martes, 30 de junio de 2015

Repetir el Amor

En Sueño Profético hablaban de Teresa de Ávila. Decían:

Era su Amor tan grande, que el oírla hablar de Dios hacía que tú también amaras. Su Amor a Dios rebasaba las contras que le vinieran, contras que el hombre ponía por no querer que eso fuera.

Ya salió hablando Teresa:

Eso tenía que ser aunque el hombre no quisiera. ¿Qué poder tiene ahí el hombre para que deje en vía muerta los Mensajes que Dios dicta para que el hombre ahí aprenda? Aprenda tan sólo a amar, que esto es lo que te lleva a que conozcas la Gloria cuando aún tienes materia.

Un día, yo dije a una que al acecho siempre estaba cuando me veía en la calle con mi vida ya trazada. Esto fue lo que ella dijo:
      
   ―Teresa, yo que te veo un poco ya preocupada… ¿Ya no tienes los éxtasis que en aquel tiempo contabas?

Esto no lo dijo ella, esto fueron unas palabras que salieron del mal espíritu que ella en su cuerpo guardaba. Gente había delante, y soltaron carcajadas. Pues aquí va mi respuesta:

   ―Yo te podría contestar, pero mis contestaciones son para el que sabe amar, amar a este Dios del Cielo, que Lo clavan en la Cruz, cada día amaneciendo.

Desperté, oí:


¡Daba pena contestar
palabras nombrando a Dios,
a personas que tomaban
a risa lo de este Dios!

Yo tenía para contestar
a montones las palabras,
porque le decía a mi Dios
que Palabras me mandara.

Pero yo, algunas veces,
las Palabras me guardaba.

Daba pena que dijeran
palabras que me ensuciaran
las que mi Dios me decía
para que yo administrara.

Se veía que no amaba,
en la pregunta que hizo:
¿que si Dios ya no me hablaba?

¡Si Dios habla al que Lo ama,
y yo amaba con locura…!
¡Si antes de que me hablara,
yo pedía mi sepultura,
por si algún día le faltaba
a este Amor con locura,
locura que me mataba!

Si otra vez pudiera estar
con materia ahí en la Tierra,
vuelvo a repetir este Amor,
que ahí acaba y Aquí empieza.

TERESA DE ÁVILA


***

Libro 12 - Dios Comunica y Da Nombres - Tomo II - C5

1 comentario:

  1. El Amor no puede estar oculto,y más se pregona cuando callamos ante quien no ama.

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