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domingo, 18 de mayo de 2025

En sitio que nada queda

En Sueño Profético hablaban de la fuerza de la Tierra. Decían:

¡Cuánto tira la Tierra!
¡A cuántos aparta de Dios,
sin que el hombre se dé cuenta,
con los cuatro garabatos
que el hombre llama materia !

El hombre se amarga y sufre
con las cosas de la Tierra,
que va siguiendo de esclavo
como el que arrastra una pena.

El hombre sufre y se amarga
con las cosas de la Tierra,
que antes otro le dijo:
¡Vive más la Vida Eterna!
y no le des tanto tiempo
a aquello que no se cuenta   
en el Sitio que está Dios,
que no existe la materia.

Esto, casi siempre lo dice
uno que mucho lo piensa:
¡Lo corta que es la vida,
cuando vives con materia!

Desde que el mundo empezó,
siempre fueron las mismas reglas:
Primero, amar a Dios,
y luego, ya, a la materia.

El hombre lo hace al revés,
el mundo te lo demuestra:
vivir, vivir en angustia
por seguir a la materia;
no estar nunca contento,
y no caer en la cuenta
de que la materia se queda
donde vive la materia,
que la palabra sería:
en sitio que nada queda.

Desperté, oí:

¡Qué bien dicha la palabra:
“En sitio que nada queda”!

Puede que el hombre al leer,
abandone a la materia,
por pensar y releer:
“En sitio que nada queda”.

El espíritu de Dios
te enseña a vivir tranquilo,
sin vivir preocupación.

El hombre vive liado,
sin ocuparse de Dios,
por falta de haber oído
al que le habló siempre Dios.

Los trabajos de la Tierra,
siempre te apartan de Dios.

Los trabajos que tú emprendes
“pa” retirarte de Dios.

Ama, sin dar preferencia.
Piensa, en la palabra bien dicha:
“En sitio que nada queda”.

Pues leyendo esto una vez.
te olvidas de la materia.

***

Libro 2 - Meditaciones y Palabras Directas con El Padre Eterno - Tomo II - C7

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