A los siete u ocho días, estaba yo mirando al cielo, cuando de pronto vi abrirse unas brechas grandísimas, y se veía otro cielo, del que salían unos humos de colores -como el arco iris- con una fuerza y rapidez capaces de parar un tren.
Se cerraron las brechas y quedaron estos Humos haciendo dibujos preciosos. Hacen cintas, aureolas, como esos letreros que le ponen a la Virgen, diciendo: "Gloria in escelsis Deo".
Creí que sería un fenómeno de la naturaleza y que todos lo veían. Pero cuando lo pregunté, me di cuenta de que nadie lo veía.
Desde entonces no se quitan estos "Humos" de mi vista. Si estoy en un sitio cerrado, los veo en chico. Y si estoy en la calle, grandísimos. O sea, que a mayor espacio, mayor dibujo.
En una de mis Revelaciones me dijo Dios que había dejado sus Huellas en flotación.
Continuará...
Es admirable la sencillez con la que describe estos fenómenos.También me hace pensar que la Gloria debe ser preciosa.
ResponderEliminarLos Humos Divinos que Anita veía constantemente eran el Poder de Dios en flotación y eran los que hacían los Milagros, que manaban del Profeta.
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