lunes, 16 de noviembre de 2020

Señor, que tu Mando llegue antes que yo me canse

En Sueño Profético decían:

¡Qué alegría y qué contento vive el espíritu cuando a Dios le está sirviendo!

A este espíritu de Dios, al pensar “no me han mandado”, ya tristeza le llegó. Que esta tristeza la ponen los espíritus que no son de Dios, para que le llegue el pensar: “Yo ya no le sirvo a Dios”.

Dijo uno:

Este pensamiento, apártalo con valentía de ti. Y cámbiatelo por este: “Señor, que tu Mando llegue antes que yo me canse, y si estuviera cansado, que tu Mando sea más grande”.

No se puede comparar ningún trabajo que hagas con hacer este mandar.

Extraña tanto en el Cielo –a los que ahí tuvimos cuerpo– que el que pueda hacer este Mando, lo tenga tanto en silencio y no lo ponga en las torres, al final de la torre y al empiezo, para que esté al alcance de todos y lo lean, o pregunten qué es aquello.

Desperté, oí:

Este letrero llevaría

de la Tierra

mucha gente a este Cielo.

Ahí llevaría, Aquí traería,

es la palabra que encaja.

Esto, por la noche iluminado,

y con ruido de día,

con estas palabras:

“Aquí se recibe a diario

Mando que Dios nos envía,

para que sea publicado

por el Pastor al rebaño”.

“Pídele a Dios

que su Mando no te canse,

y si te notas cansado,

que su Mando llegue más grande”.

***

Libro 21 - Te Habla El Profeta - Tomo III - C4

1 comentario:

  1. Solo puede entender esa Alegría el que sirve también a Dios
    Para el mundo el siervo de Dios es pan insípido, sin sabor.
    Por eso son tan pocos los Amigos de Dios

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