miércoles, 29 de agosto de 2018

¿Cómo puede Dios dar Mando a quien no presentó Obediencia?

En Sueño Profético decían:

Sin Obediencia no puedes ser Elegido, ni tampoco mandado, porque la desobediencia ensucia el Mando.

Se van a ver unas escenas que Dios las trae a la Enseñanza:

Se vio un colegio de niños de entre doce y catorce años. Salían todos corriendo, y a una voz se pararon.

Se vio un cuartel y los soldados reliados. Unos preparaban ropa, otros estaban hablando. Unos entraban de cara, y otros de espaldas parados. Aquello no se entendía si la obediencia no llega. Hasta que se oyó una voz. Y si hubieran sido todos un mismo cuerpo, no se habrían enfilado tan rápidos.

También se vio una empresa fuerte, con muchos hombres trabajando. Le decían metalurgia, y sólo un hombre iba mandando.

Dijo uno:

Si aquí no hubiera obediencia, ¿cómo saldría el trabajo? Y puede que alguno piense: “Yo torcería para aquel lado, pero el mando es el mando”.

Ahora piensa en una estación de tren: el jefe dando salida, y el tren parado porque el maquinista diga: “¡Yo, luego adelanto...! ¡Ahora estoy con mis amigos, de otros viajes hablando…!”.

Se vio una estampa de unas fieras, y un domador hacía que se subieran y que luego se bajaran de unos taburetes que le servían de letras para luego el domador presentar a las fieras enseñadas. Cada grito era una enseñanza, y la fiera obediencia demostraba.

Desperté, oí:

Se han visto unas escenas
de la vida material,
para que el hombre piense
qué sería el mando sin obediencia.

Se ha enumerado un punto,
como si hablas de una letra,
comparado con tanto
que no podría existir sin obediencia.

Pues piensa:
¿cómo puede Dios dar Mando
a quien no presentó Obediencia?

Pues si éste te da Mando,
no le quites ni una letra.

Pon al Elegido de domador,
y tú ponte como fiera.

Y coge el Mando que te dé
como si de Aquí te llegara.


***

Libro 29 - Dios Manda en Su Gloria que Eneseñen - Tomo IV - C4

1 comentario:

  1. Por la desobediencia se condena una criatura
    Si Dios te dice "adelante" hazlo rápido y con Paz
    Las consecuencias no las temas que Dios ya sabía lo que podía pasar
    Al obediente le va bien siempre

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