martes, 30 de junio de 2020

Tú no puedes creer y amar, y despreciar

En Sueño Profético decían:

A todo el que Dios trae a su Gloria, con cuerpo, el hombre le da desprecio y le hace subir calvario, y le obliga a que calle como ley que Dios hubiera puesto.

Si el hombre pensara en estas tres condiciones que pone para ver verdad, él sería el que tendría que confesar que despreciaba, porque no amaba y no quería saber lo de Dios dicho por Dios, y sí lo dicho por el hombre. Y ponerle sufrimientos, no se los puedes poner, si crees que Dios te está viendo. Ya, querer que calle, es querer parar el viento, darle gritos a la tormenta para que callen los truenos; y a la lluvia darle día y hora para que baje del cielo. Pues más fuerza pone Dios en el Lugar que lleva lo que Él manda que se diga en el Cielo.

Dijo uno:

Tú no puedes creer y amar, y despreciar. Pues esto es lo que le están haciendo al Lugar que Dios manda con su Mensaje para el hombre, no, para el silencio, como los falsos cristianos quisieran.

Desperté, oí:

A más indiferencia, más sufrimientos para el que lleva el Mensaje, y más condenados.

Pero la Fuerza de Dios los mete en el fracaso.

Decían en la Gloria, que amar y despreciar era imposible, cuando el desprecio fuera a la Verdad, como se ve en los Escritos.

Cuando se ama, se busca el Lugar que Dios hace que sus Huellas lleve.

Si Dios le dice “di que Me ves”, y el hombre le dice “silencio”, es que el hombre no cree que Dios lo esté viendo y oyendo.

Creer, aunque no ames, no lo dices por miedo.

Al hombre, este Escándalo Divino, lo está dejando al descubierto.

Todo lo que se desea, si lo tienes, no lo desprecias.


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Libro 30 - Investigaciones a la Verdad - Tomo IV - C7

lunes, 29 de junio de 2020

Farmacia Divina

En Sueño Profético hablaban del espíritu, de las muchas enfermedades que el hombre desconoce, porque no quiere el medicamento, que es la Confianza en Dios.

La Confianza en Dios es prevenir enfermedad a tu espíritu.

La Confianza en Dios te abre puertas que tú jamás podrías abrir.

El espíritu se enferma por no tener el gran medicamento –que es confiarte en Dios– siempre dentro de tu mismo cuerpo.

Dijo uno:

Hay enfermedades del espíritu que todos las están viendo, como la del enfermo del cuerpo que se le inflama la carne. El que no entiende de medicina cree que esto es lo más grave. Pues igual pasa en el espíritu. Pero luego está la enfermedad interior, que no la ve nadie, nada más que el médico, y ésta es más grave.

Al espíritu enfermo hay que saber tratarlo. Como el médico al enfermo, que a veces, siendo la misma enfermedad, no es igual el medicamento.

Para guiar a un espíritu y curarlo, tienes tú que estar entregado a la “Farmacia Divina”, que se encuentra en este Cielo, y ya tú llevas el medicamento.

Hay quien cree que tiene vista y está ciego por dentro, y ya todo lo que ve lo transforma en su pensamiento.

Médico que tiene el título, pero no conoce el cuerpo.

Desperté, oí:

Puedes tener oído para lo material y ser sordo para el espíritu.

Puedes ver la hormiga en el cerro y tu espíritu no ver el cerro que está subiendo la hormiga.

Pueden ser tus palabras correctas en lo material y espadas para el espíritu.

Son dos personas en una: carne y espíritu.

El medicamento del espíritu puede curar la carne.

El medicamento de la carne no llega al espíritu.

El cuerpo hay que cuidarlo para que siga al espíritu.

No pongas de profesor al cuerpo y de alumno al espíritu.


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Libro 22 - Investigaciones a la Verdad - Tomo III - C6

domingo, 28 de junio de 2020

Señor, si Tú me dejas la vida, yo no Te doy nada

En Sueño Profético decían:

No hay alegría mayor que Servirle a Dios, que muchos lo vean y que oigan estas palabras:

“Señor, si tú me dejas la vida, ya, mi servirte no es nada, eres Tú el que me premias con el mandar que me mandas”.

Dijo uno:

Estas Palabras que en Arrobo se han oído y ahora se están dictando, fueron dichas por un Discípulo del Maestro en el momento del Maestro darle el Mando, cuando habíamos varios delante. En el momento de darle Dios el Mando, este Discípulo se ponía él en el lugar del paralítico, del mudo o del sordo. El ciego, con el bastón, podía acudir y pedir Mando, y en algo podía servir, pero los nombrados no.

Estas palabras se cundieron:

“Señor, si Tú me dejas la vida, yo ya no Te doy nada”.

Ellos decían Maestro, porque Él los nombraba Discípulos, y cuando daba Mando, les decía:

Decid que el Maestro os manda. Cuando se cumpla mi tiempo y Yo vaya al Padre, ya diréis “Dios Hijo”, que es el Único Dios que ha habido y que hay, y que habrá por siglos sin tener fin, por no haber Poder más grande”.

Desperté, oí:

No hay contestación que más valor pague, que ésta que decía el Discípulo de Dios Hombre:

“Señor, si Tú me dejas la vida, yo no Te doy nada”.

El Discípulo decía vida del cuerpo, la que todos veían.

Y Vida del espíritu, que Él sólo lo sabía, porque la alegría al Mando no le faltaba.

Él escondía la tristeza cuando el Maestro poco le mandaba.

Hoy está vivo su espíritu y sigue en su Compaña.


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Libro 28 - Hechos de Jesús Perdidos, Hoy Dictados en Gloria - Tomo V - C5

sábado, 27 de junio de 2020

Es más difícil enseñar que aprender

En Sueño Profético decían:

Es más difícil enseñar que aprender, y hay enseñanzas que las aprende antes el que menos sabe.

Dijo uno:

Hay cosas tan incomprendidas, que tienes que decir que las comprendes, porque si intentas el comprenderlas, nunca las comprenderás.

Hay gente queriendo a Dios, que no intentan el comprender, porque el grande querer les anula el querer comprender.

