En Sueño Profético decían:
Verás frialdad
donde no sea lo de Dios lo primero.
Verás algo faltar,
aunque digan que son buenos,
y te cansará el oír
lo que no es para este Cielo.
Dijo uno:
Es difícil comprender,
sin palabras, al espíritu,
si estás con pies en el suelo,
porque pueden estar pies
y de ellos tirar tu espíritu
y sacarle buen provecho.
¡Es lástima que los hombres,
que pueden pregonar esto que baja del Cielo,
no acudan ofreciendo su cargo,
su tiempo o su dinero,
que nada les rentará como la renta del Cielo!
Tiene que llegar el momento
que lloren para saber
y se haya cumplido el tiempo.
Al que se cree importante,
debería darle miedo,
cuando el cuerpo le enfermara,
pedir curación al Cielo.
Desperté, oí:
Luego acudirán
los que hoy necesitas
y no se ofrecen.
Y tendrán la respuesta,
con palabras o sin palabras,
de la indiferencia.
Si esto así no fuera,
no sería Dios
el que estos Escritos diera.
El Instrumento no puede
salirse de esta Obediencia.
Obediencia que es Amor
queriendo que todos sientan.
El Instrumento descansa
cuando no tiene descanso el cuerpo,
ni silencio sus palabras.
Pero que sea servicio
del Servicio que Dios manda.
***
Libro 29 - Dios Manda en Su Gloria que Enseñen - Tomo IV - C2
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