En Sueño Profético hablaba Teresa de Ávila. Decía:
¿Quién diría que amar a Dios es pecado? ¿Quién diría que a este Amor lo persiguen los cristianos? Yo, cuando amé ahí en la Tierra, me seguían y me buscaban los cristianos, que cristianos les decían en la Tierra. Padecí en el convento por decir que Dios me hablaba y que Lo sentía dentro; por decir que en la oración, a Dios ya Lo estaba viendo; por tener mi cara alegre y guardar mis sufrimientos; por no callar a este Dios, que deja, al que está viendo, que ofenda y ofenda más al Lugar, que él, padeciendo, tú te pudieras salvar por este gran sufrimiento.
Yo le dije a compañeras,
esto fuera del convento:
¿tú crees que si no amo,
este Amor como lo siento,
se puede sufrir y amar,
amando más que sufriendo?
Por mucho que el sufrimiento
quiera que vean mis lágrimas,
antes me venía el contento
a mis ojos y mi garganta.
Y mis ojos ya reían,
aunque todos vieran lágrimas.
Y mi garganta subía
a mi lengua unas palabras,
que la pena se me iba.
Éstas eran las palabras
que mi alegría decía:
¡Ay Señor, qué te diría
que mis palabras borraran
tu sufrir de noche y día!
¡Que mis palabras las diga
con alegría y sin pena!
¡Que mis palabras te lleguen
para que borres condenas!
Desperté, oí:
Si quiero que la condena
la borres y des tu Gloria,
es más para que Tú no sufras,
Dueño de esta Eterna Gloria.
Dueño del bien y del mal,
mal que no habita en tu Gloria,
Gloria que vives ahí,
en el convento, en la celda,
en el llano, en la montaña,
en el varón, en la hembra,
en el que hizo pecados,
en el que ama y no peca.
En el que ama y no sufre
porque más Amor quisiera;
en el que pide: ¡Dios mío!,
vive en mí como en Teresa,
fuera o dentro del convento,
pero que el fuego me vean.
TERESA DE ÁVILA
***
Libro 12 - Dios Comunica y Da Nombres - Tomo II - C5
El que ama y no sufre porque más Amor quisiera, aún no sabe qué es amar.
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