéndole: “Yo ya Te he hecho bastante”.

El hombre le lleva la cuenta a Dios de lo mal que el hombre hace, que el mismo hombre es culpable, pero no Le dice a Dios:

Señor, yo quiero que Tú me mandes
como a la lluvia y al Sol,
sin que caso yo haga a nadie.

Señor, si tu Mando me faltara,
despreciaría mi carne.

No quiero ser esclavo tuyo,
ni sacrificado notarme;
quiero tener Libertad,
y seguirte por amarte.

Si el sacrificio llegara
a mi espíritu y a mi carne,
mándame la muerte pronto,
por no servir para amarte.

Y luego dame el castigo,
sin que eterno sea apartarme.

Y si fuera merecido tu castigo,
yo acepto, Señor,
lo que Tú mandes.

Desperté, oí:

Aprende a servir a Dios
despreciando ser esclavo.

Aprende a servir a Dios
dejando sacrificio a un lado.

¡Cómo te hacen pensar en la Gloria,
para que pienses,
que si te haces esclavo,
haces Mando sin Amarlo!

Y ya, si el sacrificio lo vives
haciendo sacrificio a Dios,
serás preso con condena.

Contando el día y la hora
para abandonar prisión.

El Amor a Dios, tú exiges
que el Mando sea mayor.

Porque a mayor Mando,
más cerca estás de Dios.  

El hombre le sirve al hombre
por recibir unas monedas
o por ser un personaje en la Tierra.

Y se olvida
del servicio de este Cielo.

Que la moneda que paga
es vivienda
en el Reino de los Cielos.

Y te ofrece la Amistad,
Dios Único, Omnipotente,
en la Tierra y en el Cielo.

¡Qué alegría el que sienta su Mandar,
y lo haga contento, pisando la Libertad!

Éste no se dice esclavo,
porque se cree pecar.


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Libro 16 - Dios No Quiere, Permite - Tomo II - C3

domingo, 5 de octubre de 2014

Hay quien enseña de Dios, cambiando lo que es de Dios

En Sueño Profético decían:

Hay quien cree que el Instrumento que Dios utiliza para comunicarse al hombre, tiene que recibir martirios como certificado de que lo que dice es Verdad.

Hay quien enseña de Dios, cambiando lo que es de Dios.

Hay quien habla de la Vida de Dios Hombre como cosa que pasó, que el transcurso de los años borró todo lo que pasó.

Hay quien da porque a eso vino, los azotes y la cruz.

Dijo otro:

Yo estaría numerando hechos que vi del mal trato a Dios Hombre para saber si era Dios, que sería una cifra elevada. Pues todo el que Lo amaba, ninguno de acuerdo estaba. ¿Cómo tú, a un ser que quieres, puedes clavarle espinas para que una verdad desmienta? ¡Si se veía que era Dios antes que Él lo dijera! ¡Si se veía su Rostro, de Dios Padre, de Dios Hijo y de Dios que lleva penas! Se veía que era Dios porque el hombre no Lo quería. Él cambiaba el no quererlo, por dejarles Libertad, para recordarles que: “Si aquí no Me amáis, Allí no Me veréis. Si mi Crucifixión hacéis, Yo lo permito, mi Padre juzga, y quedaréis condenados. El que rompa mi Carne, muere para mi Padre. Yo he venido a salvar pecadores, a ofrecerles mi Reino, a que os améis como Yo os amo, a dejaros mi Paz, a que todos sean una misma familia y un solo Dios, a enseñaros a vivir sin pecado, a que busquéis al Prójimo, porque allí espero Yo. A esto es mi Venida de Cielos a Tierra.

Desperté, oí:

Para saber si era Dios, lo sabías si tú amabas.

Para decir que era Dios, el Perdón lo demostraba.

Lo demostraba el Perdón y el Amor que ya nos daba.

Dios no vino para que el hombre le diera muerte de Cruz.

El hombre, después de hacerlo, hace su justificación diciendo: “está bien hecho”.

Porque el hombre, para saber si era el Dios de Verdad, tiene que matar su Carne, y luego Él lo dirá cuando la fosa levante.

Si supieras lo que es Dios, sabrías a lo que vino, sabrías quién Lo mandó, y sabrías que dar martirio no está en las Reglas de Dios.

Habla siempre, que Dios vino para salvar al pecador.

Que dice mal en el cristiano, que Dios martirio pidió.


