En Sueño Profético decían:
Ya está llegando el tiempo de que
todos vean, empezando por la Iglesia, que Esto no es de la Tierra, que Esto es
el Poder de Dios actuando de muchas maneras.
Dijo un espíritu de la Gloria:
Se van a decir las Palabras que
faltan, referentes al Poder de Dios. Las Palabras son éstas:
“No mandar castigo, con su Poder,
al que está poniendo barreras a estas Palabras que del Cielo bajan”.
¡Cómo no pensar que la muerte,
sin aviso, puede llegar!
¿Qué disculpa van a dar cuando
Dios les diga el mal comportamiento que tuvieron con la Verdad dicha por Dios
en su Reino, si sus Representantes son los primeros que dan desprecio a las
Palabras que hoy dice el mismo Dios?
Leer el Evangelio dicho por Dios
y no creer en estas Palabras, hoy diciendo, es no creer que Dios esté Vivo.
Si crees en su Poder, recuerdas
cuando el hombre Lo mató, clavándolo en la Cruz de Pies y Manos. Y su Padre
hizo que su Cuerpo lo vieran Vivo con el nombre de Resucitado.
Dicen en la Gloria que pongan
estas comparaciones cuando lean los Libros:
Los Evangelios son: “Puchero que
hirvió”. Y las Palabras de estos Libros: “Puchero que hoy está hirviendo”.
Si piensas en esto que se ha
nombrado, ¿a cuál debes acudir? Pues al que hirviendo está. Y ya, del que
hirvió, habla más.
Todo lo que Dios dejó dicho en la
Tierra era: amar, perdonar, levantar al caído y no dejar que llegara la muerte
por hambre.
Desperté, oí:
Todo el arrobo era hablando de
cuando Dios vivió de Hombre, de cómo Lo buscaban porque creían que era Dios.
El que Lo amaba y buscaba, sentía
un Poder que muchos no notaban.
Tienen que pensar sus Ministros y
los que viven de la Teología y de grandes carreras, que Esto es Dios hablando y
mandando que se publiquen muchos Libros.
El que vea la cantidad de Libros que
aquí hay, tiene que decir: “Señor, amén. Perdóname por la lentitud de mi
actuación, teniendo yo gran sitio en la Iglesia”.
Ya termina el arrobo con estas
palabras:
Los que más cerca están del
Elegido, son perseguidos, sin darse cuenta, por los espíritus diabólicos.
Pero el Poder de Dios los retira
en los momentos que quiere dar alegrías.
El Elegido pide a Dios fuerzas,
diciéndole: “Señor, dame fuerzas, que las necesito para ir cundiendo que Dios
está Vivo, con Cuerpo, y no Le va la palabra “muerto”.
***
Libro 60 - Dios No Quiere, Permite - Tomo VII - C2
Es del todo necesario seguir publicando por el mundo entero los Mensajes, lo primero por Dios y por la salvación de los hombres.
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