Mi padre nos enseñó a querer a Dios aceptando todo lo de Dios, sin buscar el final. Decía, que todo hombre que quisiera buscar el empiezo y el final de las cosas de Dios, era hombre fracasado, era hombre sin Amor a Dios, sin saber su Poder y queriendo que Dios se someta a que a él le dé explicación de lo que esta Sabiduría infinita y sin medida ha hecho, hace y hará. Pues decía mi padre, que conocía a más hombres que sabiendo de todo, sabían menos de las cosas de Dios, que a hombres sin saber de nada, saber del por qué Dios actúa así; que él tenía unos amigos, que siempre que entraban en el mesón donde él muchos días también entraba porque le cogía al paso después de su trabajo, y que allí con el dueño hablaba del día pasado, y que siempre era el despedirse: “¡Mañana, Dios dirá…!”. Pues decía, que de estos amigos suyos, él acabó por decir: “¡Si, yo fui amigo de ellos! Ya, sólo el adiós”. Un día, dice que formaron una gran discusión, y que todo lo que se oía era hacerle reforma a lo que Dios nunca reformará.

Estas palabras, dice mi padre que dijo uno que llegó al mostrador con una cayada en la mano y unas voces con distancia unas de otras. Pidió deprisa algo que le calentara y le calmara el tiritar. Y se dirigió al grupo, diciendo:

   –Perdonad que os paren mis palabras. Si queréis comprender lo que Dios hace y manda, daos por servidores de Él, y dormid tranquilos, que Él os manda. Pero nunca olvidéis que Él es el que sabe y manda. ¿Cómo se puede comprender que yo, con este ropaje, Él, un día sí y otro también diré, baje a visitarme a la montaña?

Todos dejaron sus copas, de la mano, en el mostrador, y en la misma dirección las caras y las miradas.

   –El ganado se echa en el suelo, y allí queda la montaña con sus secretos, en silencio. Yo, tan sólo un día, pensé: “¿por qué será pasarme esto a mí?”. De pronto me lo quité: ¿puede que sea al ganado?, ¿puede que sea a la montaña?, ¿puede que sea a la atmósfera, que tanto al hombre hace falta…? Me puse hasta de rodillas, para borrar aquella terrible falta: ¿quién es un pobre pastor? Él sabía y sabe más que yo.

Desperté, oí:
A todos nos enseñó
el pastor de la montaña,
como le decían en el mesón.

Dios bajaba en su compaña
cuando estaba en oración.

Y él mismo se preguntaba,
y le respondía una Voz,
sin pasar pos su garganta:

Yo soy Pastor de los hombres.

Tú, de su alimento y su lana.

Pero haces oración,
y Yo bajo a la montaña
.


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Libro 14 - Dios Manda en Su Gloria que Eneseñen - Tomo II - C6

jueves, 25 de junio de 2020

Los que están en contra de mi Venida, están en contra unos de otros

En Sueño Profético decían:

No tienen justificación humana para decir que Esto no es cierto. Este “no querer del hombre” hace a Dios con su Poder, que aquellos que ponen la resistencia en su Mando y su Habla, no se entiendan.

Dijo uno:

Esto que aquí cuento fue oído al Maestro:

Una tarde, estando descansando a la salida de un puente, un poco recostados había unos en la muralla que formaba parte del puente. Y dijo uno de sus Discípulos: 

   –Maestro, se están juntando hombres de varios gremios para presentar denuncia de tu predicación y de tu vivir, y ayer discutían porque unos querían venir a buscarte y otros no estaban de acuerdo.

Ya habló el Maestro:

   –Los que están en contra de mi Venida, están en contra unos de otros, porque mi Padre dejará que no se entiendan. El mal no respeta a su amigo. El mal va haciendo mal hasta llegar al destrozo, y ya todos lo conocen. Este es el sello del que está en contra de Mí. El sello del Amor para mi Padre es la Obediencia e ir dejando el bien sin diferencia de clases. El que no creyó en mi Padre, me persigue a Mí, y su final será como fiera del campo, como animal sin espíritu guiado por los demonios, nombre que ya puso mi Padre antes de bajar de Hombre a la Tierra.

Desperté, oí:

Silencio quedó en el puente
sin ninguno contestar.

Las Palabras que decía,
nadie las podía igualar.

Era Dios Padre en Dios Hijo,
Espíritu de Dios Padre,
Nombre: Santísima Trinidad.

Era el Creador del mundo,
pudiendo el mundo acabar.

Era el que sabía
dónde comprarían los clavos
que Lo iban a clavar.

Y el que martilleó al fuego
aquel inocente metal.

¡Que Palabras nos dejó!,
que sin voz nosotros después repetíamos:

El mal no respeta a su amigo,
el mal va haciendo mal
hasta llegar al destrozo.

Como animal sin espíritu
guiado por los demonios.

Dios guía a los palomos,
a los corderos
y a todo animal que es manso.

Lo malo siempre termina
como las fieras del campo.


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Libro 10 - Hechos de Jesús Perdidos, Hoy Dictados en Gloria - Tomo I - C7

miércoles, 24 de junio de 2020

Lleva el Amor delante

En Sueño Profético decían:

¡Qué difícil es copiar las actuaciones del que Dios le da sus Palabras! Es difícil porque falta confianza, y al faltar confianza, ya no puedes copiar lo que, al Elegido, Dios Aquí le manda. 

Dijo uno:

El hombre hace trabajoso su camino por falta de confianza. Al espíritu entregado a Dios nunca la alegría le falta, y conoce, en el sentir, aquello que a Dios le agrada, sin poder nada decir.

Yo siempre decía: “Señor, si lo que voy a hacer no es de tu agrado, ponme obstáculos grandes que yo no pueda quitarlos. Y si de tu agrado es, que no me llegue el cansancio”. Esto lo decía yo y sentía a Dios a mi lado. Cuando no actúa Dios, te quitan o te ponen en las manos aquello que tú no quieres, y, sin saber, ya te notas liado. Por eso, del que Dios trae Aquí, la actuación tiene tal fuerza que no puede ser fracaso.

