En Sueño Profético decían:
Siempre da algo del Cielo el que al Cielo Dios lo trae.
Siempre te deja un pensar para que tú a Dios ames.
Es la Presencia de Dios cuando sus palabras salen diciendo: “me ha dicho Dios que las diga y no las calle”.
Esto te frena el pecado y te hace que a Dios ames.
Dijo uno:
Si esto lo dicen en Gloria, ¿cómo callar y ocultarte, dando silencio a un Dios Único, Poderoso en espíritus y carne?
Que si tú quieres quererlo, Él te quiere; y si tú no Lo quieres, Él te deja, sin obligarte a quererlo.
Él te deja, y si tú un día Lo llamas diciendo: “Señor Te quiero”, Él nunca te recordará el tiempo que estuvo Él sufriendo.
Esto Él lo cambia para que tú vayas diciendo: “tuve tiempo que no amé a Dios, pero hoy, sin Él yo muero”.
Pero esto tienes que decirlo antes de que muera tu cuerpo.
Desperté, oí:
Oír hablar al que Dios trae
para Enseñanza, a su Gloria,
te da Paz, te frena el pecado
y hace que chico veas el sufrimiento.
¡Cómo callar este bien
que sirve de curación
para el espíritu y para el cuerpo!
¡Cuántos quedarán curados
sin ellos mismos saberlo!
¡Cuántos notarán la Paz
después de oír decir:
“esto dice Dios en el Cielo”.
Esto se ve la Verdad
cuando leas tú
queriendo saber Verdad.
Cuando compares Palabras
que dichas por Dios están.
***
Libro 20 - La Palabra del Creador - Tomo II - Pág. 212-213
El contacto con el Cielo deja el sello de Paz que Jesús nos ofreció: MI PAZ O DEJO, MI PAZ OS DOY.
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