En Sueño Profético decían espíritus de la Gloria estas palabras:
Es para pensar que este
Elegido es el único al que Dios le arroba su espíritu, todas las noches,
durante tantos años y le da Mando para que escriba y publique en Libros todos
los Mensajes, que ya hay publicados 72 Libros y muchos más que hay para publicar.
Pues, los que conocen Esto, dicho por Dios, deberían pensar que todo lo que
dijera el Elegido es Palabra de Dios, dicha con una fuerza que se ve que no
está dicha en la Tierra.
Aquí tiene que llegar el día
que Dios retire sus consejos de aquel que no haga el mando del Elegido. Que los
consejos se los darán otros, pero no recibirán el Mando que da Dios, porque no
piensan: “Esto es Palabra y Consejo de Dios”. Y no hacer el Mando de Dios es
coger otro camino que, con engaño, los retiran de esta Grandeza, que todo es
Mando de Dios en su Gloria. Y por ser Mando no lo cogen y al Elegido le quitan
el poder que Dios le da, que se lo quitan para que no cunda el Mando que Dios
da. Que este Mando es para que todo lo que le dé sufrir al Elegido lo cambie
para bien de todos. Y en este cambio ves que a lo que diga el Elegido tienen
que decir:
– Yo hago lo que me diga el Elegido. Si no lo hago todo me vendrá mal y con sufrimientos.
Desperté, oí:
Han dictado poco en
comparación con lo que hablaban en la Gloria.
El sueño no me llegaba y
pensaba en los que están aquí unidos, y con este pensar me llegaban las
alegrías que todos los días me dan.
Se vio a la carne que Dios
me unió en su despacho, con cuerpo, y dijo:
– Ana, te voy a decir las palabras que dicen en mí los
espíritus de la Gloria: “Ana cuídate, cuídate, que tu cuerpo lo necesita el
espíritu”.
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Libro 69 - Dios No Quiere, Permite - Tomo VIII