Desperté, oí:

Sigue las costumbres
del que Dios manda
que enseñe al hombre,
y notarás en tu cuerpo
que lo difícil lo aparta,
y lo sencillo,
más sencillo te lo pone.

¡Qué sencillo ha puesto Dios, hoy,
lo que el hombre veía difícil!

Cierto que cuando el hombre
cierra la puerta,
Dios más la abre.

Pero tienes que poner
tu confianza delante.

¿Cómo el hombre no verá
que el Elegido va delante?

No teme a los caminos,
porque lleva Amor delante.


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Libro 31 - Te Habla El Profeta - Tomo IV - C5

martes, 23 de junio de 2020

Lo bueno es camino de Gloria, y lo malo es camino del Infierno

En Sueño Profético decían:

¡Qué lucha tiene el hombre por querer ponerle a lo malo la palabra bueno!

Ya se ha dicho en muchos Mensajes que bajan del Cielo, que lo malo será malo, y lo bueno será bueno. Que lo bueno es camino de Gloria, y lo malo es camino del Infierno. Que Gloria, sin vivir recato, es pedir que el polvo limpie y el agua seque. Que la hembra y el varón, si Dios no los ha unido, están en contra de Dios. Y a la carne que Dios une, la ley del hombre le sobró. Que el recato es rama que brota del espíritu y que rechaza la palabra “no es malo”.

Dijo uno:

Si el hombre pudiera –por decir yo tengo más poder que Dios– hacer que el cuerpo, con sus inventos, naciera con tres brazos y con tres piernas, el hombre disfrutaría por decir: “el adelanto ha cambiado la Creación, y ya Dios no tiene Poder ni Mando, porque la cultura ya otro cuerpo ha inventado”.

Desperté, oí:

Decían muchas palabras que dejaban analfabeto a este siglo, que para el hombre es el siglo del adelanto.

Donde no vivan la Ley de Dios, no es adelanto.

El adelanto del hombre, Dios se lo da al hombre.

Pero no para que sirva para meter espíritus en el Infierno.

El que vende el cuchillo o lo regala, no es para que mate al dueño.

Dios siempre tendrá las mismas Leyes y los mismos sitios: Gloria o destierro, profundidad donde están lo que a Dios no quisieron.

El hombre quiere abusar del adelanto bebiendo agua con tenedor y lavándose el cuerpo con fango.

Pues todavía es más imposible que la hembra y el varón vivan las leyes que ha puesto el hombre diciendo “eso no es malo”.


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Libro 29 - Dios Manda en Su Gloria que Enseñen - Tomo IV - C8

lunes, 22 de junio de 2020

Está más cerca de Mí, el que mis Palabras más las acepte y más las busque

En Sueño Profético se oían estas Palabras:

Está más cerca de Mí, el que mis Palabras –dichas en el lugar que Yo las diga– más las acepte y más las busque”.

“Dejé dicho en la Tierra, cuando mi Palabra se hizo Carne, que mandaría mi Espíritu. Mi Padre en Mí no tiene tiempos, ni Yo en mi Padre, por ser el mismo Dios
”.

Se oían varias voces con estas Palabras:

¡Te Adoramos Señor!

¡Que nuestros ruegos traigan hombres a la Gloria y que tu Nombre sea por siempre alabado!

¡Benditas sean estas Palabras, que con tu Mando llegan a la Tierra!

Desperté, oí:

Si esto no fuera de Dios, no aguantaría la injusticia del hombre.

Si esto fuera del hombre y silencio le pusieran, sí podrían aceptarlo.

Pero, ¿quién podría oír a Dios dando a su espíritu un Mando y el hombre no aceptarlo, queriendo tener callado?

Si cuando ya sientes el cuerpo y continúan hablando, crees que no lo mereces porque bastante no has hablado en el anterior Arrobo.

Es fuerza sin medida el querer a Dios tanto y Dios decir que lo digas.

Porque Dios hace Presencia donde el Amor a Él hace muralla de piedra y allí sus Palabras deja para que el hombre las busque, las abrace o las desprecie.

¡Qué Palabras de alegría y de tristeza son estas que se dictan, que en el Sueño fueron dichas por Dios Hombre!:

Está más cerca de Mí, el que mis Palabras –dichas en el Lugar que Yo las diga– más las acepte y más las busque”.


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Libro 28 - Hechos de Jesús Perdidos, Hoy Dictados en Gloria - Tomo V - C2

domingo, 21 de junio de 2020

El tiempo que le pones al espíritu, luego te da buenos réditos

En Sueño Profético decían:

Si piensas en la vida sin recordar la muerte del cuerpo, tú mismo te harás esclavo y prisionero de lo que pida tu cuerpo. Que unas veces será fácil el conformarlo, y otras veces te obligará a que después te des cuenta y te atormentes al pensar: “¡Yo cómo he estado: desear lo que sería un fracaso!”.

Dijo uno:

Si quieres vivir con Paz y apartando los deseos que tu cuerpo te presente, piensa en la Vida Eterna, que nada te exige que caro te cueste y que nada admite después de la muerte. Todo lo que la Tierra te exige, Aquí se desecha. El cuerpo es planta: primero semilla, luego nace tallo, que esto se hace viejo después de cuidarlo. Esto, sin contar que se seque el tallo. Pues lo que se ha nombrado puede durar más que el cuerpo humano.

Desperté, oí:

Debes acostumbrar a tu cuerpo
a que no desee lo que te robe la Paz
y lo que Aquí no venga luego.

El tiempo que le pones al espíritu,
luego te da buenos réditos.

Luchar por lo material
es no pensar en los muertos.

Que lo que tú dices “es mío”,
antes tuvo otros dueños.

En cambio las obras de Dios
que haga tu espíritu,
éstas se vienen contigo.

No sufras por alcanzar
lo que otro va a heredar.

Coge la vida del cuerpo
rodeándola de Paz,
y ya vivirás Gloria estando en suelo.


