En Sueño Profético hablaban del tener y despreciar, y luego querer y no poder alcanzar, porque su tiempo pasó, tiempo de pinchos y clavos que hacen crucifixión. Esto es justificante que presenta todo el que Elige Dios, para que hable de su Gloria, diciendo: “Me dice Dios”, no que Dios dijo o dice. Esto es un Mando que Dios da a tu Espíritu, que es alegría y calvario, más alegría que calvario. Si piensas lo que sufre Dios, ya te olvidas del calvario y caminas sin descanso para que muchos Lo quieran y nunca oigas Culparlo, sin llevar arrepentimiento de aquél momento malo que tiene el que está sufriendo.
Dijo uno:
No hay quien tenga un sufrimiento grande, y vaya buscando sufrimientos para quitarlos o achicarlos. Que a veces, son sufrimientos que no han llegado tan altos, y da miedo el oír al que el sufrir le ha llegado.
Desperté, oí:
Decían, en el Arrobo, que buscar sufrimiento para quitarlo o achicarlo, ya era un justificante de estar Sirviéndole a Dios.
Que llegaría el momento de recibir a cambio del desprecio.
Recibir la angustia de no oír lo que, horas antes, Dios dice a un Espíritu sin cuerpo.
Dios, igual que dice: “Di que Me ves y te Mando”, igual prohíbe.
Prohíbe lo que el hombre ha despreciado.
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Si nos ponemos a pensar un poco en la vida que tuvo que pasar Ana, nos daremos cuenta que acudía al prójimo para consolarlo, ¿pero quien la consolaba a ella?
ResponderEliminarEs una constante en los santos que no dejen de dar a los demás y que el pago sea injusticias.
Cuando tenemos una preocupación parece que no existe nada más en el mundo que nosotros mismos.El Mensaje nos dice lo contrario: ocultar tu sufrimiento y acudir a aliviar a otros.
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