En Sueño Profético, decían:
Si amas a Dios, conoces a los Espíritus que no sienten este Amor. Es algo que vas leyendo y que te molesta seguir, y ya acabas poniendo fin.
Dijo uno:
Los espíritus son los que te acercan o te retiran de la persona. El cuerpo actúa como le manda el espíritu, actuando para Dios o en contra de la Palabra de Dios. El espíritu es el que guarda tu cuerpo de no parecer lo que no eres, pero tienes que tener siempre a Dios en tu pensamiento, que esto el que te trate lo irá viendo.
Al hombre que haga lo que Dios no mande, sea quien sea, le están mandando espíritus satánicos, que éstos pueden llegar a los espíritus que quieren estar con Dios, pero antes de que tomen aposento, son rechazados. Rechazados y maldecidos por haber querido dar engaño.
Desperté, oí:
Es el espíritu el que le pone la acción al cuerpo. Y si tú amas a Dios, lo puedes ir leyendo.
Decían, que el espíritu mandaba en el cuerpo, y que el cuerpo rechazaba -si el espíritu era de Dios- lo que querían que hiciera con engaño.
Es necesario que el hombre aprenda, cuando vaya a hacer algo, si el Mando va de Dios o de espíritus contrarios.
Con el Mando de Dios te sientes en Paz y el tiempo quieres acortarlo cuando vayas a hacer algo que el Prójimo está esperando.
La acción y la palabra siempre dejan al descubierto al espíritu que manda.
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