martes, 14 de septiembre de 2010

Si esto no fuera de Dios no lo aguantaba el cuerpo - Libro 53 - Te Habla el Profeta - Tomo VII - Pag. 165-166


En Sueño Profético decían:

Si Dios no te mandara Poder, no podrías hacer la vida que haces. Ya son varias noches en las que las tres horas no las cumple el sueño.

Dijo uno:

En lo que sí emplea las horas es para que en silencio Dios conteste a su pensamiento, que aquí dictan: “Señor, dime que debo de hacer, que yo ya no temo al que me mire con ira o con desprecio. No temo porque tu Voz la oigo en el sueño”. Que este pensamiento era sentido, hablado y luego dictado. Esta es una confianza para poderle al que aquí pone dudas. Que aquí pronto le recuerda Dios las horas de sueño, que si esto no fuera de Dios no lo aguantaba el cuerpo. Dios le manda las fuerzas, porque sin estas fuerzas el Elegido sería otro más de la Tierra.

Desperté, oí:

En este ArroboDesprendimiento del espíritu por la Fuerza del Mando de Dios y obediencia en la carne esperando el retorno del Mando (L.76-Pag.73-74-75) contestaban al pensar del Elegido.

Si alguna duda le ponen, él pronto se trae a su pensamiento: “Señor, yo no oigo a nadie que duerma las pocas horas que yo duermo, sin estar cansada, y a Ti más Queriéndote. Antes, que me llegue la muerte si Te ofendo pidiendo sueño”.

Ahora coge los sufrimientos que al Elegido le dan con el desprecio.

Con esto le hace Dios que piense que si fuera esto del hombre el Mundo tendría que saberlo.

Dios no obliga, porque si obligara estarían en su Gloria los que ya tienen su sitio con el mando de Satanás.

El Milagro de la Piel de Cordero sea dicho sin miedo, ya que Dios hace lo que nadie puede hacer.


***

6 comentarios:

  1. Veo tanto mérito la vida que llevó el Profeta que sólo puedo sentir admiración por ella, y pienso cuánto Amor a Dios tendría para hacerlo sin protestas. Por mi parte reconozco que no soy capaz de llevar ese ritmo, por supuesto que hay cosas que son sobrenaturales como es lo poco de dormía y ahí no digo nada pero en las que podemos hacer todos, pues me falta mucho.

    ResponderEliminar
  2. Si esto no fuera de Dios, el cuerpo no aguantaría y el espíritu tampoco.Es difícil estar buscando diariamente a los que sufren y recibir desprecios.

    ResponderEliminar
  3. Ella vivía para los demás, y todo el mundo lo sentía así, aunque no creyeran en ella, siempre llevaba ese algo especial que es Dios. Ella dormía pocas horas, las visitas eran diarias y mucha gente, después de estar todo el día visitando enfermos.

    ResponderEliminar
  4. Es algo común en los Elegidos: Vivir para el prójimo y no reservarse nada para sí.

    ResponderEliminar
  5. Cuando veías la vida que llevaba el Profeta comprendías porqué Dios la había Elegido, era un ser único, en todas las facetas de su vida. Se veía más verdad el ver cómo llevaba los sufrimientos y cómo consolaba al que su sufrimiento era más pequeño que el de ella.

    ResponderEliminar
  6. Bueno, todos los que vivimos cerca de ella somos conocedores de primera mano de que la grandeza de Anita venía de cosas que vistas aisladas podrían no tener tanta importancia, pero que si las ves a lo largo de toda una vida, todos los días y todas las horas sin excepción, es entonces cuando te das cuenta de lo sobrenatural que era no sólo éste caso, sino toda su vida.
    A mí siempre me ha impresionado más. De hecho, si tengo alguna flaqueza sólo tengo que recordar que Ella SIEMPRE estaba contenta, deseosa de ayudar, de escuchar... a cualquier hora del día y la noche.

    ResponderEliminar