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En Sueño Profético decían:
Si eres bueno para Dios, eres bueno para el hombre.
Si eres bueno para Dios, rechazas todo lo que a Dios ofende.
Dijo uno:
Hay quien le pone el nombre de bueno al que no roba ni mata a sabiendas que a Dios no ama. Éste no mata el cuerpo, pero va enterrando espíritus y llevándolos al Infierno. El que no ama a Dios se conoce de momento, algo tiene que te aparta si tú para Dios eres bueno.
Yo no podía tener intimidad con el bueno, aunque el hombre lo premiara, si a Dios no nombraba y del Prójimo no se acordaba. Yo tenía a Dios presente en todo lo que iba a hacer. Había veces que mis pasos y mis palabras las retiraba pensando en Él, luego me daba alegría, aunque en el crítico momento coraje me ponían. El Cielo me quitaba el coraje cuando mi mirada subía. Y es que cuando a Dios quieres seguir algo saldrá a tu camino para que vean que tu Amor a Dios no es limpio.
Desperté, oí:
El hombre es mal tasador para tasar al hombre bueno.
Revuelve el metal con oro y luego llega el momento que no sabe pedir precio.
Al hombre que no busca a Dios y la Palabra de Dios no practica con Amor y Paz, no le va el nombre de bueno.
Es peor que decirle al gigante enano, y al enano decirle gigante.
O al cordero león, y al león cordero.
Estos nombres no se igualan pero destaca más decir hombre bueno al hombre que a Dios no ama.
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Hola a todos, no dejeis de escuchar el audiomensaje nº4, todos son buenos pero este te llega al alma ,!como nos quiere Dios y nos deja tanta livertad!,no se trasmitir lo que siento pero, resumo mucho amor a Dios
ResponderEliminarEste Mensaje va a levantar ampollas, hay tantos que se les llena la boca diciendo que para ser bueno no hace falta ir a misa. A quí te dice que no todo el va a misa es bueno, pero no es bueno el que no quiera ir a la misa.
ResponderEliminarPerdona Carlos , pero yo he leído el Mensaje y ahí no pone nada de lo que tú has dicho.
ResponderEliminarBueno Rocío, gracias por leer mi comentario. Ya sé que no pone exactamente eso. Es lo que yo he comprendido del Mensaje, y lo he expresado así.
ResponderEliminarHe dicho esto, porque tal vez hayas leído otro Mensaje en el blog que dijese eso, y por eso lo he comentado.
ResponderEliminarDe todas formas estoy totalmente de acuerdo contigo.
Hola Carlos, muy bueno tu comentario, has sido contundente.
ResponderEliminarMuy buena la hemeroteca, es una de las secciones que más me gusta. he visto el comentario del periódico de la mujer que estaba enferma y tuvo un milagro. A mi personalmente me emociona mucho por que me acuerdo del que Dios me hizo a mí cuando conocí a Ana
ResponderEliminarHola Carmen te he leído en varias ocasiones que Dios te hizo un milagro a través de Ana, la verdad es que me muero de curiosidad por saber qué te pasó. ¿Podrías contarlo?
ResponderEliminarHola Mapi, conocí el caso de Ana en la Iglesia de la Sta. Cruz, de Madrid. Iba con mi amiga Carmen.Pues íbamos a pedirle a San Judas Tadeo por nuestros problemas. Fue mi amiga la que se interesó por los Libros, yo la verdad no estaba tan interesada. Cuando me explicaron el caso lo vi interesante y decidimos comprar dos Libros.
ResponderEliminarMi situación era desesperada, a causa de mis dos hijas adolescentes, mi marido ya estaba harto y quería separarse.
Resulta que mi hija mayor siempre había tenido un carácter muy rebelde, tal vez por los celos hacia su hermana. La que le seguía era dócil, pero empezó a tirar de la hermana. No había día que no se peleara en casa, y por supuesto, también con el marido, porque nunca estaba de acuerdo con mis decisiones (él quería que la hija se fuera de casa). Yo me desesperaba porque pensaba que tendría toda la libertad para ir con malas compañías.
Cuando empecé a leer el Libro, me fui dando cuenta que el problema no lo tenía mi hija (del todo), yo no sabía tirar de ella, pues era siempre gritos, insultos...Leí un Mensaje que parecía que era mi caso, y explicaba cómo la madre rogaba a Dios por la curación del hijo, y cómo lo trataba. Os puedo asegurar que cuando la vida se pone tan difícil dices tengo que hacerlo cueste lo que cueste, y me costó muchísimo, pero iba viendo que tenía resultado, que mi hija iba cambiando.
A los 3 meses pasé por la iglesia y pedí la dirección de Ana. Fuímos a Casa de Ana. No puedo explicar lo que sentí al estar en su presencia, era una paz inmensa, como si hubiéramos descansado después de un gran trabajo, una felicidad tremenda, que cuando ahora estoy mal recuerdo ese momento y siento el consuelo.
Mi hija, a la semana de volver de Córdoba encontró trabajo, el trato era como si fuera otra persona. Más tarde econtró a un chico, se casó y tiene un hijo. Mi marido al ver el cambio de la hija cambió totalmente y estamos juntos.
Gracias Carmen por contarnos tu experiencia. Es lógico que estés agradecida a Dios por haber conocido a Ana.
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