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Libro 32 - La Palabra del Creador - Tomo III - C6

viernes, 19 de junio de 2020

Que publiquen lo que hay escrito, todo lo del Cielo dictado

En Sueño Profético vi mucha gente. Leían periódicos con mucha atención. Era en silencio, pero era escándalo, que es lo que Dios quiere. Escándalo a su Existencia, con hechos ya comprobados. Que publiquen lo que hay escrito, todo lo del Cielo dictado.

Dijo un espíritu que Dios le da Mando:

Si el hombre pensara en todo lo que hay escrito, que Aquí en Gloria se ha dictado –cuando el espíritu ya vuelve al cuerpo–, y que el hombre, por no obedecer a Dios, lo tiene todo arrinconado… Con lo que Dios le deja, él hace vida de pecado.

Si el hombre amara a Dios y la muerte la tuviera siempre delante como tiene sus manos, no habría reserva para Dios, y todo estaría publicado.

Aquí, el sufrir que tienen, es que no pueden negarlo, ni pueden decir: “Aquí hay otro caso igual”. Esto sería aplastante, y ya quedarían debajo de tumbas los que no quieren que Dios sea Vivo.

Haciendo una llamada internacional, dando este Caso como único, se escandalizarían los que aún no les ha llegado por la veda que tienen los que no aman a Dios.

Desperté, oí:

No puedes creer en Dios y huir de donde digan: “Dios me manda en su Gloria que comunique al hombre su Existencia”.

Y ya es imposible, si lo amas, no querer conocer el Lugar que Dios coge de Instrumento.

Esto no tiene disculpa. Es mejor callar y vivir arrepentimiento, y Dios ya responderá.

Justifica el Instrumento esta innegable Verdad, cuando el 20 de marzo de 1954 tuvo la primera Aparición.

Dios le manda que publique con estas Palabras:

Que Me ves, dilo, publícalo”.

El calvario empezó ese día, pero el silencio no lo ha practicado, aunque el calvario continúa.

A más publicación, más le crece la alegría.

Porque sabe que no puede nadie decir que es mentira.


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Libro 21 - Te Habla El Profeta - Tomo III - C3

jueves, 18 de junio de 2020

El espíritu es la barrera

En Sueño Profético hablaban del espíritu. Decían que según fuera tu espíritu, así sería tu acción y tu pensar. Que el espíritu era la barrera para impedir pensar bien o pensar mal. Si estaba con Dios, todo era pensar bien poniendo la confianza en Dios. Si el espíritu estaba enfermo o sucio, salía en tu acción el no estar con Dios.

Dijo uno con estas Palabras que mandan de Gloria:

El que no aprenda, que haga examen de conciencia y verá que muy limpia no la tiene. El aceptar va sanando el espíritu o limpiándolo. El aceptar es algo que a Dios pides y Dios te manda milagro. Que el milagro puedes verlo en lo grande y en lo chico. En un mínimo salario también puede haber milagro.

Yo, cuando vivía con cuerpo, tenía gran amistad con uno de mi pueblo que una fragua tenía y le trabajaba al pueblo. Había otros herreros, pero éste les mandaba trabajos a ellos por la sobra que tenía.

Yo, cuando cerraba mi tienda –que de eso era de lo que toda mi familia vivía–, en la fragua me metía, tan sólo por oír a aquel hombre hablarle a un zagalón que tenía para ayudarle y que le daba más jornal por ser de una familia más pobre. Estas palabras que digo las decía con frecuencia:

“Muchacho, hazte amigo de Dios y ya te obedecerá el hierro, y te pagarán trabajos que temías pedir precio. Pero Dios hace milagros en lo duro y en lo tierno, en el hierro y en la paja, y en los ingresos que tengas”.

Desperté, oí:

Hay espíritus enfermos y sucios; y espíritus inquietos, que ponen la estampa de lo que no están viendo.

Pero en el espíritu limpio, ves que cunde el ingreso.

A este herrero, amigo mío, le cundía el trabajo y le obedecía el hierro   

El martillo hacía fuerza hasta de llegar al hierro.

Siempre tenía en su boca: “Señor, yo Te veo en la dureza del hierro.

Te veo en lo que me cunde el dinero de los hierros. 

Te veo en el zagal que me ayuda, que llegará a ser un buen maestro.

Y Te veo en como gusta, cuando ya entrego el hierro hecho como lo han pedido y me lo pagan contentos.

Y hay veces que me dan más porque les parece poco”.

Yo creo que era Dios el que moldeaba su espíritu como al hierro el martillo.

Cuando yo más Lo veía era cuando el hombre Lo insultaba y este Dios no respondía.


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Libro 29 - Dios Manda en Su Gloria que Enseñen - Tomo IV - C8

miércoles, 17 de junio de 2020

Enseña al espíritu para que siga esta Enseñanza

En Sueño Profético decían palabras que Dios Hombre dijo al que Lo buscaba para aprender y luego decir: “Esto me ha dicho el Maestro. No me lo ha dicho el que Él se lo ha dicho, ha sido dicho para mí, para que yo de Él vaya esto cundiendo”.

Dijo uno que mucho Lo siguió:

Yo Le oí Palabras que retiraban duda al que la duda le atormentara, que le atormentaba al que poco Lo seguía. Yo contaba, en un día, tres días, el día que no Lo oía. Los días se me alargaban y las noches cortas se hacían pensando en el mañana. Él me conocía mejor que yo mismo me conocía. Un día Le dije:

   –Maestro, ¿qué me pasa el día que no Te oigo, y a la vez Te estoy viendo...?

No me dejó terminar.

   –Que no siente vida ni tu espíritu ni tu cuerpo. Que rechaza la alegría tu deseo. Que al poderme oír, y no oírme, no tiene disculpa el cuerpo.

   –Esa actuación es para cuando ya no Me veáis con Cuerpo. Aunque Yo no faltaré en Espíritu en medio de vuestros cuerpos. En el cuerpo que Yo mande y oiga mis Palabras, decid, “aquí está el Maestro”, aunque no Me veáis Cuerpo
.

Desperté, oí:

¡Qué falto de Amor de Dios queda todo lo que de Dios no es y es dicho por el hombre!

