miércoles, 10 de abril de 2019

El hombre no piensa en la muerte

En Sueño Profético decían:

El hombre se aparta de Dios porque no piensa en la muerte.

El hombre guarda el dinero que le sobra porque no piensa en la muerte.

El hombre vive avaricia porque olvida la muerte.

La muerte y la vejez son servicios que no paran. La vejez, detrás del joven; la muerte, detrás del vivo.

Pues si esto lo pensaran los hombres torpes y listos, se servirían de la materia el tiempo que estuvieran vivos. Pero un servir por el tiempo que pasaban ese camino.

Pedirían a Dios normal, como pides por tus piernas, tus brazos, tu lengua y tus ojos. Siendo esto lo que más vale, a nadie se le ocurre pedir más brazos y más piernas, ni cuatro ojos y dos lenguas.

Pues si esto es el valor mientras vives en la Tierra, ya todo lo material no tiene sentido el quererlo acaparar.

Dijo uno:

¡Qué mal resulta vejez, diciendo: “de esto soy dueño”! ¡Y joven, con su energía, teniendo un sitio de mando!

El viejo se cree eterno, y el joven cree que él nunca será viejo. ¡Los dos viven en engaño!

Desperté, oí:

Este Mensaje te habla
de que si tu cuerpo se acaba,
¿para qué quieres ser dueño?

Que si confías en Dios
el tiempo que ahí estés,
tú Le pides para ti,
y di que dueño no quieres ser.

Dueño de grandes haciendas
y edificios remontables,
que unos hombres admiran,
y a otros llevan a condenarse.

¡Qué cierto que tu cuerpo,
en lo material,
es lo que más vale!

Y no puedes tenar acaparados
brazos y piernas,
por si un día, falta te hicieran.

¡Piensa en esto y en la muerte,
pero piénsalo con Dios,
y felicidad ya sientes!


***

Libro 22 - Investigaciones a la Verdad - Tomo III - C1

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