sábado, 25 de enero de 2025

Tu tiempo, ya no es para convencer

En Sueño Profético hablaban de estas Enseñanzas. Que no son para el que las escribe, porque el que las escribe, antes las recibió su espíritu. Que son las que luego enseña la materia. Decían:

Tu tiempo, ya no es para convencer. El convencer va más donde no existe verdad. Con estas pruebas aplastantes, que estudien los libros, párrafo por párrafo, como el que estudia una carrera. Pero este estudio que sea espiritual, porque el título luego es para el espíritu.

Dijo uno:

Pon el párrafo del Mensaje del 16-2-81. Esto fue dicho por Dios hombre a los Discípulos:

“El que Me conozca y a vosotros os dé la preferencia, pensad que no va de mi Padre, que va de espíritus que quieren formarme la guerra”.

“Entristeceos, cuando os prefieran antes que a Mí, porque esa preferencia no va del Espíritu Santo, que es el que manda mi Padre. Si pasáis, que sea habiéndola Yo antes pasado. Pensad mi sufrimiento, y más Me buscaréis, diciendo: “¿Maestro, qué hago?”. Pero no Me habléis de lo que sé, porque mi sufrimiento aumentáis, aunque Yo sepa lo que guardáis para que Yo no sufra”.

“Si os dieran en la cara, no devolved el golpe. Haced que piensen en el golpe que os han dado. Que el pensar se lo hacéis devolviendo un bien en pago al mal”.

 

Desperté, oí:

 

Antes dicho al espíritu sólo,

y después, al despertar,

al espíritu y materia.

Ten presente estas Palabras,

que ya les ha llegado su tiempo:

“Tu tiempo,

ya no es para convencer”.

El convencer, va más

donde no existe verdad

con estas pruebas aplastantes.

Que no cojan tu sufrimiento

como espada defensora.

Que lo mismo que Dios permite,

mucho de su Permitir

no cuenta aquí en su Gloria.

Pero, ¿cómo Dios va a elegir

sin demostrar el Instrumento

cómo hay que llevar sufrir?

Hay veces

que tienes que romper el mueble

para ver el carpintero

cómo al trabajo responde.

Que si el mueble está más nuevo,

más se luce el carpintero.

***

Libro 23 - Hechos de Jesús Perdidos Hoy Dictados en Gloria - Tomo IV - C3

viernes, 24 de enero de 2025

El cuerpo va pregonando lo que le manda el espíritu

En Sueño Profético hablaban de este Caso que está ocurriendo con pruebas de sobra para ver Verdad, y el hombre el poco interés que pone para que Esto esté ya a escala internacional. Que si así lo pusieran, le quitarían el sitio a las guerras. Y al pecado, en vez de premiarlo como hace la ley, deberían castigarlo, ya que el castigo no podrán quitárselo como el cuerpo muera pecando.

Dijo uno:

El hombre de letras debería pensar que Esto no es Aparición ni Visión para la persona que lleva el Mensaje. Esto es Lugar donde Dios da sus Palabras al espíritu sin cuerpo para que sirva de Enseñanza. Aquí pueden preguntar de todo, pero sin maldad diabólica. Dios le ha hecho Visiones que ya pueden los teólogos estudiar, y darán el “sí que esto no es de la Tierra”.

Pues ya pasados los 35 años, ¿qué más quieren ver para que ellos acudan y sea este Lugar el sitio que quedará en archivos para toda la eternidad? Que éste es el gran sufrir que el Elegido lleva dentro de su cuerpo, queriéndolo ocultar para no mandarle a Dios sufrimientos.

 

Desperté, oí:

 

Tan sólo con decir que como este Caso hoy no se puede presentar otro igual, ya deberían pensar que hay que cundirlo, por estar viendo que es Verdad.

Que es Dios el que está diciendo que se debe cundir este Evangelio.

Que es el mismo: antes dicho y hoy diciendo.

Decían en la Gloria que si cundieran estos Mensajes, le quitarían el sitio a las guerras.

Y el pecado no se haría ni sería premiado.

Porque el creer que Esto baja de Dios, haría pensar que al morir el cuerpo, el espíritu no podría ser perdonado, por no haber vivido los Mandamientos.

Si muere tu cuerpo sin vivir la Ley de Dios, tú no entras en su Reino.

El cuerpo va pregonando lo que le manda el espíritu.

***

Libro 41 - Dios Habla al no Quiero del Hombre - Tomo III - C3

jueves, 23 de enero de 2025

La Tierra te persigue y te engaña

En Sueño Profético decían:

Debería el hombre llevar una insignia con un ciprés y una lápida. Y sería gran recordatoria para pensar en la muerte, sin que muerte te nombraran.       

Despreciarías la avaricia y corregirías tus faltas. Ni leyes ni guardianes harían ya falta.

El hombre no se reforma porque no piensa en el final de su cuerpo, que irá a esta casa: tierra o ladrillo, y, por puerta, lápida.

Esto para el cuerpo. Para el espíritu está Prójimo y Cielo.

En el Prójimo, Dios te espera. Y en el Cielo está su Reino.

Esto te hace pensar que Dios es presente en la Tierra y en el Cielo. Que siguiendo su Camino –tu Vivienda después de dejar tu cuerpo en aquella casa triste–, tu espíritu oye alabanzas a Dios Padre y a Dios Hijo, hace ruegos para que el hombre no peque y la Paz reine en el mundo. Esto, si has seguido su Camino, lo vive el espíritu, pero Eterno, como todos los que tuvieron cuerpo, que su espíritu se vino a la Llamada de Dios, y el cuerpo, en el cementerio quedó. Por eso, ciprés y lápida, te recuerdan cementerio, sitio en el que queda lo sucio porque no viene al Cielo.

 

Desperté, oí:

 

Al hombre le hace falta

que se pare en el Camino

que cree que nunca acaba.

Que piense que la muerte

es sorda y sin habla.

Si la ofenden, no contesta,

y nadie ve la llegada,

aunque la salud la veas

en palacio,

en gente joven y adinerada.

La Tierra hereda aquello

que no sirve para nada.

La Tierra te hace que pienses

que tienes la vida larga.

Te pone hambre en los ojos,

para que desees

lo que Aquí no hace falta.

Llénate la inteligencia

de todo lo que Dios manda,

y ya enseñarás al Prójimo

que la Tierra

te persigue y te engaña.

***

Libro 22 - Investigaciones a la Verdad - Tomo III - C7