En Sueño Profético decían:
“Que Me ves, dilo, publícalo”.
Son Palabras de tal Fuerza, que el hombre no pudo llegar. Y hoy tendría grave respuesta el que quisiera aquí el silencio dar.
“Que Me ves, dilo”, ya es un premio que Dios da. Que este premio son muy pocos los que ahí disfrutándolo están. Por eso mandan Aquí que su cundir sea cada día más.
Que Esto no haga el hombre como con la comida: que unos tiren comida y otros mueran por no tener este alimento que el cuerpo sin él no puede pasar.
Pues ¿cuántos, cuando llega a ellos una Verdad Divina, diciendo: “pasando está”, cambian de ritmo de vida y a Dios se van a buscar?
Si el hombre pensara esto, miedo le daría cuando notara en su cuerpo algún poco de malestar.
Desperté, oí:
“Que Me ves, dilo”,
no pudo el Instrumento callar.
Luego empezaría calvario,
y calvario hay que pasar.
No porque Dios ponga el calvario,
esto lo pone el no amar.
Y ya empieza la guerra
de querer destrozar aquello
a lo que no hay quien llegue
por ser de Dios el Mandar.
“Que Me ves, dilo, publícalo”,
es la obediencia
tirando del sufrimiento.
Pero este Mando de Dios
hace impotente al hombre
que quisiera decir “no”.
“No es verdad”, jamás lo dice
con pruebas a presentar.
“Que Me ves, dilo”,
es un Aval Celestial.
***
Libro 20 - La Palabra del Creador - Tomo II - Pág. 103-104-105
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lunes, 14 de abril de 2014
domingo, 6 de junio de 2010
No hay otro caso igual a este - Libro 51 - Dios Comunica y Da Nombres - Tomo V - Pag. 188-189-190
En Sueño Profético decían:
Cuando Dios habla en un Lugar es cuando más quedan al descubierto que nombran a Dios sin creer y sin Quererlo. Que esto se puede ver, desde que Dios se hizo Hombre, cómo el hombre se portó. No pudo hacer más que Clavarlo en la cruz. Y después de Clavarlo hicieron fiesta los fariseos y los hipócritas. Que la fiesta la siguen haciendo en los días que Lo nombran de muerto. Que muerto está mal dicho, que fue matado, porque sus Pies y sus Manos fueron clavadas, y pinchos en la Cabeza y su Pecho clavado. Pues si haces este pensar ves el desprecio que aquí están dando.
Dijo un espíritu, que cuando vivió con cuerpo fue grande Teólogo, con Mando del Cielo:
Este Caso que Dios hoy tiene para que hable de su Gloria, no hay otro caso igual a este. Ni yo, cuando viví con cuerpo, lo conocí. Es que son 38 años, todos los días, pudiendo presentar lo que Dios dice en su Gloria. Unas veces con el Mando de Dios, y otras, es el mismo Dios con su Voz hablando y dando este Mando: “Que Me ves dilo, publícalo”. Esto, de no ser verdad, no tiene la fuerza que tiene para Teólogos y Jerarquías de la Iglesia. Para poder decir: “Esto es verdad, y aquí hay justificantes que se unen a esta Verdad”. Y el que esté en silencio, más justifica que esto es verdad, cuando no puede desmentirlo.
Desperté, oí:
Era para que en el lugar donde Dios tiene a este Elegido tuvieran que pedir la vez para oírle dos palabras.
Soy Tomás de Aquino, y en el Arrobo Dios me ha mandado. Y en el despertar me sigue mandando.
Tuve Mando de Dios, pero mi profesión era Teólogo.
Dios me daba Mando y yo enseñaba de mis estudios teológicos.
Pero este Elegido hace callar a Teólogos, por ser Dios el que dice lo que habla.
Aquí la duda no puede existir, viendo la cultura que tiene de la Tierra.
Que estos son los que más pregonan lo que ven en la Gloria, diciendo: “Me dice Dios”.
Y aunque sea algo que hoy nadie ha visto ni sabe, a más cultura tenga el que hable con este Elegido, más le salen las palabras.
Le decían en la Gloria en los primeros Arrobos: “Busca a un pasante que sepa de letras, pero los temas que no intenten reformarlos”.
Que esto sería reformar a Dios, y Dios contestaría con castigo.
Manda en Gloria que mi nombre quede escrito.
TOMÁS DE AQUINO
***
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