En Sueño Profético decían:
Escandaliza más el hombre, al hombre malo que al bueno. Y cunde más donde se fabrican las obras malas que las obras buenas.
Dijo uno:
Lo que no se debe hacer, el hombre lo publica para que vayan aprendiéndolo. Y lo que Dios manda para que el hombre lo practique y lo cunda, esto tiene que tener secreto.
Pongamos comparación de lo bien hecho y de lo mal hecho, de lo que se debe hacer para ir dando buen ejemplo:
El crimen hay que publicarlo, pero no como se ha hecho, porque coge la enseñanza el que está pensando el crimen hacerlo. Si explicas cómo el ladrón entró en la casa sin llave, ya estás enseñando a otro que no podía robar porque no tenía llave cuando la puerta estaba cerrada.
Ahora publica lo bien hecho. Esto enseña a que veas diferencia con lo mal hecho, ya acortas tus ideas y te da remordimiento aquello que hiciste mal o que aún sigues haciendo. Si tú ves o sabes que levantan al caído con Amor, mirando al Cielo, esto te trae el pensar: “Yo, Señor, nunca hice esto con los míos, que eran míos, y que mío era el derecho”.
Desperté, oí:
No puedes poner palabra ni quitar a estos Mensajes, que ya salen de esta Gloria.
Decían que las buenas obras y la buena enseñanza hay que publicarlas para ir arrinconando el mal.
Si lo mal hecho enseñas cómo se hace, ya vas dando facilidad para que el mal más lo hagan.
Cierto que hay cosas que están mal hechas y el hombre les da fama y resonancia, y ya llega a verse normal aquello que tan malo era.
En cambio, lo que es de Dios, el hombre lo esconde y lo niega.
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Libro 30 - Investigaciones a la Verdad - Tomo IV - C4
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