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viernes, 22 de octubre de 2021

El silencio aquí no pue­da quedarse

En Sueño Profético decían:

Se ve más que aquí actúa Dios por el despre­cio que al Elegido le hacen.

Dijo un espíritu con Mando de Dios:

Si fueras valorando lo que tu presencia va dando, pocos, muy pocos tendrían dinero para pagarlo. Poniéndole Dios precio no habría di­nero para pagarlo. Y si ves el recibir que te hacen, con el Amor que Dios da Esto, sería un número parecido al número que Dios sentó a su mesa. Que luego tuvo más, cuando su Re­surrección vieron. Pero hasta que esto llegó, sus Palabras tenía que llevarlas al llano y a la montaña. Entonces había más disculpa que hoy. Hoy es no querer saber de esta Verdad, no buscar donde Dios da sus Palabras para Se­guirlo o para pedir el Perdón si en tu vida te­nías algo guardado y en El creías.

Pues hoy, dicen en la Gloria, que perderán más la Gloria por no creer que Dios está con Cuerpo vivo. Si sus Representantes esto publi­caran, más dejarían al descubierto a los que se dicen cristianos y no aman.

Desperté, oí:

Si se pusieran aparte los malos tratos y el re­cibir que te dan, el que esto leyera, más verdad vería que era.

El pensar del Elegido es buscar para que Esto lo lleven a todos los sitios del mundo.

Repetían mucho estas palabras: “Que no se cansen de buscar y que les den el sí o el no, que esto es secreto para el hombre pero no pa­ra Dios”.

Este Mensaje refiere el desprecio que al Elegi­do de Dios el hombre le hace.

Este calvario ya se está terminando, cuando los Libros salgan publicados y vean la canti­dad tan grande que hay.

Hablaban de hechos y palabras que el Elegido recibe por falta de amar.

Esto es sufrir grande, pero más justifica que es de Dios todo lo que hable.

Si se publicaran los desprecios, habría remor­dimientos para el que los había dado.

Decían en la Gloria que habría tan pocos que buscaran estas Palabras, que el número sería como los que Dios sentó a su mesa.

Y después de estar sentados tuvo que retirar a uno.

Dicen en la Gloria que el silencio aquí no pue­da quedarse.

***

Libro 54 - Hechos de Jesús Perdidos, Hoy Dictados en Gloria - Tomo VII - C6

 

lunes, 23 de abril de 2012

"NO ES EL PERDÓN PARA EL QUE YA QUIERA PECAR Y NO PUEDA, ES PARA EL QUE NO QUIERA PECAR"


En Sueño Profético hablaban de un hecho de la Vida de Dios Hombre.

Dijo uno:

Yo, uno de sus Discípulos, estando parado con el Maestro, porque Pedro quería en su Amor avisar al Maestro de unos que querían hacerle unas preguntas mal intencionadas, llegaron éstos, y aquí va la pregunta, y la respuesta de este Dios Único en Saber y Poder. Esta es la pregunta:

–¿Si no cumplen la Palabra que manda tu Padre, no son perdonados? ¿Y si la cumplieron y después no la siguieron, no son perdonados? Y ya, última pregunta: ¿Si...?

Aquí el Maestro le sale al paso con estas Palabras:

–No actúa mi Padre en Mí muchas veces como aquí está actuando, dejando que el fariseo tenga en silencio a Dios, pero Yo, que soy mi Padre, quiero que vean en Mí, mis Discípulos, distintas formas de Enseñanza.

–Tu última pregunta Yo la voy a contestar sin que éstos oigan tu pregunta. Sólo oirán la respuesta, porque la pregunta ya la saben y la traen en su mente. Tú quieres preguntarme, que si al morir tu carne y tu espíritu, si llamas a mi Padre, sólo muere tu carne.

–Mi Padre te está contestando a ti, aunque tú no oigas a mi Padre.

–No sirven las muletas para todos los cojos, ni todos los cojos andan porque te pidan muletas. El cojo quiere probar, aunque sepa que no pueda, pero ve a otros andar, sin pensar el mal que tengan. ¿A que es esto lo que querías saber? No es el Perdón para el que ya quiera pecar y no pueda, es para el que no quiera pecar.


Desperté, oí:

Bien enterados quedaron los fariseos del Perdón que dan de Aquí del Cielo.

Sólo hacían mirarse cuando Dios les fue diciendo las palabras discutidas que habían tenido entre ellos.

Unos decían: ¿Qué perdón puedes llamar, que haciendo graves pecados, te llega el perdón igual como el que nunca ha pecado?

¿Quién es Él para perdonar?

Todo esto lo cambiaron cuando les dijo el Maestro lo que tenían preparado.

Iban con mala intención: a pillarlo, para juzgarlo.

Si saben que era Dios, no interrogan preguntando.

Si preguntan es para oír al Padre en el Hijo hablando.


***

Libro 3 - La Palabra del Creador - Tomo I - Pag. 112-113-114