lunes, 14 de agosto de 2017

No enfada a mi Padre el que por Mí deje a padres e hijos

En Sueño Profético se oían Palabras que escandalizaban al que a Dios no amaba. El que Lo ama, Lo reverencia y sufre por el hombre querer cambiar sus Palabras, que son de Vida Eterna. Se van a dictar unas de ellas:

No hay pecado mayor, que romper la carne que Dios une. El romper esta carne es más pecado que en un momento de ira mates o a ti te maten. A la carne unida Dios le da más preferencia que a los hijos y a los padres.

Dios Hijo en su vida pública dijo estas palabras:

No enfada a mi Padre el que por Mí deje a padres e hijos

A la carne que su Palabra había unido, Él le dejaba la preferencia. Y si uno no podía seguirlo, Él lo buscaba hasta que los dos estaban de acuerdo y la carne seguía unida. En cambio, al que no Lo siguió por los hijos o por los padres, el Maestro no los buscó.

Desperté, oí:

Entendido queda, que siendo los hijos mayores o chicos y tener sitio donde los cuidaran.

Si ya los padres no estaban de acuerdo, el abandonarlos por el Maestro ya daban gran ejemplo.

Pues si esto es un Mandamiento de Dios, ¿cómo el adelanto del hombre quiere ponerse por encima de Dios?

Condenaban en la Gloria, y ponían como pecado mayor que ningún pecado, el romper la carne que Dios une.

Dios Hombre le quita derechos a hijos y padres, y le da preferencia a la carne que Él une, para que obedezca, y a Él le ruegue por el que seguirlo no quiera, sea la mujer o el hombre.

Decían que la ira era arranque del Demonio.

Y romper la carne que Él une, era estudio meditado de muchos demonios.

Si el hijo no es de una misma carne, es hijo sólo de madre.

Que ya para siempre el pecado llevó.

Y madre no es para Dios.

La madre es la que tiene el hijo con la misma carne que Él unió.


***

Libro 32 - La Palabra del Creador - Tomo III - C8

1 comentario:

  1. Por si había alguna duda aquí la duda se terminó.
    La carne unida es primero porque así lo manda Dios .

    ResponderEliminar