sábado, 16 de junio de 2018

¡Mundo, que Dios puso al servicio del hombre!

En Sueño Profético hablaban del adelanto del hombre; de la cultura; del mundo, en el que él está de paso; del invento de destruir aprisa los cuerpos y sus inventos. Decían con frecuencia:

¡Mundo, que Dios puso al servicio del hombre! Primero hizo el mundo, después creó al hombre. Pero no para que el hombre fuera la destrucción del mundo y no amara lo creado, que es el hombre.

¡Mundo, que Dios puso al servicio del hombre! Primero hizo el mundo y después creó al hombre.

Dijo el Mando de Dios en un espíritu que termina este Diálogo Divino, que su nombre es Mensaje del Cielo a la Tierra:      

Hasta que el hombre no sienta al Prójimo en él como siente el latir del corazón –motor del cuerpo mandado por el espíritu–, no tendrá el mundo arreglo. El hombre inventa el gran y fuerte edificio, y antes de terminar este invento, ya está inventando algo para aprisa destruirlo. Para el medicamento del cuerpo falta sitio para guardar tantos medicamentos, para al cuerpo curar cuando se enferme el cuerpo. Y luego, en hombres sanos, ves cuerpos muertos a montón, que aprisa los matan los inventos. 

El hombre, la mayoría de su sabiduría es monstruosa.

Es falta de creer en esta Vida, es falta de vivir Prójimo.

Cierto que, al edificar el edificio, hace bien y duraderos sus inventos.

Pero otros están inventando cómo destruir aquello.

Ya, si piensas en la vida del hombre, tienes que taparte la cara, que es una forma de arrepentimiento.

Tienen que ser cuerpos sanos los que llevan a que maten los inventos.

Hasta que el hombre no ame a Dios y se culpe del mal que hace su invento, no habrá Paz en la Tierra mientras haya hombres y suelo.


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Libro 30 - Investigaciones a la Verdad - Tomo IV - C4

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