jueves, 4 de abril de 2024

Amor sentido

En Sueño Profético hablaban del Amor a Dios sentido. Decían que este Amor no se podía ocultar, esconder ni negar. Porque cuando se presenta, ya es por las obras de caridad pedidas, por esconder el sufrir e ir quitando sufrimientos, por compadecer al caído y pedir a Dios por él sin juzgarlo. Esto es sentir alegría y esconder llanto.

Dijo uno:

El Elegido de Dios, sin palabras va enseñando, con su forma de actuar, con su vida de milagros, con querer que todos mejoren. Que esto es para que más se cunda que Dios está aquí hablando. Este pedir es para todos.

El sufrir del Elegido es un Permitir de Dios, como Dios Padre permite calvario para Dios Hijo, que de Hombre vivió en la Tierra. Esto fue un Permitir para dejarlo de Enseñanza. Que a pesar de esto, el que no ama, en todo lo mal hecho dice: “Dios lo ha querido”. Que Dios, lo que quiere, incluso en la muerte, es que pongas todos los medios para despedirla. Pero si ésta llega, no te desesperes. Que si así lo haces es porque sientes la Llamada de Dios.

Desperté, oí:

El hombre, en el “Dios quiere”, pone el crimen, el robo y el adulterio.

Y las guerras, con disparos de fusiles y cañones para matar. Que así hacen dos crímenes: matar con lo que podrían evitar que no murieran de hambre.

Todo esto es Permitir de Dios. Todo es hacer sufrir al que permite, que es Dios.

La Virgen, sin el Permitir de Dios Padre, no enseña a las madres a sufrir por el Hijo, que matado en sus brazos Lo pusieron.

Ella echó lágrimas, y pide por los pecadores para que odien el pecado y a Dios Hijo llamen en sus noches largas, y Ella ruega por todos.

Decían en la Gloria estas Palabras:

Si todos pusieran un poco de Amor a Dios, aquí se acabaría el sufrir.

***

Libro 47 - Dios No Quiere, Permite - Tomo VI - C1

miércoles, 3 de abril de 2024

Este Escándalo pronto se va a cundir

En Sueño Profético decían:

Esto que Aquí Dios está mandando formará gran Escándalo por no haber otro caso igual.

Dijo el Mando de Dios en un espíritu:

Para saber si Esto es verdad, que cojan estas Palabras: “No hay otro Caso igual a éste”. Éstas son las Palabras que defienden a estos Dictados de Dios dichos en su Gloria.

Si piensas en estas Palabras, ya achicas el sufrir que tengas.

De Esto se habla como del Evangelio, con la gran diferencia de que el Evangelio esta dicho, y aquí lo están diciendo. Pues que cojan este “diciendo” y a Dios le pidan con ruegos que Esto lo sepa el mundo entero.

Desperté, oí:

Repiten en la Gloria, que diciendo que este Caso hoy es único, esto les da que pensar.

Con la Paz que te entra cuando oyes que este Caso hoy es único, retiras la tentación del sufrir que quieren que tengas.

El que confesó que no creía en Dios, va enseñando el milagro tan grande que Dios le ha hecho.

Dice que está dispuesto a decir en público lo sobrenatural que siente. Esto, desde que conoció este Caso y leyó un Libro.

Duerme pocas horas y se despierta contento, y el Libro de Dios es su alimento.

Cuando la carne que Dios le unió y sus hijos están delante, con más fuerza cuenta todo lo que le pasa.

Tardó el sueño en llegar, pensando: “Señor, los que están unidos y me siguen, que no se cansen, y que pronto vean por todos sitios lo que Dios me dice que no calle”.

No temas decir que este Escándalo pronto se va a cundir.

Si los que están unidos siguen el pedir tuyo, pronto saldrán publicados más Libros.

***

Libro 48 - Investigaciones a la Verdad - Tomo VIII - C6

martes, 2 de abril de 2024

Dios quiere humildad

En este Sueño Profético decían palabras de gran alegría para el Elegido que tiene Poderes para publicar Esto, que al Mundo le hace falta como al día le hace falta el Sol y la lluvia, y a la noche las estrellas y la Luna. Pues al cuerpo le hace falta esta Enseñanza, que son los Mandamientos que Dios dejó en la Tierra cuando bajó con Cuerpo a vivir con el hombre para enseñarle a no perder la Gloria.

Estando oyendo estas Palabras, se vio una plaza grande con bancos de piedra antiguos. A esta plaza, con mucha prisa, mucha gente venía, todos contentos. Se oían estas palabras:

“¡Estamos esperando al Maestro!”. Esto lo decía un Discípulo de Dios.                                                       

Este Nombre era dicho por los Discípulos, porque Dios se lo enseño al que Lo seguía con obediencia y pidiéndole Mando.

Ya se vio la llegada de Dios con estas Palabras:

“Ya, todo el tiempo que el día os dé, que sea para llevar mis Palabras a los más pobres y humildes, que son los que preparan el sitio para cuando Yo Me presente. Porque los que tienen riquezas temporales, cierran sus puertas cuando dicen que van mis Discípulos y el Maestro”.

Dijo el Mando de Dios en un espíritu de su Gloria:

Lo que se ha visto y oído, ocurrió cuando Dios bajó a la Tierra a vivir de Hombre para enseñar de su Gloria. El que Lo seguía, ya era Discípulo suyo.

Desperté, oí:

La Visión que de Dios se ha visto y las Palabras que ha dicho, han sido lo mismo que como cuando bajó a la Tierra a vivir con el hombre para enseñarlo a cómo tenía que vivir para no perder la Gloria.

También la Presencia de Dios se ha visto con su Túnica y Manto.

Decían en el Dictado, que esto, de no ser Dios, ¿quién puede hacerlo de nuevo y contarlo como pasó, y oyéndose su Voz?

Dicen en la Gloria, que tengan presente que Dios bajó a la Tierra para todos, pero que todos no Lo recibieron como Lo recibieron los humildes.

Esto, que lo oigan los que están unidos al Elegido y van repartiendo esta Enseñanza de Dios a los más humildes.

Lo que Dios manda nadie puede decir que está mal mandado, porque Dios manda donde hay Amor a su Existencia.

Y ya Él, cuando da el Mando, pone saber para que vean que su Mando de no ser de Dios no puede ser.

Se va a decir el Saber que sin saber se hace:

¿Quién puede hacer estos Libros, cuando la que los hace, que es el Elegido, no sabe restar ni sabe de cuentas, ni de estudios?

Se puede comparar con niños que están en las primeras letras.

Dios quiere humildad y quiere creencia, y que tu cuerpo vaya pregonando el pudor, que es el grande valor del cuerpo.

Estos Libros ponen silencio a los que han hecho daño al Elegido de Dios.

***

Libro 64 - Hechos de Jesús Perdidos, Hoy Dictados en Gloria - Tomo VIII - C5