Este espíritu, que repite Palabras y escenas que vivió con Jesús el Salvador de los Hombres, enseña al espíritu para que siga esta Enseñanza.

¡Qué silencio dejaban las Palabras de Dios Hombre cuando alguno le decía: “Maestro, yo sé de Ti por el que Tú le hablas para que vaya enseñando”.

Él contestaba: “Al poderme oír y no oírme, no tiene disculpa el cuerpo”.

“Esa actuación es para cuando ya no Me veáis con Cuerpo”.

“Aunque no faltaré, pero ya sin Imagen y sin nombre de Maestro
”.


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Libro 23 - Hechos de Jesús Perdidos, Hoy Dictados en Gloria - Tomo IV - C4

martes, 16 de junio de 2020

El hombre engaña al hombre, pero no engaña a Dios

En Sueño Profético decían:

¡Qué sufrimiento más grande,
y ya sin tener remedio,
tiene que tener aquel
que se vea morir
y despreció al Instrumento
que Dios le mandaba Aquí!

¡Qué sufrimiento más grande,
y ya sin tener remedio,
por no responder tu cuerpo
para seguir el Mensaje
que Dios dicta Aquí en el Cielo!

El hombre engaña al hombre,
pero no engaña a Dios.
El hombre se ofrece al hombre
y a Dios le esconde
lo que a otro le ofreció.

Éstos, cuando llegue muerte
–que no la pueden evitar
millonarios, condes o reyes–,
¡qué sufrimiento tendrán
en el momento de su muerte!

Pero es más sufrimiento
el que representa a Cristo
y no acudió al Mensaje
porque nada de Dios quiso.

Éstos, es doble sufrimiento
el que tienen que pasar
antes de que los vean muertos.

Si el hombre pensara esto,
no pasaría su garganta
ni el agua ni el alimento;
ni su cara haría mueca de alegría,
porque siempre llevaría,
sin letras, este letrero:

“Señor, si Tú hablas y yo no acudo,
y administro tus Poderes,
cuando me llegue la muerte,
¿qué disculpa voy a ponerte?

Este sufrimiento le llega por fuerza
al que la espalda Aquí tiene.

Desperté, oí:

No hay muerte con más sufrimiento,
que ya no puedas enmendar
el mal que a Dios Le has hecho.

No hay pecado que supere
a éste que Aquí dictan:

“Que Dios hable y tú desprecies”.

Si tú presentaras pruebas
diciendo que no era cierto,
también tendrías pecado
si no oíste al Instrumento.

Porque las pruebas serían falsas,
del mismísimo Infierno.

Han querido hacer el daño,
y Dios los dejó en silencio.

Que este silencio les sirve
hasta que los vean muertos.

Cuando en su cuerpo se sientan
el síntoma de la muerte,
que llamen a Satanás.

Hombres que viven por Dios
y a Dios desprecian y niegan,
no pueden entrar en la Gloria,
porque ya sería por fuerza.

Al que le llegue la muerte del cuerpo,
si antes a Dios despreció,
ya lo esperan los demonios.

Y es poco castigo
si en la Tierra disfrutó lo de Dios,
creyéndose él que era suyo.


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Libro 18 - Dios No Quiere, Permite - Tomo III - C6

lunes, 15 de junio de 2020

El Camino

En Sueño Profético hablaban del Amor a Dios. Decían:

Piensa que Dios quiere
que tú Lo quieras
para Él darte.

Piensa que si hiciste mal,
Él espera
para perdonarte.

Si haces este pensar,
Lo amas,
y tienes que ir a buscarlo
donde te digan palabras que dijo
o Palabras que diciendo está.

Este Amor tiene alegría
y lo sigue el sufrimiento.
Este Amor lo agrandas tú
si no lo tienes en silencio.

Él, cuando acampa, ya sabe
que no le guardan silencio.

Este Amor, él ya alborota
y descubre lo secreto.

Este Amor tiene medida
y también tiene su peso,
pero si de Amor te llenas,
te olvidas de la medida
y aumentas peso en el peso.
Ya la medida la cortas,
y pluma haces del cuerpo.

Yo veía el camino largo,
y corto lo hacía mi cuerpo.

Desperté, oí:

¡Ay Camino que estás solo,
porque faltan caminantes
que quieran amar a Dios!

¡Ay Camino que no tiene
guarda ni centinela,
ni piden el pasaporte
como el hombre en las fronteras!

Este Camino es de pinchos
porque el hombre pinchos siembra.

Este Camino,
si llevas Amor a Dios
de los pies a la cabeza,
los pinchos conviertes en pétalos
y ya lo pasas contenta.

Había días que el camino
intentaba alejarme
para que yo no siguiera,
pero mi Dios me mandaba
entonces dobles las fuerzas.

¡Ay Camino solitario,
que yo quisiera ver lleno,
aunque sólo a mí, los pinchos,
me hicieran daño!

Si la sangre me corriera,
sería el dolor más chico
que el verlo tan solitario.

TERESA DE ÁVILA


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Libro 26 - Dios Comunica y Da Nombres - Tomo III - C3

domingo, 14 de junio de 2020

El “Bueno Ginés”

En Sueño Profético decían:

Guárdate “Señor, Te quiero” y díselo sin palabras, porque si Le estás mintiendo, tu acción ya no acompaña. Las palabras pueden mentir y la acción habla sin palabras.

Amando a Dios haces por Él aquello que no pensabas. El Amor es camino que no acaba. Él siempre te llevará al sitio que haga falta, y este Amor o alborota o pone calma.

Dijo uno:

Yo aprendí mucho, en mi vida de materia, de un vendedor que con su carro y su mulo te llevaba a domicilio todo lo que le pidieras. Vendía verduras y frutas de las que el tiempo daba, pero sacaba del carro zapatos, sartenes o mantas, que los de aquel pueblo chico le encargaban.

Ginés tenía de nombre, y el “Bueno Ginés” le llamaban.

Este hombre decía: “¡Qué descanso llevo cuando veo que la madre, el padre y el chiquillo están contentos con el poquito trabajo que yo pongo!”.

