domingo, 31 de julio de 2022

Voy enseñando, para que abracen tu Permitir

En Sueño Profético decían:

Llegó el sueño pensando en los muchos caminos que querían que cogiera este Elegido. Pero la fuerza del Amor tan grande que le tiene a Dios, le hizo coger el camino que le niegan los que no son elegidos. Le niegan el hacer el bien. Le niegan el seguir hablando de lo que aquí está pasando.

Dijo un espíritu de Dios:

Cuando hay un Elegido con este Poder, tienen que la respiración en sus manos poner.

El mando que da este Elegido, ya, antes, ha sido dicho a su espíritu, sin oír palabras. Esto es lo que justifica que, sin oír ni ver, siente el Mando que del Cielo baja. Y es que a su espíritu no puede llegarle ningún pensamiento para hacer el mal.

Desperté, oí:

Tu mando sea sin temor a enfado, porque tu mando debe ser oído y respetado.

Cuantos más grandes son los Mensajes, más piensa el Elegido en ir a los Ministros de Dios y decirles que ya es hora de romper el silencio que tiene la Iglesia.

El pensar del Elegido es: “Señor, yo, con mi sufrir, voy enseñando, para que abracen tu Permitir”.

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Libro 60 - Dios No Quiere, Permite - Tomo VII - C2

sábado, 30 de julio de 2022

Silencio roto

En Sueño Profético hablaban de la petición para que reconozcan la obra que hace el que buscó a Dios, siguió sus Pasos y Dios después eligió, dándole Poder para conocer a los espíritus que no son de Dios.

Dijo uno:

Al que hoy le has entregado el libro de las firmas que hacen esta petición, no dejará de llevarlo donde sepa que hay cargos que tienen poder para ponerlo de mesa en mesa y que vean que no exagera el que habla de este Caso.

Si lees detenidamente los cargos de los que firman, no puede ser que no conozcan a la que para ella la petición hacen.

En Esto ya se ve silencio roto.

Las alegrías te ayudan en la vida de materia a que subas y bajes las cuestas. Unas se ven. Y otras, ocultas quedan. Pero es vida dura buscar sin descanso quien firmas ponga sellando este Caso.

Desperté, oí:

Que esto sea lo primero: buscar quien firme que este Caso es cierto.

Es para pensar, que a los Caminos de Dios, el hombre, para ensuciarlos, no puede llegar.

Intenta, pero en el intento Dios lo echa para atrás.

¡Es pena tener que ir detrás del hombre para que diga que Dios está hablando!

Una vez que lo saben si siguen los pasos del Elegido y ven su responder, sin quejarse y queriendo más Servirlo y Amarlo.

Todo el que sienta este Amor, busca al Lugar que Dios le da el Mando.

Y hace lo que hoy han hecho: llevar firmas y ponerlas de mano en mano.

El que no sienta este Amor, es bueno para el hombre, pero malo para Dios.

Guardar Poder que Dios deja y cerrar las puertas a Dios es no creer, o creer y no amar, que es mucho peor.

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Libro 40 - Dios Manda en Su Gloria que Enseñen - Tomo VI - C4

viernes, 29 de julio de 2022

Olvida lo de la Tierra

En Sueño Profético decían:

Olvida lo de la Tierra y vive pensando en lo que te manda el Cielo. Que si no llegara este Mando, no podría vivir el cuerpo. Porque el desprecio es abono al sufrimiento.

Dijo uno:

No hay día que pase que no intenten hacer algo para pararle el camino al Elegido. Y quisieran dejarlo arrinconado, pero el Poder de Dios le ilumina para que haga el bien, aunque mal reciba. Que esto es lo que el hombre ve que él no haría: repartir el bien para otra vida, y hacerlo todo contento, sin comparaciones con hombres buenos. Aquí lo bueno es hacer lo que Dios manda. Que Él manda lo que Él hizo cuando vivió de Hombre: no devolver golpe por golpe. Si lo devuelves, quedas como el que dio el golpe, y ya no haces lo que Dios manda.

Desperté, oí:

Tus suplicas no faltan, haciendo el bien a sabiendas de que no pagan.

Pero Dios te dará cada día más alegrías y más cundirán este Caso, que hoy no hay otro igual.

Si Dios aquí no actuara, sería el vivir del Elegido como el vivir del hombre: corresponder al bien con el bien, y al mal con el mal.

Aquí hace pensar el corresponder siempre olvidando el mal.

Que esto lo ve todo el que cerca de este Elegido está.

Los pocos que te siguen quisieran el sufrir quitar. Pero cuanto más vean sufrir, luego verán más milagro.

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Libro 41 - Dios Habla al No Quiero del Hombre - Tomo III - C4