En Sueño Profético decían:
El que más quiere a Dios, más busca al Profeta, más lo obedece y más lo sigue. Busca al Profeta para saber de Dios y más lo obedece para tener a Dios contento; y más lo sigue para prestarle ayuda y aprender al máximo del Profeta.
El que al Profeta tiene cerca y su distancia vive lejos, éste no tiene disculpa ni para los vivos ni para los muertos –esta palabra mal interpretada ahí–.
Cuando a Dios amas y en Él todo confías, no te puede ser el Profeta indiferente.
El que ama a Dios, busca al Profeta como el pez al agua. El que a Dios buscaba, a Dios amaba.
Desperté, oí:
Y el que a Dios no quería, a Dios ofendía.
No hay amor profundo que voluntario tú busques la separación.
El que más busca, más ama, y el que menos quiere, más ofende.
La indiferencia sale del espíritu.
Si el espíritu es de Dios, no puede vivir en indiferencia.
Si admitieron el martirio fue por Amor al Maestro. Y el que daba el martirio, por fuerza era fariseo.
Nosotros los Once, con propiedad te hablamos de esto.
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De Dios procedemos y a Él tendemos.El Profeta nos acorta el camino y alivia la sed.
ResponderEliminarQué verdad más grande, que sus Discípulos admitieron el martirio por Amor a Dios, no hay nada que supere a la alegría de vivir la Presencia de Dios.
ResponderEliminarLa indiferencia es la prueba de no tener amor pues cuando tu sientes este fuego no vives sino que buscas al amado.
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