Mientras el peso bajaba no se cansaba de decir: “Pedidme para mañana lo que necesitéis. ¡Si yo tan sólo lo entrego! A mí mujer le dio el encargo. ¡Y el carro lo trae! ¡Dios nos lo está pagando!

Desperté, oí:

Tres hijos dejaba en casa, la mujer y su madre, que en vez de ayudar tenían que ayudarle. 

Tenía buena voluntad, pero la enfermedad le hacía sentarse.

Cuando oían el carro, salía todos a la calle, y estas palabras oían:

“Ginés, ¿viene vacío el carro?”. Los chiquillos ya corrían y a los tres los subía, y dando saltos y gritos, los vecinos acudían.

“La venta ha sido buena, pero la alegría es más grande por haber contentado a tantos”.

“Otra lista traigo hecha de sitios que son bien largos. Pero ellos no pueden venir como yo, a diario. No tienen mulo ni carro”.

“En este poco trabajo hace Dios que la venta no se quede en el carro”.
   
“Dios sabe que yo Lo quiero, porque si no hago el bien, esta vida no la quiero”.

 
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Libro 22 - Investigaciones a la Verdad - Tomo III - C7

viernes, 12 de junio de 2020

El que Me sigue y Yo mando, tiene que dar ejemplo

En Sueño Profético decían:

Aprendían antes los que oían al Maestro que los que oían a sus Discípulos. Sus Discípulos llevaban la misma Enseñanza que Él les había dado, pero no llevaban las respuestas que Él llevaba cuando el que lo oía no quería que fuera Dios hecho Hombre. Aquí ya hacía falta su Presencia para derrotar la fuerza diabólica que llevaba el que juntaba dudas por lo que veía, sin oír al Maestro.

Dijo uno:

Se van a dictar unas Palabras que se han dicho en el Arrobo, que fueron dichas por Dios con Cuerpo:

Yendo un día Jesús con sus Discípulos, se acercaron unos y Le hicieron esta pregunta:

   –¿Tus Discípulos, cuando Tú no estás delante, hacen lo que saben que está bien hecho, o son distintos cuando Tú no vas con ellos?

Quedó silencio y se acercaron los que iban más lejos para oír las Palabras que iba a decir el Maestro:

   –Si mis Discípulos no Me tienen siempre delante, Yo no soy su Maestro. Yo puedo ser el Maestro del que dejó el pecado, pero no del que va haciendo lo que Yo mando que no se haga para no perder mi Reino. Si ellos lo hacen, más precio ponen a lo mal hecho. Si un Discípulo mío va por la oscuridad, va dando mal ejemplo para el que no quiere que se destaque lo bien hecho.

Y siguió andando con estas Palabras:

   –El que Me sigue y Yo mando, tiene que dar ejemplo.

Desperté, oí:

Un Discípulo de Jesús, se notaba, cuando hablaba del que no seguía al Maestro.

Pero si el Maestro hablaba, tenían que conocer que era a Dios al que escuchaban.

A veces, Él mismo hacía que la pregunta hicieran, y su respuesta hacía que el mal peor lo vieran.

Sus Discípulos no entraban, aunque estuvieran sedientos, a beber agua donde daban mal ejemplo.

Si los veían entrar, podían hacer que volviera el que ya dejó de entrar.

¡Buena Enseñanza llevaron los que hicieron la pregunta, por no creer en Dios ni Amarlo!


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Libro 28 - Hechos de Jesús Perdidos, Hoy Dictados en Gloria - Tomo V - C1

jueves, 11 de junio de 2020

Fuente de agua limpia

En Sueño Profético decían Palabras para que sirviera de estudio cada Palabra. Decían:

Si el bien que hicieras fuese antes que oír estas Palabras de Dios, que le manda hoy al hombre, ya no harías el bien para Dios, sería bien para la Tierra. Y puede llevarte este bien hasta el pecado de la desobediencia. Que también es pecado no obedecer lo que Dios manda para que tú lo oigas.

Dijo uno:

Ya se ha repetido muchas veces que no puedes pasar por la fuente, ver el agua correr con fuerza y limpia, y no beberla, diciendo: “tengo sed”. Y, con alegría y ansiedad, beber de un agua estancada que veas en botella, que puede que te hiciera enfermar. Pues esto es la Tierra, si la prefieres antes que este Mandar. Esto, sabiéndolo, no puedes dejarlo atrás. Y mucho menos, si representas al que manda estas Palabras dictar.

Desperté, oí:

No hay sufrimiento mayor, que tener que ir implorando que quieran a Dios.

Que tener que ir pidiendo y aceptar lo que sabes que es de Dios.

Que si llegara abundancia, a unos los premiarías, y a otros los apartarías con la ley de la indiferencia.

Que esta ley la puso Dios cuando vivió de Hombre en la Tierra.


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Libro 30 - Investigaciones a la Verdad - Tomo IV - C6

miércoles, 10 de junio de 2020

Quiero vivir como Dios quiere

En Sueño Profético decían:

Si quieres sentir a Dios, haz vida de la que Él quiere. Si tu vida haces en contra, ni Lo sientes ni Lo comprendes.

En comprender puede que te falte Amor a Dios, y ya te encuentres torpe. Pero para hacer la vida que Él quiere, no hace falta mucho Amor, tan sólo el pensar:

“Quiero vivir como Dios quiere. Igual que cumplo la ley del hombre, quiero cumplir lo que Dios quiere. Ya Él hará en mí que yo sea otro hombre, porque muchas de mis actuaciones son en contra de lo que Él quiere. ¡Cómo voy a sentir a Dios, si no admito lo que quiere! Desde hoy me voy a observar, y voy a ver el contestar que a Dios en todo Le doy: en aceptar lo que me venga; en no olvidarme del Prójimo y en que el escándalo nunca supere a mi paciencia; que nunca devuelva el mal aunque la razón me lleve haciéndome recordar “así te dieron el golpe”. ¡Señor, haz que responda mi acción a tu Mando sin mandar!”.

Desperté, oí:

Ponían en Gloria razones
para sentir a Dios,
fáciles y sencillo el hacerlas.

