En Sueño Profético hablaban de los Libros. Decían:
Si todo lo que tienes escrito, de Aquí dictado, llegara a manos de hombres que a Dios amaran, no podrían callar dando a conocer estas Palabras de Dios, diciendo que ridiculizan todo lo que el hombre quiera hablar de Aquí.
Si estando el hombre con cuerpo, Dios no lo ha traído a su Reino como trae a este espíritu que siempre aceptó el Querer de Dios o el Permitir, si la Gloria no la vivió, no puede explicar lo que no habiendo materia Dios te hace que veas y sientas: Vida de espíritu, que unos con poco tiempo y otros de muchos siglos, ya dejaron la Tierra, sitio donde vive la materia. Pues a este espíritu, Aquí lo trae y le explica para que quede de Enseñanza.
Estos Libros los precisa la cultura y el adelanto del hombre, para que en su cultura, el adelanto, cuente con este final: Gloria de Dios o sitio sin Gloria. Que la cultura del adelanto, a esto último, nombre le ponga. Dios lo nombra Abismo, Infierno, separación de su Reino.
Al hombre le hace falta para el progreso este Stop Divino. De aquí pueden sacar los temas que el adelanto necesita para que el mal no vaya avanzando.
Son Iglesia y seglares los que tienen que cundir el vivir una vida sin pecado. Que el que la otra quiera, que la viva, pero con su nombre: “vida de pecado”.
Desperté, oí:
Estos Mensajes no obligan
a que a Dios tengas que amarlo.
Estos Mensajes te avisan
de que pienses que tu cuerpo
no puedes asegurarlo
de que no le llegue muerte.
Y que hay que enseñar
a que el hombre se respete,
para que en el momento final
le salga en palabras o en silencio:
“Señor, perdóname si hice mal,
pero siempre
yo cumplí tus Mandamientos”.
Hay que cundir
lo que no tiene reforma,
si quieres venir Aquí.
El teólogo, el catedrático y el culto,
son los que pueden Esto cundir
y hacer que el hombre piense
que se tiene que morir.
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Libro 24 - Dios No Quiere, Permite - Tomo IV - C4
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