En Sueño Profético hablaban Tomás de Aquino y Agustín de Mónica.
Decía Tomás:
Es cosa incomprendida el no querer aceptar esta Teología; es cosa sin palabras, sin poder conversar, sin tener una defensa para poderse zafar, sin que tengan argumento para poder derrotar. Aquí queda sin palabras el que ama de verdad.
Yo, siempre que dicto el Mensaje, digo: “¡Dios mío!, cómo pueden aguantar una Teología tan pura, si aquí lees, y sin preguntar vas aclarando tu mente, y es para emborracharte.
Yo, como tanto quería saber de Aquí para enseñar, porque así mi enseñanza era justa, sin equívoco y sin fracasar…
Sí, Tomás –dijo Agustín–. Aún tu Teología está y estará por siglos y siglos, porque Dios siempre es igual. Dios es siempre el mismo: Dios para enseñar y perdonar. El hombre es el que quiere a este Dios anular.
¡Cuántos pecados quitaría esta Enseñanza dada ya! ¡Cuántos que en su crecimiento pecan por falta de edad! No hay quien lea estos Mensajes y siga pecando más.
Desperté, oí:
Cuando el Amor supera,
ya despides el pecado.
Cuando el Amor supera,
sientes a Dios a tu lado.
Yo, Agustín, sentí a Dios
cuando dije: ¿por qué peco,
sabiendo que existe Dios?
Tiene pecado más grave
el que hace los pecados
sabiendo que Dios los sabe.
Estos Mensajes te sirven
para que no peque nadie.
¡Cuánto perdón pedirá
el que muera sin querer
estos Mensajes escuchar!
Estos Mensajes te sirven
para encerrar el pecado,
y el hombre se quede libre.
El hombre peca más veces
porque cree que Dios vivió
y se subió a los Cielos
sin tener Comunicación.
La Comunicación de Dios,
no puede faltarle al hombre,
porque ésta es la razón
por la que Dios vivió de Hombre.
AGUSTÍN DE MÓNICA Y TOMÁS DE AQUINO
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Libro 5 - Dios Comunica y Da Nombres - Tomo I - C5
Dios no se hizo hombre para después alejarse del mundo. Sigue presente para librarnos del pecado.
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