viernes, 30 de noviembre de 2018

Ve quitando de pecar

En Sueño Profético hablaban del pecado. Decían:

Contenta más a Dios el que va quitando de pecar, que el que no ha pecado.

El que no ha pecado, se salva él. El que va quitando de pecar, va a muchos salvando, aunque antes de hacer este servicio a Dios estuviera viviendo en el pecado.

Es sencillo y difícil el comprender este párrafo. Más difícil que sencillo, si a Dios  no vives amándolo.

Dijo uno:

Es más difícil el comprender,
si vives ley de la Tierra.

Si vives la Palabra de Dios,
Él hace que lo comprendas,
que el que pecó y ya no peca
quiere en su acción decir:

“¡Señor, dame fuerzas
para quitar del pecado
al que el pecado no vea!

Y si lo vio
y no le encontró remedio,
al oírme a mí, remedio vea.

No me importa publicar
aquello que hice mal,
a todo el que no lo sepa”.

Yo le oí a Agustín hablar,
y no sabía quién era.
Esto fue un atardecer,
en casa de unos conocidos míos,
que él se dio a conocer.

De allí salieron alumnos
para ayudarle a él
en aquel duro camino.

Desperté, oí:

Son casi todas las palabras,
que yo las oí de Agustín:

¡Señor, dame valor y Fuerzas,
que yo cuente mi pasado!

¡Señor, quítame este pensar:
si estaré yo perdonado!

Si los quito de pecar,
tu Poder, en mí, has mandado.

Cielos y tierras
que habéis visto mi vivir en el pasado,
dadme caminos,
que encuentre
pecadores abandonados.

Yo, Señor, me encuentro fuerte,
y jamás seré tentado.

Si tentación es pensar
que si seré perdonado,
castígame como quieras,
que yo respondo alabando.


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Libro 26 - Dios Comunica y Da Nombres - Tomo III - C3

jueves, 29 de noviembre de 2018

La Confianza en Dios

En Sueño Profético decían:

Es la Confianza en Dios,
la que da Vida a la vida.

Es la Confianza en Dios
la que hace que tú vivas.

Sin Confianza
no vives esta Vida,
que es la verdadera Vida.

Confianza y aceptar,
es lo que mantiene vida.

Dijo uno:

Si falta la Confianza en Dios, sin querer de Él te retiras, aunque tú creas que no.

Obediencia y Confianza es lo que Jesús exigía a los Discípulos que querían ser sus Discípulos. Que exigía después de que querían serlo. Si no hubieran querido, le hacen el Mando, pero no eran sus Discípulos.

Discípulo es hacer el Mando sin quitar ni poner. Y ya es llevar un Mando que a veces no es comprendido hasta que el Mando has dejado. El Mando de Dios, cuando lleva Mando, ves claro en lo oscuro y lo difícil fácil.

Desperté, oí:

Donde tengas inquietudes,
pon en Dios la Confianza.

Si las inquietudes son
de las Leyes que Dios manda.

Dios no te quiere con dudas,
porque las dudas
de Él te apartan.

Y ya no es vivir,
vida sin Fe y sin Confianza.

Y puedes perder los Premios
que Él en su Gloria te guarda.

¡Qué triste tiene que ser
vivir la vida
sin Confianza y sin Fe!

Y además de la tristeza,
puedes peligro correr.


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Libro 28 - Hechos de Jesús Perdidos, Hoy Dictados en Gloria - Tomo V - C2

miércoles, 28 de noviembre de 2018

La Vida que no muere

En Sueño Profético hablaban de la muerte sin remedio, y de la Vida que no muere. Del cuido que el hombre le da a lo que acaba, y la guerra que le pone a lo que no muere.

¡Cuerpo, que exige que abandones lo que es Eterno y te condenes!

¡Cuerpo exigente, que a Dios no ama, y de Él depende que sus piernas tengan movimiento y su lengua tenga habla!

¡No va a tanta cultura este abandono a lo que no muere!