Decían mucho estas Palabras:

“Haz siempre lo que Dios quiere
en tu forma de actuar,
y tú mismo te examinas,
y la nota te pondrás”.

Haciendo lo que Dios quiere,
sobresaliente saldrá.

Que luego, este sobresaliente,
beneficiará a los demás.

¡Qué alegría es pensar,
y a veces decir las palabras que te salen!:

“Señor, que no peque
por hacer aquello
que Tú no mandes.

Que tus Mandamientos sean
la Ley que lleva mi sangre.

Si no cumplo lo que quieres,
castígame en acordarme
que tu bajada a la Tierra
fue para el hombre salvarse.

Pero que te vea en la Cruz,
y la llaga echando sangre.

Esto no hay quien lo piense,
y no haga lo que mandes”.


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Libro 21 - Te Habla el Profeta - Tomo III - C4

martes, 9 de junio de 2020

Es el Amor el que te obliga y el que te deja

En Sueño Profético decían:

¿Cómo no les dará miedo no amar o amar poco, para no cumplir las Palabras que Dios dice al Instrumento? Que se las dice al sentir el rebose de Amor que lleva dentro. Que este rebose, también da miedo, porque tú no ves rebose, porque quieres más quererlo.

Al Amor a Dios tú le pones crecimiento en las ansias de seguir a lo que baja del Cielo.

A mí me buscaban más los que vivían a distancia, lejos, y me pedían opinión: ¿Qué hay que hacer para a Dios quererlo? ¿Y qué acción tengo yo que hacer para saber que mando alabanzas, aunque no viva en convento?

Yo te voy a recetar la receta que Dios dejó dicha y escrita, que son los Mandamientos. Pero si pides a Dios llenarte del Amor que tú Le pides, ya ese Amor te hace, sin darte cuenta, vivir los nueve, porque este Amor ya no te deja que no vivas los que escritos dejó en la piedra.

Es el Amor el que te obliga y el que te deja, el que te cansa y el que te levanta para que camines con esta fuerza, que el que no cree o cree y no ama, a Dios desprecia.

Desperté, oí:

¡Cómo podrá vivir
el que a Dios tenga en olvido!

¡Cómo no tendrá ansiedad
de estar siempre preguntando
cómo a Dios más agradar!

Yo creo que es el Amor
el que te hace buscar.

Yo creo que sin Amor
es casa vacía y cerrada.

Yo tenía sufrimiento
de ver el poco interés
que el hombre tenía por saber
cómo habla Dios en el Cielo,
cómo coge a un espíritu
y lo hace sabio en talento.

Que este Saber no se queda,
como el del hombre, en el suelo.

¡Ay Sabiduría Divina,
que crece en el desprecio!

¡Ay Sabiduría Divina,
que escandaliza a talentos,
y no pueden desmentir
por venir
de la Cátedra del Cielo!

Si quieres pertenecer,
hazte niño,
hazte roca,
hazte fuego,
como Teresa vivió
el tiempo que tuvo cuerpo.

TERESA DE ÁVILA


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Libro 26 - Dios Comunica y Da Nombres - Tomo III - C6

lunes, 8 de junio de 2020

Todo lo que es de Dios, tiene que salir de Dios

En Sueño Profético decían:

Todo lo que es de Dios, tiene que salir de Dios. El que creía en Dios Hombre, en todo lo que iba a hacer pedía consejo al Maestro.

Había veces que cambiaban el camino que habían cogido ellos. El que más creía, más contento contestaba: “¿cómo Pagarte yo esto?”.

Más de una vez se Le oyó:

No guiaos por lo que vean vuestros ojos en Mí creyendo que no está bien hecho. Al que le llegue este pensar, ya está a mi Padre ofendiendo, porque lo que Yo hago es Mando de mi Padre. Igual que al que Yo mando, si lo que hace no veis bien, ya estáis ofendiéndome a Mí, porque el Mando ha sido Mío”.

“El que Me cree como Dios en la Tierra, sufre cuando oye decir: “voy a ir, estoy haciendo y el Maestro no lo sabe”. El que esto piense, ya peca de duda. El que cree en Mí, sabe que la duda es de Satanás, para alejaros de Mí
”.

Desperté, oí:

El que más Lo creía,
más vivía confianza en su Maestro.
El que más Lo creía,
más veía todo mejor hecho.

Y le oías decir:
“¿No os da miedo
no ver bien su Mando
o no pedirle consejo?
¡Si Él crea y destruye!
¡Si resucita a los muertos!
¡Si perdona al pecador
que se arrodilla mirando a sus Pies
para seguirle sus Pasos!”.

Éste que esto decía,
sí veía bien
todo lo que el Maestro hacía.


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Libro 23 - Hechos de Jesús Perdidos, Hoy Dictados en Gloria - Tomo IV - C3

domingo, 7 de junio de 2020

Gloria sí, pecado no

En Sueño Profético decían:

Si Dios actuara con su Poder, dando contestación al comportamiento del hombre, no mandaría la muerte, por ser una ley que la vida tiene y hay que cumplirla según a la edad que llegue.

La muerte no sería escándalo para el hombre, pero sí lo sería que se negara a servirle algún remo de su cuerpo, pero en el mismo momento que presentara a la Palabra de Dios desprecio, y que este Poder se viera por series y con número alto, y que a muchos oyeras con estas palabras: “Yo es que viví despreciando al que Dios manda y agrandándole los sufrimientos”.

Dijo uno:

El hombre no se merece que Dios al día la claridad le diera. El hombre no se merece encontrar el agua en la Tierra. Y ya, cuando su Nombre nombrara, en momentos que la Tierra lo que pide le negara, su palabra no se oyera, porque la voz le faltara. Todo esto sería poco si lo comparas con cómo el hombre a Dios trata.

Desperté, oí:

¡Hombres,
que aunque los veas andando,
olor de cadáver llevan
para los que Aquí
a Dios están adorando!

¡Hombres negándole al Dueño,
el tiempo que les da el Dueño!

Todo es falta de creer
que el dueño no eres tú,
de lo que tú te crees dueño.

Tú eres dueño de tu espíritu,
y también dueño
de un sitio en el Infierno.

