En Sueño Profético decían:
Dios permite tanto, que el que cree en Él duda de que sea Poderoso en los dos mundos. Dios Hombre vivió pobre y todo lo que a Él le servía. Él hablaba con los poderosos y les permitía que hablaran de sus grandezas como si Él no fuera el Dueño. Veía palacios habitados por el que no Lo quería.
Esto y muchas cosas más eran lo que hacían, al que no Lo amaba, dudar de que fuera Dios, Dueño y Poderoso. Pues como es el mismo Dios, su actuación es la misma: ser Dueño y permitir. El que Lo ama Lo comprende y más ve que es Dios el que aquí actúa.
Hombres sin amarlo,
no pueden comprender
ni su Poder ni su Mando.
¿Cómo comprender
a niño que no quieres,
si le oyes llanto?
Si media el Amor,
antes de que llore
ya le estás llevando
lo que tú ya sabes
que te pide el llanto.
Desperté, oí:
Es la lucha por no aceptar a Dios, porque el hombre quiere que Dios actúe como él manda.
Y hace comparaciones siempre desmintiendo sus Palabras.
Vivió de Hombre entre los humildes.
Buscaba a los poderosos para hablarles de los humildes.
Y nunca rechazó ni negó su amistad al que decía: “Maestro, quiero seguirte”.
Él decía: “Yo soy Dios”, para darles.
Y no decía: “Yo soy Dios”, para recibir.
Él recibía cuando daba su Reino.
Él recibía cuando daba su Perdón.
Esto, para entenderlo, tienes que vivir su Amor.
***
Libro 15 - Hechos de Jesús Perdidos, Hoy Dictados en Gloria - Tomo III - C8
El Permitir no anula el Poder,sino que lo supedita al Amor.
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