lunes, 30 de octubre de 2023

En esta Verdad no pueden la ayuda negar

En Sueño Profético decían:

En esta Verdad pueden coger el camino para publicar, que este camino muchos no lo podrán coger por no ser temas Divinos dichos en arrobo, y al despertar, Dios manda dictarlos. Que esto lo pueden comprobar con los Libros publicados y los que están a la espera de publicarlo.

Los que están aquí unidos que no dejen de buscar caminos que puedan ayudar a esta Obra, que es conocida por no haber otra igual. Esta Obra es de cuerpo y de espíritu. Primero es la del espíritu y después la del cuerpo. La del cuerpo es para conocer al espíritu y obedecer a Dios en la Palabras que dejó de Enseñanza: “Por vuestras obras conocerán que sois míos” Pues si esta labor la está haciendo ya el Elegido durante más de 35 años, sería justo que le ayudaran.

Desperté, oí:

Es alegría el pensar que el mundo sepa que Dios Vivo está.

Pero es más alegría vivir con la Fe y la Confianza puesta en el Reino de Dios.

Diciendo: En esta Verdad , no pueden la ayuda negar.

Y puede que salgan caminos que se ignoren.

Decían en la Gloria que la alegría de Dios siempre tiene la Paz de compañera.

Y que la oración en el Prójimo Dios la premia.

Igual que aparta al que desprecia sus Palabras.

Son pocos los Elegidos porque pocos son los que aman.

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Libro 41 - Dios Habla al No Quiero del Hombre - Tomo III - C3

domingo, 29 de octubre de 2023

Dios arroba mi espíritu

En Sueño Profético éstas eran las primeras palabras que se oían. Era como si dos hablaran, dándoles a estos Mensajes una gran altura y diciendo que Esto es muy diferente a lo que le pasa a la que el Elegido ha ido a ver,  por estar enferma en el hospital y al Elegido haber llamado por haberle hablado de este Caso un Ministros de Dios. Esta enferma contaba que a ella le pasaban también cosas de Dios. Esto, cuando iba al campo y se reunía con otras personas para sentir la Presencia de Dios.

Yo diré mi responder: "Lo que a mí me pasa es otro camino distinto: Yo, cuando quedo dormida, Dios arroba mi espíritu, y mi cuerpo queda sin vida hasta que el espíritu vuelve al cuerpo. Entonces el cuerpo se despierta y Dios le dice que escriba lo que le dictan. Una vez que te van dictando, recuerdas todo lo que has visto en el arrobo. Al estar despierta, siguen hablándote: unas veces oyes la voz de Dios y otras su Mando. Todo esto que aquí cuento me fue dicho en los primero arrobos. Decían que, cuando despertara, si seguían hablando, pusiera: “Desperté, oí”, y las siguientes palabras, separadas con rayas. Al poner “oí”, ya se ve que es Mando del Cielo."

Desperté, oí:

¡Qué diferencia hay cuando el Poder de Dios elige para enseñar de su Gloria y para que esta Enseñanza sea cundida, como aquí está pasando!

Si Dios arroba el espíritu y deja el cuerpo sin movimiento, ¡cómo se va a ir a un sitio, llamando a mucha gente, para que vean a Dios arrobando el espíritu!

Esto sería mandarle a Dios.

Este Elegido –dicen en la Gloria–, cuando lee los Mensajes, sí es Mando de Dios, y cuantos más Libros se publiquen, más se hace este Mando.

Donde te presentes, sea hablando de lo que Dios dice, que esto está en los Libros.

El tener estos Libros prólogos de obispos, a muchos les ha hecho guardar silencio, y la Paz de Dios se ha visto.

El que no vea aquí el Poder de Dios, es porque no siente este Amor.

Mandan que quede dictado el brillo tan grande que salía del “Cuadro de Dios Hombre en su Última Cena”.

Siendo esto una alegría tan grande, tienes que callártela, por no seguir los Pasos de Dios el que oye estos Mensajes.

Otra vez repiten, que hay gran diferencia ,de oír lo que dice que le pasa a la que han contado, a oír estos dictados que Dios manda que sean publicados en grande cantidad de Libros.

Estos Libros pueden verlos grandes teólogos y grandes universitarios, no pudiendo quitar palabras y poner las de sus grandes carreras.

Este Caso, hoy, es único, y los Libros lo demuestran.

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Libro 60 - Dios No Quiere, Permite - Tomo VII - C3

jueves, 26 de octubre de 2023

A Gloria lleva

En Sueño Profético vi a una mujer llorando, y uno dijo:

Esta mujer llora el pecado, que quiere no pecar,  y le atormenta su mismo pecado con que ya no puede ser perdonada. A esta mujer la vi yo en mi vida de materia con este mismo llanto, con este mismo lamento, contando su vida a una mujer de doble edad que ella. Una, pasa de veinticinco, y la otra de algo más de cincuenta. Otra se para y ésta ya se quitó de hacer vida mala. Esta que estaba llorando no se quitó antes porque todos los que la rodeaban eran pecadores que pecado iban enseñando. Ella, no servía para enseñar a pecar. Estas palabras dijo, a esta mujer que vida de sufrir llevó siempre pero nunca obedeció al demonio, nunca pecó, siempre procuraba buscar donde quitar de pecar:

   –¿Qué promesa haría yo a Dios en pago de mis muchos pecados?. y rompió en llanto. Mi madre murió de las palabras que oía de su hija a la que tanto quería. Mi padre culpaba a ella de mi mal vivir. Hoy, de tres que éramos, imposible el estar juntos. Ella. enterrada. Mi padre ha desaparecido del pueblo, y yo vivo con el pecado.

Dijo la que madre podía ser:

   –¿Por qué no te vienes a mi casa conmigo, y juntamos trabajo y cuartos, y con este vivir huye el pecado? Cuando ya no te atormente, ruégale a Dios, pero ya ruega sin llanto. Este vivir sin pecar es tu madre la que en la Gloria lo ha alcanzado. Ya llevo bastantes días que ando por ahí buscándote. No dejo de oír su voz: “ve y háblale para que se salve, y cuando esté sin pecar, rogaré para que busque a su padre, si ahí no vivimos juntos, el estar Aquí es lo que vale”.

Desperté, oí:

El espíritu que está en Gloria,

a Gloria lleva.

A Gloria lleva

cuando tú ya tus pecados,

en pecado dejas.

Cuando lloras el pecado,,,,,,,,,,

aunque te dieran cargas

que fueran de oro,

y tú, caudal desprecias.      

La madre está en la Gloria

y desde la Gloria habla

a su amiga, que el sufrir,

las dos sufrir se contaban.

Cuando la hija no peca,

al padre busca y le manda

que a Dios Le pida Perdón

y que remedie sus faltas.

Los tres están en la Gloria

por esta amiga tan santa.

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Libro 14 - Dios Manda En Su Gloria que Enseñen - Tomo II - C7