En Sueño Profético decían:
El que busque al Elegido, por Amor a Dios, y su contacto no merme, él también es elegido.
La presencia del Elegido te da renta. Que si tú amas, ves la ganancia.
No hay paga mayor, que oír, del que Dios trae Aquí, estas Palabras.
Si el hombre pusiera a la vista los beneficios recibidos del que Dios Aquí enseña, algunos pedirían Perdón por temor a que volviera aquello que ya pasó.
Dijo uno:
La presencia del Elegido,
compárala con el Sol,
que si mucho Sol tú tomas,
huella el Sol te dejó.
No hay quien tenga contacto
sin notar transformación.
Los Discípulos fueron
muchas veces conocidos
antes de decir quiénes eran.
Llevaban esa señal
que no era de la Tierra.
Esta señal no se adquiere
con títulos ni monedas,
se adquiere cuando tú digas:
“Señor, mándame lo que Tú quieras,
que si el Mando de Ti viene,
es regalo que me entregas.
Yo me vería desgraciado
si Tú Mando no me dieras”.
Desperté, oí:
No puede entender a Dios
el que el Amor tenga chico
y el entender lo ponga mayor.
No puede entender a Dios
aquél que Le pida cuentas
de lo que pasa o pasó.
Lo de Dios es más difícil entender
cuando tú pones la comparación.
Entonces nada ves claro,
y los trazos que tú haces,
fírmalos como fracaso.
Es sencillo y es difícil entender
al que Dios le está mandando.
Pero el que recibe el “Ve”,
grande sufrir va llevando.
Pues siendo Premio de Dios,
tiene que ir midiendo y pesando.
***
Libro 20 - La Palabra del Creador - Tomo II C3
Las cosas de Dios no se entienden con la inteligencia ni con la razón. Se sienten, se reconocen y se transmiten a través del Amor.
ResponderEliminarLas cosas de Dios no se entienden con la inteligencia ni con la razón. Se sienten, se reconocen y se transmiten a través del Amor.
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