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Libro 10 - Hechos de Jesús Perdidos, Hoy Dictados en Gloria - Tomo I - Pag. 166-167-168

sábado, 4 de octubre de 2014

Juzgué sin saber juzgar

En Sueño Profético decían:

Si quieres saber verdad,
desafía a la mentira
persiguiendo a la verdad,
y cuando veas verdad,
entonces dirás:
“¡Dios mío,
juzgué sin saber juzgar!”.

Dijo uno:

En la verdad del Elegido,
si éste es para enseñar,
le verás medir el peso,
y el peso siempre será el pesar
acarreando al hombre a no pecar,
predicando con el ejemplo
de que a Dios tienes que amar
por encima de los techos
que a veces el sufrir pondrá.

A más sea tu sufrir,
tú agranda más el amar,
que el sufrir se irá achicando
porque le puede el amar.

Deberían ponerle marco
a las Palabras que en Gloria
dictan para enseñar.

Y alfombra de plumas
por donde el Elegido pisa,
para que más durara su caminar.

Si tomaran su consejo
como sediento que bebe agua,
pocos sedientos habría
sin beber estas Palabras,
y todos comprenderían
la razón del que aquí habla.

Es acarrear al rebaño
no devolver la palabra
si te la dio con insulto;
recordar estas Palabras:
“Si no he hecho mal,
¿por qué Me ofendes?
Y si he hecho mal,
demuéstramelo”.


Si todos los hombres amaran,
ésta sería su reacción:
copiar de la Palabra de Dios;
copiar y practicar
su intocable Evangelio.

Desperté, oí:

¡Qué empiezo del Mensaje,
el juzgar al Elegido!

Pues si lo sigues,
le ves el pesar,
siempre el mismo.

Puede que se exceda más, a veces,
en el que no es merecido.

Pero volvemos atrás,
y ya ves lo comprendido.

Si lees los Evangelios,
verás que Dios deja al sano
y va buscando al enfermo.

Nace pobre
para dar el buen ejemplo.

Que Él no prefiere al rico,
porque rico pudo serlo
el tiempo que de Hombre Lo vieron.

Ni lo prefiere ni lo desprecia.

Quiere que sirva de árbol
dando cobijo al que llega.

Entonces, todos ya cumplen
sus Palabras en la Tierra.


***

Libro 17 - Investigaciones a La Verdad - Tomo II - C2

viernes, 3 de octubre de 2014

El sí de Dios es el calor de las Palabras

En Sueño Profético decían:

Ella lleva la respuesta al mando del hombre y nunca hará lo que el hombre mejor vea si en ella no hay un sí por dentro. Ella da iniciativa que a veces forma escándalo y el sí de Dios por dentro le está alentando, pero en silencio. En tal silencio, que ya salen las palabras con su colocación, ellas ya están preparadas para su momento, para retirar a otras y ellas anclarse.

El sí de Dios es el calor de las Palabras, es el arroparlas y abrocharlas. ¿Cómo el hombre no ve esto cuando el Elegido habla?

¡Hombres necios de la Tierra con cargos de bienes, pero sentidos atrofiados para no ver estos bienes!

¡Hombres que niegan un nada y el Mando de Dios no siguen por creer que ahí se quedan, con sus bienes y su mando!

Dios sigue y atrás ellos se quedan, pero algo notan que ellos mismos se hacen el daño con lo que ellos no quisieron.

Desperté, oí:

Más llano estará el camino cuando tú Servirlo quieras y el hombre Ponerle pinchos.

El sí de adentro te lleva y el sí dejará la huella para que hagan recuerdo del precio de la moneda.

Pero les vendrá el sufrir cuando vean la moneda lejos, aunque la crean cerca.

No hay cosa más recordada, con más silencio y sufrir, que cuando piensas, sin querer, “yo a Dios no serví”.

Con esto ya llevas peso que va tirando de ti, aunque estés suelto y no preso.

Pues si no sigues a Dios Él no hace retroceso.

Ya irá quitando Él los necios impedimentos.

Junco que nace en el río queriendo parar corriente, que ya lleva su destino.


***

Libro 65 - Dios Habla al No Quiero del Hombre - Tomo V - Preámbulo

jueves, 2 de octubre de 2014

Grandísimo su martirio

En Sueño Profético hablaban de los Discípulos. Decían:

Los Discípulos tuvieron grandes satisfacciones cuando vivieron la vida material con el Maestro, pero fue grandísimo su martirio.