Dijo un Espíritu que Dios le da Mando y que vivió con materia:

Pierden más la Presencia de Dios, cuando quedan sin cuerpo, porque cuando vivieron la vida de materia dudaron de la Existencia de esta Gloria. Que la mayoría dudó por no alcanzar la victoria que ellos mismos se trazaron.

El hombre precisa el “freno del Amor a Dios”. Con este freno viviría Tierra pensando en Cielo.

Desperté, oí:

Es la muerte lo primero
que el hombre debería tener
en todos sus actos.

Pero aceptado normal
el día de su vencimiento
como algo que no es tuyo
y lo tienes que entregar.

Por eso, estas Enseñanzas,
deben ser públicamente dichas,
para el bien de la Humanidad.

Los que más puedan hacerlo,
más deben de publicar.

Adelanto, cultura
y progreso, sin Dios,
es noche en oscuridad.
Que si no caes, tropiezas
y te tienes que parar
hasta que el día llega.

Que este día puede ser
cuando la muerte te llega.


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Libro 21 - Te Habla el Profeta - Tomo III - C2

martes, 27 de noviembre de 2018

Los números del reloj

En Sueño Profético hablaban de la vida y de la muerte. Ponían comparaciones para que el hombre pensara que la muerte era Vida y la vida era muerte, para que el hombre aprendiera que la aguja del reloj tiene que marcar el número cuando Dios le da la hora para que deje su cuerpo. Que el espíritu, que es la Vida, cuando abandona el cuerpo, entonces empieza la Vida, ya sin libertad para elegir, porque Dios te dejó un tiempo para seguir sus Palabras y que hicieras un recuento: “Esto hice bien. Esto hice mal. Y si lo hice mal, yo vivo arrepentimiento”.

Dijo uno:

Los números del reloj, siempre que yo los miraba, me traían a la memoria: ¿A Qué número le tocará cuando digan: “murió a tal hora”?

El mismo número llevaba consigo el día y la noche, esperando la llamada del Único que sabía cuándo el cuerpo muerto quedaría.

Unas veces me daba alegría. Y otras, pena me entraba, cuando me traía a mi mente: “No hice lo que Él mandaba, y pequé con el desprecio”.

Desperté, oí:

Este pensar y los números del reloj
me apartaron del camino
que no te encuentras a Dios.

Nadie puede saber
la hora que el reloj marque
cuando su espíritu
abandone el cuerpo.

Los números del reloj
no pueden marcar la hora
dándole preferencia
al que muere en el palacio
o al que muere en la choza.
Los dos pueden acabar
su vida a la misma hora,
y los dos pueden ir juntos
al Infierno o a la Gloria.

Primero se nombra muerto,
y después se dice hora.


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Libro 25 - Meditaciones y Palabras Directas con El Padre Eterno - Tomo III - C6

lunes, 26 de noviembre de 2018

El camino de espíritu

En Sueño Profético se vio un camino en pie. No era camino recto, era en forma de escalera, y en vez de mirar al frente, la mirada iba al Cielo, porque allí iba el camino.

Este camino lo pasa sólo el espíritu cuando ya no tiene cuerpo, que es el culpable de que todos los espíritus no suban este camino.

Dijo uno:

Todos los espíritus bajan este camino, que es el sí del nacimiento. Entonces, baja el espíritu, porque antes de nacer, vive tan sólo un espíritu, aunque dos personas haya. Con una que se alimente, basta para darle vida a lo que no tiene espíritu.

Si así sigues enumerando, en todo verás a uno. Cuando ya, el Sí de Dios ha bajado este camino, ya cuentas a dos personas, y ya hay dos espíritus. Que nadie puede darlo si no es Dios. Lo da con la Libertad que si no quiere su Sitio, en la Gloria no entra ya después de que no sea un niño. Si es niño, nadie podrá mandar en su espíritu para quitarle la Gloria.

Y sí puede, si ama a Dios, hacer que nunca la pierda, con su ejemplo y oración cuando el pecado quiera arrebatárselo a Dios. Si tu súplica es más grande, puedes darle Salvación, porque a ti llegó primero el Sí que Dios le mandó.

