lunes, 6 de agosto de 2018

El Espíritu de Dios es centinela del Cielo

En Sueño Profético decían:

Busca siempre un sitio en el que publiquen y den escándalo a esta Comunicación diaria. Que el escándalo es obediencia al Mando que da Dios.

El silencio es triunfo a los espíritus que están en contra de Dios.

Si ni los escritos ni la actuación del Elegido son de Aquí, que publiquen un Mensaje, y errores que vieran, que también sean publicados.

Estos Escritos, se ha dicho muchas veces, que son primero al espíritu y después al espíritu y al cuerpo, que es cuando Dios manda que se dicten.

Esto, teólogos y hombres de letras, teniendo en cuenta que la muerte les llegará, si lo piensan, tienen una responsabilidad bastante grande. Y jamás pensarán: “esto son amenazas”, porque la muerte es un Mando de Dios como la vida, cuando no es muerte buscada.

Dijo un espíritu que Dios le da Mando:

No puede decir el hombre que estos Dictados retiran del Cielo.

No puede decir el hombre que te quitan caridad y te prohíben vivir en el Prójimo, y que te llevan al pecado.

Si piensas esto, date ya por condenado.

Te llevan al convencimiento que donde no hay Paz ni aceptación al sufrimiento, no hace Presencia Dios.

Te enseñan a recibir injusticias para que a Dios no Lo ofendas.

Desperté, oí:

Si el hombre busca la Paz
y Dios del Cielo la manda,
si este buscar es verdad,
¿cómo huyen y se apartan?

Silencio e indiferencia
a este Mando de Dios,
tu espíritu es rebelde
y no está en el Camino de Dios.

El Espíritu de Dios
es centinela del Cielo,
y antes que mande Dios
está esperando contento.

Los Pastores de Belén
cundieron su Nacimiento.


***

Libro 22 - Investigaciones a la Verdad - Tomo III - C3

1 comentario:

  1. Va este mensaje que desde el más culto de la sociedad hasta el más humilde puede ayudar a Dios en su pregón Divino
    Los pastorcitos fueron los primeros que adoraron al Niño Dios pero antes de llegar al portal ya estaba la gran noticia de unos a otros enterando, ninguno se quedó callado
    Estaban llenos de Dios y lo repartían a todo el que quería ir también a adorarlo

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