Estando hablando esto, se presentaron cuatro y uno dijo:

   –Ya estamos los justos.

Faltaban Juan, Santiago, Pedro y Andrés. Y dijo Pedro:

   –Siempre que los que hayan amen al Maestro, están los justos.

Dijo Santiago:

   –Pedro, cuenta lo que ocurrió viniendo de Judea.

   –¡No me recuerdes el hecho, que bastante mal rato pasamos! –contestó Pedro.

Quedaron todos intrigados, pero Juan y Andrés insistían:

   –¡Cuéntalo, Pedro, para que vean quienes son los samaritanos!

   –Pues veréis: Veníamos un día los cuatro de terrenos de Judea. Habíamos estado predicando, cumpliendo letra por letra lo que el Maestro nos explicó, y habíamos dejado al pueblo eufórico. Nos encontramos con unos cuantos samaritanos y abrieron su boca para faltarle al Maestro. No Lo  conocían a Él, y por si fuera alguno de nosotros, nos atajaron el paso y dos o tres dijeron: ¿Cuál de aquí dice que es Dios? ¿Cuál dice: Yo Soy el Maestro? No lo dejé terminar, y sin poner pies en suelo, no puedo explicaros el bote que di hacia ellos. No sé cómo ellos me verían que a coro contestaron: ¿Es que tú eres judío? No yo soy samario, pero el Hijo del Hombre es judío, y para que Pedro calle tiene que oír sólo alabanzas. ¡Si vosotros os sentarais un día al lado del Maestro, cuando nos da la Palabra para que por allí la llevemos…! Nos vamos de su lado sin gusto y sin contento, pero todos respetamos el Mando de este Maestro.

Desperté, oí:  

Si yo no Amo al Maestro tanto como Él sabía, yo no detengo mis manos al oír que Lo ofendían.

Pero sé, que si sufría al oír insultos a Él, más hubiera sufrido si quejas de Pedro Le llegan también.

Es grande placer el Amar. Peor horrible sufrimiento es callar.


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Libro 1 - Meditaciones y Palabras Directas con el Padre Eterno - Tomo I - C4

miércoles, 1 de octubre de 2014

Pedir a Dios sin pedir

En Sueño Profético hablaban de buscar a Dios por Amor, o de buscarlo para pedirle lo que ya nadie te da. Son dos formas de pedir a Dios. Hay quien pide sin pedir, sabiendo que Dios es Dios, y por mucho que tú Le pidas, en Él no disminuye el dar.

La voz de Teresa se oye ya:

Es que pedir a Dios lo que en la Tierra ya no te dan, no es del agrado de Dios este pedir. Hay quien mientras el hombre le va saliendo al encuentro de su pedir, no pide a Dios del Cielo. A mí me extraña este pedir. Voy a aclarar la palabra de “pedir a Dios sin pedir”:

Esto es pedir diciendo:
Señor, ¿yo qué te voy a pedir
que Tú no sepas
lo que yo te iba a pedir?

Tú al hombre se lo das,
y el hombre me lo da a mí,
y ya depende del hombre,
y Dios te da sin pedir,
pero tienes que tener
siempre, siempre este pedir.

Yo era mi pedir a Dios
tan constante en el pedir,
que nunca moví mis labios
para pedirle que me hiciera
lo que el hombre ya imposible
le era el poder darlo.

Tiene que ser doble pena
dejar a Dios en olvido
hasta que sufrir te llega.

Tiene que ser doble pena
el no amar al que da todo.

Tiene que sentir vergüenza
el que llame a Dios del Cielo
cuando el hombre lo encarcela.

Desperté, oí:

Yo me extrañaba de aquel
que en el mal a Dios llamaba.

Yo me extrañaba del vivir,
a Dios siempre dándole la espalda.

Y cuando el hombre desprecia,
intenta darle la cara.

Aquí no existe Amor,
de ese Amor que sin palabras
Dios sabe que tú Le pides,
un pedir sin hacer falta.

Un pedir que no hace falta,
pero sin poder vivir
sin sentir este Sentir,
que da Paz y Confianza.

El que viva sin pedir
porque nada le haga falta,
que no le diga vivir.

Yo creo que el grande Amor
es un vivir sin palabras,
pidiendo a Dios que te dé,
y luego no pides nada.

¡Ay Señor, qué diría yo
que pidieran sin palabras!

TERESA DE ÁVILA


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Libro 11 - Te Habla El Profeta - Tomo II - Pag. 110-111