Desperté, oí:

¡Qué claridad dan en la Gloria
para ver cuando hay
dos espíritus o uno sólo
en un mismo cuerpo,
aunque haya otro cuerpo!

Que este cuerpo es el hijo,
pero espíritu sólo hay uno.

Al hacer separación,
que su nombre es nacimiento,
ya Dios manda el espíritu.

¿Cómo explicaría el hombre esto,
difícil y sencillo?

Sencillo para el que Dios
lo trae sólo en espíritu.

Con estas aclaraciones
ya te sobran los estudios
que tanto lían a los hombres.


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Libro 22 - Investigaciones a la Verdad - Tomo III - C1

viernes, 23 de noviembre de 2018

El que juzgue será juzgado

En Sueño Profético hablaban de poder quitar sufrimiento y no quitarlo. De poder dar de comer al hambriento y dejar que el hambre lo lleve a la muerte.

El que piense en estas palabras, él solo se juzga y se siente de Dios apartado, si pudo hacer lo que hoy en la Gloria se está hablando.

Dijo uno:

Al poder hacer lo que Dios tiene mandado y no hacerlo, ya eres culpable de un daño que pudiste remediar. Que este daño puede que, de no quitarlo, pueda traer muchos más daños.

Jesús mandaba con sus Palabras consolar al afligido y levantar al caído. Hay quien el consolarlo lo iguala con levantar al caído. Consolar es achicar el sufrimiento y seguir la vida, no viendo tu sufrimiento el más grande, y ya ir diciendo: “Señor, yo quiero de Ti no apartarme”.

El que levanta al caído es el que siente el desprecio del hombre que juzga sin caridad y no siente el deber de levantar con el nombre de Dios.

Desperté, oí:

¡Cuántos sufrimientos podrían ser chicos si el hombre que pudiera achicarlos los achicara!

¡Qué pocos caídos habría si el hombre, la Palabra de Dios, practicara!

Que esto es bien sencillo, levantar y decir: “Señor, en el juzgar, que de mí no salgan palabras.

Porque yo soy pecador y en Ti tengo puesta mi confianza”.

El que juzgue será juzgado”. Yo no quiero Señor que a mí me lleguen estas Palabras.


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Libro 32 - La Palabra del Creador - Tomo III - C3

jueves, 22 de noviembre de 2018

Tienes que querer a Dios más que aquello que quieras

En Sueño Profético decían:

Si tú no quieres a Dios, tú no quieres a nadie. Si tú no quieres a Dios, poco bueno puede, el que te siga, copiarte. Y poco te dirá el Prójimo, y pasarás por el caído poniendo en tu mente o en tu lengua el letrero de: “porque hizo el mal, por mí que quede en el suelo”. Este pensar y acción es de no querer a Dios.

Dijo uno:

Yo oí muchas palabras a Mónica de Agustín cuando le hacían preguntas el que amaba a Dios y el que no Lo amaba, y jamás dio contestación que no fuera gran enseñanza.

Un día estaba llorando, de rodillas, ante un altar que estaba la imagen de Dios, y cuando ya terminó de rogar o de hacer oración, estas palabras eran de ella: “Rogad o haced oración”.

Decían, que el rogar te llevaba a la oración. El rogar era pedir, y la oración era dar gracias por achicar o quitar sufrir. Ella no podía oír a las madres poner a sus hijos antes que a Dios. Pronto oían en ella:

“No dejes que salgan esas palabras de tu boca. Si a tu hijo quieres más, el día que enferme, ¿cómo vas a llamar a Dios? Piensa que si tú quieres a tu hijo, Él lo quiere mucho más. Y si de Él te retiras, ¿cómo Lo vas a llamar el día que nadie pueda quitarle la enfermedad?

Desperté, oí:

Si todos quisieran amar a Dios,
Dios a todos enseñaría.

Si sabes que de Dios sale el Poder
para esa vida y para ésta,
cómo le vas a dar
a esa vida preferencia.

Tienes que querer a Dios
más que aquello que quieras.

Para decirle: “Señor,
Tú eres más Dueño que yo.
Hágase tu Voluntad
en el Cielo y en la Tierra”.

