lunes, 12 de junio de 2017

La alegría del cojo

En Sueño Profético decían:

Retira más el sueño el querer dormir sin tener sueño. Y es más difícil consolar cuando tú tienes gran sufrimiento oculto y no lo quieres presentar. Pero para hacer esto tienes mucho que amar al que, mires para donde mires, te haga pensar: “Allí está Dios, allá y acá. Si yo digo que Lo quiero, tengo que ir consolándolo y mi sufrimiento tenerlo en secreto. Porque Él está a mi lado, y quién podrá saber mejor que Él mis íntimos sufrimientos, que los hace mayores el que no cree que Dios todo lo esté viendo.

Dijo uno:

En mi pueblo había un cojo, que si le hubieran quitado las muletas, habría tenido que poner en el suelo las manos si hubiese querido andar algo. Ya se puede figurar, el que este Mensaje oiga, si era cojo sólo de cojear, porque de éstos hay más, que tienen poca cojera y no se pueden aguantar, y contagian el que a Dios no quieran y Lo culpen de su mal.

Desperté, oí:

Este amigo mío tenía sólo una pierna. Y la que tenía, no tenía dedos, era un muñón de carne y hueso, talón y medio pie.

Pues este hombre le daba alegría y ánimos al que cojo cojeaba, que sí, llevaba bastón, pero se defendía, y las dos piernas y pies tenía.

Al que tenía sufrimientos, él pronto se presentaba y le cortaba los sufrimientos por la forma que los contaba.

Tenía familia ajena, pero familia de hogar no tenía.

Los padres murieron cuando seis años tenía.

Pero tenía una familia que tenía Mando del Cielo.

Y limpio siempre estaba y comida tenía.

Él tiraba de los niños con sus risas y con sus cuentos.

Sabía algo escribir, y también los entretenía con los cuadernos.

Los abuelos de estos niños fueron los que lo recogieron.

Cuando tenía quince años, el tren le dejó el recuerdo.

Pero él vivía feliz pensando en otros sufrimientos.

Iba consolando al cojo, al ciego y al mudo.

Sus palabras de alegría aburrían sufrimientos y ya desaparecían.

Él ponía el suyo chico y dentro a Dios sentía.


***

Libro 29 - Dios Manda en Su Gloria que Enseñen - Tomo IV - C5

1 comentario:

  1. Está visto y comprobado que quien tiene a Dios lo tiene todo ,es feliz,va consolando a todos,la vida le parece un soplo.
    Este hombre que aquí cuentan transmite la Paz aunque su cuerpo lleve enterrado mucho tiempo. Que alegría tener un espíritu así!!

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