miércoles, 30 de septiembre de 2020

Los leñadores

En Sueño Profético decían:

Tiene más interés el que sigue, que el que acepta. El que sigue, puedes pensar: éste acepta. El que acepta, no se sabe si sigue. Dios Hombre enseñaba a conocer la actuación de estas palabras. Decía, que tenía más valor decir “yo sigo al Maestro, que decir “yo acepto lo que dice el Maestro”.

Dijo el mismo que estaba diciendo:

Un día, ya anochecido, llegué el sitio que estaba el Maestro enseñando a darle valor a las Palabras que valor tenían, referente a su Enseñanza. Llegando yo, estaba en estas Palabras:

No hay Palabras mejor oídas en Mí y que mejor lleguen a mi Padre, que estas que ahora vais a oír: “Yo sigo al Maestro porque sus Palabras no las oigo en ningún hombre y dan Vida de la que no muere”.

Y siguió diciendo el Maestro:

Estas palabras las estaban diciendo unos leñadores, que mientras cortaban la leña, enseñaban a buscar mis Palabras. Fue pararme con todos los que Yo iba, y dejar su hocino y hacer reverencia a mi Padre que iba en Mí. Viendo los que iban conmigo, a aquellos hombres que tanto amaban y tanto temor tenían a no ser aceptados por su dureza de manos y ropas –no para unirse a la caravana que iba–, les dije: “Cargad las bestias y venidse, pero no ponedse detrás, ponedse en sitio que roce mi túnica, porque vuestro seguir tiene más precio para mi Padre que si aceptáis sin ir a verme ni oírme”.        

Desperté, oí:

Hoy han sido las Palabras,

todas que Dios las dijo,

y el que las ha dictado

estaba presente en el hecho.

Estos leñadores,

después de que hacían sus cargas,

trotes le daban al burro

para no caer en falta.

Iban siguiendo al Maestro

y cogían su Enseñanza.

No aceptaban lo de otro

que les dijera palabras.

Querían oír su Voz,

que les daba la Esperanza,

Alimento, Luz y Amor.

Se ponían de los últimos,

siempre con igual respeto.

El Maestro lo sabía,

y un día va en busca de ellos.

Desde aquel día siguieron,

pero ya con los primeros.

Es mejor seguir a Dios,

que aceptar lo que mandó.

***

Libro 13 - Hechos de Jesús Perdidos, Hoy Dictados en Gloria - Tomo II - C3

martes, 29 de septiembre de 2020

El Amor a Dios, con Lumbre y con Llamas

En Sueño Profético decían:

Ya es tiempo, más que cumplido, para que el mundo sepa este Caso, que tantas veces se ha repetido que es único.

Ya es tiempo de premiar y de dejar al descubierto. Premiar al que no lo sepa y quiera saberlo. Puede que estos últimos pidan razones a los primeros que, pudiendo hacer, no hacen ni hicieron.

¿Cómo quiere la espiga, con un grano que dé, llenar el granero?

Esto, es tiempo ya de que el mundo sea responsable de ello. 

No es “obligar” de Dios, es no querer Dios que aquí haya secreto, por tener que morir y no ser eterno el cuerpo; y una vez que el cuerpo falte, no puede tener arreglo.

Dijo uno:

¿Qué diría o qué habrá dicho ya el que haya muerto su cuerpo y no hizo nada pudiendo?

¡El Tribunal del Cielo tiene que juzgar a vivos y a muertos!

Desperté, oí:

Si piensas este Mensaje,

ves el Lenguaje de Dios en el Cielo:

“Y vendrá a juzgar

a vivos y a muertos,

y su Reino no tendrá fin”.

¿Cómo puede el hombre

decir estas palabras

y dudar de lo que Dios haga?

Dudar y no acudir

donde vea las Llamas

de esta Lumbre Divina.

Lumbre que atraviesa

rejas y murallas,

y la distancia acorta,

y a los centinelas deja dormidos.

Esto lo decía

Teresa de Ávila.

Ella comparaba el Amor a Dios,

con Lumbre y con Llamas.

Decía, que el Amor

nunca se apagaba

si era de Dios.

Que éste se notaba

donde se encontrara.

Que el que más creía,

más iba a buscarla.

Y ya se veían

más altas las Llamas.

***

Libro 18 - Dios No Quiere, Permite - Tomo III - C8

 

lunes, 28 de septiembre de 2020

Si el pastor junta un gran rebaño, debe cuidarlo

En Sueño Profético decían:

Dios arrojó del Templo, no al que fue a buscarlo queriendo estar con Él en el Templo. Si Dios busca al pecador, ¿cómo le va a medir el tiempo al que va a su Casa? ¡Si deberían estar las puertas abiertas, noche y día, si el hombre a Dios amara!

Dijo uno:

El que está al servicio de Dios, tiene que acercar a Dios con su vivir, con sus hechos y sus palabras. Que al estar al servicio de Él, tiene que pensar: “Esto a Dios no Le agrada”.

Que pongan horas distintas para “carne que unen” (ceremonia sagrada) Y después, el que quiera, que acuda a la misa (celebración del Cuerpo de Dios Hijo y su Sangre, que el hombre, con los clavos en su Cuerpo, hace que brotes salgan de Sangre)

Desperté, oí:

Va el arrobo, a que si el pastor junta un gran rebaño, debe cuidarlo para que busquen al pastor y crezca el rebaño.

Estas Enseñanzas son para que el que Dios Aquí trae no dé respuesta equivocada.

El que quiere, aprende y va dando Enseñanza.

El empiezo del Mensaje, Dios manda que sea dictado, para que el hombre vea que el Instrumento da palabras y consejo porque antes a él se lo han dado.

Esta Enseñanza sea dicha al que ya se está enseñando.

Y que acepte que esto es dicho en la Gloria de Dios Padre y de Dios Hijo, donde están los ángeles y los santos.

Que los santos son cuerpos que vivieron adorando este Reino Prometido.

A unos, no los dejó Dios que pidieran el Perdón.

A otros, los hace santos el llanto y el arrepentimiento de no querer haberlo ofendido tanto.

Si tienes arrepentimiento, Dios lo sabe, y te contesta en silencio.

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Libro 31 - Te Habla El Profeta - Tomo IV - C4