Tienes que querer a Dios
más que aquello que quieras,
porque el querer a Dios
da alegría
en la petición que tengas.

Oración o ruegos,
decía Mónica de Agustín,
es tener contacto en el Cielo.


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Libro 31 - Te Habla el Profeta - Tomo IV - C2

lunes, 19 de noviembre de 2018

Dios enseña a apartar y a premiar

En Sueño Profético decían:

Al que le extrañen las reacciones del que Dios elige para enseñar al que quiera saber, para salvar su espíritu, es que no ha oído el Evangelio. Y si lo ha oído, no lo ha creído.

Dios enseña a apartar y a premiar. Aparta negando sus Palabras. Y premia abriendo las Puertas al pecador que su Perdón busca. No prefiere si antes a Él no Lo han preferido. Y nombra por familia a todo hombre que pisa la Tierra. En su Última Cena sienta a su mesa al que ponía y puso su confianza en lo que Él había prometido. Pide que dejen que los niños a Él se acerquen, para hacerles sentir el Camino de la Verdad. Y su Presencia no falta en el Prójimo. Oyen de su Boca:

Los últimos serán los primeros”. “Donde dos de Mí hablen, Yo estoy en medio”.     

También avisó cuando se cumplió su tiempo.

Desperté, oí:

Decían en el arrobo palabras justificando la acción del Instrumento que Dios le da el “Ve y di en mi Nombre”.

¡Cómo admitir al que su postura es desmentir y hacer sufrir!

Todo lo que sea Evangelio lo tiene que repetir el que lleve a Dios por dentro.

Si este Mensaje lo juntas con el dicho el día 13, verás cómo justifican el que ama a Dios o el que dice que Lo quiere.

A Judas, Dios lo deja para que él mismo al hombre le dijera que a Dios Lo había vendido por unas cuantas monedas.

Dios, como Dios, lo sabía, y dejó que él dijera: “Sí, yo soy Judas”.


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Libro 29 - Dios Manda en Su Gloria que Enseñen - Tomo IV - C4

miércoles, 14 de noviembre de 2018

El que pide con Amor

En Sueño Profético decían:

Es distinto pedirle a Dios con Amor, a pedirle porque quieres que esa petición te llegue. Al que pide con Amor, si no sabe lo que pide, Dios lo entiende. Y al que pide sin Amor, Dios no lo oye, porque tendría contestación con fuerza, en la escala que el hombre contesta.

El que pide con Amor, sigue amando si su petición no llega, porque le viene pensar: “Yo sé que Dios mi petición no deja. Es que yo no pido bien y no sé de otra manera. Él es Dios y todo lo ve, y lo ve antes de que sea aquello que todos ven”.     

Dijo uno:

Los que piden a Dios con Amor y aceptan el sufrimiento, y siguen amándolo, son un número muy chico, tan chico, que pena daría apuntarlo para que luego lo leyeran los que piden y reciben a Dios amando.

Desperté, oí:

Todos los que a Dios piden,
reciben si piden con Amor,
aunque no sepan pedir.

Los que piden sin Amor,
deberían estar contentos,
no dándoles Dios contestación.

Éstos piden,
queriendo enseñar a Dios:
“¿Por qué no haces esto?
Tienes que hacerlo así,
porque mañana ya es tarde”.

Éstas son las peticiones
del que no ama
pero tiene que pedir.

Aunque no sepas pedir,
pídele todo a Dios sin miedo,
que Él entiende
cómo tú Le estás pidiendo.

Pero pídele primero
que tú no Le pidas cuentas,
ni llegue a tu memoria:
“Señor, ¿por qué pasó esto?”.

Pídele a Dios lo que quieras
y que tus últimas palabras
sean diciendo: “¡Señor,
qué jamás Te pida cuentas!”.

Que esto sería no creer
que eres Dios
en el Cielo y en la Tierra.


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Libro 25 - Meditaciones y Palabras Directas con El Padre Eterno - Tomo III - C7

domingo, 11 de noviembre de 2018

La batalla de la Gloria siempre la gana el Amor a Dios

En Sueño Profético decían:

Alcanza más el Amor y la Constancia, que la fuerza de la injusticia y el engaño de la maldad.

