En Sueño Profético hablaban del pecado. Decían:
Si el Nombre de Dios lo tuviera el hombre en su espíritu, en su mente y en su lengua, el espíritu del mal tendría fracaso en la Tierra. Al revés de lo que ocurre, que el hombre lo pone en preferencia, cundiendo el pecado en altas figuras, para que el humilde esta ley aprenda.
El Nombre de Dios, a veces, parece que les da vergüenza ponerlo en sus labios a los hombres de ciencia, y entonces el pecado coge doble fuerza.
Si no hubiera Mundo sin materia, ya daría igual vivir las leyes que el hombre quisiera. Pero está este Mundo con Dios y presencia de todo el que quiso vivir con el Nombre de Dios en su espíritu, en su mente y en su lengua. Sin Dios no eres hombre, ni roca ni piedra.
Desperté, oí:
El hombre,
por no poner primero a Dios en todos sus actos,
desde que nace hasta que muere,
ha ido a Satanás premiando,
y el mundo así no se entiende.
Dios es Nombre Universal,
Nombre que da vida a los cuerpos sin diferencia de razas,
de empleado o dueño.
Dios es Nombre prohibido
en la profundidad del Infierno.
El hombre es gran amigo
cumpliendo los que mandan estos espíritus
y rompiendo los Mandamientos.
El que no viva esta Ley,
ya está en contra del Cielo.
Esto no tiene cultura,
tiempos antiguos o tiempos modernos.
Esto es querer a Dios o querer Infierno.
Si quieres a Dios reformar,
ya se ha metido en tu cuerpo
el mando de Satanás.
Que esto lo dijo Dios Hombre
cuando se hizo Hombre
para al hombre enseñar.
***
Libro 30 - Investigaciones a la Verdad - Tomo IV - C2
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