En Sueño Profético decían:
Si amas a Dios, no olvides este Cielo. Si amas a Dios, Dios será lo primero. Si Amor va delante, seguro que irás haciendo lo que a Dios Le agrade.
Dijo uno:
Si amas a Dios sin fecha para retirarte, queriendo que tu Amor dure, puedes tener por seguro que Dios nunca ha de dejarte.
Este Amor de Dios al hombre, siempre, siempre está buscando al que a este Dios no conoce; siempre, siempre está mandando Enseñanza ahí, a la Tierra, para el que quiera saber cómo es el vivir sin materia, para el que quiera aprender el ir levantando pies de la atracción de la Tierra.
Es, a veces, el pensar en Dios, y este pensar amándolo, un pensar que no comprendes: ¿por qué Dios ha de sufrir por querer dar el bien al hombre?, ¿por qué Dios no da respuesta a las ofensas que oye? Este pensar viene de Tierra: ¿cómo Dios no da castigo para enseñar a los hombres, a los hombres que persiguen lo que lleva a la Gloria, lo que quita del pecado, a vivir misericordia, a que tengan caridad, a que muera la soberbia, a que levante del suelo al que cayó por miseria?
Todo esto y más pensar, te viene a tu memoria, pero piensas de momento: “Dios sabe todo de sobra. Perdóname, ¿quién soy yo dando consejos a Gloria?”.
Desperté, oí:
Es lo mismo decir “Gloria”,
que decir “El Dios del Cielo”.
Cierto que el hombre que ama,
a Dios Le manda consejo.
Pero lo mismo Le manda,
que Perdón Le está pidiendo.
Es el Amor el que a veces
se olvida en este “queriendo”,
que Dios juzgará en su Gloria
al que no quiso quererlo.
El hombre que ama a Dios,
sin poner fecha ni tiempo,
le viene pensar de pena,
de saber que Dios te da
y tú le mandas desprecio.
Por eso, el gran Amor,
si a Dios Le manda consejo,
Dios lo toma por Amor.
No es decir arrepentimiento,
cuando diga este Perdón:
“Perdóname Dios del Cielo,
que lo que quiero es que nadie
Te trate con un desprecio
y tu Amor silencio guarde”.
***
Libro 11 - Te Habla El Profeta - Tomo II - C7
Quien ama a Dios quisiera quitarle sufrimiento y por Amor se atreve a aconsejar al Cielo. En el consejo va la petición de Perdón y la respuesta de Amor de Dios.
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