La batalla de la Gloria siempre la gana el Amor a Dios y el deseo de amar más.

El Amor a Dios te hace que olvides lo que el que no ama tiene siempre presente, que es la venganza. El Amor a Dios te deja en medio de lo terrenal y de lo que va al Cielo.

Dijo uno:

Te deja en medio, y tú ya respondes con Amor o desprecio, que es lo que Dios manda para meter en el Cielo.

Sin Amor a Dios pierdes la batalla de aquello que quieres. Que puedes ganarla como hace el hombre, dejando sin vida los cuerpos de otros hombres. Esto es perderla sin darle Enseñanza.

Desperté, oí:

Haciendo el bien,
vas curando heridas,
que estas heridas
no se ven.

Se ven cuando están curadas,
y te hacen comprender
que si no andaban deprisa,
algo tenían que tener.

No hay mejor medicamento
para curar el espíritu,
que la Palabra de Dios
que la acción lleve primero.

Dios Hombre
encargaba a los Discípulos:
Llevad acción de mi Mando
para curar los espíritus.
Que éstos, una vez curados,
pueden hacer gran servicio
”.


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Libro 23 - Hechos de Jesús Perdidos, Hoy Dictados en Gloria - Tomo IV - C1

jueves, 8 de noviembre de 2018

Hacer pública la Palabra de Dios

En Sueño Profético decían:

Dios está dejando al hombre al descubierto, sin sitio para esconderse. Para que el que quiera, Lo quiera; y el que no Lo quiera, que piense que Dios lo sabe, para el día que su cuerpo quede debajo de tierra.

Dijo uno:

Esto es trompeta en oídos, que aunque estén delante sordos, la oyen, por el gesto que pone el que la ha oído. Esto destapa secretos y no tiene otro sentido, que el hombre hable de Dios sin Amor y sin miedo. El hacer público el Mensaje es el remate de un sufrir que ha estado en silencio. Que piense el que tiene buena clase de vida, cultura, o el rudo, estar tantos años recibiendo Mensajes de Dios en espíritu, y después, cuando vuelves al cuerpo, que traigas Mando de Dios, diciéndote: “Di que Me ves, que lo hagan público, para que el hombre vea que mi Palabra no tiene tiempos”.

Desperté, oí:

Cierto que publicar lo que Dios dice, deja al hombre al descubierto para el día que su cuerpo entierren.

Esto, para los que dicen que a Dios aman y no acuden ofreciendo lo que Dios les deja que sean dueños.

Si pensaran que de lo único que son dueños es del espíritu…

Porque el cuerpo no tiene dueño sin el espíritu.

El cuerpo, ya se ha dicho varias veces que es el traje del espíritu.

Por eso, muchos espíritus son conocidos por el traje, que es el cuerpo.

Hacer pública la Palabra de Dios, deja al descubierto.

Puede acortar el pecado y hacer pensar en el Cielo.

Lo que no puede hacer si se queda en silencio.


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Libro 31 - Te Habla el Profeta - Tomo IV - C1

martes, 6 de noviembre de 2018

La Paz, señal del Cielo

En Sueño Profético decían:

La Paz te lleva a la Gloria, y la Gloria te da Paz, y el nombre de Dios te queda en tu acción o tu pensar, y es guardián que llevas, que ya te libra del mal que intenta quitarte la Gloria.

La Paz es lo que Dios Hombre le trae al hombre la noche de su Nacimiento. Y cuando vuelve al Padre, le deja la Paz como mayor tesoro.

Siendo Dueño de todo, deja y da su Paz como llave que abre las Puertas de la Gloria.

Dijo uno:

Si no vives Paz, no tienes nada. Si vives Paz, tienes todo; lo poco lo ves mucho; y el día siempre se acaba y no ves merma.

Puede vivir mejor el casero de la finca que el dueño, aunque muchas fincas tenga.

El casero vive en Paz y no tiene que entregar cuentas en su momento final; mira al Cielo y vive Paz, y siente algo por dentro que la Tierra no le da. 

