sábado, 3 de septiembre de 2022

Las malas compañas

En Sueño Profético hablaban de las malas compañas, del que vivía sin Amor a Dios y sin miedo a ser condenado, del que vivía la vida siempre de Dios retirado. Se oían palabras duras dando por responsable al que más podía hacer y menos interés aquí ponía. Ya, la lástima no es por él, es por el que podía oír y cambiar de vida pensando en la verdad, que te la tapa esa vida material.

Dijo uno:

Un espíritu malo metido en uno, si tú no estás siempre al Mando de Dios, ese espíritu puede contigo y te hace que tú hagas la misma vida que él, quitándole al pecado importancia. El espíritu del mal, él procura abrir las puertas donde se las tienen cerradas, que una vez que se entra es cuando ves el mal.

Hay quien confunde caridad y está acariciando al espíritu del mal. Estos espíritus contagian y dejan malestar, y ya tú mismo haces actuaciones y confundes a los demás. Lo que está en contra de Dios lo deben saber los niños en su primera enseñanza, igual que se les enseña los peligros cuando ya van solos por la calle.

Desperté, oí:

Todo el arrobo era hablar para conocer lo que era de Dios o lo que era del que Dios lo hecha de su Presencia levantando el Brazo.

Cuando a Dios quiere engañar y traiciona, ¿qué hará con los demás?

Dios manda que sean conocidas sus Leyes.

Y sean cumplidas con Amor, no con miedo.

Si la Palabra de Dios la cumples y la llevas dentro de ti, no hace falta que lo digas porque se retira de ti el que el espíritu del mal cobija.

Que éstos los hay de muchas maneras para retirar de Dios, poniendo en preferencia las cosas de la Tierra.

Pero si estás preparado, eres labrador valorando la cosecha.

Aunque diga el que no entienda, que el año es más malo, tú ya cuentas con la ganancia de esta cosecha.

Y rebosas de alegría, una alegría que callada no se queda.

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Libro 32 - La Palabra del Creador - Tomo III - C7

viernes, 2 de septiembre de 2022

El Profeta

En Sueño Profético hablaban de los Profetas. Decían Palabras que Dios dijo al que Lo siguió. Él quería que en el Profeta vieran a Él, y así obedecían sus Palabras.

Dijo uno:

Yo Le oí, cuando ya se estaba cumpliendo su tiempo, decirle a los Discípulos para que fueran enseñando a cómo conocer al falso profeta. Éstas fueron las Palabras:

“Cuando mi Cuerpo no lo vea el hombre, intentará querer engañar diciendo que Yo lo mando. Pero si es falso, sus palabras no serán compañeras de su acción y su nombre será: “falso Profeta”.

“El que lleve mi Mando, siempre dirá que es Mío, y nunca aceptará cambiarlo por el que el hombre dé. Dará ejemplo en el Prójimo levantando al caído, viéndome a Mí delante, y ya no juzgará. Buscará al pecador siempre poniendo la mirada en el Cielo, para que mi Padre le dé el Perdón. Buscará al que no Me conoce y quiere conocerme, y cambiará el caminar por los sitios que sus palabras ofenden a los que Me siguen”.

Desperté, oí:

El falso profeta era pronto conocido por falta de obediencia a las Palabras de Dios Hijo.

Su acción no es compañera de sus palabras.

Dios Hombre los prepara para que conozcan a los que después de su muerte quieran decir: “Dios me dice”, “Dios me manda”.

El Profeta que es de Dios no cambia acción ni palabras.

Aunque le ponga calvario el hombre que a Dios no ama.

Profeta es el Lugar en el que Dios dice con Mando sus Palabras.

Que éstos anunciaron su Venida antes de que Dios a la Tierra bajara.

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Libro 28 - Hechos de Jesús Perdidos, Hoy Dictados en Gloria - Tomo V - C6

jueves, 1 de septiembre de 2022

Puchero que hirvió

En Sueño Profético decían:

Ya está llegando el tiempo de que todos vean, empezando por la Iglesia, que Esto no es de la Tierra, que Esto es el Poder de Dios actuando de muchas maneras.

Dijo un espíritu de la Gloria:

Se van a decir las Palabras que faltan, referentes al Poder de Dios. Las Palabras son éstas:

“No mandar castigo, con su Poder, al que está poniendo barreras a estas Palabras que del Cielo bajan”.

¡Cómo no pensar que la muerte, sin aviso, puede llegar!

¿Qué disculpa van a dar cuando Dios les diga el mal comportamiento que tuvieron con la Verdad dicha por Dios en su Reino, si sus Representantes son los primeros que dan desprecio a las Palabras que hoy dice el mismo Dios?

Leer el Evangelio dicho por Dios y no creer en estas Palabras, hoy diciendo, es no creer que Dios esté Vivo.

Si crees en su Poder, recuerdas cuando el hombre Lo mató, clavándolo en la Cruz de Pies y Manos. Y su Padre hizo que su Cuerpo lo vieran Vivo con el nombre de Resucitado.

Dicen en la Gloria que pongan estas comparaciones cuando lean los Libros:

Los Evangelios son: “Puchero que hirvió”. Y las Palabras de estos Libros: “Puchero que hoy está hirviendo”.

Si piensas en esto que se ha nombrado, ¿a cuál debes acudir? Pues al que hirviendo está. Y ya, del que hirvió, habla más. 

Todo lo que Dios dejó dicho en la Tierra era: amar, perdonar, levantar al caído y no dejar que llegara la muerte por hambre.

Desperté, oí:

Todo el arrobo era hablando de cuando Dios vivió de Hombre, de cómo Lo buscaban porque creían que era Dios.

El que Lo amaba y buscaba, sentía un Poder que muchos no notaban.

Tienen que pensar sus Ministros y los que viven de la Teología y de grandes carreras, que Esto es Dios hablando y mandando que se publiquen muchos Libros.

El que vea la cantidad de Libros que aquí hay, tiene que decir: “Señor, amén. Perdóname por la lentitud de mi actuación, teniendo yo gran sitio en la Iglesia”.

Ya termina el arrobo con estas palabras:

Los que más cerca están del Elegido, son perseguidos, sin darse cuenta, por los espíritus diabólicos.

Pero el Poder de Dios los retira en los momentos que quiere dar alegrías.

El Elegido pide a Dios fuerzas, diciéndole: “Señor, dame fuerzas, que las necesito para ir cundiendo que Dios está Vivo, con Cuerpo, y no Le va la palabra “muerto”.

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Libro 60 - Dios No Quiere, Permite - Tomo VII - C2