En Sueño Profético hablaban de la fuerza del pecado y de la fuerza del Amor.
Dijo una:
Yo soy la Magdalena, pero quien habla en mí es Dios. Hoy le toca a la Magdalena; mañana a otro, Dios eligió.
El pecado tiene fuerza porque va en contra de Dios, y coge todos los deseos que sabe que tu cuerpo no va a rechazar como no invoques a Dios, como no digas: ¡Dios mío, no quiero condenación!
La belleza y el halago te llevan a las manos del pecado. Pues con todo esto que yo cuento, por haberlo yo pasado, como tú quieras amar, el pecado vas dejando.
Una noche, ya en silencio, estaba el pueblo callado, como si no hubiera pueblo, y a sus anchas el pecado. Oí, debajo de mi ventana, a dos hombres con esta charla: “Mañana nos vemos otra vez a la misma hora”.
¡Qué hombre hablando! ¡Qué palabras de consuelo! ¡Qué mirada le miraba cuando oía “Maestro”!, cuando repetía esto: “¡Yo he venido a libraros de la condenación. El que cumpla mis Palabras, entrará en mi Reino. El que no haga pecado, Yo soy su Amigo. El que no está conmigo, está en contra de Mí!”.
Estas palabras yo oía y ellos decían. Se me han quedado clavadas palabras y visión –esto a ellos–. A mí me entro un arrepentimiento –pero con Amor–, que aparté el pecado, que odiaba el ofrecimiento que los hombres me habían dado. Odiaba el ser Magdalena. Mejor quisiera haber sido de esas mujeres enfermas, que la enfermedad contagian y que se apartan de ellas.
Desperté, oí:
Estos hombres se pararon
sin saber quien los oía.
Estaban llenos de Dios,
y Dios ellos repartían.
Siempre que hablaba el Maestro,
ellos al Maestro seguían.
Cuando ya la Magdalena
oía hablar del Maestro,
el Amor le superaba
al pecado que en silencio
quería que Magdalena
no tuviera arrepentimiento.
Por mucha fuerza que tenga
el pecado y la belleza,
se queda en plan pasivo
cuando tú a este Dios quieras.
El Amor de Dios supera
lo que te ofrezca el pecado,
por ser fruto de la Tierra.
MAGDALENA
***
Siempre que el espíritu este mal, el pecado vence, pues el cuerpo no puede decir no a la tentación, solo puede un espíritu en Dios. La gente vive pensando que no hay nada , que el pecado no es pecado si no una forma de vida , pero realmente no se dan cuenta de la alegría que se experimenta cuando estas cerca de Dios, porque él todo lo puede, porque Dios es infinitamente misericordioso y puede hacer que un gran pecador , se convierta en un gran santo, eso solo lo puede Dios, yo daría lo que fuese por que toda esta gente, con depresiones , al borde del suicidio, con vidas perdidas…pudieran experimentar por un segundo , lo que se siente al estar con Dios, seguro que sus vidas dejaría de ser las mismas, y como Magdalena nunca más querrían apartarse de él, porque con ese amor eres capa de todo.
ResponderEliminarEstoy contigo Sandra, ¿cuánto estaríamos dispuestos a dar porque las personas que no conocen a Dios lo conozcan? ahí tenemos la respuesta de Jesús: "El que Me quiera seguir, coja la cruz y Me siga", esta cruz siempre es puesta por el que no ama, al que a Dios lo ama.
ResponderEliminarQuien está lleno de Dios, Dios reparte y despide el pecado.
ResponderEliminar@SANDRA Bienvenida al blog, me gustan tus comentarios, me alegro que estemos unidos por el Amor a Dios.
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