Desperté, oí:
Siendo el mayor tesoro la Paz,
no la busca el hombre.

Al contrario, la roba
allí donde está.

La Paz desprecia la avaricia
y la ira deja enterrada.

La Paz es señal del Cielo.

La Paz te lleva conformidad
a lo que llega en la vida
que sufrimiento te da.

Si la Paz buscara el hombre
como busca las monedas,
pon letreros por las calles,
que se acabarían las guerras.

No hay fuerza que pueda más
que si la Paz se presenta.


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Libro 25 - Meditaciones y Palabras Directas con el Padre Eterno - Tomo III - C6

lunes, 5 de noviembre de 2018

El espíritu es mi guardián

En Sueño Profético decían:

Si el pecado te llegara diciendo “no soy pecado”, repasa los Mandamientos, si los habías practicado, y verás que tienes engaño.

El pecado es para el espíritu como para el cuerpo el disparo, la horca o el cuchillo por los dos filos afilado.

Dijo uno:

Se está comparando engaño al espíritu, engaño al cuerpo. ¿Quién aceptaría normal ponerse delante de un  fúsil o cañón, en manos de uno que fuera a disparar, diciendo: “¡No pasa nada! ¡Cortecillo más o menos…! Pero no tiene importancia para el bien que luego vas a pasar”?   

Ahora, dos manos derechas, tú ponerte en medio, en cada mano un hacha, y los dueños de las manos te dicen: “¡No…, esto no mata! ¡Si el filo no está afilado!”.

Ahora, sigue este comparar: una botella lacrada con un letrero pegado diciendo: “Es veneno puro, por laboratorio pasado”. Y un químico de fama te dijera: “Bébelo, que es una broma que han dado”. ¿Crees que la beberías por mucho que te dijeran “no es malo”?

Esto es querer conservar el cuerpo, que sólo es temporal.

Desperté, oí:

Aprende a cuidar el espíritu para que siempre digas: “Yo hago lo que quiere su Dueño.

Que el espíritu es mi guardián, y yo el engaño desprecio.

Si el pecado se presenta con el engaño, yo pienso en los Mandamientos y mi espíritu nunca será engañado”.

Lo mismo que el peligro para el cuerpo es rechazado, rechaza todo lo que el hombre ofrece diciendo: “esto no es pecado”.


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Libro 30 - Investigaciones a la Verdad - Tomo IV - C2

domingo, 4 de noviembre de 2018

El día está con Dios

En Sueño Profético hablaban de estos Escritos dictados en Gloria. Decían:

Estos temas –“Palabras y Hechos de Jesús”, que no aparecen en ningún sitio y que son iguales a los que hay con el nombre de Evangelio–, al leerlos, tu mente y tu lengua tienen que decir Dios, que es de donde vienen.

Dijo uno:

Se ha repitiendo muchas veces, que si fueran palabras dichas sin justificantes –que van de Dios y que son los que acercan a Dios–, retirarían y descubrirían la hipocresía a la Presencia de Dios. Esto es no creer o creer y no amar a Dios. Esta actuación es sordera diabólica.

¡Cómo no pensarán en la muerte de su cuerpo!

¡Cómo no pensaran: si yo oculto Esto, yo a Dios no defiendo!

¡Cómo no pensarán en las Palabras que Dios dijo cuando vivió con Cuerpo de Hombre con el hombre!:

Y vendrá mi Espíritu”.

No puso clase ni sexo.

Muchas cosas Me quedan por deciros, que las diré en el Lugar que acepte sufrimiento y Me siga”.

Desperté, oí:

Daba pena por Dios el oír estas Palabras, y miedo por el hombre.

Esto es decirle no al día y querer decir noche.

Pero es peor todavía, porque el día está con Dios.

Pero al no querer que se nombre a Dios ni se diga que está Vivo con Cuerpo y que dice que se diga, el hombre está demostrando que a más Amor Dios le manda, más desprecio Le da a cambio.

No llevan camino limpio ni la cultura ni el adelanto.


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Libro 28 - Hechos de Jesús Perdidos, Hoy Dictados en Gloria - Tomo V - C2