Por la Libertad que Dios deja
que viva tu cuerpo.

Si desprecias Libertad,
ya estás pidiéndole a Dios
que te mande a enseñar:
“Gloria sí, pecado no”.

Y que tu cuerpo
no dé olor a cadáver
hasta que a tu espíritu
Dios lo llame.

Es dura esta Enseñanza,
siendo gratis el enseñarla.

Y es gigantesco sufrimiento,
acompañado de paciencia,
tener que repetir tanto
que otra Vida espera.

Si Dios usara su Poder
igual que usa la Caridad,
cuando hizo el mundo,
medio siglo no habría podido contar
que hubiera habido mundo.

El hombre sigue igual,
y Dios su Poder se esconde
por el mundo no acabar.

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Libro 32 - La Palabra del Creador - Tomo III - C8

viernes, 5 de junio de 2020

Los valores de la Tierra

En Sueño Profético decían:

Valora el hombre el tiempo que le pone a lo material, y no valora el tiempo que le manda Dios por el Instrumento a su espíritu.

Busca y paga para enseñar a la materia, y no valora la Enseñanza gratis del espíritu.

Busca la curación de la carne por buenos o malos caminos, pero el Camino de Dios el hombre tiene en olvido.

El hombre en otro hombre pone su confianza para evitar un peligro. Pero no le hables de este Mundo donde ya no sirve nada ni de valor ni de peligro.

Dijo uno:

Los valores de la Tierra, al quitarlos de la Tierra, ya no sirven. Y los peligros del cuerpo, si el cuerpo no tiene espíritu, ya no tienen remedio.

Desperté, oí:
Preocúpate de tu espíritu
y éste cuidará tu cuerpo.

Y según hagas tu vida,
tendrás entrada en el Cielo.

Todo lo que al cuerpo eches,
no esperes coger provecho.

Él siempre estará a la contra
de lo que Dios mande bien hecho.

Si no estuviera el hombre
tan pegado a la Tierra,
tendría a Dios presente
antes que lo malo hiciera.

Un espíritu de Dios,
su cuerpo lo va diciendo
en Caridad y perdón,
si en medio de estas dos frases
ya ves la Imagen de Dios.


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Libro 22 - Investigaciones a la Verdad - Tomo III - C6

jueves, 4 de junio de 2020

A más cerca estés de Dios, más comprendes las Palabras que Dios manda

En Sueño Profético decían:

Si quisieran pensar, verían. Y si quisieran ver, pensarían en reacciones, momentos y palabras que salen de una boca, pero que Dios las manda.

Sin quisieran ver, en Aquí pensarían, y tendrían obediencia y no podrían rectificar una palabra.

Dijo uno:

Hay momentos en la vida
que tú en momentos no mandas,
pero si el Mando es de Dios,
los momentos llevan fuerza o llevan calma.

A más cerca estés de Dios,
más comprendes las Palabras
que Dios manda que queden escritas
para que sirvan de Enseñanza.

Desperté, oí:

Hay cosas que no se pueden hacer
ni por dinero ni por castigo.

Pero si el Mando es de Dios,
Él sale a tu camino.

Y en el camino Lo ve
el que cree al Elegido.

No puedes pedir Perdón
por el que clavó los clavos
sabiendo que era Dios.


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Libro 29 - Dios Manda En Su Gloria que Enseñen - Tomo IV - C7

miércoles, 3 de junio de 2020

El pozo que sintió pena

En Sueño Profético vi un pozo, y el brocal era de piedra, y dijo uno:

Este pozo oyó hablar al Maestro, a sus Discípulos y a caminantes que Le hicieron preguntas. De este pozo todavía duran sus piedras. Este pozo dio vida a espíritus que a su vivir lo atormentaban, poniéndolos a que fueran en contra del Maestro. Un día, estando bebiendo agua uno de sus Discípulos y esperando a que llegara el Maestro con otros, pasó esto que Aquí dicto, ya contado en Gloria sólo a espíritu:

Llegaron unos que tenían una hacienda bastante grande y se pararon a beber. Estando hablando con los Discípulos, llegaron unos trabajadores que trabajaban a destajo, y la prisa les hizo interrumpir lo que los Discípulos estaban hablando de su Maestro. Ya llegó el Maestro y tres de sus Discípulos con cara de grande cansancio, y el Maestro dio mirada a todos a la vez, para que el que quisiera, tuviera arrepentimiento por las palabras que habían estado diciendo y por el pensar tan en contra de la Verdad que los envolvía.

Dijo el Maestro:

   –Bebed todos, y después lo haré Yo. Vosotros bebéis porque si no, moriréis sedientos. Yo bebo para que Me veáis un Hombre.

Y dirigiéndose a los de la hacienda, dijo:

   –Si vosotros vais cansados y sedientos, sacáis el fruto de vuestra hacienda.

Y quedando los otros parados, porque su Poder los paró, dijo:

   –Y si vosotros no lleváis a vuestra casa el jornal, no hay quien lo lleve, y moriríais de hambre. Eso, la carne. Y el espíritu, si no llamáis en Mí a mi Padre, morirá también. Pero Yo y mis Discípulos no necesitaríamos comer ni beber, si no fuera Yo enseñando. Si he venido hasta aquí, es por buscar, para que aprendan y se salven.

Y ya por último, dijo:

   –El que desprecie mis Palabras, el que las juzgue y el persiga al que a Mí Me sigue, puede decir que ya está muerto.

Desperté, oí:

Lo mismo los dueños, que los que trabajaban a destajo, estaban hablando mal del Maestro, por decir que no estarían cansados.

Los Discípulos contestan poco,
porque el Maestro venía.

A todos citó en el pozo
que el que Lo amaba bebía.

Y estos mismos que Lo amaban,
dicen lo que de Él decían.

Cuando el Maestro se fue,
todos quedaron sin habla.

Y el agua, por el brocal,
dicen que a gotas manaba.

“El pozo que sintió pena”,
le puso el que a Dios amaba.


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Libro 13 - Hechos de Jesús Perdidos, Hoy Dictados en Gloria - Tomo II - C4