En Sueño Profético decían:
Dios hace las cosas a manera de Dios.
Dios hace las cosas que tú no ves.
Dios hace las cosas que tú estás viendo sin poderlas comprender.
Dios no hace nada mal hecho.
Dios todo lo hace bien.
Dios no puede tener un fallo, porque todo viene de Él.
Dios hay veces que confunde a aquél de mucho saber. En cambio, no se confunde aquel que pregunta de dónde viene, y si le dicen de Dios, un amén dará en respuesta del mucho Amor, que este Amor ya le dio la Confianza de Dios.
Dice uno:
Yo voy a contar un caso que a mi mismo me pasó estando yo con mi rebaño:
Me faltó un cordero un día y una noche; lo estuve buscando sin poderlo encontrar. Al día siguiente, me llevó el cordero un hombre muy sordo que pedía limosna y así vivía. Pues a pesar de la sordera tan tremenda que tenía, estaba enfermo para trabajar. Dice, que al pasar por el río, algo le hizo volver la cara, y que vio al borrego balando, y ya con poca vida. Miró al Cielo pidiendo remedio y pronto lo tuvo. Bajó de sus espaldas el macuto, que bien dicho era su vivienda, y a una cuerda que tenía le amarró una piedra; la echó al río con tan buena suerte, que enganchó las patas de la cordera; tiró y la sacó, secándola con su manta.
Desperté, oí:
Cuando el pastor quedó enterado de dónde estaba, trabajo le costó creerlo.
Una vez que por allí habían pasado varios con buen oído.
Este hombre estaba queriendo hacer un bien por el pastor, ya que muchos días el pastor partía su comida esperando al pordiosero.
Dios deja pasar al que oye, sin oír la balada, y hace que el sordo sienta la angustia del cordero.
¿Quién puede comprender esto, ni juzgarlo a favor del sordo?
Sin duda que Dios lo hizo porque los anteriores se llevarían el cordero y el sordo se lo entregaría a su dueño.
Es difícil comprender,
si no nos explican esto.
¿Cómo se comprendería,
pasar por allí hombres sanos,
queriendo robar corderos
y viviendo uno sin amo?
¿Cómo se comprendería,
si no es Dios el que está mediando?
Las cosas de Dios se entienden
poniendo todo en sus manos.
El sordo oye balada,
por tener espíritu sano.
El pastor lloró al cordero,
y Dios lo mandó al rebaño.
***
Libro 6 - Dios Manda en Su Gloria que Enseñen - Tomo I - C4
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