viernes, 26 de marzo de 2010

De niño pierde la carne, y de hombre, el espíritu - Libro 93 - Dios Manda en Su Gloria que Enseñen - Tomo XIV - Pag. 45-46


En Sueño Profético ponían ejemplos de lo bien hecho y de lo mal hecho. Hablaban de las actuaciones del hombre. Decían que el hombre enseñaba sin él primero haber aprendido la primera Enseñanza, que es Amar a Dios y tenerlo de Amigo. Si esto no sabe el profesor, ¿qué sacará de los niños?

Dios quiere que te hagas hombre sin que dejes de ser niño. Pues el que esto así no haga, se convierte en su enemigo. Primero hay que enseñar a que el niño sepa que no puede hacer nada de lo que Dios dijo y escrito quedó que no se hiciera y quedará por los siglos de los siglos. Y para que no lo cambien, Él nombra a sus Elegidos, y siempre estará diciendo. “Esto es de Dios. Esto es del enemigo”.

Dijo uno:

¡Con qué interés busca el hombre al niño que se ha perdido que cuente dos o tres años! Pues este interés aumente cuando vea que se ha perdido, aunque tenga más de veinte, porque de niño es la carne lo que pierde, y de hombre, el espíritu, que es lo que nunca muere.

Si aquí no hay Enseñanza, el niño ya llega a hombre siendo amigo del pecado, que los mismos profesores por amigo se lo dejaron con las palabras: “¡Practícalo, que no es malo!”

Desperté, oí:

Son Enseñanzas sencillas, y difícil el comprenderlas para el que no ama.

La Enseñanza tiene que ser antes de que el espíritu sea dominado por el pecado.

Que el crecimiento del niño se acostumbre a Amar a Dios como a ponerle zapatos, con el número dieciséis o dieciocho.

Como lo vas enseñando a que coja la cuchara.

Y lo pones a que estudie o a que algún trabajo haga.

Que esto último lo deberían dejar para cuando el niño fuera hombre, y ya él que decidiera trabajar con los estudios o trabajar con los brazos.

Esto escandaliza al hombre.

Pero que piense el hombre ahora, que el niño se haga hombre sin que de Dios nada le enseñen.

Cogerá la Libertad en el robo y en el crimen, y no pensará jamás que este mundo a Otro sigue.


***

2 comentarios:

  1. Puedo dar testimonio de que si mis padres no me hubieran marcado a fuego desde niña con lo que es o no es de Dios, no habría podido vencer las muchas tentaciones que he encontrado y sigo encontrando por el camino.

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  2. Se les enseña desde muy pequeños las primeras letras y cuando se trata de la enseñanza del Cielo dicen que cuando sean mayores que ellos elijan.

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