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martes, 4 de octubre de 2022

Dejad que los niños se acerquen a Mí

En Sueño Profético decían:

El espíritu de Dios vive Paz con lo sencillo.

El espíritu de Dios no desea lo que en otro espíritu hace que no pueda vivir tranquilo, deseando algo que no es preciso.

Los espíritus de Dios buscan al que camina solitario, para quitarle alguna tentación que le pusieran los espíritus contrarios.

Dijo uno:

Cuando los espíritus no tienen Paz, no están con Dios. Cuando viven sin Caridad, no están con Dios. Cuando no preguntan por saber si Esto viene del Cielo, no están con Dios. Dios llama y busca, pero no obliga. Te deja libertad, y en esta libertad ya actúa tu espíritu para bien o para mal. Los que viven libertad y a lo malo le quieren decir bueno, éstos dan mala enseñanza y a Dios le dan sufrimiento.

En estos tiempos de adelanto se debería hablar más del Cielo, con palabras que hicieran pensar, por estar Dios vivo en su Reino.

Desperté, oí:

La Enseñanza del niño se debería poner a la vez que a andar se pone.

Si el niño oye hablar de Dios y ve que practican Caridad, el niño crece y a Dios no olvida.

Y cuando llega a hombre, ve que la Verdad es la que de niño aprendió.

El árbol, si no lo cuidas y va creciendo torcido, llegará el momento que no puedas ponerlo derecho, porque ya cogió su sitio.

El adelanto, para bien del hombre, tiene que echar paso atrás.

Y dejar de adelanto lo que no le haga mal al hombre para, a Dios, seguirle sus Pasos.

El hombre tiene en olvido lo que Dios dijo cuando vivió de Hombre.

“Dejad que los niños se acerquen a Mí”.

Esto fue dicho por Dios y hoy sigue diciendo que les enseñen el Camino de la Gloria.

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Libro 75 - Meditaciones y Palabras Directas con El Padre Eterno - Tomo VIII - C7

jueves, 6 de agosto de 2020

Dejad que los niños se acerquen a Mí

En Sueño Profético decían:

Si el hombre supiera valorar lo que valor tiene, no podría valorar nada con más valor que lo que va del Cielo.

El que vive el mismo tiempo que el que Dios coge para que queden en la Historia sus hechos y palabras –que Aquí ya le dieron–, si no valora este Lugar, no merece que sus súplicas –cuando le llegue el suplicar–, sean oídas Aquí en el Cielo.

Dijo uno:

¡Cómo puede el hombre vivir esta indiferencia sabiendo que se tiene que morir! Que poniendo tan sólo en su pensamiento la duda de si habrá otro sitio cuando el cuerpo muera, si esta duda le llegara, seguro que buscaría donde dijeran: “allí Dios dicen que habla”. Y cuando llegara al sitio, el “dicen” ya lo cambiaba, con las manos en el Evangelio y haciendo juramento a Dios: “Yo cundiré en todos sitios que Esto es Palabra de Dios”.

Desperté, oí:

Creer en la Gloria y no acudir donde digan que Dios habla: cambia el creer por desmentir y di que después de muerto ya no hay nada.

Decían mucho en la Gloria: ¡Hombre que valora al hombre y no valora lo que Dios le manda!

¡Hombres que valoran el pecado cuando dejan esta Enseñanza!

Enseñanza que debía estar unida a su Nacimiento, Muerte y Resurrección, en la Primera Enseñanza.

El hombre pone castigo con retirar las Palabras que Jesús dice a los niños:

Venid donde Yo estoy, que sois los primeros aquí en la Tierra y también en el Cielo”.

Y a los hombres les dice:

Dejad que los niños se acerquen a Mí, que yo les dejo contacto de mi Gloria, que es su mayor alimento para el crecimiento de sus cuerpos”.

“Y así siempre obedecerá el cuerpo al espíritu y no perderán mi Reino
”.

Si esto el hombre no enseña, castigo pone a los niños y pueden llegar a hombres y perder el Reino que Dios les ha prometido.


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Libro 23 - Hechos de Jesús Perdidos, Hoy Dictados en Gloria - Tomo IV - C7